Todos los vitrales del Teatro Colón están en los techos, en diferentes zonas del edificio. La mayoría de ellos ornamenta el imponente hall central -que los exquisitos prefieren llamar foyer-, donde mármoles, estucos y alfombras rojas se combinan en uno de los ambientes más señoriales de la ciudad. Justamente, la monumental cúpula octogonal del hall es un bello rompecabezas de vidriecitos de colores, dispuestos de tal manera que hablan a los visitantes de Homero y Safo, dos tradicionales representantes de la Grecia clásica.
El techo del gran Hall está coronado por un grupo de vitrales que presentan figuras de singular belleza. El hall, de 14 metros por 28, está coronado por un luminoso vitral en forma de cúpula, a 25 m del suelo, realizado por la casa Gaudin de París.
La sala
Observa las normas más estrictas de los teatros clásicos de origen italiano y francés. La planta está desarrollada en forma de herradura, bordeada de palcos hasta el tercer piso. La herradura tiene 29,25 metros de diámetro menor, 32,65 metros de diámetro mayor y 28 metros de altura. Tiene una capacidad total de 2.478 localidades, pero también pueden presenciar los espectáculos alrededor de 700 personas de pie.
El foso de la orquesta posee una capacidad para 120 músicos. Está tratado con
cámara de resonancia y curvas especiales de reflexión del sonido.28 metros de
altura está la cúpula a la que Raúl Soldi le legaría cincuentiún figuras en
ronda, en 1966.
En ella se pueden ver 51 figuras estereotipos de los personajes teatrales como
cantantes de ópera, bailarines o personajes de la comedia del arte. También
hay músicos e instrumentos musicales. La obra tiene 318 metros cuadrados y fue
pintada sobre paños que luego se fijaron a la cúpula. Esta obra enmarca y engrandece una obra de igual magnificencia: la araña
central del Teatro Colón. Construida en Francia a fines del 1800, es una obra
de cincelado en bronce bruñido, de siete metros de diámetro con setecientas
lámparas eléctricas.
Las localidades de "Cazuela", se ubican en el 4° piso, las de "Tertulia", en el 5°, las de "Galería" en el 6°, y las correspondientes a "Paraíso" en el 7° piso. Esta disposición característica de la época en que fue construido, ha sido trabajada artísticamente para que el aspecto visual de la sala se valorice por la armonía, el buen gusto de los adornos empleados y la coloración lograda en todos los detalles.
función de gala - 1935
La baranda correspondiente a cada fila de palcos presenta una arquitectura ornamental diferente, y sin embargo la unidad estética es absoluta. En cuanto al color, toda la sala está tratada con el mismo criterio, utilizando tonos cálidos derivados del colorado y del dorado, sin contrastes con ningún tono frío. El mismo concepto se aplicó en las pinturas que coronan el cielo raso. La alfombra y el tapizado de las plateas son de un rojo intenso. También las butacas y las sillas de los palcos son de terciopelo "sangre de dragón".
MAQUETA DEL COLON
Entre sus principales abonados se encontraban los grandes apellidos de la oligarquía argentina: Anchorena, Roca, Juarez Celman, Alvear, Saldías, Güiraldes, Mitre, Pueyrredón, etc .
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PROGRAMAS DEL 1919 Y DEL 1920
Escalera de la entrada o Foyer.
escalera de entrada
En la ornamentación se ha utilizado mármol de primera calidad y de distinto origen. La escalinata monumental (o escalera de honor) es de mármol blanco de Carrara y las barandas que la circundan son de mármol de Portugal. Al pie de la escalera -a ambos lados- las barandas terminan en dos cabezas de león talladas a mano en piezas completas. El último tramo de la escalinata, de planta semicircular, da acceso a la galería que conduce -a ambos lados- a las escaleras que llevan al primer piso. Se mantiene la misma arquitectura en armonía con la escalinata principal. Las barandas están ubicadas sobre el lado exterior de ambas escaleras; del otro lado, los basamentos están revestidos en mármol negro de origen belga. En el primer descanso el visitante se enfrenta con dos magníficos vitrales con motivos alegóricos que sirven de cabezales al salón Dorado.
Salón Blanco y Palcos oficiales:
Desde la galería de los Bustos se pasa directamente al Salón Blanco, exquisitamente decorado con muebles y adornos de estilo francés. Esta sala se encuentra frente a la entrada del "palco bandeja", llamado también "platea balcón", que tiene capacidad para 34 personas. Aquí se ubican las autoridades nacionales y sus invitados con motivo de las celebraciones patrias o de alguna representación especial (por ejemplo, en las funciones ofrecidas a presidentes u otros invitados prominentes). El salón Blanco -totalmente alfombrado en rojo y amueblado con sillones de felpa colorada- se utiliza como antepalco, y es el ámbito ideal para servir un refrigerio durante el entreacto de las funciones.
En este mismo nivel, al lado de la embocadura de escena, a derecha e izquierda se encuentran el palco presidencial privado y el del Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Como el resto de los palcos de los demás niveles -llamados "avant scène" porque están sobre el foso de la orquesta- estos dos palcos se destacan del resto por estar enmarcados con una importante ornamentación. Pilastras y molduras en oro, de gran realce, culminan en dos importantes figuras alegóricas contrapuestas. Desde ésta perspectiva, ambas líneas de palcos "avant scène" continúan y se unen en la parte superior en un gran arco (arco del proscenio) que favorece la acústica de la sala. Pinturas inscriptas en medallones, en tenues gamas de rosa y colorado, representan ángeles que sostienen, en diferentes poses, las notas de la escala musical.
Los palcos privados (del presidente y del jefe de gobierno de la ciudad) están compuestos por el palco propiamente dicho, con capacidad para 20 personas, un recibidor, una sala de estar y dos baños. El palco presidencial posee una salida de emergencia, directamente a la calle Tucumán, como así también una línea telefónica directa a la Casa de Gobierno. Las paredes están tapizadas en seda natural y decoradas a tono con el resto de la sala.
El salón Dorado es uno de los más refinados ejemplos del estilo francés en Buenos Aires, a semejanza del Grand Foyer de la Opera de París, destacándose el uso de espejos, las arañas y los vitreaux. Los muebles franceses, con lujoso trabajo de marquetería, sillones y sillas tapizadas en color rosa pálido y una serie de grandes arañas realzan aún más la majestuosidad de este recinto. En este salón suelen realizarse conferencias, conciertos y exposiciones de escenografía, vestuario y fotografía. Para el visitante, este ámbito palaciego es una de las experiencias más notables en su primer contacto con el mundo fascinante del Teatro Colón.
LA CAZUELA: El amplio espacio que separa una fila de butacas de otra, en la platea, se va acortando a medida que se asciende, y termina por volverse estrecho hasta la incomodidad en el paraíso. Por otra parte, no hay acceso del paraíso a los pisos bajos para evitar, de esta manera, la mezcla del público.
LA CAZUELA
A partir de la Tertulia se desarrolla un intercolumnio que continúa la herradura de la planta para sostener la bóveda circular central. En ella está ubicada una magnífica araña de siete metros de diámetro, con 700 lámparas eléctricas, construida en bronce bruñido, que puede ser descendida -para su reparación o su limpieza- hasta el piso de la platea, mediante un sistema mecánico.
La cúpula
La cúpula tiene 28 mts de altura y 320 metros cuadrados que decora lo más alto de la sala principal.
SABIAS QUE LA PINTURA DE LA
CÚPULA DEL TEATRO COLON originalmente la había realizado Marcel Jambon se
habían deteriorado, por problemas de humedad? Luego hubo otro artista y
finalmente SOLDI.
En el año 1934 el Colón carecía de refrigeración. En el mes de febrero con
32 grados se realizaron los bailes de carnaval. Entonces se colocaron
decenas de barras de hielo sobre la cúpula central de la sala queriendo
bajar la temperatura. Sin que nadie lo advierta en ese momento, descendió el
agua filtrándose entre los intersticios del material, como en un deshielo
primaveral.
A los pocos años, los paneles pintados, de origen francés, que adheridos a
la cúpula ornaban el gran plafond, comienzan a deteriorarse. Un día se
advierten fragmentos caídos en la platea. Pocos meses después comienza a
desprenderse un enorme trozo.
Hubo que retirar toda la decoración para evitar una catástrofe. Desde
entonces el cielorraso del Colón tuvo una superficie de color liso y neutro.
En 1964 y gracias a un acto de arrojo del Ministro de Cultura de Francia,
André Malraux, la Opera de París inauguró la nueva cúpula de la sala,
pintada sobre bastidores por el artista ruso Marc Chagall.
En la década del sesenta, se decidió pintar nuevamente la cúpula. Raúl Soldi
fue el encargado de realizar el trabajo no cobrando nada por su gran obra.
Solo pidió que le paguen los gastos de ayudantes, información, experimentos
y material.
La obra fue concebida (según la describe Manuel Mujica Láinez) como un
"suave ballet policromo..."que representa la vida teatral en diferentes
aspectos. Bailarines, cantantes de ópera, actores de la Comedia del Arte,
músicos e instrumentos musicales cubren los 318 metros cuadrados con la
gracia de las tenues tonalidades y transparencias que caracterizan a Soldi.
El artista no trabajó directamente sobre el muro, sino que lo hizo sobre
tela recortada en paños que posteriormente se fijaron sobre la cúpula. En
homenaje a Jambon -quien hiciera la primera pintura-, Soldi utilizó un trozo
del paño decorado en aquella oportunidad.
haga click en la imagen para ampliar-
La acústica
Cantantes y directores de orquesta han admirado esa condición especial de la
sala para “llevar” el sonido hacia el espectador en cualquier lugar del
recinto. La forma de herradura que tiene la sala crea una caja acústica
adecuada; el arco del proscenio, formado por el techo –sobre el foso de la
orquesta– y los amplios laterales donde se encuentran las filas de los
palcos avant scène, proyecta mejor el sonido hacia la sala. Curiosamente,
tanto el trazado del cielo raso, en forma de cúpula como las enormes
dimensiones de la sala no han afectado la excelencia de la acústica. La
calidad y la disposición de los materiales estructurales, los revestimientos
y los decorados contribuyen favorablemente.
La distribución de la yesera, de las maderas, de la tapicería, de los
cortinados y de las alfombras mantienen una acabada armonía para que el
tiempo de reverberación a quinientos y a mil ciclos por segundo pueda
considerarse óptimo, ya que alcanza 1,8 segundos para conciertos y de 1,7
para representaciones de ópera.
A pesar de que hoy existen métodos de cálculo acústico para prever los
resultados de un diseño, existen imponderables que pueden definir los
resultados. Hoy se la reconoce como la sala de mejor acústica del mundo.
LA CAZUELA
Una de las maravillas del Colón es su araña de siete metros de diámetro y bronce bruñido, con 700 lámparas eléctricas, que puede ser descendida -para su reparación o su limpieza- hasta el piso de la platea. Accionada por un dispositivo mecánico, muy pocas veces fue bajada. La monumental pieza de alumbrado fue construida en Francia a fines del siglo XIX y está considerada una magnífica obra de cincelado.
Aunque se la ve desde todos los costados del teatro, la mejor visión de ella se tiene desde los palcos -abiertos a la usanza francesa- donde hay una mayor visibilidad, aún desde un segundo plano.Trabajo de mantenimiento en la Araña de la Sala Principal. La araña de 4000 kilos había sido anteriormente restaurada en el 2007. Diciembre, 2009. Foto: UPE.
Escultura de Mozart en la Galería de los Bustos del Teatro Colón.
Ángel en la Galería de los Bustos
Talleres y otras dependencias
El Teatro realiza las producciones de sus espectáculos en talleres propios
que están ubicados en los subsuelos. Desde los decorados hasta el vestuario,
todos los elementos se fabrican en el Colón. En la sección Diseño de
Producción se proyectan y se diseñan los trabajos que se realizan en los
distintos talleres para cada título de la temporada.
Estos talleres, de gran importancia, no solo por su magnitud, sino por la obra que en ellos se realiza, fueron habilitados en 1938: Maquinaria, Escenografía, Utilería, Sastrería, Zapatería, Tapicería, Mecánica escénica, Escultura, Fotografía, Maquillaje y Peluquería. Gran cantidad de trajes de época, pelucas y tocados se fabrican respondiendo a las necesidades de cada título; existe una importante colección de elementos que son parte de la historia del teatro y testimonio de los importantes artistas que los utilizaron.
También hay talleres de Pintura y Artesanía teatral, Luminotecnia, Efectos
especiales electromecánicos, y Grabación y video. Desde el último piso de
los talleres hasta el escenario, corre un amplio montacargas destinado a
elevar decorados ya armados, carruajes, trastos, animales, muebles y todos
los elementos necesarios para la escena.
El Teatro Colón cuenta con amplios camarines para los artistas, los maestros
prepapadores y los directores. Hay salas de ensayo y de prueba, como la Sala
9 de Julio, que reproduce las medidas del escenario, y la Rotonda, salón de
forma circular rodeado de espejos que sirve como sala de ensayo para el
cuerpo de Baile. A partir de las obras realizadas en los años ’70, que
ganaron espacio debajo de la Avenida 9 de Julio, en el primer subsuelo se
encuentran las oficinas administrativas.
Institulo Superior de Arte del Teatro Colón
Sede de cátedra de maestros como Roberto Kinsky, Edith Fleischen, Otto
Erhardt y Michael Gielen y semillero natural del Teatro, el Instituto
Superior de Arte, creado en 1937 como Escuela de Ópera del Teatro Colón, es
el instrumento fundamental de la tarea docente del Teatro.
En el Instituto Superior de Arte, que funciona en diferentes pisos del
Teatro, se dictan las carreras de Danza clásica, Canto lírico, Régie,
Dirección musical de ópera y Caracaterización teatral. Los alumnos del
Instituto participan a menudo de las producciones del Teatro, y sus
egresados integran en muchos casos los talleres del Colón y de otros
destacados centros artísticos del mundo.
La proyección de la instancia de aprendizaje se realiza tanto en el Teatro
Colón como en otros escenarios de Buenos Aires, del interior del país y del
extranjero.
La biblioteca
La biblioteca del Teatro Colón es pública y cuenta con un importante acervo
bibliográfico disponible para la consulta de estudiantes, periodistas,
investigadores y público en general.
Posee enciclopedias, diccionarios y libros de referencia sobre los distintos
estilos musicales, biografías, partituras y libretos. Incluye libros sobre
técnicas de ballet, diseño de vestuario y caracterización. También se
conserva la colección completa de los programas del Teatro desde 1908 hasta
la actualidad, los programas del antiguo Teatro de la Ópera, la Gaceta
Musical desde 1874 a 1887, la colección completa de la revista Lyra, y otras
revistas especializadas. El patrimonio también incluye los recortes
periodísticos referidos a la actividad del Teatro desde 1927 hasta la fecha,
y una importante colección de fotografías.
La actividad Artística
Según Roberto Caamaño, en su libro La historia del Teatro Colón, 1908-1969,
se ha vulgarizado una clasificación que divide los teatros en dos tipos: los
permanentes y los “de estación” (stagione). En los primeros, las temporadas
abarcan diez u once meses por año; cuentan con cuerpos artísticos, elencos y
repertorios más o menos estables, y tienen talleres y secciones técnicas
especializadas en las necesidades de la actividad teatral.
Esto les permite una variada programación que incluye el ballet y el teatro dramático (por ejemplo, el Covent Garden de Londres o la Ópera de París). En cambio, los teatros de “estación” desarrollan su actividad durante períodos breves y variables, y contratan todo el personal necesario para cada espectáculo.
El Teatro Colón funcionó desde 1908 hasta 1925 como un teatro “de estación”.
El desarrollo de la actividad estaba a cargo de concesionarios y las
temporadas eran de tres meses. En algunas temporadas se agregaba algún ciclo
de conciertos o de ballet. Recién en 1925, cuando se crean los cuerpos
estables (Orquesta, Coro y Ballet) el período de actividades se extendió a
seis meses. En 1931, se eliminó el sistema de concesiones y el Teatro
comenzó afuncionar como un ente municipal. En 1934, comenzaron las
presentaciones de verano, y el teatro pasó a ser una institución artística
permanente. Actualmente, la temporada oficial se extiende desde marzo o
hasta diciembre.
La programación de ópera –siguiendo una antigua modalidad– se ofrece al
público en ciclos de abonos: Gran Abono, Abono Nocturno Tradicional, Abono
Nocturno Nuevo, Abono Vespertino y Abono Especial. También se ofrecen
funciones extraordinarias.
Los cuerpos estables
En 1925, el Teatro comenzó a producir sus temporadas con la participación de
elencos totalmente argentinos, garantizando un funcionamiento regular y
permanente. La Orquesta Estable, el Coro Estable, el Ballet Estable y la
Orquesta Filarmónica de Buenos Aires conforman un excelente equipo que posee
una honrosa tradición, alternando constantemente los estilos más diversos,
ductilidad y altísimo nivel artístico que los convierte en pilares de cada
función de ópera, ballet o conciertos. Artistas de la envergadura de Erich
Kleiber, Héctor Panizza, Sir Thomas Beecham, Ferdinand Leitner, Juan José
Castro, Gino Marinuzzi, Tullio Serafin, Gregorio Fittelberg, Fritz Reiner,
Arturo Toscanini, Ernest Ansermet, Fritz Busch y Karl Böhm, entre muchísimos
otros. La Orquesta Estable del Teatro Colón fue también templada por la
presencia de compositores como Manuel de Falla, Richard Strauss, Henri
Rabaud, Aaron Copland, Arthur Honegger y Albert Wolff, quienes
frecuentemente trabajaron con ella sus nuevas obras. El Ballet Estable es el
instrumento de las creaciones de coreógrafos nacionales y extranjeros
invitados. La compañía ha realizado giras internacionales y varios de sus
integrantes han desarrollado importantes trayectorias fuera del país: Julio
Bocca, Maximiliano Guerra, Norma Fontenla, Paloma Herrera, Liliana Belfiore,
Raquel Rossetti, José Neglia. El Ballet Estable contó con célebres étoiles
como Margot Fonteyn, Yvette Chauviré, Joan Cadzow, Alicia Alonso, Igor
Youskevich, Tamara Tumánova, Ghislaine Thesmar, Rudolf Nureyev, Maia
Plisétskaia, Vladímir Vasíliev, Ekaterina Maxímova, Viacheslav Gordeiev,
Carla Fracci, Ludmila Semeniaka, Mijaíl Baríshnikov, Nadezhda Pávlova,
Cecilia Kerche y Alessandra Ferri, entre otros. Directores como Herbert von
Karajan, Wilhelm Furtwängler, Sir Thomas Beecham, Peter Maag, Ferdinand
Leitner, Lorin Maazel, Zubin Mehta, Eduardo Mata y solistas de la talla de
David Oistrakh, María Tipo, Marian Anderson, Nicanor Zabaleta, Andor Foldes,
Martha Argerich, Régine Crespin, Gidon Kremer, Yo-Yo Ma, Itzhak Perlman,
Evgene Kissin, Plácido Domingo y Pinchas Zukerman no hacen más que dar una
semblanza de la categoría de los artistas que han trabajado con la Orquesta
Filarmónica de Buenos Aires.Frecuente protagonista de giras al exterior, la
es la agrupación sinfónica del país que mayor número de partituras de
autores argentinos ha programado, como lo demuestran los estrenos y primeras
audiciones de más de trescientos cincuenta obras, con el anhelo de que la
música de estos compositores sea difundida universalmente.
Los artistas que actuaron en el Colón
Entre los compositores más celebrados que dirigieron sus obras en el Teatro
Colón, se destacan Richard Strauss, Arthur Honegger, Ildebrando Pizzetti,
Ottorino Respighi, Igor Stravinsky, Paul Hindemith, Camille Saint-Saëns,
Manuel de Falla, Aaron Copland, Krzysztof Penderecki, Gian-Carlo Menotti,
Héctor Panizza y Juan José Castro. Los principales directores de orquesta se
presentaron en nuestra sala, como Otto Klemperer, Fritz Reiner, Erich
Kleiber, Fritz Busch, Ernest Ansermet, Wilhelm Furtwängler, Herbert von
Karajan, Tullio Serafin, Gino Marinuzzi, Arturo Toscanini, Albert Wolff,
Víctor De Sabata, Leonard Bernstein, Mstislav Rostropovich, Sir Malcolm
Sargent, Karl Böhm, Fernando Previtali, Sir Thomas Beecham, Ferdinand
Leitner, Lorin Maazel, Igor Markevitch, Bernard Haitink, Zubin Mehta, Marek
Janowsky, Aldo Ceccato, Riccardo Muti, Kurt Masur, Michel Corboz, Franz-Paul
Decker, Riccardo Chailly, Sir Simon Rattle, Claudio Abbado, René Jacobs y
los argentinos Ferrucio Calusio, Daniel Barenboim, Gabriel Garrido, Miguel
Ángel Veltri y Simón Blech, entre otros.
Entre los cantantes, la extensa lista incluye a Enrico Caruso, Fedor
Chaliapin, Titta Ruffo, Rosa Raisa, Gabriela Besanzoni, Claudia Muzio, Lotte
Lehmann, María Barrientos, Ninon Vallin, Lily Pons, Beniamino Gigli, Giacomo
Lauri-Volpi, Helen Traubel, Aureliano Pertile, Rafael Lagares, Miguel Fleta,
Alexander Kipnis, Ebe Stignani, Lauritz Melchior, Georges Thill, Maria
Caniglia, Bidu Sayâo, Ezio Pinza, Tito Schipa, Toti Dal Monte, Fedora
Barbieri, Hipólito Lázaro, Max Lorenz, Gina Cigna, Zinka Milanov, Rose
Bampton, Leonard Warren, Kirsten Flagstad, Hans Hotter, Elisabeth
Schwarzkopf, Maria Callas, Mario del Monaco, Erich Kunz, Nicola Rossi-Lemeni,
Victoria de los Ángeles, Felipe Romito, Renata Tebaldi, Antonieta Stella,
Borís Christoff, Inge Borkh, Ramón Vinay, Ana Moffo, Richard Tucker, Cornell
MacNeil, Flaviano Lavo, Régine Crespin, Annelise Rothemberger, Jon Vickers,
Birgit Nilsson, Wolfgang Windgassen, Joan Sutherland, Leonie Rysanek,
Montserrat Caballé, Teresa Berganza, Alfredo Kraus, José Carreras, Leona
Mitchell, Leontyne Price, Frederica von Stade, June Anderson, Kiri Te Kanawa,
Katia Ricciarelli, Marilyn Horne, Anna Tomowa-Sintow, Kathleen Battle,
Cecilia Bartoli, Plácido Domingo, Hildegard Behrens, Christa Ludwig, Eva
Marton, Hermann Prey, Nicolai Gedda, Sherrill Milnes, Beverly Sills, Sena
Jurinac, Waltraud Meier, Renée Fleming, Luciano Pavarotti, José van Dam,
Gwyneth Jones, Ferruccio Furlanetto, Dmitri Hvorostovsky, Mirella Freni y
Samuel Ramey.
También cantaron en el Colón artistas argentinos que han desarrollado una importante carrera internacional, como Delia Rigal, Luis Lima, Raúl Giménez, Ana María González, Renato Cesari, Ricardo Cassinelli, Gian-Piero Mastromei, Ángel Mattiello, Carlo Cossutta, Carlos Guichandut, Cecilia Díaz, Paula Almerares, Marcelo Álvarez, José Cura y Darío Volonté.
Primeras figuras de la danza bailaron en el Teatro Colón: Anna Pavlova,
Vaslav Nijinsky, Tamara Karsavina, Rudolf Nureyev, Alicia Alonso, Maia
Plissetskaya, Tamara Toumanova, Margot Fonteyn, Mijail Baríshnikov, Vladimir
Vassiliev, Ekaterina Maxímova, Ghislaine Thesmar, Michael Denard, Antonio
Gades, y los argentinos María Ruanova, Olga Ferri, Michel Borovsky, José
Neglia, Norma Fontenla, Wasil Tupin, Esmeralda Agloglia, Jorge Donn, Julio
Bocca, Maximiliano Guerra y Paloma Herrera.
El 10 de octubre de 1971 una tragedia enluta al Colón y a todo el país. Los primeros bailarines José Neglia y Norma Fontenla, junto con integrantes del ballet que los acompañaba en gira a Trelew, mueren trágicamente en un accidente en el que cayó el avión que los transportaba en el Río de la Plata.
En los veinte años durante los cuales el Colón no tuvo vida, el Teatro de la Ópera, sito en el mismo solar que el actual de la avenida Corrientes, fue amo y señor de las temporadas porteñas. Claro que lo alimentaba el mercado creciente de la inmigración, reflejado en una competencia intensa de parte del Politeama, el Odeón, el Teatro Comedia, el Teatro Marconi, el Avenida, a los que se sumaría en 1907 el Coliseo, sin perjuicio de salas menores como la de Mayo o la Zarzuela.
QUIEN FUE ESTA MUJER QUE...
Desnuda, envuelta en la Bandera Argentina, y descalza se atrevió y bailó el
Himno Nacional.
Fue una noche.. en un café de estudiantes de Buenos Aires. Era el año 1916. Ella
había venido de Norteamérica a bailar nada menos que en el mismísimo Teatro
Colón.
A la mañana siguiente su osadía se hizo publica. El empresario que la había
contratado rompe el contrato, y las buenas familias devuelven sus entradas. La
prensa inmediatamente exige la expulsión de esta mujer extranjera que había
venido a la Argentina a mancillar los símbolos patrios.
Esta extraordinaria bailarina tenía en ese momento 38 años y particularmente en
Europa, su fama y su éxito había llegado muy lejos.
ESTAMOS CONTANDO la historia de ISADORA DUNCAN...
Luego del episodio en Buenos Aires, antes de partir para Montevideo Isadora tuvo
que dejar su abrigo de armiño y sus pendientes de esmeraldas como garantía del
pago en el Plaza Hotel, ya que sus gastos eran excesivos. La piel y las joyas
habían sido regalos de su ex amante Paris Singer, un hombre extraordinariamente
rico, heredero del imperio Singer de las máquinas de coser, y que había
financiado muchas de las aventuras artísticas de Isadora.
Isadora Duncan era bisexual, y mantuvo relaciones con algunas mujeres conocidas
de su época. Su primer amor duradero el escenógrafo inglés Edward Gordon Craig,
con el que tuvo a su hija llamada Deirdre. Luego, con el millonario Paris Singer
(heredero del imperio de las máquinas de coser Singer) tuvo a su segundo hijo,
Patrick. Y entre sus amantes estuvieron Mercedes De Acosta, Oscar Berege,
Eleonora Duse y Heinrich Thode.
MAS DE SU VIDA Y FOTOS AQUI:
http://www.arcondebuenosaires.com.ar/isadora_duncan_2.htm
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