OTRAS

GRANDES

 TIENDAS

DE AYER

 

Arcón de Buenos Aires

 

 

 

 

GRANDES TIENDAS DE AYER

 

Algunas décadas, a los tiempos en que la elite bonaerense comenzó a dejar el barrio sur. Las miradas comenzaban a dirigirse a Francia e Inglaterra y los arquitectos o los constructores empezaban a llegar desde Italia, trayendo nuevas ideas e influidos por las corrientes en boga en Europa. Poco a poco se habían modificado sus condiciones de vida, con la ayuda de la valorización de las exportaciones tradicionales. En lo referente al tema que nos convoca, Lucio V. López, rememora algunos recuerdos de aquellas tiendas, pacatas, centros de la vida porteña, proveedoras de esas mismas familias, puntos de convergencia de las matronas de los barrios de Monserrat y San Telmo, que sufrirán, con el paso de los años, un cambio total.
“El barrio de las tiendas se prolongaba por la calle de la Victoria hasta la de Esmeralda y aquellas cinco cuadras constituían en esa época el bulevar de la gran capital.

 

 Las tiendas europeas de hoy, híbridas y raquíticas, sin carácter local, han desterrado la tienda porteña de aquella época, de mostrador corrido y gato blanco formal sentado sobre él a guisa de esfinge.

 En el caso de las grandes tiendas, visitarlas fue, además de comprar, un paseo para grandes y chicos…

 

 

TIENDA *A LA CIUDAD DE MÉXICO*

 

Ubicación: Florida 302. Año proyecto: 1920. Año Inauguración: 1968. Esquina de Florida y Sarmiento donde se levantó, a mediados de la década de 1920, una gran tienda "A la Ciudad de México" que competía con Gath & Chaves y Harrods, todas situadas en Florida. Durante un tiempo fue cajera de esta tienda la poetisa Alfonsina Storni. En 1968 el edificio fue arrendado por diez años por el Banco de la Ciudad de Buenos Aires. Institución que había nacido el 17 de octubre de 1877 como Monte de Piedad de la Pcia. de Buenos Aires, e incorporada luego a la Municipalidad de Buenos Aires. En 1966, el Directorio del Banco Municipal recibió del Gobierno la orden de adecuar la institución a las necesidades de un país moderno. Para cumplir con este objetivo se consideró hacer del Banco algo distinto, agresivo. Una de estas medidas fue la de inaugurar la Casa Matriz en la Calle Florida y Sarmiento, construida con métodos de vanguardia. Esto se adelantaba a la nueva imagen que unificaría la remodelación de la sección Pignoraticia (Esmeralda 78) y del Departamento de ventas (Esmeralda 660) y la apertura de nuevas sucursales en cada uno de los barrios de la Ciudad. Para ello contaron con el diseño realizado por el estudio F. Manteola, I. Petcheresky; J. Sánchez Gomez; J. Solsona; R. Viñoly.


Dos socios, Ollivier y Albert, fundaron en 1889 esta tienda, que tuvo sus instalaciones en la esquina noroeste de Florida y Sarmiento. En la noche del 25 de mayo de 1907 un fuerte incendio  que se declaró a las 10 de la noche favorecido por el viento pampero que soplaba con violencia, destruyó todo convirtiendo en cenizas los delicados géneros y la infinidad de preciosos artículos de que estaban repletos los escaparates. En sólo un año se construyó un nuevo edificio con cinco pisos, donde la sedería, los géneros de fantasía, para hábitos religiosos y de luto, los sombreros de gran moda, las gorras, los paletós de última novedad. Las estolas para todas las edades, guantes, calzados, perfumes, juguetes, muebles, gramófonos, máquinas de coser, artículos para viajes convivían con sus especialidades, las telas y la ropa interior femenina: corsés franceses, corpiños, fajas, etc., así como con otros diversos accesorios de la moda. No faltaban entre tantos productos, los cuellos para camisas de hombres, cuya artificiosa compostura se ofrecía en varios modelos, siendo los más comunes el “Newcastle”, que podía tener unos 6,5 centímetros de altura, el “Marconi” y el más famoso de todos, el cuello “Palomita”. Una de las novedades que ofrecía en 1930 para su clientela eran “…guardapolvos en brin satinado blanco con cinturón a $ 2,60…”  Con la llegada del peronismo al poder, sería expropiada y rebautizada como “Grandes Tiendas Justicialistas”. Luego de 1955 aquella última palabra cayó en el olvido y pasó a llamarse “Grandes Tiendas Empleados de Comercio”, pero no duraría mucho tiempo y el “progreso” se las llevó también. La tienda estaba asegurada en 900.000 pesos  y su capital destruido fue de 1.050.000. La tienda perteneció al señor Ricardo Boch.

 

 

Entre los años 1966 y 1968, el edificio sería la base estructural de la actual casa central del Banco Ciudad, una obra que, responsabilidad de los arquitectos Manteola, Petchersky, Sánchez Gómez, Santos, Solsona y Viñoly, “…se basó en la inclusión de una pieza moderna dentro de otra del período histórico anterior, respetando la estructura arquitectónica previa y manteniendo una imagen de totalidad. Para ello se concibió una caja de cristal dentro de la estructura metálica existente, que encierra en su interior los espacios públicos y de trabajo.

 

 En el  cruce Cuyo y Florida funcionó durante muchos años uno de los grandes almacenes de Buenos Aires llamado "A la Ciudad de México", en el que trabajó como cajera la poetisa Alfonsina Storni. Desapareció la tienda a causa de un incendio en 1907.

 

Para atraer a esos potenciales clientes, una tienda importante de la calle Florida (la gran calle comercial de la época, que luego compartiría cartel con Avenida de Mayo) como A la ciudad de México –que con la llegada del peronismo sería expropiada y rebautizada como “Grandes Tiendas Justicialistas”– publicaba en 1906 un mismo aviso en cuatro idiomas: castellano, francés, inglés y alemán. “Las tiendas de Buenos Aires”, señala el arquitecto José María Peña, director del Museo, “fueron desde el comienzo del siglo XIX un lugar de reunión, en no pocas circunstancias los dueños vivían en los altos y la tienda, atendida por ellos, estaba a la calle.

 

Dos socios, Ollivier y Albert, fundaron en 1889 esta tienda, que tuvo sus instalaciones en la esquina noroeste de Florida y Sarmiento. En la noche del 25 de mayo de 1907 un incendio “…favorecido por el viento pampero que soplaba con violencia, lo destruyó todo… convirtiendo en cenizas los delicados géneros y la infinidad de preciosos artículos de que estaban repletos los escaparates…”. En sólo un año se construyó un nuevo edificio con cinco pisos, donde la sedería, los géneros de fantasía, para hábitos religiosos y de luto, los “…sombreros de gran moda, las gorras, los paletós de última novedad… las estolas para el sexo bello de todas las edades…”, guantes, calzados, perfumes, juguetes, muebles, gramófonos, máquinas de coser, artículos para viajes convivían con sus especialidades, las telas y la ropa interior femenina: corsés franceses, corpiños, fajas, etc., así como con otros diversos accesorios de la moda. No faltaban entre tantos productos, los cuellos para camisas de hombres, cuya artificiosa compostura se ofrecía en varios modelos, siendo los más comunes el “Newcastle”, que podía tener unos 6,5 centímetros de altura, el “Marconi” y el más famoso de todos, el cuello “Palomita”. Una de las novedades que ofrecía en 1930 para su clientela eran “…guardapolvos en brin satinado blanco con cinturón a $ 2,60…”. Con la llegada del peronismo al poder, sería expropiada y rebautizada como “Grandes Tiendas Justicialistas”. Luego de 1955 aquella última palabra cayó en el olvido y pasó a llamarse “Grandes Tiendas Empleados de Comercio”, pero no duraría mucho tiempo y el “progreso” se las llevó también. Entre los años 1966 y 1968, el edificio sería la base estructural de la actual casa central del Banco Ciudad, una obra que, responsabilidad de los arquitectos Manteola, Petchersky, Sánchez Gómez, Santos, Solsona y Viñoly, “…se basó en la inclusión de una pieza moderna dentro de otra del período histórico anterior, respetando la estructura arquitectónica previa y manteniendo una imagen de totalidad. Para ello se concibió una caja de cristal dentro de la estructura metálica existente, que encierra en su interior los espacios públicos y de trabajo” .

 

 

TIENDA SAN MIGUEL hoy PALACIO SAN MIGUEL

 

Tienda San Miguel (Suipacha y Mitre)
La Tienda San Miguel nace en 1857 de la sociedad de dos jóvenes españoles, Elias Romero y Patricio Gutiérrez, que se instalan inicialmente en la actual calle H. Yrigoyen, entre Chacabuco y Piedras, y en 1871 se trasladan a la esquina de Suipacha y Mitre, frente a la Iglesia de San Miguel Arcángel, de ahí el nuevo nombre que adquiere la tienda. El actual edificio data de 1926 y es obra del Arq. José Julián García Nuñez (Hospital Español), que respetó el diseño del edificio original. El rasgo característico del local son los magníficos vitreaux, en la claraboya del salón principal y en el ventanal abierto en la galería del primer piso, con la imagen del arcángel San Miguel, hechos en Buenos Aires por la firma Antonio Estruch
.


1926

 

 

 

 

 

TIENDA A LA CIUDAD DE LONDRES

 

Fue la tienda mas basta y surtida de la republica

 

 Fue fundada en 1872 por el francés Jean Brun como un pequeño negocio en Perú 76 y tuvo tanto éxito en la sociedad porteña, por la calidad de sus mercaderías y el sistema de tienda por departamentos que, en casi cuatro décadas, se convirtió en la más grande e importante de la ciudad con este imponente edificio que abarcaba parte de Victoria, de la Avenida y todo el frente por la veredaEste de Perú.

 

Para hacerle competencia la también prestigiosa Gath & Chaves levantó su Anexo en la esquina noreste, mientras la Maison Peyrú –famosa por su peluquería “Luis XVI”– se instaló en la esquina sudeste del cruce con Piedras, pero “A la Ciudad de Londres” fue la reina indiscutida hasta este mismo año del Centenario pues el 19 de agosto, a las 20.30, se incendió.

 

El siniestro duró seis horas, hubo algunos muertos y numerosos heridos y dejó a 600 empleados sin trabajo, además de afectar al mencionado Hotel Chester, a una casa de rentas propiedad de Ortiz Basualdo y a otros edificios. La residencia Beláustegui de Cazón de la esquina suroeste, que albergó a la comitiva del presidente brasileño Campos Salles en su visita de 1900, apenas se salvó de ser alcanzada por la esforzada acción de los bomberos comandados por José María Calaza a los que se sumaron numerosos voluntarios como el Payo Roqué, quien fue visto sosteniendo mangueras de impecable frac y galera...

 

Acotemos que en la planta baja de esta residencia, con entrada por el 602, funciona la Confitería Perú que hasta hace pocos años era conocida por “Montevideo Chico”, por reunirse en ella un numeroso grupo de exiliados uruguayos –que se incrementaba luego de cada revolución en el país oriental– entre los que sobresalía Florencio Sánchez.

 

Al fondo, la cúpula de la tienda A la ciudad de Londres, incendiada en 1910 y reemplazada rápidamente por un edificio muy bonito. Surgió en la calle Florida con el nombre *Los Salones Argentinos*

 

 

 A la ciudad de Londres 1894- 1910

 

Todas las compras que efectúo esta tienda fueron hechas directamente en las principales fábricas europeas (y sin ningún intermediario), lo que le permite vender sus mercaderías mucho más barato”, decía la publicidad de la tienda que no se conformaba con extenderse sobre las calles Perú, Avenida de Mayo y Victoria (H. Yrigoyen), sino que también quería dominar el mundo: “Casas en París, Lyon, Londres, Saint Etienne y Manchester”. Este empeño en diferenciarse de otros grandes comercios iba más allá de lo declamativo, o la creación de un escenario lujoso (que, en este caso, no sobrevivió a un pavoroso incendio de 1910). Además de imágenes del edificio, el Museo puso en exposición algunas reliquias: una serie de primorosos almanaques de bolsillo con dibujos de niños en escenas supuestamente que la casa obsequiaba a sus clientes.
Los primeros años del siglo coincidían con la gran inmigración, esa de europeos dispuestos a hacerse la América y países americanos dispuestos a recibir a cuantos europeos pudieran viajar en esos barcos inmensos.

 

 

"A la Ciudad de Londres", un local que había empezado en 1872 sobre la esquina de Yrigoyen y Perú. Mientras abrían la Av. de Mayo la tienda empezó a ser más y más exitosa, tanto que compró el terreno vecino que ahora daba a la nueva avenida, y construyó a fines de los 1890 el edificio. Pero en 1910 un incendio lo consumió totalmente, y lo que quedó fue demolido. La tienda se mudó a un edificio más chico y menos lindo en Corrientes y Carlos Pellegrini, que fue expropiado en 1936 para el ensanche de Corrientes. Al final, la tienda cerró, se fundió.

 

Desde 1878, su presencia se transformó en un emblema de la época. Surgida en la calle Florida con el nombre de “Los Salones Argentinos” hacia el año 1872 con sólo siete empleados, el impulso de los hermanos Jean y Hugo Brun facilitó su crecimiento, lo que los llevó a instalarse en el local que perteneciera a la en aquellos años conocida tienda del francés Arnal, llamada “La Porteña”.

 

 Esta tienda ocupaba una propiedad de la sucesión del general Bustillo, que se extendía por el lado este de la calle Perú, desde Avenida de Mayo a Victoria, actual Hipólito Yrigoyen, con ingreso principal por el número 76 de la primera de las calles mencionadas.

La Arquitectura interior suntuosa, con una gran escalera de honor, esculturas y todo con moderna iluminación a gas, tenía además bien nutridas vidrieras de exhibición hacia las tres arterias que llevaron a “A la Ciudad de Londres” a ser considerada en sus tiempos una de las tiendas más elegantes de Buenos Aires. Hasta su nombre nos refiere a una de las ciudades exponentes del prestigio de Europa en la materia. Editaba “La Elegancia”, su propia revista de moda y se promocionaba como “el rendez-vous obligatorio de todos los novios sentenciados a matrimonio con término perentorio”.

 

 Iniciaron un tratamiento personalizado al cliente, que incluía la devolución de la mercadería si ésta no le resultaba satisfactoria, así como el regalo de globos y juguetes a los niños acompañantes. Fueron además pioneros de las ventas a precio fijo, en una ciudad -y un país- en el que, según publicaciones de la época, el mundo femenino todavía estaba “acostumbrado al interminable regateo de antaño.” 

 

 También fue pionera en ofrecer a su personal un porcentaje por las ventas y premios sobre la comercialización de determinados productos. Será entre su personal que, allá por 1904, comenzará a surgir con el nombre de “Maipo Banfield” el club que con los años conoceremos como “Club Independiente”, actualmente afincado en la vecina ciudad de Avellaneda, que intervenía en torneos con otras firmas comerciales o en simples desafíos.
“Los empleados de menor edad del incipiente club Maipo pagaban su cuota social como el resto de sus compañeros, pero solo les daban el derecho a presenciar los encuentros pero no a participar de ellos. Esta enojosa situación provoco que estos jóvenes se reunieran en un antiguo bar de Victoria (ahora Hipólito Yrigoyen) y Bolívar. Ocho pibes, todos de 14 a 17 años, iniciaron la sublevación. Aprovechando la marginación de los cadetes en otras tiendas, el proyecto trascendió las fronteras de A la Ciudad de Londres. Y entonces ya nada los detuvo… ellos querían ser un club independiente. Por eso se bautizó por parto natural: “Independiente Foot Ball Club”.


El 19 de agosto de 1910 el edificio de esta tienda se incendió, resultando completamente destruidas sus instalaciones y las mercaderías, siendo las pérdidas totales. Los bomberos salvaron varias vidas, con la colaboración de marineros de la Prefectura, que se acercaron a colaborar. Superando estos avatares, el 10 de octubre del mismo año, la tienda volvió a inaugurarse, ahora en Carlos Pellegrini esquina Corrientes 999 y bajo el rubro Jean Brun y Cia. Ltda. En el mismo sitio -aunque en un edificio modernizado- funcionaría después la tienda de ropa masculina * Los 49 Auténticos*  y a posteriori la Editorial Kapelusz.

 

En la actualidad hay una confitería. Su clientela “…desde las más antiguas y respetables familias porteñas hasta los hogares más modestos, no hay persona que no piense en "A la Ciudad de Londres" cuando de hacer compras se trata, podía visitar su gran cantidad de secciones o departamentos, que eran provistos por las “casas de compra” que la firma tenía - o decía tener - en París, Lyón, Londres, Manchester, Nueva York y Filadelfia. 

 

De allí recibía mercaderías de los diversos ramos: lencería, blusas y “peignoirs”, modas y confecciones para niñas y niños, bazar y menaje, modelos y confección para señoras, sedas y tejidos, tapicería, mueblería y adornos, trouseaux, mercería, platería, instalaciones para baños, menaje y cubiertos, tocador y perfumería, bonetería, artículos para viaje, zapatería, ajuares para novias y recién nacidos, etc., justificando el considerarse “…la más vasta y mejor surtida de Sud América…” 

 

Si en 1872 empleaba siete trabajadores, para 1916 su número era de mil, sin contar los más de 2.500 que fabricaban prendas a domicilio para la firma.

 

Treinta coches especiales y diez carros eran utilizados para los repartos a domicilio y el movimiento de la mercadería desde los talleres, ya que tenía sus depósitos en Barracas, en cercanías de la calle Uspallata y avenida Montes de Oca.
“…Dos tangos le fueron dedicados: uno es de Ángel Gregorio Villoldo y se titula A la Ciudad de Londres y lleva esta leyenda: "Recuerdo Exposición Blanco y Lencería. Tienda A la ciudad de Londres. 1910 Editorial Ortelli Hnos."; el otro, pertenece a V. Nirvassed y se llama, simplemente, Tienda A la Ciudad de Londres... “


Para 1930, lejos ya de sus años de esplendor, promocionaba saldos y retazos, lotes de batones y “…pantaloncitos cortos a la inglesa en casimir fantasía de 3 a 15 años a $ 1,20…”Años más tarde y ya en un remozado edificio, se abriría - en el mismo lugar donde estuviera esta tienda -, “Los 49 Auténticos”, local de ropa para hombres, cuyo nombre deriva del precio al que ofrecía los trajes, $ 49.- sin ninguna “trampa”, según la publicidad, que también decía que aquí resultaba “su traje o su ambo… mejor que de medida”.

 

Se observa el lugar donde estaba la tienda a La Ciudad de Londres" . La barranca de la plaza San Martín cuando estaba construida- El pasaje de la izquierda era el Falucho y el edificio blanco sobre la barranca era el cuartel del retiro...( Màs tarde aparecería el Pabellón) el Plaza hotel no existía, si el Palacio Sánchez Elia en Charcas y Florida...foto 1890.

 

 

 

Avenida de Mayo y Bolívar- al lado del palacio municipal se avista A la ciudad de Londres con sus toldos.

 

 

haga click en la imagen para  ampliar (fotos panorámicas)

 

 

Recuerdo de la inauguración del nuevo y ultimo edificio Carlos Pellegrini Y Corrientes 10 de octubre de 1910.

 

 

 La tienda -A la Ciudad de Londres- después del incendio se había mudado a un edificio más chico y menos lindo en Corrientes y Pellegrini que fue expropiado en 1936 para el ensanche de Corrientes. Al final, la tienda cerró, se fundió. Se pueden ver los carteles de expropiación. Aun no se divisa el obelisco y el edificio de la derecha sobre Corrientes es el del Trust.

 

 

el incendio

 


TIENDA A LA CIUDAD DE PEKIN


Pertenecía a Julián Parra y estaba en Artes (Carlos Pellegrini) Nº 173. “No son sólo los grandes capitales, únicos factores de la evolución comercial de una casa, son las más veces el conocimiento práctico de los secretos, que determinan su espontáneo desarrollo…” dictaban crípticamente los avisos que publicaba, ofreciendo la exposición de las últimas creaciones de la moda y “…el inmenso surtido de todas las novedades y fantasías... trajes para novias, ceremonia y calle…” Pero a pesar de la verbosidad de sus “reclàmes”, no tuvo demasiada trascendencia en el tiempo, a juzgar por lo poco conocida que resulta.

 

 

 

BAZAR DOS MUNDOS

 

Callao y sarmiento - edificio J. Roger Balet-a la derecha se observa un carro repartidor de hielo

 


Tienda “Casa Argentina” (Perón y Suipacha) demolida

 

 

 

CASA DUPUY

 

Interior de la sección de modas de la tienda Casa Dupuy. Se pueden ver maniquíes con vestidos para mujeres. La foto está datada en 1886.

 

 

 

Vista interior de la sección platería de la Casa Dupuy. Buenos Aires, 1886. Se pueden ver las estanterías con los objetos de plata.

 

 

Tiendas Etam

 

Florida AÑO 1950- Vislumbra la tienda Etam. Las tiendas Etam acompañan a la mujer Argentina desde los años 20. La empresa es de origen Francés y tiene más de 3000 locales en todo el mundo. Etam nació en la Argentina en 1928 de la mano de otro alemán, Máximo Lindermann, que se asoció con la familia Grether. Para entonces, Lindermann, el padre de la marca, ya la había instalado en casi toda Europa central, siempre con socios locales.

 

En los 70, durante los años dorados de Etam, cuando exportaba lencería a Estados Unidos, los Grether compraron la parte de Lindermann. Después vinieron los 80 y dos hiperinflaciones que dejaron a la cadena en convocatoria, de la que salió hace seis años.-Steilmann cambió el management de la firma. El alemán Eckhard Freiwald es el nuevo gerente comercial. En estos días, su equipo deshoja la margarita. Debe decidir si amplía la canasta a ropa de hombres y niños y si sigue con la lencería, que explica buena parte de las ventas. Planean crecer entre el 15 y el 20% anual.-Con la crisis de las bolsas, que tiende a prolongarse, la venta de ropa está bajando.
 

 

 

 


 

Todas las imágenes e información aquí publicados han sido obtenidas de Internet, todas pertenecen a sus creadores. Si en algún momento algún autor, marca, etc. no desean que estén aquí expuestas, solicitamos que nos contacten para poder tomar las medidas oportunas. Si alguno de sus autores desea que su material sea retirado agradecemos que lo comunique ya que no pretendemos aprovecharnos de sus trabajos, solo darlos a conocer en forma de cultura y sin fines de lucro. Gracias