A partir de 1838 Rosas
comenzó a adquirir las tierras conocidas como "Los bañados de Palermo".
La zona de Palermo era un paraje de chacras y quintas.
Durante su gobierno,
Palermo de San Benito
fue al mismo tiempo, residencia del Gobernador y Sede del Gobierno de la
Provincia de Buenos Aires.
El mandatario antes vivía en la esquina de las calles Bolívar y Moreno, en
una casa antigua —propiedad de su esposa— denominada en aquella época "la
casa de los Ezcurra", frente al Colegio Nacional de Buenos Aires. Tenia
elevadas torres miradores y se subía por una escalera caracol de caoba.
Desde allí se divisaba la ciudad con el río, la rada y las embarcaciones. En la primavera del año 1848 se trasladó a su nueva
mansión.
Residencia de Rosas desde 1839
hasta 1852. A principios del siglo XIX, Palermo era un paraje de chacras y
quintas. En la década de 1830, el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de
Rosas, adquiere tierras en el sector y comienza la construcción de una gran casona
de estilo colonial con torres miradores en los ángulos.
Fue necesario rellenar y
nivelar una gran extensión, para lo cual se llevó al lugar en carretones gran
cantidad de tierra negra, sacada de los "alfalfares de Rosas" (actualmente en el
barrio de Belgrano). Se hicieron obras de defensa y urbanización general, con el
trazado de caminos, desagües, y hasta un bajo fue convertido en un hermoso lago
artificial.
El área mejorada comprendió una superficie de media legua cuadrada y los
trabajos —muy costosos— demoraron cerca de dos años.
Los caminos en esa
zona casi ni existían, ya que eran borrados por las inundaciones y las
sudestadas. El gobernador los hizo rellenar para que los carros con tierra
y materiales pudieran llegar mas fácilmente. Quien fue el constructor de
la quinta fue Miguel Cabrera. Trabajaban allí un total de
300 hombres entre capataces, empleados y peones. El capataz principal
era Pedro Nolasco Calderón quien cuidaba los caballos del Gobernador y se
había casado en la finca en segundas nupcias. Este Calderón había comprado
tierras en el arroyo Maldonado y residía allí que fueron las tierras que
compro
Agustín
Comastri donde se encuentra el
famoso mirador.
Además
se construyó
en el predio terraplenes de desagüe y canales perpendiculares para desagotar el agua de
lluvia. Rodeando el edificio se habían organizado jardines con
canteros con flores. También entre los árboles asomaban bustos de
mármol sobre pedestales. Para mantener los caminos los mismos eran
cubiertos constantemente con conchillas que se regaban diariamente para
evitar la polvareda.
Esta opulenta finca ubicada en Palermo, se extendía desde la actual Avda.
del Libertador y Sarmiento hasta el río, sobre el
arroyo Maldonado
que corre hoy entubado bajo la avenida Juan B Justo y tenia una extensión
de 6000 m2. La casa tenía amplios jardines, con árboles y plantas,
galerías porticadas y terraza. Aproximadamente el predio tenia unas 540
manzanas.
Rosas había hecho de Palermo, el arcanum habitual de sus altas combinaciones
políticas,
una especie de Versailles o de Saint-James del Río de la Plata.
El edificio era de una sola planta rectangular, con techo de azotea y
baranda de hierro. El eje mayor de la propiedad estaba orientado de Este a
oeste y había un cuerpo saliente en cada uno de los vértices de la planta
rectangular. Las paredes se levantaron con argamasa y cal. Los pisos eran
de baldosas y los cielo rasos de madera.
Los
muebles eran de caoba, las camas de bronce, arañas con caireles, todo era
de calidad pero sin lujo a excepción de los espejos venecianos que tanto
gustaban al General. En las galerías había bancos de caoba y mecedoras. El
alumbrado se había hecho con lámparas de aceite. Allí
se realizaban muchas reuniones sociales. Los bailes se ejecutaban con un
minué liso que la costumbre era traída de Francia pero se había hecho famoso en
la ciudad. En todas estas reuniones se obsequiaba chocolate, mate de leche
perfumado con canela o vainilla. Cabe destacar que luego del minué se puso de
moda el vals como en Europa aunque algunas señoritas se mareaban. Las mujeres
lucían abanicos, corsés, y peinetones y solían agruparse entre chocolate y
vasitos de licor para hacer comentarios de antiguas andanzas.
haga
click en la imagen para ampliar (2 fotos) Fue
en 1836 cuando decidió levantar su residencia oficial en lo que hoy es la
esquina sudeste de las actuales avenidas Libertador y
Avenida Sarmiento.
Acuarela de Eduardo Sívori pintada en 1850 a colores.
La entrada de
la casa miraba al norte y las habitaciones (que eran 16) daban a un gran patio central,
rodeado por galerías con arcos de medio punto. Rosas ocupaba las habitaciones
orientadas al este —de donde salía un camino que llevaba hasta el río— mientras
su hija Manuela, las situadas al oeste, frente a la actual avenida del
Libertador, donde se encontraba el salón de fiestas. Rosas tenía muchos negros
empleados en su administración pública y también en la privada y los valorizaba
muy especialmente. El gobernador regularmente asistía a sus “candombes” y no era
infrecuente verlo bailar con alguna negra. Rosas para dominar mejor a la clase
baja de gauchos y paisanos se juntaba con ellos y aprendía sus costumbres
(jugaba a las cartas con ellos, trabajar al lado de ellos sacrificando
comodidades, etc.). Esto le daba una gran influencia en ellos y le permitía
controlar a la servidumbre con más facilidad. Otros caudillos también
practicaban el arte de mimetizarse con el pueblo. Rosas tenía relación con
muchos caciques por su crianza. Tenía conocimiento del idioma pampa y se
comunicaba con los indios en su misma lengua. Además tenía en las estancias
indios trabajando.
La casa pintada de blanco era
una construcción muy generosa, con varios patios, como las casas españolas y
galerías o arcadas a la manera de las mezquitas turcas. Estaba rodeada por un
jardín en que se habían hecho grandes gastos porque se formó sobre un terreno
pantanoso. En el interior de la casa predominaba el color rojo en cortinados y
otros elementos.
La obra fue concluida en
el año 1838, poco antes de fallecer doña Encarnación, la esposa de Rosas.
El camino que comunicaba la
quinta con la ciudad, sería en cualquier parte considerado como un excelente
camino. A mitad de camino en dirección a su palacio, existía un campamento de
caballería permanente.
El camino de la Alameda se continuaba con la bajada de
la Recoleta, que luego empalmaba con la avenida Quintana para mas
adelante prolongarse hasta las puertas de la casona. Todo
ese camino estaba arbolado con sauces y naranjos y también muy provisto
de faroles.
Palermo de San Benito era un lugar que no estaba rodeado de
cercos ni verjas. Era un lugar abierto. La entrada era libre por lo
tanto era privado como publico. Los domingos la gente paseaba en
carruajes u organizaban cabalgatas. La quinta del gobernador se llenaba
de transeúntes. La comida se servia para quien quisiera disfrutar de la
velada ya sea visitantes u extraños. La hija de Rosas presidía la mesa y
dos o tres bufones. Rosas casi jamás concurría. Dentro de esa
esplendida propiedad El Gobernador vivía un poco limitado en cuanto a
sus horarios laborales y sus normas.
La casona contaba con corredores de arquería a ambos costados y un baluarte en
cada esquina en ángulo recto. Muy próximo a la residencia se destacaba un lago artificial
hacía las delicias de sus moradores y visitantes, porque podía ser navegado por
una pequeña embarcación a vapor. Era como una pileta de gran profundidad, con paredes de
ladrillos y que estaba rodeada de una baranda de hierro que en uno de sus
extremos tenía un enrejado de madera bastante tupido, para que allí las bañistas
estuvieran al abrigo de las miradas indiscretas. Una calle de ombues partía
desde la casona y llegaba hacia el río.
Hacia lo que es hoy la Avenida Libertador se hallaba un gran salón cercano
al torreón donde se situaba la capilla dedicada a la Purísima Concepción
que oficiaba misa
el sacerdote Fernando Lozano, también conocido con el nombre de padre
Sevilla, porque había nacido en la ciudad de ese nombre.
"Casa de fieras"
Juan
Manuel de Rosas en los años que habitara su caserón había creado un incipiente
Jardín Zoológico, así como veremos más adelante un incipiente Jardín Botánico.
En los amplios jardines y parque podían verse avestruces, teros, gavilanes
y pájaros de hermoso plumaje. Un estanque de 100 varas de largo era una de las
atracciones de Palermo.
A medida que la zona de bañados se iba transformando en un hermoso parque,
Rosas fue introduciendo una serie de animales en lo que llamó "Casa de
fieras", pumas, zorros, monos, a los que se agregaban ñandues, chajáes,
venados, nutrias, zorros, liebres, flamencos y guanacos que se paseaban libremente para
delicias de sus habitantes y las visitas que llegaban desde la ciudad.
El terreno que ocupa
hoy el
zoológico
pertenecía en un pasado a una zona ribereña del Río de la Plata.
El primer trabajo de urbanización en ese solar fue obra de Juan Manuel de
Rosas. En
el mismo estanque que hoy es de los cocodrilos cuenta la historia que se
encontraba la pileta de Manuelita Rosas.
El Primer Servicio Urbano de Pasajeros se estableció en
Buenos Aires en mayo de 1849. Ese mes comenzó a correr una diligencia y un
ómnibus entre el
Paseo de la Alameda
y la quinta del Gobernador Rosas, en San
Benito de Palermo. Los coches partían a las 15 y a las 16 horas, cruzándose en
el camino.
Durante el segundo gobierno su mansión polarizaría toda la actividad social y
política de Buenos Aires o sea que sus últimos diez años de gobierno se
desarrollaron prácticamente en el ámbito de Palermo de San Benito, tierras que
adquirió en 1836. Vivió prácticamente recluido allí salvo algún traslado que
tuvo que hacer a otras tierras.
La finca situada a la derecha de la avenida de las Palmeras (hoy Av. Sarmiento). La propiedad
albergaba una terraza mirador, un muelle de mampostería de ladrillos, un
mini-balneario, y por el lago se podía navegar a remo o por medio de una
embarcación a vapor llamada "Manuelita".
VEA
ESTE VIDEO:
http://www.youtube.com/watch?v=g5gePU76Aso
Rosas tenia un matadero y saladero
a orillas del arroyo Maldonado. Estaba en el camino a San Isidro (avenida Santa
Fe), camino de las Cañitas (avenida Luis M. Campos) y avenida Dorrego. Alli
trabajaban 285 personas y estaba a cargo Pedro Nolasco Calderón. Rosas estaba muy involucrado en
todo esto como estanciero y propietarios de mataderos, saladeros y del monopolio
de la sal, incluso enviaba su propia carne a Brasil y Cuba etc. Cualquier
oposición o conspiración contra Rosas era considerada una amenaza al bienestar
de la nación.
La falta de higiene de estas industrias
y las epidemias que azotaron a la ciudad porteña en 1868 y 1871 llevaron a que el
gobierno provincial prohibiera estos establecimientos en Buenos Aires y las
inmediaciones del Riachuelo, lo que determinó el cese definitivo de la misma. En
1908 ya no quedaban más saladeros en la Provincia de Buenos Aires.
El 3 de Febrero del año 1852,
Rosas fue derrotado en la batalla de Caseros por Urquiza por el Decreto
Provincial N° 1474, el 16 de febrero de ese mismo año, se establece que
todas las propiedades pertenecientes a Don Juan Manuel de Rosas existentes en el
territorio de la provincia de Buenos Aires son de pertenencia pública”
expropiando de esta manera los terrenos de Palermo en donde actualmente se
encuentra emplazado el parque 3 de Febrero (nombre adquirido por la fecha de la
Batalla de Caseros). Caseros no fue una batalla de “federales” y “unitarios”.
Fue la batalla de la segunda guerra Argentino-Brasilera. Fue la batalla de
federales contra la alianza de brasileros y traidores.
Luego de la derrota de Rosas Sarmiento fue el primero en entrar a la mansión y
tiempo atrás Urquiza moraría en la casona.
Tras esa batalla Urquiza confiscó la mansión y habitó en ella durante
un corto tiempo, utilizándola como su cuartel general tras el cual el abandono provocó su rápido deterioro. Fue
Sarmiento quien definió el destino último de Palermo al inaugurar el
parque Tres
de Febrero el 11 de Noviembre de 1875. El Presidente Roca selló el destino de la
casa en 1889 al ordenar volarla con dinamita.
Actualmente, el antiguo lodazal alberga al Hipódromo de Palermo, al Jardín
Zoológico, el Jardín Botánico y los lagos visitados por los porteños cada fin
de semana. De todas formas, los restos de la vieja mansión federal continuaban
apareciendo en las excavaciones ejecutadas para la instauración del Rosedal. En
dicha oportunidad, varios trozos de fina porcelana surgieron de entre los
escombros como testigos de un pasado no tan lejano.
A la caída de Juan Manuel de Rosas
el Caserón fue sede de varias instituciones. El presidente Mitre pensó en la
necesidad de crear un colegio militar donde educar a futuros jefes y oficiales
del ejercito Argentino. En 1869 se funda el Colegio Militar de la Nación con
sede en el caserón de Rosas. Se dispuso que los jóvenes de 15 a 20 años podían
seguir la carrera de las armas. El Colegio Militar de
la Nación (creado por decreto del 22 de junio de 1870) hasta 1892 en que se
instala la Escuela Naval. En 1983 el colegio militar fue trasladado a San Martín
y las dependencias de Palermo pasaron a ser escuela Naval hasta 1899 fin de
siglo.
Llegó la noche del 2 de febrero de 1899 en que después
de festejarlo con un asado, dinamitaron el edificio y voló por los aires un
importante testimonio de la historia argentina, se llevó a cabo el derribo de la
casa de Rosas en
Palermo, instalándose en ese lugar
la estatua de su archienemigo
Sarmiento, cuyo nombre,
para ahondar la provocación, también lleva la avenida que pasaba por la puerta
de la residencia, entonces llamada
“de las Palmeras”,
hoy la actual Avenida Sarmiento.
El
monumento del fondo es la
estatua de Sarmiento, obra de Rodin, fue inaugurada el 25 de mayo de 1900 en el
mismo lugar en el que vivía su enemigo, Rosas, se dice que justo en el sitio
donde Rosas tenia su dormitorio. Se halla hoy en
Libertador y
Sarmiento.
En la casa de
Rosas, funcionó la primera sede
del Colegio
Militar que permaneció allí hasta 1892, luego la Escuela Naval y en 1899 el Intendente Bullrich la hizo
dinamitar.
Av Libertador y Sarmiento. Muestra
donde estaba ubicada de la casona del brigadier Rosas.
fotografía genialmente montada por ALBERTO BOSELLI
La
estatua de Sarmiento, obra de Rodin, fue inaugurada el 25 de mayo de 1900 en el
mismo lugar en el que vivía su enemigo, Rosas, se dice que justo en el sitio
donde Rosas tenia su dormitorio. Se halla hoy en
Libertador y
Sarmiento.
Actualmente el colegio militar en
su museo del Palomar conserva un escritorio, una cómoda y una caja de caudales
que pertenecieron al mobiliario de la residencia del restaurador.
En 1988, Schávelzon hizo excavaciones en el Parque Tres de Febrero, en
Palermo, y halló los restos del caserón de Juan Manuel de Rosas. Allí se
encuentra hoy el gran pulmón de Buenos Aires con 300 hectáreas entre la
Av. del Libertador, Salguero.
IMPORTANTE
Una noche de 1842 amenazando la
tradicional tormenta de Santa Rosa, el gobernador vió desde su residencia que
llegaba por el río una goleta que desafortunadamente para los navegantes y
afortunadamente para el gobernador encalló. Rosas adquirió la embarcación , la
restauró e improviso en ella un salón de juegos y baile que aumentó el encanto y
exotismo de su gran residencia. Para Manuelita y sus amigas ese barco era
atalaya donde atisbaban a quienes llegaban.
También en 1858 se realizo en esa
residencia la primera exposición ganadero-industrial de Buenos Aires que
se celebraba en el país por iniciativa de Don Diego White.
El Hipódromo de White
Diego White era un escocés
que vino como colono en 1825 y junto a otros compatriotas se instaló en la zona.
Tras la rápida dispersión de la colonia quedó como ganadero y con el tiempo fue
adquiriendo gran cantidad de tierras en la zona.
Las primeras carreras
de caballos se corrieron en la chacra del Sr. Diego White
de 16 cuadras de extensión
con tribunas para el publico con un pizarrón para anotar las apuestas. Estaba
situado en los terrenos que hoy ocupan la estación Rivadavia del ex Ferrocarril
Central Argentino, hoy Ferrocarril Belgrano. El
hipódromo de White
fue arrasado por la tormenta santa Rosa en 1866 que destruyo la pista y la
tribuna y milagrosamente se salvaron algunos caballos.
El Hipódromo Nacional
También llamado Belgrano
(funcionó
desde1887 hasta 1913).
De allí a que todos los interesados se mudaron al Hipódromo Nacional (1887)
situado en el Barrio River desde Udaondo hasta Monroe y desde Figueroa
Alcorta hacia Av. Libertador.
La pista del mismo era lo
que actualmente es la calle Dr. Victorio de la Plaza, de allí su sorprendente
trazado en forma de herradura.
La entrada se hallaba sobre Libertador y Monroe llegando a Congreso.
El estadio del Club Atlético
River Plate se encuentra en el barrio de Belgrano y no en Núñez y el Barrio
River se llama Barrio Parque Gral. Belgrano, mal llamado barrio River.
También
en este hipódromo nacional de Belgrano en
diciembre de 1901 se realizó la primera carrera para automóviles del país,
hasta existe una placa conmemorativa. Compitieron ese día coches a petróleo y a
vapor, y ganó Juan Cassoulet con un Rochester.
CONOZCA ALGO MAS PERSONAL DE LA VIDA DEL RESTAURADOR
El 30 de marzo de 1793 nacía en Buenos Aires en la calle Cuyo (actual Sarmiento)
número antiguo 94, una de las figuras mas controvertidas de nuestra historia,
Juan Manuel Ortiz de Rozas (él lo cambió luego a Rosas). Se crió en la pampa en
la estancia" del Salado" , utilizaba las boleadoras muy bien y era buen domador.
Fue llamado el Ilustre Restaurador de las Leyes debido a sus "dotes de orden y
unificación". Aprendió el arte de mandar, es admirado por su destreza y coraje,
justo en sus campos. Condena o perdona como un juez. Ayuda siempre al que está
en desgracia y da trabajo a muchos paisanos.
Se casó con Encarnación Ezcurra y Arguibel
en 1813, a los 20 años, pero como sus padres se oponían, tramaron una hábil
estrategia. Encarnación se hizo pasar como embarazada.
Otra rareza es que nunca usó zapatos, siempre calzo botas.
Al parecer Rosas aparte de maniático, era coqueto, ya que se hizo enterrar con
su dentadura puesta, también lo acompañó en su viaje eterno su plato favorito,
que era de porcelana.
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MANUELITA ROSAS |
Al parecer Rosas tenia
muchas manías. Tenia manías por los pequeños detalles, por cosas
increíblemente minuciosas.
Tenía un raro sentido del humor y, como los reyes medievales,
tenia para entretenerle y divertir a sus invitados unos pobres bufones, payasos
a sueldo. Su bufón favorito se llamaba Eusebio. De este bufón, que según parece,
era mentalmente anormal, Rosas solía bromear diciendo que era novio de su hija
Manuelita, que se irritaba mucho por eso.
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Durante la época rosista se dictaron normas para los bañistas que frecuentaban la
orilla del Río de la Plata, estableciéndose una demarcación de sectores para
hombres y mujeres; se cambió el alumbrado público a vela por el de aceite, se
prohibió ocupar las veredas con actividades que impidieran el tránsito público,
se reglamentó la circulación de vehículos y animales por las calles e incluso de
peatones por las veredas, se prohibieron los juegos de carnaval (por la
violencia que en ellos se desataba), se dictaron diversas normas sobre la
vestimenta a llevar en la vía pública, entre otras medidas.
Rosas llevó a su residencia de Palermo como doncella de compañía de su
esposa Encarnación a
Eugenia Castro,
una muchacha frágil y bella.
Al morir su esposa Encarnación Ezcurra,
él
rubio y apuesto, de noble linaje, el
estanciero más poderoso de Buenos Aires,
45 años, ejercía el cargo de gobernador de la provincia de Buenos Aires y era,
virtualmente, el dictador de la Confederación Argentina. Ya estaba viudo y
con dos hijos mayores,
Juan Bautista
un hombre mediocre y poco
inteligente
con el que siempre tuvo un trato distante
y
la otra hija Manuela que era
alta, delgada, talle redondo y
fino, formas graciosas y ligeramente dibujadas; fisonomía americana, pálida,
ojos pardoclaro, mirada inteligente, cabello castaño abundante y fino;
nariz recta, y boca grande.
Eugenia fue una mujer de
tenía 14 o 15 años. Ella
apenas una adolescente
treinta años menor que él,
morocha, cautivo al restaurador
y empezaron sus amores con el.
Juan Manuel Rosas
se dejo seducir por esa muchacha.
Con los años, junto a
su “fiel servidora”, Rosas mantuvo una relación afectuosa pero algo distante,
que fue un secreto a voces.
Eugenia dio a luz varias veces...
Eugenia
dio a luz una hija, bautizada
Mercedes, cuya
paternidad se atribuyó a un sobrino de la difunta señora. Después, en la medida
en que nacían otros hijos, Ángela (1840), Ermilio (1842), Nicanora (1844), y más tarde Joaquín
y Justina, para los habitantes de esa casa no hubo misterio: Rosas había
convertido en su amante a esa niña, apenas una adolescente.
Ese amor, que duró desde 1839 hasta la batalla de Caseros en 1852, se mantuvo
oculto. Fue un secreto entre muchos, es decir, conocido por la familia, los
servidores y el círculo íntimo del gobernador.
Luego de la
batalla de Caseros, Rosas se exilió en Gran Bretaña. En 1859 Manuelita se va a
vivir a Londres con su marido Terrero. Rosas alquila una propiedad rural de 50
hectáreas cerca de Southampton llamada Burguess Farm con algunos animales.
Murió en el
exilio el 14 de marzo de 1877, acompañado por su hija Manuelita. Sus restos
fueron repatriados a la Argentina el 1 de octubre de 1989 y reposan actualmente
en el panteón familiar del Cementerio de la Recoleta.
Así como Encarnación había sido
la única mujer en la vida de Rosas en los años en que se hizo rico y alcanzó la
suma del poder, Eugenia fue la compañera secreta de los años en que éste
disfrutó del poder, cuando la quinta de Palermo se convirtió en un lugar casi
legendario.
En el Complejo Museográfico
Enrique Udaondo, ubicado en la Ciudad de Lujan, Provincia de Buenos Aires, se
encuentra la Berlina utilizada por Juan Manuel de Rosas fue construida en
Inglaterra en 1830. Fue utilizada durante su Gobernación entre los años 1835 y
1852. Está pintada en color rojo punzó y era tirada por caballos de similar
color en su pelaje.
En sus puertas se encuentra el escudo nobiliario de la familia Ortiz de Rosas.
Dentro del complejo, se encuentra la Sala Federal donde podemos recordar la
historia del Restaurador de las Leyes, su familia, lo hechos más importantes de
gobierno. Así también muebles, pinturas y objetos personales de Juan Manuel de
Rosas y de los personajes más importantes de su época.
Agustina Rosas, la que se
hacía su propio perfume, se casó con Lucio N. Mansilla, quien había abandonado a
su primera mujer, Polonia Duarte, por su falta de higiene. La devolvió a la casa
de sus padres luego de años de matrimonio y tres hijos. Agustina Rosas, hermana
de Juan Manuel, era la mujer más atractiva de 1820.
Durante la época de Rosas,
el espectáculo circense cobra enorme importancia, desplazando al teatro de las
preferencias del público. Se inaugura en 1834, el Circo Olímpico, en la calle
Salta Nº 8, del barrio de Monserrat, en el que Rosas tenía un palco reservado,
allí actúa la Compañía Laforest-Smith, hasta 1835. Resulta interesante mencionar
que cuando Rosas vuelve al poder en 1835, su primera aparición pública oficial,
la realiza en el circo y no en el teatro. Después de la caída de Rosas, y por
espacio de treinta años, el teatro tiene poca actividad y casi toda ella está a
cargo de elencos extranjeros, lo que contrasta notablemente con el circo que
entre 1852 y 1884, en su doble condición de espectáculo acrobático y teatral,
constituye la diversión popular predilecta. En 1859, se levanta un galpón en la
Plaza de Monserrat, dónde estuvo la antigua Plaza de Toros, y allí actúan la
troupe Loande, y otros artistas nativos. El circo fue el espectáculo más popular
en estas tierras, durante los tiempos de la colonia y los de la vida republicana
independiente.
EL DULCE
DE LECHE
ESTE MANJAR... EL
DULCE DE LECHE, ES ORIGINARIO DE NUESTRO PAIS? En Argentina existe un
relato escrito, el cual se encuentra en el Museo Histórico de la Nación,
que fecha su invención hacia el año 1829 en instancias en que estaban
por reunirse para firmar un pacto de paz Juan Manuel de Rosas y su
enemigo político (y primo hermano) Juan Lavalle. Cuentan ciertas
anécdotas históricas que se reunieron en Cañuelas, a 65 kilómetros de
Buenos Aires, en la estancia del Caudillo Federal Juan Manuel de Rosas.
Lavalle fue el primero en llegar y, fatigado, se recostó sobre el catre
de Rosas, quedando dormido. La criada de Rosas, mientras hervía leche
con azúcar (preparación conocida en esa época como lechada) para
acompañar el mate de la tarde, se encontró con Lavalle durmiendo sobre
el catre de su patrón. Ella lo consideró una insolencia y fue a dar
aviso a los guardias. Poco tiempo más tarde arribó Rosas, quien no se
enfadó con Lavalle y pidió a la criada el mate con leche.
Ésta recordó en ese momento
que había abandonado la leche con azúcar al fuego, dejándola calentar durante un
largo tiempo. Al regresar a buscar la lechada, la criada se encontró con una
sustancia espesa y amarronada. Su sabor agradó a Rosas y se cuenta que compartió
el dulce con Lavalle mientras discutían los puntos del pacto, dando así un
origen accidental al dulce de leche. En el año 1921 se celebró en Washington la
Primera Exposición Regional de Lechería, y allí fue conocido y tuvo un lugar
predominante el Dulce de Leche como producto regional producido en tierras
sudamericanas del sur; y rápidamente conquistó un lugar predominante en los
paladares exigentes en todo el mundo.
ÚLTIMAS NOTICIAS!!!
Luego de años de búsqueda,
finalmente, fueron encontrados los baños que había en el patio del caserón de
Rosas, sitio histórico situado en el barrio de Palermo. Según los investigadores
y arqueólogos de la ciudad, es la primera instalación completa que se encuentra
en Buenos Aires. El hallazgo, que fue casual, aporta datos sobre la historia
sanitaria de la ciudad.
La tarde del domingo 4 de marzo, Daniel Schávelzon, director de Arqueología
porteño, caminaba por Palermo. De pronto, algo le llamó la atención: en el
sendero por el que suele pasear se veían ladrillos, dispuestos de manera
organizada, algo poco común en ese tipo de caminos. Su ojo de arqueólogo
rápidamente captó la información y al investigador se le abrió un panorama
alentador. Sabía que caminaba por lo que, hasta 1852, había sido la quinta de
Juan Manuel de Rosas, en la zona de Sarmiento y Avda. del Libertador, en
Palermo. Al día siguiente, apenas llegó a su oficina, habló del hallazgo.
El viernes siguiente realizaron la excavación. "Encontramos la instalación
completa de seis baños y tres fragmentos de baldosas francesas del piso, que
quedaron a la vista por el desgaste y la erosión de la lluvia", explicó
Schávelzon, que además estuvo a cargo de la investigación. Los sanitarios
estaban en cubículos de 1,20 x 1,02 metros, y originalmente tenían puertas.
Según contó el funcionario, los cimientos eran de ladrillo. En cada habitáculo
había un inodoro, con forma de vasija, que era de cerámica. Esa parte era la que
sobresalía del suelo. En la parte inferior, ya enterrado, cada uno de estos
artefactos tenía un sifón que, a su vez, conectaba con un caño principal. "Lo
que no podemos saber es hacia dónde descargaba esa tubería". El sistema hallado
representa, para Schávelzon, la transición entre las viejas letrinas y los baños
modernos. "Había muy pocas instalaciones como éstas en la ciudad, pero es la
primera vez que encontramos una completa", añadió el arqueólogo. Los baños
encontrados son seis, aunque, según los planos, originalmente había doce. A uno
de los costados, y sin puertas, había mingitorios. El conjunto estaba situado en
un patio que se construyó después de 1852, en la parte trasera del caserón,
cuando funcionaba allí la Escuela Naval. El hallazgo, según dijo, es importante
en cuanto aporta información sobre el sistema sanitario de la Buenos Aires de
hace dos siglos. "Entre 1861 y 1871 hubo en la ciudad dos epidemias de cólera y
una de fiebre amarilla, y esto aporta datos históricos sobre el sistema
sanitario y los conocimientos de salubridad que había en la época", afirmó el
funcionario. Recordó que, en aquella época, lo que normalmente se utilizaba en
las casas era la letrina. Ésta a su vez estaba, en muchos casos, a escasos
metros del aljibe del que las familias obtenían agua para beber y cocinar. "No
se conocía en aquel entonces la contaminación de las napas, era algo impensable,
y eso facilitaba la propagación de enfermedades", comentó.
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