CASERÓN 

DE JUAN

MANUEL

ROSAS

PALERMO

Arcón de Buenos Aires

 

 

QUINTA DE JUAN MANUEL DE ROSAS EN PALERMO

 

La obra más importante del ingeniero Felipe Senillosa fue la construcción de la finca de Rosas, en Palermo de San Benito,(Palermo) calificada como intento neocolonial en materia arquitectónica.

Demolida en 1899

Se situaba en lo que hoy es la intersección de la Av. Del Libertador y Sarmiento.

 

Una de las entradas de la casa de Juan Manuel de Rosas estaba en lo que hoy es el zoológico, en la esquina sudeste del cruce de Libertador y Sarmiento y su finca estaba enfrente.

 

A partir de 1838 Rosas comenzó a adquirir las tierras conocidas como "Los bañados de Palermo". La zona de Palermo era un paraje de chacras y quintas. Durante su gobierno, Palermo de San Benito fue al mismo tiempo, residencia del Gobernador y Sede del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.


El mandatario antes vivía en la esquina de las calles Bolívar y Moreno, en una casa antigua —propiedad de su esposa— denominada en aquella época "la casa de los Ezcurra", frente al Colegio Nacional de Buenos Aires. Tenia elevadas torres miradores y se subía por una escalera caracol de caoba. Desde allí se divisaba la ciudad con el río, la rada y las embarcaciones. En la primavera del año 1848 se trasladó a su nueva mansión.

 

 

Residencia de Rosas desde 1839 hasta 1852. A principios del siglo XIX, Palermo era un paraje de chacras y quintas. En la década de 1830, el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, adquiere tierras en el sector y comienza la construcción de una gran casona de estilo colonial con torres miradores en los ángulos.


Fue necesario rellenar y nivelar una gran extensión, para lo cual se llevó al lugar en carretones gran cantidad de tierra negra, sacada de los "alfalfares de Rosas" (actualmente en el barrio de Belgrano). Se hicieron obras de defensa y urbanización general, con el trazado de caminos, desagües, y hasta un bajo fue convertido en un hermoso lago artificial. El área mejorada comprendió una superficie de media legua cuadrada y los trabajos —muy costosos— demoraron cerca de dos años.

 

Los caminos en esa zona casi ni existían, ya que eran borrados por las inundaciones y las sudestadas. El gobernador los hizo rellenar para que los carros con tierra y materiales pudieran llegar mas fácilmente. Quien fue el constructor de la quinta fue Miguel Cabrera. Trabajaban allí un total de 300 hombres entre capataces, empleados y peones. El capataz principal era Pedro Nolasco Calderón quien cuidaba los caballos del Gobernador y se había casado en la finca en segundas nupcias. Este Calderón había comprado tierras en el arroyo Maldonado y residía allí que fueron las tierras que compro Agustín Comastri donde se encuentra el famoso mirador.

 

 Además se construyó en el predio terraplenes de desagüe y canales perpendiculares para desagotar el agua de lluvia. Rodeando el edificio se habían organizado jardines con canteros con flores. También entre los árboles asomaban bustos de mármol sobre pedestales. Para mantener los caminos los mismos eran cubiertos constantemente con conchillas que se regaban diariamente para evitar la polvareda.

 

Esta opulenta finca  ubicada en Palermo, se extendía desde la actual Avda. del Libertador y Sarmiento hasta el río, sobre el arroyo Maldonado que corre hoy entubado bajo la avenida Juan B Justo y tenia una extensión de 6000 m2. La casa tenía amplios jardines, con árboles y plantas, galerías porticadas y terraza. Aproximadamente el predio tenia unas 540 manzanas.

 


Rosas había hecho de Palermo, el arcanum habitual de sus altas combinaciones políticas,

 una especie de Versailles o de Saint-James del Río de la Plata.
El edificio era de una sola planta rectangular, con techo de azotea y baranda de hierro. El eje mayor de la propiedad estaba orientado de Este a oeste y había un cuerpo saliente en cada uno de los vértices de la planta rectangular. Las paredes se levantaron con argamasa y cal. Los pisos eran de baldosas y los cielo rasos de madera.

 

Los muebles eran de caoba, las camas de bronce, arañas con caireles, todo era de calidad pero sin lujo a excepción de los espejos venecianos que tanto gustaban al General. En las galerías había bancos de caoba y mecedoras. El alumbrado se había hecho con lámparas de aceite.

 

 Allí se realizaban muchas reuniones sociales. Los bailes se ejecutaban con un minué liso que la costumbre era traída de Francia pero se había hecho famoso en la ciudad. En todas estas reuniones se obsequiaba chocolate, mate de leche perfumado con canela o vainilla. Cabe destacar que luego del minué se puso de moda el vals como en Europa aunque algunas señoritas se mareaban. Las mujeres lucían abanicos, corsés, y peinetones y solían agruparse entre chocolate y vasitos de licor para hacer comentarios de antiguas andanzas.

 

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Fue en 1836 cuando decidió levantar su residencia oficial en lo que hoy es la esquina sudeste de las actuales avenidas Libertador y Avenida Sarmiento. Acuarela de Eduardo Sívori pintada en 1850 a colores.

 

La entrada de la casa miraba al norte y las habitaciones (que eran 16) daban a un gran patio central, rodeado por galerías con arcos de medio punto. Rosas ocupaba las habitaciones orientadas al este —de donde salía un camino que llevaba hasta el río— mientras su hija Manuela, las situadas al oeste, frente a la actual avenida del Libertador, donde se encontraba el salón de fiestas. Rosas tenía muchos negros empleados en su administración pública y también en la privada y los valorizaba muy especialmente. El gobernador regularmente asistía a sus “candombes” y no era infrecuente verlo bailar con alguna negra. Rosas para dominar mejor a la clase baja de gauchos y paisanos se juntaba con ellos y aprendía sus costumbres (jugaba a las cartas con ellos, trabajar al lado de ellos sacrificando comodidades, etc.). Esto le daba una gran influencia en ellos y le permitía controlar a la servidumbre con más facilidad. Otros caudillos también practicaban el arte de mimetizarse con el pueblo. Rosas tenía relación con muchos caciques por su crianza. Tenía conocimiento del idioma pampa y se comunicaba con los indios en su misma lengua. Además tenía en las estancias indios trabajando.

 

La casa pintada de blanco era una construcción muy generosa, con varios patios, como las casas españolas y galerías o arcadas a la manera de las mezquitas turcas. Estaba rodeada por un jardín en que se habían hecho grandes gastos porque se formó sobre un terreno pantanoso. En el interior de la casa predominaba el color rojo en cortinados y otros elementos.

 

 La obra fue concluida en el año 1838, poco antes de fallecer doña Encarnación, la esposa de Rosas.

 El camino que comunicaba la quinta con la ciudad, sería en cualquier parte considerado como un excelente camino. A mitad de camino en dirección a su palacio, existía un campamento de caballería permanente.


El camino de la Alameda se continuaba con la bajada de la Recoleta, que luego empalmaba con la avenida Quintana para mas adelante prolongarse hasta las puertas de la casona. Todo ese camino estaba arbolado con sauces y naranjos y también muy provisto de faroles.

 Palermo de San Benito era un lugar que no estaba rodeado de cercos ni verjas. Era un lugar abierto. La entrada era libre por lo tanto era privado como publico. Los domingos la gente paseaba en carruajes u organizaban cabalgatas. La quinta del gobernador se llenaba de transeúntes. La comida se servia para quien quisiera disfrutar de la velada ya sea visitantes u extraños. La hija de Rosas presidía la mesa y dos o tres bufones. Rosas casi jamás concurría. Dentro de esa esplendida propiedad El Gobernador vivía un poco limitado en cuanto a sus horarios laborales y sus normas.

 

La casona contaba con corredores de arquería a ambos costados y un baluarte en cada esquina en ángulo recto. Muy próximo a la residencia se destacaba un lago artificial hacía las delicias de sus moradores y visitantes, porque podía ser navegado por una pequeña embarcación a vapor. Era como una pileta de gran profundidad, con paredes de ladrillos y que estaba rodeada de una baranda de hierro que en uno de sus extremos tenía un enrejado de madera bastante tupido, para que allí las bañistas estuvieran al abrigo de las miradas indiscretas. Una calle de ombues partía desde la casona y llegaba hacia el río.



Hacia lo que es hoy la Avenida Libertador se hallaba un gran salón cercano al torreón donde se situaba la capilla dedicada a la Purísima Concepción que  oficiaba misa el sacerdote Fernando Lozano, también conocido con el nombre de padre Sevilla, porque había nacido en la ciudad de ese nombre.



"Casa de fieras"

 

 Juan Manuel de Rosas en los años que habitara su caserón había creado un incipiente Jardín Zoológico, así como veremos más adelante un incipiente Jardín Botánico.
En los amplios jardines y parque podían verse avestruces, teros, gavilanes y pájaros de hermoso plumaje. Un estanque de 100 varas de largo era una de las atracciones de Palermo.
A medida que la zona de bañados se iba transformando en un hermoso parque, Rosas fue introduciendo una serie de animales en lo que llamó "Casa de fieras", pumas, zorros, monos, a los que se agregaban ñandues, chajáes, venados, nutrias, zorros, liebres, flamencos y guanacos que se paseaban libremente para delicias de sus habitantes y las visitas que llegaban desde la ciudad.

El terreno que ocupa hoy el zoológico  pertenecía en un pasado a una zona ribereña del Río de la Plata. El primer trabajo de urbanización en ese solar fue obra de Juan Manuel de Rosas. En el mismo estanque que hoy es de los cocodrilos cuenta la historia que se encontraba la pileta de Manuelita Rosas.

El Primer Servicio Urbano de Pasajeros se estableció en Buenos Aires en mayo de 1849. Ese mes comenzó a correr una diligencia y un ómnibus entre el Paseo de la Alameda y la quinta del Gobernador Rosas, en San Benito de Palermo. Los coches partían a las 15 y a las 16 horas, cruzándose en el camino.

Durante el segundo gobierno su mansión polarizaría toda la actividad social y política de Buenos Aires o sea que sus últimos diez años de gobierno se desarrollaron prácticamente en el ámbito de Palermo de San Benito, tierras que adquirió en 1836. Vivió prácticamente recluido allí salvo algún traslado que tuvo que hacer a otras tierras.

 

 

La finca situada a la derecha de la avenida de las Palmeras (hoy Av. Sarmiento). La propiedad albergaba una terraza mirador, un muelle de mampostería de ladrillos, un mini-balneario, y por el lago se podía navegar a remo o por medio de una embarcación a vapor llamada "Manuelita".

 

VEA ESTE VIDEO:

 

http://www.youtube.com/watch?v=g5gePU76Aso

 

Rosas tenia un matadero y saladero a orillas del arroyo Maldonado. Estaba en el camino a San Isidro (avenida Santa Fe), camino de las Cañitas (avenida Luis M. Campos) y avenida Dorrego. Alli trabajaban 285 personas y estaba a cargo Pedro Nolasco Calderón. Rosas estaba muy involucrado en todo esto como estanciero y propietarios de mataderos, saladeros y del monopolio de la sal, incluso enviaba su propia carne a Brasil y Cuba etc. Cualquier oposición o conspiración contra Rosas era considerada una amenaza al bienestar de la nación. La falta de higiene de estas industrias y las epidemias que azotaron a la ciudad porteña en 1868 y 1871 llevaron a que el gobierno provincial prohibiera estos establecimientos en Buenos Aires y las inmediaciones del Riachuelo, lo que determinó el cese definitivo de la misma. En 1908 ya no quedaban más saladeros en la Provincia de Buenos Aires.

 

 

El 3 de Febrero del año 1852, Rosas fue derrotado en la batalla de Caseros por Urquiza por el Decreto Provincial N° 1474, el 16 de febrero de ese mismo año, se establece que  todas las propiedades pertenecientes a Don Juan Manuel de Rosas existentes en el territorio de la provincia de Buenos Aires son de pertenencia pública” expropiando de esta manera los terrenos de Palermo en donde actualmente se encuentra emplazado el parque 3 de Febrero (nombre adquirido por la fecha de la Batalla de Caseros). Caseros no fue una batalla de “federales” y “unitarios”. Fue la batalla de la segunda guerra Argentino-Brasilera. Fue la batalla de federales contra la alianza de brasileros y traidores.

 


Luego de la derrota de Rosas Sarmiento fue el primero en entrar a la mansión y tiempo atrás Urquiza moraría en la casona. Tras esa batalla Urquiza confiscó la mansión y habitó en ella durante un corto tiempo, utilizándola como su cuartel general tras el cual el abandono provocó su rápido deterioro. Fue Sarmiento quien definió el destino último de Palermo al inaugurar el
parque Tres de Febrero el 11 de Noviembre de 1875. El Presidente Roca selló el destino de la casa en 1889 al ordenar volarla con dinamita.

Actualmente, el antiguo lodazal alberga al Hipódromo de Palermo, al Jardín Zoológico, el Jardín Botánico y los lagos visitados por los porteños cada fin de semana. De todas formas, los restos de la vieja mansión federal continuaban apareciendo en las excavaciones ejecutadas para la instauración del Rosedal. En dicha oportunidad, varios trozos de fina porcelana surgieron de entre los escombros como testigos de un pasado no tan lejano.

 

A la caída de Juan Manuel de Rosas el Caserón fue sede de varias instituciones. El presidente Mitre pensó en la necesidad de crear un colegio militar donde educar a futuros jefes y oficiales del ejercito Argentino. En 1869 se funda el Colegio Militar de la Nación con sede en el caserón de Rosas. Se dispuso que los jóvenes de 15 a 20 años podían seguir la carrera de las armas.  El Colegio Militar de la Nación (creado por decreto del 22 de junio de 1870) hasta 1892 en que se instala la Escuela Naval. En 1983 el colegio militar fue trasladado a San Martín y las dependencias de Palermo pasaron a ser escuela Naval hasta 1899 fin de siglo.

 

Llegó la noche del 2 de febrero de 1899 en que después de festejarlo con un asado, dinamitaron el edificio y voló por los aires un importante testimonio de la historia argentina, se llevó a cabo el derribo de la casa de Rosas en Palermo, instalándose en ese lugar la estatua de su archienemigo Sarmiento, cuyo nombre, para ahondar la provocación, también lleva la avenida que pasaba por la puerta de la residencia, entonces llamada “de las Palmeras”, hoy la actual Avenida Sarmiento.

 

 

 

 

 El monumento del fondo es la estatua de Sarmiento, obra de Rodin, fue inaugurada el 25 de mayo de 1900 en el mismo lugar en el que vivía su enemigo, Rosas, se dice que justo en el sitio donde Rosas tenia su dormitorio. Se halla hoy en Libertador y Sarmiento.

En la casa de Rosas, funcionó la primera sede del Colegio Militar que permaneció allí hasta 1892, luego la Escuela Naval y en 1899 el Intendente Bullrich la hizo dinamitar.

 

 

Av Libertador y Sarmiento. Muestra donde estaba ubicada de la casona del brigadier Rosas.

fotografía genialmente montada por ALBERTO BOSELLI

 

 

 La estatua de Sarmiento, obra de Rodin, fue inaugurada el 25 de mayo de 1900 en el mismo lugar en el que vivía su enemigo, Rosas, se dice que justo en el sitio donde Rosas tenia su dormitorio. Se halla hoy en Libertador y Sarmiento.

 

 

 

 

Actualmente el colegio militar en su museo del Palomar conserva un escritorio, una cómoda y una caja de caudales que pertenecieron al mobiliario de la residencia del restaurador.


En 1988, Schávelzon hizo excavaciones en el Parque Tres de Febrero, en Palermo, y halló los restos del caserón de Juan Manuel de Rosas. Allí se encuentra hoy el gran pulmón de Buenos Aires con 300 hectáreas entre la Av. del Libertador, Salguero.

 

 

IMPORTANTE

 

Una noche de 1842 amenazando la tradicional tormenta de Santa Rosa, el gobernador vió desde su residencia que llegaba por el  río una goleta que desafortunadamente para los navegantes y afortunadamente para el gobernador encalló. Rosas adquirió la embarcación , la restauró e improviso en ella un salón de juegos y baile que aumentó el encanto y exotismo de su gran residencia. Para Manuelita y sus amigas ese barco era atalaya donde atisbaban a quienes llegaban.

También en 1858 se realizo en esa residencia la primera exposición ganadero-industrial  de Buenos Aires que se celebraba en el país por iniciativa de Don Diego White.

 

 El Hipódromo de White

Diego White era un escocés que vino como colono en 1825 y junto a otros compatriotas se instaló en la zona. Tras la rápida dispersión de la colonia quedó como ganadero y con el tiempo fue adquiriendo gran cantidad de tierras en la zona.

Las primeras carreras de caballos se corrieron en la chacra del Sr. Diego White de 16 cuadras de extensión con tribunas para el publico con un pizarrón para anotar las apuestas. Estaba situado en los terrenos que hoy ocupan la estación Rivadavia del ex Ferrocarril Central Argentino, hoy Ferrocarril Belgrano. El  hipódromo de White fue arrasado por la tormenta santa Rosa en 1866 que destruyo la pista y la tribuna y milagrosamente se salvaron algunos caballos.

 

 El Hipódromo Nacional

 

 También llamado Belgrano (funcionó desde1887 hasta 1913).

De allí a que todos los interesados se mudaron al  Hipódromo Nacional (1887) situado en el Barrio River desde Udaondo hasta Monroe  y desde Figueroa Alcorta hacia Av. Libertador. La pista del mismo era lo que actualmente es la calle Dr. Victorio de la Plaza, de allí su sorprendente trazado en forma de herradura. La entrada se hallaba sobre Libertador y Monroe llegando a Congreso.

 

 El estadio del Club Atlético River Plate se encuentra en el barrio de Belgrano y no en Núñez y el Barrio River se llama Barrio Parque Gral. Belgrano, mal llamado barrio River.

 

 También en este hipódromo nacional de Belgrano en diciembre de 1901 se realizó la primera carrera  para automóviles del país, hasta existe una placa conmemorativa. Compitieron ese día coches a petróleo y a vapor, y ganó Juan Cassoulet con un Rochester.

 

 

CONOZCA ALGO MAS PERSONAL DE LA VIDA DEL RESTAURADOR

 

El 30 de marzo de 1793 nacía en Buenos Aires en la calle Cuyo (actual Sarmiento) número antiguo 94, una de las figuras mas controvertidas de nuestra historia, Juan Manuel Ortiz de Rozas (él lo cambió luego a Rosas). Se crió en la pampa en la estancia" del Salado" , utilizaba las boleadoras muy bien y era buen domador. Fue llamado el Ilustre Restaurador de las Leyes debido a sus "dotes de orden y unificación". Aprendió el arte de mandar, es admirado por su destreza y coraje, justo en sus campos. Condena o perdona como un juez. Ayuda siempre al que está en desgracia y da trabajo a muchos paisanos.
 

Se casó con Encarnación Ezcurra y Arguibel en 1813, a los 20 años, pero como sus padres se oponían, tramaron una hábil estrategia. Encarnación se hizo pasar como embarazada.

Otra rareza es que nunca usó zapatos, siempre calzo botas. Al parecer Rosas aparte de maniático, era coqueto, ya que se hizo enterrar con su dentadura puesta, también lo acompañó en su viaje eterno su plato favorito, que era de porcelana.

 

   

MANUELITA ROSAS

Al parecer Rosas tenia muchas manías. Tenia manías por los pequeños detalles, por cosas increíblemente minuciosas.

Tenía un raro sentido del humor y, como los reyes medievales, tenia para entretenerle y divertir a sus invitados unos pobres bufones, payasos a sueldo. Su bufón favorito se llamaba Eusebio. De este bufón, que según parece, era mentalmente anormal, Rosas solía bromear diciendo que era novio de su hija Manuelita, que se irritaba mucho por eso.

 

 

Durante la época rosista se dictaron normas para los bañistas que frecuentaban la orilla del Río de la Plata, estableciéndose una demarcación de sectores para hombres y mujeres; se cambió el alumbrado público a vela por el de aceite, se prohibió ocupar las veredas con actividades que impidieran el tránsito público, se reglamentó la circulación de vehículos y animales por las calles e incluso de peatones por las veredas, se prohibieron los juegos de carnaval (por la violencia que en ellos se desataba), se dictaron diversas normas sobre la vestimenta a llevar en la vía pública, entre otras medidas.


Rosas llevó a su residencia de Palermo como doncella de compañía de su esposa Encarnación  a
Eugenia Castro, una muchacha frágil y bella
. Al morir su esposa  Encarnación Ezcurra, él rubio y apuesto, de noble linaje, el estanciero más poderoso de Buenos Aires, 45 años, ejercía el cargo de gobernador de la provincia de Buenos Aires y era, virtualmente, el dictador de la Confederación Argentina. Ya estaba viudo y con dos hijos mayores, Juan Bautista un hombre mediocre y poco inteligente con el que siempre tuvo un trato distante y la otra hija Manuela que era alta, delgada, talle redondo y fino, formas graciosas y ligeramente dibujadas; fisonomía americana, pálida, ojos pardoclaro, mirada inteligente, cabello castaño  abundante y fino; nariz recta, y boca grande.

 

Eugenia fue una mujer de  tenía 14 o 15 años. Ella apenas una adolescente treinta años menor que él,  morocha, cautivo al restaurador  y empezaron sus amores con el.  Juan Manuel Rosas  se dejo seducir por esa muchacha.

Con los años, junto a su “fiel servidora”, Rosas mantuvo una relación afectuosa pero algo distante, que fue un secreto a voces.

 

Eugenia dio a luz varias veces...

 

 Eugenia dio a luz una hija, bautizada Mercedes, cuya paternidad se atribuyó a un sobrino de la difunta señora. Después, en la medida en que nacían otros hijos, Ángela (1840), Ermilio (1842), Nicanora (1844), y más tarde Joaquín y Justina, para los habitantes de esa casa no hubo misterio: Rosas había convertido en su amante a esa niña, apenas una adolescente.
Ese amor, que duró desde 1839 hasta la batalla de Caseros en 1852, se mantuvo oculto. Fue un secreto entre muchos, es decir, conocido por la familia, los servidores y el círculo íntimo del gobernador.

Luego de la batalla de Caseros, Rosas se exilió en Gran Bretaña. En 1859 Manuelita se va a vivir a Londres con su marido Terrero. Rosas alquila una propiedad rural de 50 hectáreas cerca de Southampton llamada Burguess Farm con algunos animales.

Murió en el exilio el 14 de marzo de 1877, acompañado por su hija Manuelita. Sus restos fueron repatriados a la Argentina el 1 de octubre de 1989 y reposan actualmente en el panteón familiar del Cementerio de la Recoleta.

Así como Encarnación había sido la única mujer en la vida de Rosas en los años en que se hizo rico y alcanzó la suma del poder, Eugenia fue la compañera secreta de los años en que éste disfrutó del poder, cuando la quinta de Palermo se convirtió en un lugar casi legendario.

 

En el Complejo Museográfico Enrique Udaondo, ubicado en la Ciudad de Lujan, Provincia de Buenos Aires, se encuentra la Berlina utilizada por Juan Manuel de Rosas fue construida en Inglaterra en 1830. Fue utilizada durante su Gobernación entre los años 1835 y 1852. Está pintada en color rojo punzó y era tirada por caballos de similar color en su pelaje.
En sus puertas se encuentra el escudo nobiliario de la familia Ortiz de Rosas. Dentro del complejo, se encuentra la Sala Federal donde podemos recordar la historia del Restaurador de las Leyes, su familia, lo hechos más importantes de gobierno. Así también muebles, pinturas y objetos personales de Juan Manuel de Rosas y de los personajes más importantes de su época.

 

 

 

 

Agustina Rosas, la que se hacía su propio perfume, se casó con Lucio N. Mansilla, quien había abandonado a su primera mujer, Polonia Duarte, por su falta de higiene. La devolvió a la casa de sus padres luego de años de matrimonio y tres hijos. Agustina Rosas, hermana de Juan Manuel, era la mujer más atractiva de 1820.

Durante la época de Rosas, el espectáculo circense cobra enorme importancia, desplazando al teatro de las preferencias del público. Se inaugura en 1834, el Circo Olímpico, en la calle Salta Nº 8, del barrio de Monserrat, en el que Rosas tenía un palco reservado, allí actúa la Compañía Laforest-Smith, hasta 1835. Resulta interesante mencionar que cuando Rosas vuelve al poder en 1835, su primera aparición pública oficial, la realiza en el circo y no en el teatro. Después de la caída de Rosas, y por espacio de treinta años, el teatro tiene poca actividad y casi toda ella está a cargo de elencos extranjeros, lo que contrasta notablemente con el circo que entre 1852 y 1884, en su doble condición de espectáculo acrobático y teatral, constituye la diversión popular predilecta. En 1859, se levanta un galpón en la Plaza de Monserrat, dónde estuvo la antigua Plaza de Toros, y allí actúan la troupe Loande, y otros artistas nativos. El circo fue el espectáculo más popular en estas tierras, durante los tiempos de la colonia y los de la vida republicana independiente.
 

 

 

EL DULCE DE LECHE
 

ESTE MANJAR... EL DULCE DE LECHE, ES ORIGINARIO DE NUESTRO PAIS? En Argentina existe un relato escrito, el cual se encuentra en el Museo Histórico de la Nación, que fecha su invención hacia el año 1829 en instancias en que estaban por reunirse para firmar un pacto de paz Juan Manuel de Rosas y su enemigo político (y primo hermano) Juan Lavalle. Cuentan ciertas anécdotas históricas que se reunieron en Cañuelas, a 65 kilómetros de Buenos Aires, en la estancia del Caudillo Federal Juan Manuel de Rosas.
Lavalle fue el primero en llegar y, fatigado, se recostó sobre el catre de Rosas, quedando dormido. La criada de Rosas, mientras hervía leche con azúcar (preparación conocida en esa época como lechada) para acompañar el mate de la tarde, se encontró con Lavalle durmiendo sobre el catre de su patrón. Ella lo consideró una insolencia y fue a dar aviso a los guardias. Poco tiempo más tarde arribó Rosas, quien no se enfadó con Lavalle y pidió a la criada el mate con leche.

 

 

Ésta recordó en ese momento que había abandonado la leche con azúcar al fuego, dejándola calentar durante un largo tiempo. Al regresar a buscar la lechada, la criada se encontró con una sustancia espesa y amarronada. Su sabor agradó a Rosas y se cuenta que compartió el dulce con Lavalle mientras discutían los puntos del pacto, dando así un origen accidental al dulce de leche. En el año 1921 se celebró en Washington la Primera Exposición Regional de Lechería, y allí fue conocido y tuvo un lugar predominante el Dulce de Leche como producto regional producido en tierras sudamericanas del sur; y rápidamente conquistó un lugar predominante en los paladares exigentes en todo el mundo.

 

 

ÚLTIMAS NOTICIAS!!!

 

Luego de años de búsqueda, finalmente, fueron encontrados los baños que había en el patio del caserón de Rosas, sitio histórico situado en el barrio de Palermo. Según los investigadores y arqueólogos de la ciudad, es la primera instalación completa que se encuentra en Buenos Aires. El hallazgo, que fue casual, aporta datos sobre la historia sanitaria de la ciudad.

La tarde del domingo 4 de marzo, Daniel Schávelzon, director de Arqueología porteño, caminaba por Palermo. De pronto, algo le llamó la atención: en el sendero por el que suele pasear se veían ladrillos, dispuestos de manera organizada, algo poco común en ese tipo de caminos. Su ojo de arqueólogo rápidamente captó la información y al investigador se le abrió un panorama alentador. Sabía que caminaba por lo que, hasta 1852, había sido la quinta de Juan Manuel de Rosas, en la zona de Sarmiento y Avda. del Libertador, en Palermo. Al día siguiente, apenas llegó a su oficina, habló del hallazgo.

El viernes siguiente realizaron la excavación. "Encontramos la instalación completa de seis baños y tres fragmentos de baldosas francesas del piso, que quedaron a la vista por el desgaste y la erosión de la lluvia", explicó Schávelzon, que además estuvo a cargo de la investigación. Los sanitarios estaban en cubículos de 1,20 x 1,02 metros, y originalmente tenían puertas. Según contó el funcionario, los cimientos eran de ladrillo. En cada habitáculo había un inodoro, con forma de vasija, que era de cerámica. Esa parte era la que sobresalía del suelo. En la parte inferior, ya enterrado, cada uno de estos artefactos tenía un sifón que, a su vez, conectaba con un caño principal. "Lo que no podemos saber es hacia dónde descargaba esa tubería". El sistema hallado representa, para Schávelzon, la transición entre las viejas letrinas y los baños modernos. "Había muy pocas instalaciones como éstas en la ciudad, pero es la primera vez que encontramos una completa", añadió el arqueólogo. Los baños encontrados son seis, aunque, según los planos, originalmente había doce. A uno de los costados, y sin puertas, había mingitorios. El conjunto estaba situado en un patio que se construyó después de 1852, en la parte trasera del caserón, cuando funcionaba allí la Escuela Naval. El hallazgo, según dijo, es importante en cuanto aporta información sobre el sistema sanitario de la Buenos Aires de hace dos siglos. "Entre 1861 y 1871 hubo en la ciudad dos epidemias de cólera y una de fiebre amarilla, y esto aporta datos históricos sobre el sistema sanitario y los conocimientos de salubridad que había en la época", afirmó el funcionario. Recordó que, en aquella época, lo que normalmente se utilizaba en las casas era la letrina. Ésta a su vez estaba, en muchos casos, a escasos metros del aljibe del que las familias obtenían agua para beber y cocinar. "No se conocía en aquel entonces la contaminación de las napas, era algo impensable, y eso facilitaba la propagación de enfermedades", comentó.

 

 

 

 

 

 

           

 

 


 

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