LOLA MORA

 

 

Arcón de Buenos Aires

 

 

 

 

 

Ella nació en El Tala Departamento La Candelaria (Salta). La localidad de El Tala se encuentra dentro del dpto. de La Candelaria, casi en el límite con la prov de Tucumán.

 

Ella era la tercera de siete hermanos: tres varones y cuatro mujeres. Emparentada con ilustres linajes tucumanos. -pariente de Juan Bautista Alberdi y ahijada de Nicolás Avellaneda.

 

Su padre, Romualdo, abogado y estanciero, de 48 años, muere en TUCUMÁN en septiembre de 1885 a causa de una neumonía; dos días más tarde fallece Regina, terrateniente Boliviana, de un “hipertrófico de corazón”, tal como figura en su acta de defunción.

 

   

 

 

 



ELLOS QUIENES ERAN?

 

NADA MENOS QUE LOS PADRES DE LA ESCULTORA LOLA MORA, la Primera Escultora Argentina y Sudamericana y un gran ejemplo para su época y dentro de la historia del arte argentino.

 

En julio de 1895, Lola Mora (Dolores Candelaria Mora Vega) viajó a Buenos Aires en busca de obtener una beca de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes para continuar sus estudios en Europa. Un decreto firmado por el presidente José Evaristo Uriburu en octubre de 1896 acordó a “Dolores C. Mora, durante dos años, la subvención mensual de cien pesos oro ($ oro 100), para que perfeccione sus estudios de pintura en Europa”. Una vez instalada en Roma, en 1897, Lola logró ser aceptada como discípula del afamado pintor Francesco Paolo Michetti.

 

 

 

 



A través de Michetti conoció al gran escultor Giulio Monteverde, quien era considerado por muchos como “el nuevo Miguel Ángel”, y le propuso ser su alumna. En pocos meses sus progresos fueron tales que el maestro le recomendó dejar la pintura para dedicarse exclusivamente al arte escultórico, consejo que la artista siguió sin dudar.

 

 

Lola Mora (1867-1936), pariente de Juan Bautista Alberdi

 


Un extendido rumor le atribuyó una relación amorosa con su amigo el expresidente Julio Argentino Roca. Otros rumores aseguraron que era bisexual.

En 1900 Lola regresó a su país luego de tres años de ausencia y aprovechó la oportunidad para negociar los primeros proyectos que ofrecería a la nación. Uno de ellos era una estatua de Juan Bautista Alberdi, a pedido del gobierno tucumano. El otro era la Fuente de las Nereidas, bocetada en arcilla, que Mora ofreció a la Intendencia Municipal de Buenos Aires para ser emplazada en la Plaza de Mayo.

 


 


Lola llegó desde Roma a Buenos Aires con todas las partes de su obra magna embaladas, a fines de agosto de 1902. Los distintos fragmentos de la fuente -37 toneladas embaladas en grandes cajas- viajaron en tren de Roma a Génova y, bajo la supervisión del embajador argentino en Italia, fueron embarcados en el vapor Toscana, que partió para Buenos Aires en agosto de 1902. Lola viajó en la primera clase del Duchessa di Genova, que arribó a la Dársena Norte el 30 de agosto. El monumento, pensado para ser emplazado en Plaza de Mayo fue finalmente levantado en Paseo de Julio y Cangallo, hoy Alem y Perón, debido a la controversia sobre la presencia de torsos masculinos y femeninos desnudos en cercanías de la catedral.

 

 

 

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FOTOS PANORÁMICAS

 

La fuente bien podía estar en cualquier gran ciudad del mundo. De hecho, cuando el boceto fue conocido en Roma, el municipio de Filadelfia (Estados Unidos) ofreció una suma elevada para que la obra integrara el pabellón de dicha ciudad en la Exposición de Saint Louis, y antes de ser embarcada en Génova, el alcalde de San Francisco quiso comprar la fuente por la suma de 150.000 francos. Lola desechó ambas propuestas.

 

 

 

 

Cuando contaba con cuarenta años de edad en 1909 matrimonio con Luis Hernández Otero, sobrino de José Hernández, 15 años menor que ella e hijo del Senador de Entre Ríos. El matrimonio, instalado en Italia, no prosperó porque el la abandonó cinco años más tarde. Lola vuelve a Buenos Aires donde se encarga de desarmar y trasladar su Fuente de las Nereidas hasta el emplazamiento actual en la Costanera Sur, donde por muchísimos años prácticamente no recibió miradas, solo criticas. Un poco harta abandona la escultura y se dedica a diversos proyectos.

 

 

El grupo escultórico representa el momento del nacimiento de Venus o Afrodita, “la mujer nacida de las aguas”, posada grácilmente sobre una concha marina que sostienen dos Nereidas, cuyo carácter fantástico está dado por las nítidas escamas que pueblan sus muslos y que, terminados en colas, se enroscan sobre un rústico pedestal rocoso. El motivo de la concha se duplica en la base que contiene a tritones-jinetes y los caballos, tensionados en pos de la diosa.

 


La escultura fascinó en su tiempo y fascina hoy por la intensidad de las figuras, por la osada combinación de texturas y por sus magníficas terminaciones. La escultora hizo posar por lo menos a tres hombres para modelar las figuras masculinas, entre ellos a Agesilao Greco De Chiaramonte, famoso esgrimista italiano.


 



Aca en Buenos Aires se ha dedicado durante años a la realización de mausoleos, la mayoría de ellos ubicados en el Cementerio de la Recoleta.

 

 

 

 

 

 


Con 67 años y agobiada por las deudas, Lola regresa a Buenos Aires en 1933. Vive en un departamento junto a sus sobrinas que son las encargadas de cuidarla. El gobierno le otorga una pensión en 1935, gracias a las gestiones de un diputado salteño.
El 17 de agosto Lola Mora sufrió un ataque cerebral que la dejó postrada, quedando hemipléjica y sin posibilidad de abandonar el lecho, situación que se mantendría casi por un año, hasta que en junio de 1936 a los 69 años fallece. Al día siguiente, sus restos fueron depositados en el cementerio del Oeste, la Chacarita, junto con los de sus hermanas.

 

 

 

 

 



En 1977 sus cenizas fueron llevadas para reposar definitivamente en la Casa de la Cultura de Tucumán. El dia 17 de noviembre, día del nacimiento de Lola Mora, se toma como "Día Nacional del Escultor".
 

 

 

 

 

 

 

Instaló un atelier provisorio en el edificio del Congreso Nacional  situado en la cúpula nada menos cuando el Congreso Nacional se hallaba en obras. Alli realizó las alegorías de la Paz, la Libertad, la Justicia, el Trabajo, el Progreso y dos leones para la fachada (que años después serían retiradas), las estatuas de Carlos María de Alvear, Mariano Fragueiro, Facundo Zuviría y Francisco Narciso de Laprida. También esculpió los bustos de Carlos Pellegrini y de Luis Sáenz Peña. Cada vez que pudo escapar a la censura oficial, Lola Mora produjo sus obras más inspiradas: las alegorías sensuales y semidesnudas que acompañan los monumentos de muchos próceres, su original autorretrato, una figura de mujer surgiendo del mármol virgen, los bustos de Martiniano González y del obispo Reginaldo Toro, una delicada bailarina de bronce o su magnífico tintero artístico.

 

 

Este tintero se encontró sobre el escritorio presidencial desde el segundo mandato del Julio Argentino Roca y los años '90. Hoy se exhibe en el Salón de las Mujeres del Bicentenario de la Casa Rosada.

 

 

 

Tintero presidencial cincelado en bronce realizado por

la escultora tucumana Lola Mora, en 1905.

 

 

UNA FUENTE QUE CAUSÓ RECHAZO ANTE UNA SOCIEDAD QUE NO ESTABA HABITUADA A LOS DESNUDOS SE LA LLAMO “LA FUENTE DE LOS ESCÁNDALOS”.

La afamada FUENTE REALIZADA POR LA ESCULTORA TUCUMANA LOLA MORA, que hoy se encuentra en la Costanera Sur iba a ser colocada en Plaza de Mayo, pero no se instaló por llamarse en esa época "La fuente de los escándalos", entonces fue instalada en el PASEO DE JULIO- HOY AV. LEANDRO ALEM.

 

 



En mayo de 1903 se descubre en el Paseo de Julio "La fuente de las Nereidas", solo en presencia de publico masculino. La escultora iba de escándalo en escándalo. Se decía que era amante del Presidente Roca y por eso tenia su atelier en el Congreso situado en la cúpula nada menos cuando el Congreso se hallaba en obras.
 

Esculpida en Italia, en mármol de Carrara, representa el nacimiento de la diosa Venus. DONADA por la artista al estado argentino. Embarcada en Génova, en el vapor “Toscana”, la fuente llegó a Buenos Aires en septiembre de 1902. Los últimos años de su vida LOLA los transcurrió en extrema pobreza. Una pensión le fue asignada poco antes de su muerte. Hoy la fuente esta protegida con cristal a su alrededor y aunque hubo intentos de traslado nuevamente no se logró por temor a que se parta esta magnifica obra.

 

 

En 1918, durante la intendencia del Dr. Joaquín Llambías, la fuente fue trasladada al recientemente inaugurado Balneario de la Costanera Sur, realzando la elegancia del romántico paseo. Fue la propia Lola Mora quien dirigió el traslado y reemplazamiento de su obra, haciéndose cargo personalmente de los costos.

 

 

 


 

 

En un principio a los costados de la escalinata de la entrada principal se encontraban dos grupos de esculturas de la artista Lola Mora (quien es la autora de La fuente de Las Nereidas de la Costanera Sur). La desnudez revelada en los mármoles de Carrara fue chocante para la sociedad de la época, entonces en 1915, las esculturas son retiradas de su emplazamiento sobre las escalinatas del congreso.

 

 

 A los costados de la escalinata de la entrada principal del palacio del Congreso se encontraban las esculturas de la artista Lola Mora. Pero los majestuosos leones y la esbelta y sólida mujer que representa la libertad, en auténtico mármol de Carrara, aún tendría que sufrir otros contratiempos. Durante seis años durmieron en los galpones municipales de la Capital, hasta que un funcionario comunicó a las autoridades del Poder Legislativo "a que las saquen del depósito por que ocupan mucho lugar". La estatua de los leones fue partida en dos y la figura que representa la libertad permanece solitaria frente a la casa de gobierno de Jujuy. Los reyes de la selva fueron destinados a otra plaza, la de la ciudad de Nieva, situada a pocos kilómetros de la capital jujeña. Estas obras de la escultora simbolizaban la Libertad, el Progreso, la Paz y la Justicia, pero las figuras desnudas fueron criticadas y retiradas en 1916 donde finalmente dichas esculturas, fueron trasladadas a San Salvador de Jujuy.

 

 Hoy replicas de las mismas volvieron a su lugar. Las piezas originales son de mármol de carrara macizo. Las réplicas de las esculturas, por su parte, están hechas con una molienda de piedras símil carrara con cementos blancos, hebras de poliéster y fibras de vidrio para prevenir microfisuras

 

 En esa época no estaba terminado el remate de la Confitería El Molino.

 

 

 

HOY En el Congreso reinstalaron réplicas de las esculturas de la artista Lola Mora quitadas en 1921. Los originales, emplazados en 1907, fueron quitados en 1916. Uno de ellos representaba dos leones, la Libertad y el Progreso, y el otro, a la Justicia, el Trabajo y la Paz. Y la escultura de la Paz tenía un seno descubierto.

 

 

 

 

 

 

       
           


 

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