El amor libre y el matrimonio abierto
fueron desarrollados en el siglo 20 junto con la poligamia progresiva vía
repetidos matrimonios y divorcios el disfrute sexual fue aceptado como un
derecho humano.
Estas son solo algunas de las historias con matices diferentes ... Fueron hombres de su tiempo, con
todos los defectos y las virtudes de su época.
HISTORIAS DE AMOR
Juan Manuel de
Rosas
y Eugenia Castro : la compañera secreta
Ella era apenas una adolescente
treinta años menor que él, frágil y bella, que cuidó
a Encarnación Ezcurra, la mujer del Restaurador, hasta que murió. Con los años,
junto a su “fiel servidora”, Rosas mantuvo una relación afectuosa pero algo
distante, que fue un secreto a voces.
Fue una relación amorosa asimétrica.
Eugenia tenía 14 o 15 años y era
huérfana de padre y madre cuando empezaron sus amores con Rosas. Morocha,
bonita, grácil, con cierto aire de abandono y la timidez de quien no se siente
dueño de nada y vive temeroso de incomodar. Juan Manuel Rosas, rubio y apuesto, de noble linaje, 45 años, viudo y con dos
hijos mayores, Juan y Manuela, ejercía el cargo de gobernador de la provincia de
Buenos Aires y era, virtualmente, el dictador de la Confederación Argentina.
¿Qué podían
tener en común la joven huérfana y este hombre poderoso?
Al principio
Eugenia cuido de la esposa de Rosas ya moribunda
El
padre de Eugenia, el coronel Juan Gregorio Castro, un militar como tantos, había
dejado a sus hijos encomendados al gobernador. Así, como tutor y pupila, se
conocieron al principio
Rosas y Eugenia.
La huérfana, como se acostumbraba entonces, fue colocada por su tutor en lo de
una familia conocida, donde hasta los sirvientes la maltrataban. La niña se
quejó y Rosas optó por llevarla a su casa, para que cuidara a su esposa,
Encarnación Ezcurra, en su última enfermedad. Ella se
desempeñó con ternura y eficacia, y la moribunda se lo agradeció. Eugenia
pensaba quizá que en ese gran caserón de la calle del Restaurador su presencia
pasaría inadvertida. No fue así. Su incipiente belleza sedujo a uno de los
miembros de ese numeroso clan (tíos, primos, sirvientes, antiguos esclavos y
agregados).
Eugenia dio a luz varias veces...
Eugenia dio a luz una hija, bautizada
Mercedes, cuya paternidad se
atribuyó a un sobrino de la difunta señora. Después, en la medida en que nacían
otros hijos, Ángela (1840), Ermilio (1842), Nicanora (1844), y más tarde Joaquín
y Justina, para los habitantes de esa casa no hubo misterio: Rosas había
convertido en su amante a esa niña, apenas una adolescente.
Ese amor, que duró desde 1839 hasta la batalla de Caseros en 1852, se mantuvo
oculto. Fue un secreto entre muchos, es decir, conocido por la familia, los
servidores y el círculo íntimo del gobernador.
Amores de
Juan Manuel
Belgrano
Comenzó su carrera militar
peleando contra los ingleses.
Murió pobre y abandonado. Fue un hombre galante a
quien gustaban apasionadamente las mujeres.
Una historia pésimamente documentada difundió comentarios que
rozaron
su imagen de varón,
fundamentados
en un episodio que se
registró en campaña
en el cual la
proverbial discreción del prócer se interpretó arteramente.
Manuel José Joaquín del
Corazón de Jesús Belgrano
estuvo muy relacionado con la alta sociedad y así conoció a María
Josefa Ezcurra, hermana de la famosa Encarnación Ezcurra de Rosas, esposa de
Juan Manuel de Rosas. De esta relación nació un hijo que luego adoptó
Rosas. Pedro Pablo nació en Santa Fe y recién a los 18 años se enteró
de su verdadera filiación.
La
relación amorosa se inició tras una tertulia. María Josefa se había casado muy
joven con un primo, Juan Ezcurra, y luego de nueve años de matrimonio, se
separaron. Belgrano, debido a su rango, puedo haber elegido esposa en los
lugares más destacados, Buenos Aires, Córdoba, Salta, Jujuy, Santiago del
Estero, de donde provenía su familia materna. Belgrano era delgado, de cutis
blanco, pelo rubio y ojos azules. Era buen mozo, abogado, culto, había ocupado
altos cargos, y estaba relacionado con todas las familias de la sociedad
porteña. Sin embargo, nunca se casó.
Manuel Belgrano tubo muchas relaciones de alta sociedad, como lo fue María
Josefa Ezcurra (1785-1856) hermana de la famosa Encarnación Ezcurra de Rosas,
esposa de Juan Manuel de Rosas. De esta relación tubo un hijo ilegitimo, que fue
adoptado y criado por Rosas, que se llamó Pedro.
Luego había tenido por amante a la
francesa Isabel Pichegru.
Aquella
mujer que escandalizaba a sus contemporáneos con sus modales y esas
osadías inexplicables de los vestidos cortos y ajustadísimos; que no le había
resultado una relación sin importancia, porque para cuando conoce a Dolores, aún
tenía el espíritu comprometido por aquellos tormentosos amores.
No estaba en el destino de Belgrano lograr un amor en el que reposar sus
muchos pesares.
Su
más grande amor fue una niña de 15 años que conoció en Tucumán. Se llamaba María
Dolores Helguera y quiso casarse, pero en enero de 1818 recibió la orden de
marchar hacia Santa Fe. Pero Dolores estaba embarazada y sus padres la obligaron
a casarse con
un tal Rivas.
El 4 de mayo de 1819 nació la hija de la pareja, Manuela Mónica del Corazón de
Jesús Belgrano. Los enamorados volvieron a encontrarse pero no pudieron casarse
porque el divorcio no era legal.
Pasaron los años, y a mediados de 1816, Belgrano estaba nuevamente al mando del
Ejercito del Norte. Vivía en La Ciudadela, próxima a la ciudad de Tucumán.
Dolores ya tenia 19 años, y era una hermosa tucumana de buena familia. El
general, que tenia 46 años, se enamoró de ella, y fue correspondido en su amor.
A lo largo de dos años no dejaron de verse, y fueron el comentario social. Como
dice Fray Jacinto Carrasco: "Su conducta fue siempre clara y recta".
Por eso, cuando vio que nacía en su corazón ese amor por la joven tucumana, y su
conciencia no le permitía llegar a ella sino por el matrimonio, resolvió casarse
con Dolores; y se hubiera casado, si la fatalidad no se hubiera interpuesto en
el camino". En efecto, Belgrano recibió ordenes del gobierno de marchar rumbo al
sur, finalizando 1818.
Pasaron los meses, y una tarde, estando acampado en Pilar, llegó un criado de
los Helguero, Sanchu, trayendo una carta de Dolores; en ella le decía que hacia
dos meses (el 4 de mayo de 1819), había nacido Manuela Mónica del Sagrado
Corazón, agregando que por orden de sus padres, había tenido que casarse con un
catamarqueño de apellido Rivas.
Cuando Rondeau le autorizó dejar su cargo para poder atender su salud, que
empeoraba cada día, partió rumbo a Tucumán, adonde llego en noviembre de 1819.
Dolores, apenas enterada de la llegada del general, corrió a su lado, y junto a
su hijita, se hizo más llevadero el sufrimiento por el que pasaba Belgrano. El
marido de Dolores estaba desde tiempo atrás en Bolivia, y Belgrano mandaba
continuamente a averiguar si todavía vivía, porque de lo contrario, él quería
cumplir su promesa de casamiento con Dolores. Debido a su enfermedad, partió a
Buenos Aires en un viaje sin retorno. Dolores tenia entonces 23 años y su hija
Manuela cumpliría un año.
HECHOS CURIOSOS
María Josefa
Ezcurra, cuando
la
abandonó
su marido, podía vivir con él, en libertad, el viejo amor que los
unía. Permanecieron juntos en la Campaña del Norte, hasta que
embarazada, regresó para tener a su hijo, el que por convenciones
sociales, no fue un Belgrano, sino un Rosas, cuando Juan Manuel y
Encarnación Ezcurra lo hicieron pasar por hijo propio.
Del romance
con María de los Dolores Helguero nació Manuela Mónica del Corazón de
Jesús Belgrano, a la que el patriota le dedicó el más tierno amor y no olvidó a
“su palomita”, como él la llamaba, ni en el lecho de muerte. En su testamento,
redactado en mayo 1820, encomienda su crianza a su hermana Juana, e instrucción
y dirección espiritual a su hermano sacerdote.
Manuela Mónica tenía apenas un año,
antes de partir definitivamente de Tucumán a Buenos Aires, Belgrano pidió verla
por última vez, y quizás ese recuerdo haya sido una luz en su agonía.
De acuerdo a los deseos de su padre Manuela fue llevada a Buenos Aires y vivió
junto a sus tíos Juana y Domingo Belgrano. Juan Bautista Alberdi se enamoró
perdidamente de ella, pero el romance no prosperó.
El 20 de junio de 1820 muere derrumbado por la sífilis y la hidropesía, pobre y
abandonado por su patria. Fue el primer sifilítico que atendieron médicos
españoles y criollos. Solo un periódico de Buenos Aires, El Despertador Filantrópico, sacó
un
artículo sobre la muerte del prócer, y muy escuetamente. Para colmo de males, 83
años después, cuando su cadáver es exhumado para ser trasladado al mausoleo en
el que se encuentra hoy, los Ministros Joaquín V. González y el coronel Riccieri
se robaron sus dientes. Uno de los únicos restos del prócer que no se habían
transformado en polvo. Luego de las quejas de un periodista del diario La Prensa
tuvieron que devolver los dientes del pobre y vapuleado Belgrano.
Juan José
Castelli, nació en 1764 en Buenos Aires, hijo de un veneciano nacido en Nici, en
el Peloponeso. Por su madre era primo segundo de Manuel Belgrano, hijo de
genovés. También por su madre, descendía de la gran familia de los Casco de
Mendoza, descendientes por línea materna de Domingo Martínez de Irala. Fue
relator de la Real Audiencia de Buenos Aires. En 1810 formó parte de la Primera
Junta de Gobierno como secretario. Fue enviado por la Junta como representante
en el ejército libertador del norte que comandaba González Balcarce. Falleció en
octubre de 1812 mientras era sometido a un proceso en el que se juzgaban los
resultados de esta campaña militar.
Pedro
Castelli, nacido en 1796, era hijo de Juan José. Fue miembro del Regimiento de
Granaderos a Caballo, organizado y comandado por el coronel José de San Martín.
Con los granaderos tomó parte en el glorioso combate de San Lorenzo. Luego pasó
a las órdenes del General Rondeau, tomando parte del sitio de Montevideo. En
1839 se plegó a la revolución contra el gobernador de Buenos
Aires, Juan Manuel de Rosas, donde encontró su muerte.
Amores de
Sarmiento
Sarmiento
había tenido una vida amorosa turbulenta.
Sarmiento nació el 15 de febrero de 1811 en el
Carrascal, uno de los barrios más pobres de la
ciudad de San Juan. Era hijo de José Clemente
Quiroga Sarmiento y Ana Paula Albarracín. Los
primeros maestros de Domingo fueron su padre y su
tío José Eufrasio Quiroga Sarmiento, quienes le
enseñaron a leer a los cuatro años. Cuando terminó
la primaria, su madre, Doña Paula Albarracín, quiso
que estudiara para sacerdote en Córdoba, pero
Domingo se negó y tramitó una beca para estudiar en
Buenos Aires. No la consiguió y tuvo que quedarse en
San Juan donde fue testigo de las guerras civiles
que asolaban la provincia. Su nombre completo era
Faustino Valentín Quiroga Sarmiento, pero
familiarmente era llamado "Domingo", ya que ese fue
el nombre que quiso ponerle su madre y no pudo. La
historia hizo que perdurara el "Domingo" hasta
nuestros días.
Cuando
residió en Chile había seducido a una de sus alumnas y tuvo con ella una hija
ilegitima.
En
1831 se vio obligado a emigrar hacia
Chile, donde realizó
distintas actividades para subsistir. Durante este tiempo trabajaba como
profesor en una escuela con muy pocos alumnos de la provincia de Los Andes,
donde tuvo con una alumna - María Jesús del Canto, con quien nunca se casó - a
su única hija
Facunda (Ana Faustina) quien fue criada por los padres de Sarmiento
y sus 4 hermanas.
Ana Faustina se casó con Julio Belín y tuvo un hijo, Augusto Belín
Sarmiento. Ella lo acompañó en sus últimos días.
Ana
Faustina
La sobrina de Fray Justo
Santa Maria de Oro lo enamoró
Elena Rodríguez de Oro fue
otra joven que había sido su alumna y Sarmiento pidió su mano a su madre doña
Transito Oro a través de una carta pero el pedido amoroso fue rechazado por la
madre y también por la hija.
Se casó con
Benita Martínez Pastoriza, viuda de su amigo Domingo Castro y Calvo
Una
vez finalizado su viaje por el mundo, en
1848 se casó con Benita
Martínez Pastoriza, viuda de su amigo Domingo Castro y Calvo, y adoptó al hijo
de estos, Domingo Fidel
("Dominguito");
y se instaló en el
barrio Yungay
de la ciudad de Santiago. Fue una larga relacion pero gran parte de la
historia se manifestaron los celos de ella. El se sintió asfixiado por su
mujer como se revela en sus escritos.
Benita
Martínez Pastoriza
Otra de las
amantes de Sarmiento, fue
Juana Manso, docente que introdujo la
educación mixta en la Argentina.
Juana Manso
fue la mujer que más luchó en la Argentina del siglo XIX, para promover la
educación popular.
Es considerada por muchos la
primera militante feminista argentina.En 1841 en dos habitaciones de su casa
Juana Manso funda el Ateneo de las Señoritas en Montevideo allí enseñaba a las
jóvenes y señoras del Uruguay en aritmética, lectura, labores, el cuidado de los
modales de las damas, lecciones de moral, gramática, francés, piano, canto y
dibujo. De todos los rincones llegaban a estudiar allí.
Con Sarmiento como
presidente, fundó 34 escuelas con bibliotecas públicas. Junto a esto introdujo
el inglés, las planillas por asistencia, la realización de concursos para los
puestos directivos, promovió un proyecto de profesionalización docente en la
legislatura de Buenos Aires. Distribuyó Los Anales, fue la primera mujer vocal
del Departamento de Escuelas en 1869. En 1871, fue incorporada por
Nicolás Avellaneda
en la Comisión Nacional de Escuelas, siendo la primera mujer que ocupó ese
cargo.
Cuando estuvo en Estados Unidos también tuvo una
relacion con su maestra de Ingles
Allí, como embajador,
conoce a una profesora de inglés, Ida Wickersham, casada con un médico. Ella era
puritana y 25 años menor que el. Este fogoso romance duró bastante tiempo
en que ella le era infiel a su marido en su propia casa. Una vez
divorciada siguió contactada por carta y le pide a Sarmiento, ya como presidente
de la República Argentina, que la traiga con el grupo de maestras
norteamericanas. Pero Sarmiento llevaba en su corazón el amor de Aurelia.
Aurelia Vélez Sarsfield, la mujer que amó a
Sarmiento
a pesar que el tuvo muchísimas relaciones
posteriores a cuando se conocieron pero el volvía a
ella...
El libro de su vida sentimental
incluye un capítulo apasionante. Cuando en 1855
Sarmiento vuelve nuevamente a su patria, nace un
nuevo amor, Aurelia Vélez Sárfield, a quien conoció
en Montevideo en 1840, cuando ella era una niña de 9
años, pero ahora descubrió a una mujer bella,
inteligente, escritora. También política, tal vez la
mujer ideal, sin contar que él todavía estaba casado.
Hija menor de Dalmacio Vélez Sarsfield Y Daniela Velásquez Piñeiro , el
padre uno de los más grandes opositores al gobierno de Juan Manuel de Rosas.
Aurelia nació en 1836, y se educó en el seno de una familia aristocrática y
en 1853 se casó con su primo hermano a los 17 años, el doctor Pedro Ortiz Vélez,
de quien se separó a los ocho meses acusada de adulterio ya que su cónyuge la
encontró abrazada a otro hombre. Después de esos hechos vergonzosos en
1860, Aurelia inició una relación sentimental con Domingo Faustino Sarmiento que
conocía desde los nueve años y era un hombre 25 años mayor que ella. Esta
relacion se mantuvo clandestina por 5 años y también se prolongó a lo
largo de toda sus vidas, pero desató un escándalo cuando la esposa de este
prócer, Benita descubrió la situación y lo atormentaba con los celos. En cambio
Aurelia siempre le fue fiel a Sarmiento. Jamás vivieron juntos a pesar que
Sarmiento ya no convivía con Benita. Aurelia era una mujer muy culta cuando la
mayoría de las mujeres eran analfabetas en un mundo donde la mujer había quedado
relegada a las tareas domesticas dentro del matrimonio. El llegó a la
presidencia y Aurelia partió hacia Europa para acallar el escándalo . En 1888, a
los 77 años, decidió mudarse a Paraguay. Desde allí le escribe a su amada,
Aurelia : Venga y juntemos nuestros desencantos para ver sonreír la vida".
Aurelia viajó al Paraguay, y lo acompañó durante esos meses, pero tuvo que
viajar a Buenos Aires a principios de Septiembre. Sarmiento murió el día 11 de
ese mes de 1888. De acuerdo a su voluntad, su cuerpo fue cubierto con las
banderas de Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, y trasladado a Buenos Aires.
Aurelia viaja al Paraguay pero no llega a verlo
con vida. Si estuvo uno de sus grandes afectos, su única hija, Facunda
(Ana Faustina)
y sus nietos.
Aurelia Vélez Sarsfield
HECHOS CURIOSOS
La
relación con Aurelia perduró hasta la muerte de Sarmiento,
en 1888. Aurelia veinticinco años menor que el falleció en 1924
a los 88 años dejando en su testamento las atesoradas cartas de
Sarmiento.
Sarmiento había
aprendido en los EE.UU. la importancia de las comunicaciones en un país extenso
como el nuestro. Durante su gobierno se tendieron 5.000 kilómetros de cables
telegráficos y en 1874, poco antes de dejar la presidencia pudo inaugurar la
primera línea telegráfica con Europa. Modernizó el correo y se preocupó
particularmente por la extensión de las líneas férreas. Pensaba que, como en los
EE.UU., el tren debía ser el principal impulsor del mercado interno, uniendo a
las distintas regiones entre sí y fomentando el comercio nacional. Pero éstos no
eran los planes de las compañías británicas inglesas, cuyo único interés era
traer los productos del interior al puerto de Buenos Aires para poder
exportarlos a Londres. En lugar de un modelo ferroviario en forma de telaraña, o
sea interconectado, se construyó uno en forma de abanico, sin conexiones entre
las regiones y dirigido al puerto. Este es un claro ejemplo de las limitaciones
que tenían los gobernantes argentinos frente a las imposiciones
del capital inglés. La red ferroviaria paso de
573 kilómetros a 1331 al final de su presidencia.
El bastón que usó Domingo
F. Sarmiento fue un regalo de Justo J. de Urquiza, y la banda de Nicolás
Avellaneda, obsequio de Sarmiento. Esta banda también la usó para jurar José
María Guido, quien a la vez posó para la foto de rigor con el bastón
presidencial que había utilizado Victorino de la Plaza. Eduardo Lonardi se calzó
la banda de Hipólito Yrigoyen. Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde usaron la
banda y el bastón de Raúl Alfonsín, ya que en medio de la crisis política y
económica que atravesaba el país, resultó imposible la confección de esos
atributos en tan poco tiempo.
Amores
de Bernardino Rivadavia
Considerado primer Presidente
Argentino.
Se casó con la hija del virrey
Joaquín del Pino y tuvo una relación tortuosa con su familia. Suprimió los Cabildos –últimos resabios de la época colonial- y creó
una novedosa ley electoral en la que se establecía una serie de
medidas acerca de quienes podían votar.
Bernardino de la
Trinidad González de Rivadavia y Rivadavia nace en 1780.
Era hijo de
Benito González Ribadavia,
abogado, español, y María Josefa de Rivadavia y Rivadaneira. Su
apellido original era González, pero cuando se casó con una prima,
de apellido Rivadavia adoptó este apellido como su segundo apellido.
Su hijo
Bernardino Rivadavia
eliminaría el González y transformaría Ribadavia en Rivadavia. Lo
mismo haría su hijo
Santiago Rivadavia.
Bernardino comenzó sus estudios en el Colegio San José de San Carlos
en 1798. Hacia 1806 bajo el contexto de las invasiones inglesas,
Rivadavia se incorpora a las milicias, bajo el grado de Capitán en
el cuerpo de “gallegos”. El 14 de agosto de 1809, Rivadavia contrae
matrimonio con una joven distinguida de la elite porteña: Juana del
Pino y Balbastro, hija del octavo virrey Joaquín del Pino. Su
luna de miel la pasaron en Las Palmas una estancia de Zarate. Esta
es
la más antigua de todas las estancias
que componen el circuito rural de ZARATE, Exaltación de la Cruz y
Campana. Su nacimiento data de la primera mitad del siglo 17 cuando
los jesuitas compran las tierras a Francisco de Manzanares. Sus
dominios llegaban al río Paraná de las Palmas y años después fue
parte de la gran estancia de Areco, que se extendía hasta el río
Areco.
Juanita del
Pino
A los quince años Juana se trasladó con su familia desde Montevideo
a Buenos Aires, porque su padre había sido designado Virrey del Río
de la Plata en el año 1801. Juana conoció a Bernardino en una de las
ceremonias que organizaba su padre, anualmente Joaquín del Pino
recibía a los doce mejores alumnos del Real Colegio de San Carlos.
Allí, los alumnos daban sus respetos al virrey y compartían la
tertulia con su familia, entre ellos estaba Bernardino. Así, fue que
Juana con 17 años y Rivadavia con 23 se conocieron. De por sí
Rivadavia no tenía un carácter alegre, por el contrario, era
retraído, algunos lo definían como eternamente triste. Quizás esta
personalidad apática se debía a su historia personal atravesada por
las tragedias: su hermana mayor, Tomasa, había quedado ciega; su
madre, doña Josefa había muerto cuando él tenía solo seis años; su
padre, don Benito, se había casado nuevamente a poco de quedar
viudo. De esta forma, todas estas experiencias habían creado a un
joven entristecido y de carácter amargo. Incluso, su aspecto físico
tampoco lo beneficiaba, era regordete, petiso y para algunos
“decididamente feo”, de tal manera que estas características físicas
fueron el blanco perfecto para sus enemigos quienes lo apodaron como
“El mulato”. Sin embargo, más allá de estas cuestiones poseía una
“respetable cultura” para la época. Quizás, fue este capital
cultural lo que conquisto a Juanita del Pino. Quizás también esta
historia demuestra que el amor es “ciego” y algunas veces también
“tonto”. Estos jóvenes mantuvieron un romance aburrido y
reglamentario durante seis años. Antes de casarse, Joaquín del Pino
fallece. Un año después, la joven pareja se unía en matrimonio.
Sus hijos
Muy
pronto, nació su primer hijo, Benito. Luego, nacería Constanza, en
1812 y Bernardino Donato en 1814. Al poco tiempo, Rivadavia viaja a
Londres para gestionar negocios del Estado. De esta forma, Juana del
Pino se queda sola, muy enamorada, comienza a sentirse abandonada
por su reciente esposo. A través de las cartas que le enviaba a
Bernardino da cuenta del temor que tenia ante la situación tensa de
la política internacional. Su esposo hace caso omiso: comunicándole
que viajará de Londres a Francia. Ante el desprecio de su
esposo, Juana llora a escondidas. Pero su tristeza no acabará en
este hecho, en 1816 muere su madre y su hija Constanza de cuatro
años, mientras que Rivadavia se entretiene con negociaciones
diplomáticas en el viejo mundo, sabiendo la terrible noticia. Ni
siquiera la declaración de la Independencia hace que vuelva.
Abandonada, intenta reunirse con su esposo pidiendo al director Juan
Martín de Pueyrredón, viajar a Europa con sus hijos. No obstante,
este pedido es desestimado por falta de fondos. Incluso, el gobierno
central le recorta la pensión que recibía como esposa de funcionario
trabajando en el exterior.
En vano fueron todos los reclamos a su esposo, al cual llamaba
“hijito”, en una carta de 1819, le recuerda la situación de otros
matrimonios que se han disuelto precisamente por estar tanto tiempo
sin verse y le ruega que no ocurra lo mismo con ellos, ya que sigue
muy enamorada. La batalla entre Juana y la política por la atención
de Rivadavia, quizás terminó cuando éste se retiro oficialmente de
la vida pública. Pero no es así, en 1829 viaja a Francia dejando a
su familia en Buenos Aires, esto demuestra que este desprecio iba
más allá. En su estadía por París, retoma su oficio de traductor:
"La Democracia en América" de Tocqueville; "Los viajes" y "El arte
de criar gusanos de seda" de Dándolo.
Muere Juana
En 1834,
retorna a Buenos Aires, pero no puede desembarcar por una
prohibición del gobierno de Viamonte, Juana y su hijo Martín que lo
estaban esperando en el puerto, deciden subir al barco, sumándose al
exilio de Bernardino. Sus hijos mayores, Benito y Bernardino, tienen
otros planes: se han sumado a la causa federal y están luchando para
que Juan Manuel de Rosas asuma definitivamente el poder. Parte
de la familia exiliada, se instalan en Colonia y luego pasan a
Brasil, allí, debido a un accidente doméstico, Juana del Pino muere
en diciembre de 1841. Ante este hecho, su hijo Martín, decide volver
con sus hermanos y Rivadavia en 1842 parte hacia Cádiz. Esta
relación tortuosa que mantuvo Bernardino con su esposa y sus hijos,
quizás se deba a que nunca tuvo una familia, su historia personal
cruzada por la muerte y el abandono de su padre es prueba de ello.
Muere Bernardino
Rivadavia
pasó luego al
Brasil y volvió
definitivamente a
España a finales
de
1842, falleciendo
en la ciudad de
Cádiz el
2 de septiembre
de
1845.
En
Cádiz, se instaló junto a dos sobrinas, en una modesta casa del barrio
de la Constitución. Tenía sesenta y cinco años cuando hizo modificar su
testamento al advertir que sus sobrinas le estaban robando la poca plata
labrada que le quedaba. El 2 de septiembre de 1845, pocos días después
de este episodio, murió pidiendo que su cuerpo "no volviera jamás a
Buenos Aires". Tras la caída de Rosas se redactó la Constitución
Argentina de 1853, siendo Justo José de Urquiza el primero en asumir por
el cargo presidencial establecido allí. Sin embargo, Buenos Aires
rechazó dicha Constitución y se apartó de la Confederación, declarándose
independiente de la misma como el Estado de Buenos Aires. Bartolomé
Mitre fue el primer presidente de la Argentina unificada.
Rivadavia, al igual que Mitre y Sarmiento, ocupó
como sede del poder ejecutivo la antigua “Casa
de los Virreyes”, una simple construcción
emplazada dentro del fuerte de Buenos Aires, que
a partir del año 1776 fue utilizada por los
delegados del Rey de España como su residencia
oficial. Entre las décadas de 1850 y 1870 el
fuerte fue demolido y junto con sus muros y
bastiones desapareció la primitiva Casa de
Gobierno, y es hasta el día de hoy que no se
tienen registros de a donde han ido a parar los
muebles y sillones que usaron nuestros primeros
mandatarios.
A pesar que en su testamento pidió que
sus restos «no fueran
enterrados en
Buenos Aires y
menos en
Montevideo»,
éstos fueron repatriados en
1857, rindiéndole
el gobierno honores de Capitán General ante una multitud calculada en
60.000 personas. En ese año se dispuso darle su nombre a la
avenida más larga de Buenos Aires.
Sus restos descansan en un mausoleo en la
Plaza Miserere de
la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
sobre dicha avenida, desde
1932.
HECHOS CURIOSOS
La Avenida Rivadavia es, como todos saben, la más larga del mundo.
Nace en la Ciudad de Buenos Aires, junto al Rio de la Plata. Se
extiende por 18 kilómetros y medio dentro de la Ciudad de Buenos
Aires, luego por 35,2 kilómetros por la provincia de Buenos Aires
hasta Morón. Después es la Ruta Nacional Número 7.
En 1580
Juan de Garay repartió tierras que comprenden el partido de Zarate
habitadas primitivamente por los guaraníes y otras tribus menores.
Los principales propietarios fueron Rodrigo de Ibarrola y
Domingo de Arcamendia. En 1650 la compañía de Jesús adquirió
estos campos y formo varias estancias y se destaca Las Palmas
comprada también por los jesuitas. A cargo estaba el padre Tomas de
Ureña con mano de obra de los indios basada en la agricultura y la
ganadería. La estancia fue un centro de cultura y progreso. En 1785
fue rematada en subasta publica y adquirida por José Antonio
de Otalora, vasco,
funcionario y militar
americano, uno de los más ricos e influyentes comerciantes y
hacendados de
Buenos Aires
de la última mitad del
siglo XVIII
y comienzos del siguiente.
La casona de la
estancia Las Palmas fue construida a fines del siglo 18 y
desapareció en 1957 en un incendio y lo poco que quedaba en ruinas
fue demolido. Su nombre fue por el rio Paraná de las Palmas. El
casco actual tiene influencias de la arquitectura rural de
principios del siglo 19 y se encuentra en lo que fue la cabaña
construida por el coronel Urquiza. Éste, plantó la arboleda de las
avenidas actuales e hizo diseñar el parque y el hipódromo que lo
rodeaba. Actualmente, se acondicionó el antiguo galpón del casco de
la estancia para realizar un museo donde se muestran las reliquias
históricas de la propiedad y la colección de carruajes antiguos. Hoy
pertenece a los Urquiza -Anchorena. Frente a la estación se
abre la tranquera de "Las Palmas".
En
Las Palmas se produjeron importantes acontecimientos históricos, ya
que en 1807 son alojados seis oficiales ingleses prisioneros
pertenecientes a las tropas que habían invadido Buenos Aires
(invasiones inglesas). En 1811 es saqueada por los corsarios que el
día anterior habían incendiado el incipiente pueblo de Zárate, los
mismos que en agosto de 1813 en un intento de desembarco, en los
mismos campos, fueron rechazados por los Granaderos a Caballo, al
mando del entonces Alférez Ángel Pacheco. José Antonio vivió también
en la casona familiar de la calle del Correo, hoy Perú, hasta que la
vendió y construyó una más confortable en Florida 517. En la cochera
de la primera guardaba la carroza que sería llamada "del Santísimo"
al donarla a la Catedral Metropolitana de Buenos Aires y ser usada
para transportar a los sacerdotes que suministraban los sacramentos
a los moribundos. Su riqueza e influencia le permitió de acuerdo a
las costumbres de la época ligar a sus 8 hijos e hijas con algunas
de las principales familias del país:
Manuela Josefa se casó con el coronel español Manuel José Soler y
Bernabeu y fueron padres del gral Miguel Estanislao Soler, destacado
militar de la independencia.
Ana María Salvadora Otálora se casa con Benito González Ribadavia
(1801), fue la segunda esposa de Benito González Ribadavia, padre de
Santiago y Bernardino Rivadavia. Ana María Salvadora Otálora
falleció en la estancia familiar de las Palmas en 1857, a los 95
años. Otros hijos de José Antonio fueron
María Bárbara Martina con Fermín Francisco Aoíz Larrazábal, Ministro
de las Reales Cajas de Potosí y del Tribunal de Cuentas de Buenos
Aires,
José Antonio Eustaquio con Josefa Leonarda Aoíz Martínez de Arce
(1795),
Francisca con Juan José Reyna (1793) y
Saturnina contrajo matrimonio con el presidente de la Primera Junta
de gobierno Cornelio Saavedra. En 1821 se reparte la estancia entre
los ocho hijos de Otarola, que había fallecido años antes, y la
fracción que contenía el casco le toca a Ana María Otarola de
Rivadavia, quien vivirá allí hasta su fallecimiento en 1857, en
compañía de su sobrina María Cipriana Soler de la Torre y su esposo
Rufino de la Torre quien explotó la estancia considerándose el mejor
estanciero de los tiempos. Rosas confisco los campos de esta familia
y tuvieron que exiliarse en Uruguay. Luego de Caseros la familia
volvió a Las Palmas. Fallecido Rufino de la Torre hijo, sus
herederos vendieron la estancia en 1883 a Benito Villanueva,
distinguido caballero de la sociedad porteña, presidente del Jockey
Club por siete años y vicepresidente interino de la Nación. También
excelente criador de caballos de carrera pura sangre. Benito
Villanueva enajenó las Palmas a favor del coronel Alfredo de
Urquiza, nieto del gral Urquiza casado con Lucila Anchorena, hija de
Juan Anchorena, quienes hoy sus descendientes son dueños.
A principios de siglo, Zárate
comenzaba a convertirse en importantísimo polo industrial, que conformaban los
frigoríficos "The Smithfield and Argentine Meat Company, Ltd", "Anglo" y "Las
Palmas", la fábrica de papel "La Argentina", el Arsenal de Artillería de Marina,
y los ferrocarriles Central Argentino (actual Gral. Mitre) y Central Buenos
Aires (hoy Gral. Urquiza), éste último inauguró en 1908, con la presencia del
Presidente Figueroa Alcorta, el servicio de ferry-boat para unirse con las
líneas de la Mesopotamia, pudiendo llegar hasta Asunción del Paraguay. En 1934,
se inaugura la central telefónica, siendo la primera del país con sistema
automático. La Central Nuclear Atucha comienza a funcionar en 1974 siendo la
primera usina atómica del país. Y en 1977 se inaugura el complejo Ferrovial
Zárate - Brazo Largo, reemplazando al ferry-boat y a las balsas, activando así
la ruta turístico comercial con la Mesopotamia y los países vecinos.
Amores de
Mariano Moreno
Una de las primeras
tragedias de la historia Argentina. Historia
de amor que unió a María Guadalupe Cuenca con Mariano Moreno.
Guadalupe… estaba destinada por su madre (Manuela Cuenca) a ser monja luego de
la muerte de su padre.
Mariano… realizaba estudios sacerdotales. El se había enamorado de ella cuando
vio su imagen en un camafeo en un negocio del lugar y decidió averiguar quien
era esa joven que lo había deslumbrado.
Tanto los Moreno como los Cuenca ansiaban para sus hijos un destino religioso
por ello los jóvenes sabían que su unión iba a ser conflictiva.
Recién a partir de los 25 años los jóvenes se podían casar sin el consentimiento
de los padres. Las mujeres solían casarse con hombres bastante mayor que ellas y
por ese tema enviudaban a muy temprana edad.
La pareja era MARIANO MORENO Y GUADALUPE CUENCA. El símbolo del periodismo en la
Argentina, pero fue enemigo de la libertad de prensa.
Mariano y Lupe se casaron a poco de conocerse y un año después, el novio tenía
25 años y la novia 15 cuando se unieron en matrimonio a espaldas de los padres
de Mariano. El era abogado desde 1804. Vivian con la familia de Guadalupe en el
Alto Perú.
Al mes siguiente queda embarazada y en marzo de 1805 nació su único hijo,
Marianito. El vinculo entre ellos duro solo 7 años.
Ya ubicado en Buenos Aires, Moreno trabaja en la Audiencia y es abogado del
Cabildo. Pronto llegarán la Semana de Mayo de 1810, un cargo de secretario de
guerra y gobierno de la Primera Junta y Saavedra el de presidente de la primera
Junta. Moreno obtuvo la dirección del primer diario patriota, La Gaceta. También
abrió una biblioteca publica. Mariano defendía la igualdad de la ley ante los
hombres, apoyaba la ley de comercio, estaba en contra de la corona Española,
atacaba al monopolio y al contrabando generalizado. En diciembre de 1810
presenta su renuncia desde esa época salió
por las noches armado y vestido de Fraile. Sabia que corría peligro ya que había
recibido amenazas y persecuciones.
En enero de 1811 partió en misión diplomática a bordo de la goleta inglesa "Fame",
en viaje a Gran Bretaña.
En Buenos Aires su joven esposa recibía una encomienda anónima con un abanico
negro, un velo y un par de guantes negros que le anunciaba que se quedaría
viuda. Ella comenzó a escribir cartas que Moreno jamás llegaría a leer.
Guadalupe le escribió 14 cartas a Londres, sin saber que él ya estaba muerto.
Se embarcó deprimido el 24 de enero de 1811 en la nave inglesa La Fama, para
morir en alta mar el 4 de marzo. Su cuerpo fue envuelto en una bandera inglesa y
arrojado al mar (28° 7’ S, a unos kilómetros de la costa de Brasil, cerca de la
isla de Santa Catarina), tras unas salvas de fusilería.
Hay dudas sobre su posible muerte por
envenenamiento. También su hermano Manuel Moreno se había embarcado con el.
A las cinco de la tarde arrojaron su cuerpo al mar envuelto en una bandera
Britanica. "Le dieron una salida elegante nombrándolo agente diplomático en
Londres.
La viuda desconsolada por 43 años conservó
su viudez hasta que falleció.
HECHOS CURIOSOS
En
el solar que ocupa el ex Banco de Boston sobre la calle Bartolomé
Mitre se encontraba la casa que habitaron mariano Moreno y su mujer
Maria Guadalupe Cuenca entre 1800 y 1811.
Desde
fines del siglo XIX, los historiadores clásicos lo elevaron al grado de máximo
prócer civil. Eran historiadores liberales —casi todos eran abogados— y veían en
él a un abogado revolucionario, patriota y liberal. Llegaron a afirmar que era
el “alma de la Revolución” y acusaron a Saavedra de contrarrevolucionario por
oponérsele.
Como director
del periódico "La Gaceta de Buenos Aires" fomentó la difusión de los objetivos
revolucionarios a las provincias y luchó por la total independencia del
territorio argentino como república democrática. Sin embargo, su radicalismo
alarmó a los elementos conservadores de la Junta y, en diciembre de 1810, se vio
obligado a dimitir
Amores de
San Martín
San Martín cruzó los
andes y libero a Chile del gobierno español
Conoció a Remedios y se casó
con ella...
En un baile organizado por la Familia Escalada conoció a Remedios. El
tenia 35 años y ella 15 años. En poco tiempo hicieron publica la
relación a pesar que la madre de Remedios no estaba demasiado de
acuerdo en entregar a su hija a un plebeyo desconocido.
Remedios era
hija de Tomasa de la Quintana y Aoiz y
de
Antonio José de Escalada.
Tras un corto noviazgo, contrajo matrimonio el
12 de noviembre
de
1812,
permaneciendo en casa de su familia debido a los deberes militares del
marido. La sencilla e íntima ceremonia tuvo como testigos, entre
otros, a
Carlos María de Alvear
y a su esposa, Carmen Quintanilla.
Durante esta época, la
más feliz de su vida, nació Mercedes Tomasa, su única hija y futura
compañera del padre expatriado, acontecimiento que tuvo lugar el 16 de
agosto de 1816. En la Navidad del mismo año, celebrada en el hogar de
los Ferrari, San Martín sugirió la idea de dotar al ejército de una
bandera y Remedios, con sus amigas, la confeccionó en pocos días.
Remedios
Remedios se enfermo y falleció...
La partida de San
Martín hacia
Chile, junto con su
delicada salud, quebrada por la tuberculosis, obligó a regresar a su esposa,
quien partió el 24 de marzo de 1819, instalándose nuevamente en la casa de sus
padres en Buenos Aires. Era tal su estado que se dispuso llevar un ataúd por si
moría en el viaje.
Manuel Belgrano ordenó
custodiarla en el trayecto. Su escolta fue encabezada por
José María Paz hasta
Rosario,
para protegerla de las bandas que asolaban la zona. Enferma de gravedad, fue
llevada a una quinta de la calle Caseros y Monasterio, donde falleció el
3 de agosto de
1823, lejos de San
Martín, cuya presencia solicitó hasta su último instante, y que sólo pudo acudir
meses más tarde, disponiendo la construcción de un mausoleo en mármol en el
Cementerio del Norte
(Recoleta)
para que descansaran sus restos, junto con una lápida, en la que reza:
"Aquí
descansa Remedios Escalada, esposa y amiga del general San Martín."
Se dice que nuestro héroe patrio por excelencia, Don José de San
Martín, tuvo una vida amorosa muy intensa, sobre todo cuando estuvo en
el Perú, pero muy pocas de sus aventuras han trascendido, porque era
un caballero muy pudoroso. Según varios historiadores, San Martín fue
más que amigo de Rosita
Campusano.
La conoció en una fiesta mientras Remedios estaba enferma en Buenos
Aires. Rosa, que era
soltera, lo acompañaba con frecuencia, y los sábados a la noche
partían en lujosa carroza rumbo a las fiestas de la capital, ella con
vestido y zapatos de seda y él con su nuevo uniforme de general, con
abundantes hilos de oro. Cuando el protector incluyó a Rosa entre las
ciento doce mujeres condecoradas con la Orden del Sol, la sociedad
tradicional limeña lo consideró una afrenta.
Rosita era una mujer sensual, de ojos celestes y aguda inteligencia,
que volvió loco a Don José de San Martín.
Afincado en
su quinta de La Magdalena, a 12 kilómetros de Lima, San Martín no
ocultó su relación con Rosa, llamada "la Protectora" en irónica
alusión al Protector del Perú. Se
comenta que también tuvo un hijo no reconocido.
Pero en su periplo por Chile y Perú, el general se prendó de
otras bellezas, como la peruana
Fermina.
Por las
noches solía visitar la estancia azucarera de San Nicolás de Supe,
donde sostuvo una relación con su propietaria, Fermina González
Lobatón. Una tradición peruana afirma que el hijo que esta mujer tuvo
nueve meses después había sido engendrado por don José. También
se relacionó
con la jovencísima viuda
Carmen Mirón y Alayón,
de Guayaquil
con quien también tuvo un hijo
cuyos
descendientes llevan hasta hoy el apellido San Martín.
En Mendoza tuvo un acercamiento con una criada de su esposa llamada
Jesusa
con quien también tuvo un hijo no reconocido. El
oficial del ejército sanmartiniano Manuel de Olazábal cuenta en su
libro Episodios de la guerra de la Independencia, que un hermano de él
compartió con el general los favores de una espléndida chilena.
El primer amor de San Martín se llamó Lola. Fue una española alta,
delgada, de ojos grandes y piel morena. Con ella compartió el lecho en
Badajoz, Extremadura, en la frontera con Portugal.
Más tarde frecuentó a una chica de vida alegre: Pepa. Visitaba con
ella las tabernas donde bebían vino de Oporto o de Madeira en
abundancia. Algunas veces, él tomaba la guitarra y entonaban juntos
unas canciones de tono picante.
Luego de la muerte de
Remedios San Martín se exilió
en Europa con su hija Merceditas de 7 años en el norte de Francia.
Murió a los 72 años el 17 de agosto.
HECHOS CURIOSOS
En Caseros y Monasterio, existió la
quinta de la familia Escalada, donde pasa los últimos días de su
vida la esposa del general san Martín, Remedios de Escalada. Esta
quinta, en 1860 pasa a ser de Don Miguel Navarro Viola, jurista y
literato. En frente vivían los Bunge y cerca, otras familias de
renombre.
agrandar
En la
dominante logia del Río de la Plata, José rivalizó con Carlos de
Alvear, un hombre menor que él y de inferior grado militar, pero que
descollaba por su inteligencia, su brillo social y su riqueza. Se
comentaba que el padre de Carlos, Diego de Alvear, en su juventud
había tenido de amante una india en Yapeyú, con la cual había
concebido un hijo. Esta criatura, bautizada como Francisco José
-afirmaba la versión-, habría sido entregada al matrimonio de Juan y
Gregoria de San Martín para que lo criaran. De este modo, Carlos y
José vendrían a ser entonces medio hermanos y, precisamente, a San
Martín lo apodaron como El Cholo o el Tape de las Misiones, por su
apariencia de mestizo.
Amores de
Julio A. Roca
Roca se destacó por
emprender la campaña del desierto en 1878 para poner fin a los
ataques indígenas. Fue uno de los hechos mas sangrientos del siglo
XIX. Primera presidencia 1880- 1886 y segunda presidencia 1898-1904-
En 1914 murió en Buenos Aires el general Julio Argentino Roca,
conductor de la Campaña del Desierto y dos veces presidente de la
nación (1880-1886) y (1898-1904).
conocido como "El
Zorro"
Su vida
Nació en San Miguel
de Tucumán en 1843. Su madre Agustina Paz, su padre José
Segundo era un militar que estaba en campaña contra Rosas. Siguió
una carrera militar apoyado por su tio Marcos Paz. A los 29 años era
coronel y un experto militar. Entro en la política por su concuñado
Miguel Juárez Celman. Fue en 1878 ministro de guerra y Marina. Poco
después contrajo la terrible fiebre tifoidea. Su primera presidencia
fue cuando contaba con 39 años.
Amores en
su ciudad de origen
El primer registro
hay que rastrearlo en su ciudad de origen, donde ya pasados los veinte
años se puso de novio –a escondidas de sus padres- con Ignacia Robles.
Enceguecido por la intolerancia familiar la raptó durante una semana,
generando un escándalo mayúsculo. Pero los Robles prefirieron llamarse
a silencio para evitar que el episodio se fuera de cauce. Nueve meses
después, Ignacia tuvo una hija a la que llamó Carmen y le puso del
apellido de su raptor enamorado. El general dudó mucho en reconocerla,
pero cumplió con el deber paterno de ayudarla durante toda su vida.
Al fin contrajo
enlace con Clara Funes, hija de una adinerada familia...
Más tarde contrajo
enlace con Clara Funes, hija de una adinerada familia cordobesa.
de esta union nacieron seis hijos. Cinco mujeres y un varón llamado
: Julio Argentino
, vicepresidente
del general Agustín P. Justo y figura polémica de la historia
argentina. En el año 1890 su esposa fallece.
Lola Mora
también fue amante del presidente Roca...se sintió atraído
por su personalidad rebelde, inconvencional, luchadora...
Lola Mora
(1867) Argentina,
Tucumana. Se dice que fue amante del presidente Roca.
Instaló
un atelier provisorio en el edificio del Congreso Nacional situado
en la cúpula nada menos cuando el Congreso Nacional se hallaba en
obras. Lola se casó
y fue infeliz con Luis Saba Hernández que era sobrino de José
Hernández.
En
1901 ofreció a la ciudad de Buenos Aires una fuente artística,(la
fuente de los escándalos) por la que
no cobraría honorarios, para mostrar los frutos de un aprendizaje que su país
había financiado cuando se traslado a Italia para perfeccionarse. Fue amante de
Roca.
Lola Mora
(1867-1936), pariente de Juan Bautista Alberdi
Al quedar viudo Otra
dama en cuestión se llamaba Guillermina de Oliveira Cézar . Tenía
apenas 15 años en 1885, cuando se casó con el entonces ministro de
Justicia Eduardo Wilde.
Roca fue protagonista
de uno de los entreveros amorosos más resonantes de la sociedad
porteña de aquellos tiempos. La dama en cuestión se llamaba
Guillermina de Oliveira Cézar . Tenía apenas 15 años en 1885, cuando
se casó con el entonces ministro de Justicia Eduardo Wilde, un
respetado médico e intelectual, viudo, de 41 años, quien trataba a la
joven como una especie de objeto de adoración. "Contaban los amigos
-relata Félix Luna- que Wilde tenía una extraña costumbre: mostrar a
su mujer durmiendo. Tan bella le parecía, que a veces invitaba a sus
contertulios a suspender las tenidas nocturnas de cigarro y baraja
para subir a contemplar el sueño de su esposa" . Nunca tuvieron hijos
y hasta 1893 la pareja viajó bastante y la relación entre Roca -que
había sido padrino de la boda- y Guillermina casi no existió. Pero ese
año sería determinante en el devenir de los acontecimientos.
El romance con la
esposa de su mejor amigo
La menuda
adolescente que el general había conocido se había convertido en una
mujer muy sensual que no pasó inadvertida para este empedernido
cazador de corazones. No era solamente bella: era atrevida e
independiente en sus juicios. En fin, atractiva hasta lo
irresistible , según se refiere en “Soy Roca”. El general contaba ya
con 50 inviernos y estaba viudo; ella había llegado a los 25. Fue
una atracción fatal que explotó con el vértigo propio de un hombre
decidido y una mujer ardiente que no ponía límites. En 1898, cuando juró por segunda vez como primer
mandatario, el romance con la esposa de su mejor amigo era conocido
por todo Buenos Aires. Y fogoneado por algunas publicaciones de
aquellos tiempos, como "Caras y caretas", que satirizaban hasta
extremos hirientes la figura de Wilde, el tercero en discordia. El
regimiento de Coraceros, que por entonces estaba a cargo de la escolta
presidencial y era conducido por un hermano de Guillermina, fue
bautizado "los guillerminos" , en clara alusión al penetrante poder
que estaba ejerciendo la infiel. Acechado por los comentarios, por las
ironías de la prensa y hasta por la irritante tolerancia del marido
engañado, quien a pesar de los rumores no dejó de ser su amigo y
colaborador, pues se desempeñaba como director del Departamento
Nacional de Higiene, "El Zorro" comenzó a percibir que la situación
comenzaba a perjudicarlo. "Estaba afectando mi autoridad, así como
dañaba la reputación de Guillermina y el prestigio de Wilde" , dice
Félix Luna.
Se retiró de la vida
pública
Para apaciguar el clima y darle una salida
elegante al caso, el presidente le confió a su ministro una misión
diplomática en Washington, hacia donde partió acompañado por su mujer.
Luego se retiró de la vida pública y, en 1905, partía en viaje hacia
Europa en compañía de sus hijas. Allí recibirá grandes honores y será
recibido por reyes y primeros ministros. Durante casi dos años, se
radicará con su familia en París. Regresó a Buenos Aires en 1907,
durante la presidencia de José Figueroa Alcorta, pero al encontrar un
clima hostil y al notar que su figura política ya no encontraba el
lugar de árbitro al que estaba acostumbrado, partió nuevamente hacia
Europa en 1910. En 1913, el presidente Roque Sáenz Peña le
encomendó una misión diplomática en Brasil. Allí permanecerá por
algunos meses firmando acuerdos de limitación de armamentos navales.
En octubre de 1914, a los 71 años, se trasladó a su estancia
La
Argentina, dispuesto a pasar allí sus últimos años. Un repentino
ataque de tos, al que no le dio importancia, pese a la advertencia del
doctor Luis Güemes, era el síntoma de que algo andaba mal. El 19 de
octubre, a las ocho de la mañana, otro ataque brusco le hizo perder el
conocimiento. Se debió a una afección pulmonar. A las dos horas moría Julio Argentino Roca, dando paso a
la polémica sobre su figura que aún hoy continúa. Su cuerpo fue velado
en la casa de Gobierno y dos días hubo feriado.
HECHOS CURIOSOS
Elisa Castells Roca se casó
con Carlos de Alvear. Era hija de Josefina Elena Roca hija legitima
del gral Roca. Con Carlos tuvieron a
a Josefina Alvear Castells, Clara Alvear Castells, Isabel de Alvear
Castells, Carlos María Alvear Castells y Teodelina Alvear Castells.
Carlos M. de Alvear, abogado, empresario, historiador;
fallecido en mayo de 2001. Había nacido en 1907. Estudio en el colegio
Champagnat y se graduó de abogado en la Universidad de Buenos Aires (UBA)
en 1932.
Cuando Roca iba
terminando su primer mandato, este país se hizo rico y comenzaron los
grandes proyectos y el uso corriente de la palabra “faraónico”. Una de
las decisiones políticas tomadas de lo más alto del poder fue demoler
la primera Buenos Aires, la española.
Fue entonces que desapareció
la Recova, se fue terminando la Casa Rosada, se urbanizó la Plaza de Mayo y se
empezó a abrir la Avenida de Mayo. Esto último implicó demoler parte del pobre
Cabildo y desintegrar las dos casonas tradicionales de la cuadra. Y también
tomar algunas decisiones, como que la policía se mudara a un palacete de la
calle Moreno y que la intendencia se quedara donde siempre estuvo, pero en sede
nueva.
Roca se destacó por emprender la
"campaña del desierto" en 1879 para poner fin a los ataques indígenas que destrozaban los cultivos, robaban el ganado y capturaban a las
mujeres sembrando el terror en los campos. La campaña se extendió 5
años. En 1885 Sayhueque ultimo
cacique del Sur se entregó junto a 3500 indios de su nación en el
fuerte Junín de los Andes. En Santa cruz y tierra del fuego se inicio
una matanza de indígenas cazados como animales por estancieros
argentinos que pagaban por oreja de indio muerto. Fue uno de los
hechos mas sangrientos del siglo XIX. Derrotando a los indígenas se había
decidido que Argentina fuera proveedora de los países extranjeros.
Este tintero
presidencial cincelado en bronce realizado por la escultora tucumana Lola Mora,
en 1905, se encontró sobre el escritorio presidencial desde el segundo mandato
del Julio Argentino Roca. Hoy se exhibe en el Salón de las Mujeres del
Bicentenario de la Casa Rosada.
Bartolomé Mitre
y Delfina
Vedia, una mujer infeliz
General
de la República Argentina, gobernador de Buenos Aires (1860-62),
presidente de la Nación (1862-68), historiador y fundador del diario
La Nación
Mitre
nació en Buenos Aires en Junio de 1821. El 28 de
noviembre de 1840, todo estaba listo y bien dispuesto. El 27, el padre
de Delfina le había dado el permiso al notario y a ella, la bendición
para que pudiera casarse. Bajo la órbita celestial de la Curia
Eclesiástica de Montevideo estaban Delfina, su amado, los padres del
amado Bartolomé–don Ambrosio Mitre y doña Josefa Martínez– y los
suyos. El matrimonio no compartía la habitación y cuando el presidente
estaba de viaje, ella debía pedirle permiso, vía carta, para limpiar
su cuarto. En Montevideo llegó pronto la
primera hija del matrimonio: Delfina Josefa que nació el 14 de
abril de 1843. Quién mejor que Delfina podía conocer la muerte en
tiempos de guerra, que le había arrebatado a su madre y a cinco de sus
seis hermanos. Habían partido para Buenos Aires, respirando
otros aires que creyó más benévolos. Ya no quería sufrir tanta
desgracia en soledad. Ni que su marido pasara demasiados días alejado,
como ocurrió desde que se habían casado. Con 41 años, Delfina había
llorado mucho. Sólo la maternidad la había acercado a la felicidad.
Tuvo cuatro varones y dos mujeres. Cada parto fue un hito registrado
de su puño y letra en un párrafo de su cuaderno personal. Su marido se
convirtió, no sólo en el flamante gobernador de Buenos Aires, sino en
el hombre más popular por esas tierras. Sobre todo, entre las mujeres.
Sin embargo, Delfina trataba de convencerse de que Bartolomé era de
ella y sólo de ella, porque solamente a ella le había escrito esos
poemas que, en la batalla de sus ausencias, repasaba una y otra vez.
Pero su esposo en el ámbito amoroso fracasó sin combatir: no
había hecho feliz a su mujer.
Delfina no
pudo soportar el suicidio de Jorge, su hijo predilecto de 18 años.
“Nadie ve mis lágrimas, nadie oye mis gemidos. Hoy más que nunca estoy
sola para sufrir. El silencio y la soledad reinan a mi alrededor”,
escribió en su diario íntimo. Los años en que fue presidente, Mitre
iba y volvía siempre caminando por la vereda a la Casa de Gobierno.
Almorzaba en su casa, dormía una siestita y volvía a su despacho a la
tarde. Su esposa le decía Mitre. Mitre acometió en su vida diferentes
tareas, con convicción y afán de bien público. Periodista, militar,
historiador, legislador, gobernante, diplomático, traductor del Dante,
alguna vez prefirió presentarse sencillamente como "Bartolomé Mitre,
tipógrafo". Delfina nació en Buenos Aires, el 26 de diciembre de 1821.
Era hija del general Nicolás de Vedia y doña Manuela Pérez Pagola. En
Montevideo, donde su familia se radicó durante el régimen de Rosas, se
casó con el entonces capitán Bartolomé Mitre. La cultura general
adquirida en el hogar hizo de ella una de las mujeres más relevantes
de su época. Fue una prestigiosa escritora. Su Diario íntimo, obra de
estilo confidencial, constituye una joya en el género. Le interesaban
los temas históricos o de viajes, gusto que revela la influencia de su
padre. Fue también una feliz traductora. Demostró su temple de mujer
fuerte en la azarosa vida que le tocó compartir con su esposo, el
general Mitre. Delfina murió de peritonitis el 6 de octubre de 1882.
En 1891 Mitre, se presentó
nuevamente a las elecciones residenciales pero fue derrotado. Falleció el 19 de
enero de 1906 a los 84 años luego de casi dos meses de enfermedad.
HECHOS CURIOSOS
En
La Recoleta el grupo escultórico que puede apreciarse en la entrada de
la bóveda de Bartolomé Mitre representa a la Libertad (centro), el
Deber (derecha) y la Justicia (izquierda). Mitre descansa junto a su
mujer Delfina de Vedia. Cuando dejó la Presidencia, el pueblo le
obsequió la casa de San Martín 336, donde hoy funciona el Museo Mitre.
El 4 de enero de 1870 el ya ex presidente dió a conocer el diario La
Nación.
La casa en que vivió largos años Mitre fue el albergue del virrey
Baltasar Hidalgo de Cisneros, luego que la revolución del 25 de Mayo
de 1810 lo obliga a abandonar su residencia del fuerte. Estaba sobre
San Martín 336.
En 1698 Catalina
Ruiz de Ocaña, biznieta de Diego Ruiz de Ocaña, encomendero, regidor
y alcalde de Buenos Aires, descendiente de Juan Ruiz, uno de los
compañeros del adelantado Pedro de Mendoza, fue desposada por un tal
Ventura Demetrio. El hijo de Ventura y Catalina fue uno de los
vecinos fundadores de Montevideo, mientras que su tataranieto sería
Bartolomé Mitre. Esta familia porteña ha sido desde entonces miembro
integrante de la llamada clase alta tradicional. Durante
años se
ha discutido la nacionalidad de Ventura Demetrio. De acuerdo con la partida de
su segundo casamiento de 1693 es "natural de Benensia", según su testamento de
1713 era "de los reinos de España", mientras que según un escrito al margen del
padre Juan Cayetano Fernández de Agüero de 1722 es griego. En 1954, uno de sus
descendientes, Jorge A. de Mitre, estimó que la Benensia sería una isla de la
ría de Arosa en Galicia. Según el historiador Raúl de Labougle (1964), aseguró
que Demetrio Ventura era de Grecia pero nacido en Venecia ("Benensia" sería una
mala anotación), pero además agrega que el apellido Mitre no deriva de una
castellanización de Demetrio sino de la ascendencia de Catalina Ruiz de Ocaña de
Juan de Mitre, vecino fundador de Córdoba. Hernán C. Lux - Wurm (1990) se ha
basado en un documento fechado en 1712 en el cual Ventura Demetrio se habría
declarado "natural de Grecia". Lo más probable es que efectivamente Ventura
Demetrio haya nacido en Grecia en alguna colonia veneciana de familia ciudadana
lo que lo haría ciudadano de la Serenísima, aún si nunca estuvo allí. Por
analogía, conviene recordar que los descendientes de británicos nacidos en algún
punto del Imperio eran considerados a todos los fines como verdaderos
británicos; y, por otro lado, como ya desde el Renacimiento Inglaterra, primero,
y Gran Bretaña, después, tomaron a Venecia como modelo de "imperio" marítimo a
imitar.
Amores
de los
Pueyrredón
General Juan Martín de Pueyrredón fue uno de los padres fundadores
de la patria. En primeras nupcias se casó con su prima Dolores quien
fue declarada Loca y asi Juan Martín enviuda. Es que la historia de
los Pueyrredón es una novela, una película. Una escena: Pueyrredón
hace fusilar a un tal Francisco Telechea frente a su hija de 15 años
y el resto de su familia. Al año, Pueyrredón enviuda y se casa con
esa niña : María Calixta y de ese matrimonio nace Prilidiano Pueyrredón, el pintor.
General Juan Martín de Pueyrredón
Miembro
de una de las familias patricias de
San Isidro
e hijo de
Juan Martín de
Pueyrredón.
Alberga el Museo General Juan Martín de Pueyrredón y su origen está en el
reparto de tierras que hizo Garay en 1580; fue la merced (o suerte) número 55.
Iba desde el río hasta el Camino del Fondo de la Legua llamado justamente así
por correr al fondo de las suertes repartidas por Garay y de ancho, entre las
hoy calles Roque Sáenz Peña y Acassuso.
En
1770 la compró el abogado José Luis Cabral, quien construyó una casa con sala y
dos aposentos. En 1806 la usaron como refugio Liniers y parte de sus tropas,
camino a la Reconquista de Buenos Aires. En 1810, compró la propiedad el
comerciante español Francisco de Telechea, alcalde de 2° voto del Cabildo de
Buenos Aires, quien por conspirar junto a Martín de Álzaga es ajusticiado en
1812.
En 1816, el ya maduro brigadier Juan Martín de Pueyrredón contrae
matrimonio con la quinceañera hija de Telechea, pasando a ser el propietario de
la chacra, llamada entonces Bosque Alegre. Es
entonces cuando se transforma en lo que es hoy. La heredó el hijo de este
matrimonio, Prilidiano Pueyrredón, pintor y arquitecto, quien instaló su atelier
en el mirador de la planta alta y construyó la hermosa galería que protege el
frente sobre la barranca.
Este, en 1856 la vendió a su primo don Manuel Aguirre,
quedando la chacra en manos de esta familia. Recibió numerosos huéspedes
ilustres, como José de San Martín, Sarmiento, Tomás Guido, Dalmacio Vélez
Sarsfield y Roque Sáenz Peña. Habitó
también la chacra el escritor Nicolás Granada, quien escribió aquí su pieza
teatral La Gaviota , inspirándose en una de las empleadas de la casa.
En 1941,
gracias a un movimiento de opinión liderado por el pintor Luis Cordiviola, se
salvó al solar de ir a remate, adquiriéndolo la Municipalidad de San Isidro.
La casa, blanca y
rodeada de parque, recuerda el estilo pompeyano. A la derecha de la entrada hay
un aguaribay plantado por Sarmiento. El árbol más famoso de la quinta es un
algarrobo, plantado por su antiguo dueño, José Luis Cabral hace más de 2 siglos.
Se dice que a su sombra se reunieron muchas veces José de San Martin y
Pueyrredón, cuando aquél planeaba sus campañas. Lo encontrará frente a la casa,
sobre la barranca. En
el interior y galerías, los techos son de lapacho y tronco de palmeras. Los
pisos (de diferentes épocas) son baldosas inglesas y francesas. En las
habitaciones verá numerosas pertenencias del brigadier Pueyrredón, además del
mobiliario y objetos que Prilidiano trajera de Europa. En la Sala Grande hay
numerosos óleos de Prilidiano, destacándose la pintura de Magdalena Costa
Iriarte, a quien pretendió el pintor y, según se dice, la mano derecha quedó
incompleta cuando la familia de ella rechazó el pedido. Las otras
construcciones son la casa de los chacareros y la caballeriza. En la primera,
mantenida como fue originalmente, se conserva aún el horno de pan que diseñó
Prilidiano. La caballeriza se restauró a su imagen original, trabajándose sobre
un plano de Hipólito César Bacle que data de 1836. Se reconstruyeron los dos
cuartos originales y se repuso el techo de la azotea.
Entre las propiedades de los Azcuénaga estaba la que
es hoy quinta presidencial antes denominada "Cabaña
Azcuénaga" que funcionaba como haras.
El primer
titular dominial del terreno legado fue don Rodrigo
de Ibarrola. Los nombres de sus sucesivos ocupantes
se pierden hasta el año 1779 cuando Manuel
Basavilvaso adquiere las tierras a Miguel Ortíz y
otros. Su hija Justa Rufina Basavilvaso casada con su
primo hermano Miguel de Azcuénaga es quien habitó
la chacra. Al morir ella su madre, Miguel de
Azcuénaga y algunos hijos se trasladan a la ciudad. Manuela de Azcuénaga una de sus hijas casada con su
primo hermano José Antonio Olaguer y Feliu
muda su residencia a Olivos con su familia de seis
hijos. La finca comenzó a llamarse cabaña de los
Azcuénaga. Al morir Miguel de Azcuénaga su heredero
Miguel José
de Azcuénaga comienza la remodelación de la casa y
de los jardines. Muerto Miguel José
de Azcuénaga soltero y sin descendencia testa a
favor de sus sobrinos Olaguer Feliu de Azcuénaga.
Pasan los años, muertes y herencias y finalmente
queda heredero de esas tierras
Carlos Villate y Olaguer
quien dona esas tierras
la
hoy quinta presidencial de Olivos
al gobierno con la condición de ser utilizada como
quinta veraniega para el presidente de la republica.
Prilidiano
Pueyrredón ocupa un lugar destacado en la historia
del arte argentino, era muy talentoso y como
arquitecto
diseñó
en 1851 la
quinta presidencial, entre otras obras. En
1920 la donación fue aceptada por Hipólito Irigoyen
aunque comenzó a ser utilizada 33 años después.
Irigoyen jamás llegó a habitarla y la visitó solo
una vez. El primer presidente que la habitó
fue Marcelo T de Alvear.
Carlos Villate
Olaguer era criador de vacunos Shorton y
caballos Shire. Poseía también campos en Lincoln y
en Cañuelas.
La
quinta que ha servido de morada a 24 mandatarios es
una amplia casona de estilo neo-clásico afrancesado
que aun conserva numerosos detalles de su diseño
original. Pedro Justo comenzó a utilizarla como
residencia de verano e hizo construir una gran
colonia de vacaciones para niños discapacitados que
funcionó
entre 1933 y 1953. En la época de Perón se realizó
una importante remodelación. Sobre los
terrenos que daban al río de la Plata se levantaron
instalaciones deportivas de la rama femenina de la
unión estudiantes. Tras el derrocamiento del
gobierno peronista las instalaciones pasaron a manos
del Circulo Militar. Además se construyó un pequeño
anfiteatro y un microcine con capacidad para 427
espectadores. Durante la gestión de
Juan Carlos
Onganía
la quinta fue víctima
de un incendio
por una falla en el montaje del escenario que
Onganía había ordenado construir sobre la enorme
pileta para escuchar a Los Cinco Latinos.
Juan Domingo Perón
murió
en ella durante el ejercicio de su presidencia el
1 de julio
de
1974.
Isabelita pidió que se construyera una cripta en la
capilla para el descanso de los restos de su marido
y de Evita. También alli se encontraron secretamente Arturo Frondizi con Ernesto Che Guevara. Alejandro
Agustín Lanusse levantó la capilla. Fernando
de la Rúa encomendó plantar más árboles para que
pudiera pasear sin ser advertido; se deshizo de los
perros que había traído Carlos Menem y los reemplazó
por bambis. Además, enrejó los canteros para que
nadie pisara las flores. Menem, que entre
otras cosas ordenó que construyeran canchas de golf,
de tenis y de paddle, un gimnasio, un ring, un
polígono de tiro, un helipuerto, un quincho, una
pajarera y un zoológico para la vasta fauna
presidencial –que incluía perros, papagayos, cabras
asturianas y ponies.
HECHOS CURIOSOS
Prilidiano Pueyrredón no era un
hombre de físico agraciado. Era alto pero gordo, calvo y con una
diabetes que le obligaba a ir siempre con anteojos negros; su figura
habrá seguramente alimentado las elucubraciones malignas de sus
contemporáneos. Murió soltero repartiendo sus bienes entre sus
parientes y una hija natural y dejando dinero en herencia a una
misteriosa mujer. Su
atelier fue adquirido por el Banco Británico de la América del Sur,
que lo demolió para edificar allí su casa matriz. Parece que entonces
los negocios bancarios y financieros era más importantes que las obras
de arte.
Prilidiano Pueyrredón, el famoso arquitecto y pintor
hereda
la
esquina de
Reconquista 49 (numeración antigua), e instala su
atelier, que frecuentaban los más destacados
personajes de la vida cultural de entonces en
amables tertulias que se prolongaban hasta altas
horas de la madrugada.
Prilidiano alternaba sus estadías en esta casa
de altos y bajos con su quinta de San Isidro.
En
esta casa pintó sus famosos desnudos de mujer donde
aparece su amante con gran busto, "pechugona" como
diríamos ahora, en diferentes poses. Estas pinturas
escandalizaron a la sociedad pacata de entonces y le
crearon una siniestra fama de depravado. Casi todas
estas obras fueron destruidas años después y sólo se
conservan de esta serie dos óleos: "La mujer en la
bañera" y "La siesta".
"La mujer en la bañera"
"La siesta"
Samuel Pedro Sáenz Valiente Higuimbothon era nieto de Anselmo Sáenz
Valiente, casado con Juana Pueyrredón, hermana del Brigadier Juan Martín de
Pueyrredón. A su vez, Sebastiana, hermana de Anselmo Sáenz Valiente, padre de
Samuel, fue sucesivamente la esposa de Francisco Antonio Leloir y de Bartolomé
Leloir. Fue en la zona de General Madariaga, donde la desdichada Felicitas
Guerrero fue 'rescatada' durante una tormenta por Samuel, propietario de las
tierras naciendo de este fortuito encuentro el amor. Felicitas moriría asesinada
por Enrique Ocampo una tarde de enero de 1872 en su mansión de Barracas. Al año
siguiente, Samuel, contraería matrimonio con una hija del General Urquiza.
El General Juan Martín de Pueyrredón fue tio de José Hernández, el autor del
Martín Fierro. Este era hijo de su hermana Isabel.
Amores de Juan Lavalle
Lavalle es otro
personaje emblemático respecto de la importancia
de la sexualidad en la historia. Él perdió la
campaña del Norte mas no a manos del enemigo, sino
de una doliente mujer. Era muy mujeriego el
Gral. y ciudad en la que entraba, ciudad en la
que se quedaba unos días con mujeres de las que se
"enamoraba" perdidamente.
En una oportunidad,
conoció a una mujer que pretendió conquistar y
nunca supo que justamente esa mujer era hija de
uno de dos oficiales que él había mandado fusilar,
y
también
sobrina del otro de los condenados. Damasita
Boedo, de ella se trata, siguiendo los pasos de la
seducción expuesta por el Gral. Lavalle se fue
entregando a sus pretensiones para luego tenderle
la ultima de las trampas, Cuando lo tuvo en la
cama totalmente dormido en la paz de sus pasiones
distendidas , completo su anhelada venganza
haciéndolo matar sin ningún reparo y completando
una sed de venganza que traía muy desde su triste
alma. Damasita
perteneciente
a una de las familias más respetadas de la
Argentina y una de las mujeres más hermosas de que
se tenga memoria.
Ella era huérfana y en su familia eran en general,
todos unitarios.
Era una hermosa joven rubia, de ojos azules, que
no llegaba a los 25 años de edad.
Esta mujer decidió, entonces, sumarse al ejército
de Lavalle como soldadera, con la secreta
intención de matar al general cuando le fuese
posible. Pero, paradójica o previsiblemente, la
muchacha se enamoró del maduro jefe militar.
Comenzó entre ellos una relación apasionada y
violenta de amor y de odio a la que ni siquiera la
muerte de Lavalle -un enigma histórico irresuelto-
pudo poner fin.
¿Quién mató a Juan
Lavalle?
A
Juan Lavalle lo mataron en Jujuy el 9 de octubre
de 1841. ¿Quién mató a Lavalle? O, ¿cómo
murió? ¿Por qué se oculta la verdad?
¿quién mató a Lavalle? ¿Los soldados? ¿Lacasa,
Frías, Álvarez, que le habían advertido que no
era sensato irse a dormir a Jujuy, y mucho
menos, para pasar la noche con una mujer?
¿Damasita Boedo, para vengarse del hombre que
había ordenado fusilar a su hermano y su primo?
Damasita paso al olvido y al silencio en un
convento de Bolivia.
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