El Parque Lezama está entre
las calles Defensa, Brasil, Av. Paseo Colón y Av. Martín García, San Telmo. En
la época de la colonia se lo conocía como "La punta de doña Catalina" y en otra
época como "La quinta de los ingleses"
que se inauguró
en noviembre del 1917.
El terreno que ocupa el Parque Lezama era el jardín de la casa de Gregorio
Lezama, quien aficionado a la jardinería y el paisajismo plantó diferentes
clases de árboles. En los alrededores esta el bar Británico, la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Por dentro se destaca la Loba Romana, el Anfiteatro, una fuente Du
Val D´Osne, el Mirador, el monumento a la Cordialidad Internacional, El conocido
museo Histórico Nacional y varios lugares dignos de visitar.
El Museo Histórico se instaló desde 1897 siendo el más
antiguo de la ciudad y el mas grande con una superficie de 8 hectáreas.
En el reparto de tierras en
1583 realizado por Juan de Garay, estos terrenos fueron adjudicados
al Capitán Alonso de Vera.
Reseña
histórica: Fue creado sobre una de las barrancas naturales de la ciudad. El
lugar era conocido como la
Quinta de los ingleses,
por sus dueños originarios. En 1700 se instaló una barraca perteneciente a la
Compañía de Guinea,
dedicada al tráfico de esclavos negros.
Algunos historiadores sostienen
que en esas tierras fue establecido el primer asentamiento que tuvo Buenos Aires, en
1536, por Don Pedro de Mendoza.
El origen del parque fue la
quinta de Horne, de propiedad de
Carlos Ridgely Horne,
norteamericano nacido en Baltimore en 1801, casado con una Argentina, hermana
del general Lavalle. Este había llegado a Buenos Aires en 1830. La quinta que
adquirió conocida como "la cuesta de Horne" estaba al lado de la quinta del
Almirante Brown. En 1907 la vendió a 900 mil pesos al salteño Gregorio Lezama
casado con doña Ángela de Álzaga en segundas nupcias.
La
barranca era a fines del siglo XVIII propiedad de Manuel Gallego y Valcárcel,
secretario del Virrey Pedro Melo de Portugal quien es el que le vende en plena
Subasta a Daniel Mackinlay.
El ingles
Daniel Mackinlay
nace en Londres en 1772. Su mujer era
Ana Lindo
había nacido en jamaica en 1782 siendo hija de un aristócrata español.Mackinlay, quien la había adquirido la casona de
42 habitaciones en una subasta publica
instaló su quinta
y levantó la casa, sobre la barranca y frente al río. Sobre el edificio flameaba
la bandera inglesa, por ese motivo la gente se acostumbró a llamarla "La quinta
de los ingleses". Daniel Mackinlay era herrero y
fallece luego de habitar la quinta 14 años en 1826.
Veinte años
después de la muerte de su consorte en 1845, su viuda vendió la casona a Carlos
Ridgely Horne, quien amplió la residencia adquiriendo terrenos vecinos.
Ana Lindo se
refugia en Inglaterra. Horne anexó varios terrenos e
hizo construir una nueva mansión sobre
la calle Defensa
que fue la más lujosa de Buenos Aires. Horne fue expulsado después de
Caseros por la buena relación con Rosas y en 1857 la propiedad fue confiscada
después de la caída de Rosas y Horne se instala en Montevideo. La casona fue
escenario de combates, entre las fuerzas porteñas y el coronel Hilario Lagos.
A principios de este siglo en 1857 la quinta fue comprada por el salteño
Gregorio de Lezama para instalar su casa de veraneo. Su esposa María Carolina de
Álzaga, amante de las plantas exóticas, hizo traer colecciones de ejemplares de
todas partes del mundo que aún algunas se conservan. Ella era hija de Félix de
Álzaga. Lezama con su esposa tuvieron un solo hijo Máximo que fallece en París a
los 27 años. Ellos vivieron 17 años en la casona. Fallecida su primera esposa
Lezama se casa en segundas nupcias con su cuñada Ángela de Álzaga. Ella fue
quien sobrevivió a su esposo.
Lezama también
había anexado un terreno
vecino extendiendo la propiedad hasta
la calle Brasil.
Contrató en Europa un especialista en el trazado de parques
Varekee,
y consiguió poseer el parque privado más hermoso de Buenos Aires. Eran famosas
las magnolias que cubrían canteros bordeados de Arrayanes. Amplió y mejoró la
mansión de dos pisos rematados por un alto mirador, los salones de la residencia
fueron decorados por el artista uruguayo León Pellejó.
_Cuando Gregorio
fallece su viuda lo cedió a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires
en 1894 por una suma irrisoria, a condición de que fuera un parque público y
llevara el nombre de su marido.
Desde 1897 funciona en la mansión el Museo Histórico Nacional (Defensa 1600) que
se conserva allí entre varios objetos una reliquia de valor incalculable: El estandarte real (que era
el símbolo de poder del rey) que regaló al Cabildo porteño el capitán
don Hernando de Vargas
en
1605 ( año de la gran epidemia de viruela en Buenos Aires que deja la ciudad
desprovista de sirvientes y mano de obra).
A destacar
Don Hernando de Vargas
fue el primer contador de Buenos Aires designado por el rey y
enemigo personal de Hernandarias.
El parque también cuenta con
un anfiteatro. En la actualidad los fines de semana y días feriados funciona una
feria artesanal y diversos artistas ofrecen espectáculos gratuitos: música en
vivo, mimos, malabaristas y estatuas vivientes.
Una recorrida por el
perímetro del parque ofrece una visión distinta y pintoresca. Comenzando por la
esquina de Av. Martín García y Av. Paseo Colón (hacia la Av. Brasil) se puede
apreciar la espesa arboleda del parque y su imponente barranca natural. Ya sobre
Av. Brasil se descubrirán las llamativas cúpulas celestes de la
Iglesia Ortodoxa Rusa y
en la esquina de Defensa y Brasil todavía pueden verse las vías del tranvía
porteño entre los viejos adoquines. A tan sólo dos cuadras del parque se
encuentra el
Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken.
La versión oficial de la primera fundación de la
ciudad indica que el lugar fue Parque Lezama y/o sus alrededores. Sin embargo,
esa afirmación no es el resultado de una lectura seria de los documentos de la
época, sino de la visión que se tenía en 1936, cuando se decide sobre esta
teoría después de considerar cómo los conquistadores debieron haber pensado la
fundación". Se
realizó excavaciones en el inmenso
predio de Parque Lezama y no halló ninguna evidencia de la llegada del
conquistador español Pedro de Mendoza a estas tierras hace casi cinco siglos.
Hacia fines del
siglo XVIII el terreno del museo pertenecía a Juan Necochea Abascal. La actual
calle Defensa con el linde con el parque tenia la barranca de Ventura Miguel
Marcó
del Pont y se la conocía como Barranca de Marcó.
Alli era un predio propicio para duelos. A ambos lados la que daba sobre Brasil
era propiedad de la Real Compañía de Filipinas, cuyo apoderado era Martín
Sarratea, asiento de negros esclavos cuando desembarcaban y antes de su remate y
hacia Martín García la propiedad de Andrés Caxaraville. La barranca era a fines
del siglo XVIII propiedad de Manuel Gallego y Valcárcel, secretario del Virrey
Pedro Melo de Portugal quien es el que le vende en plena Subasta a Daniel
Mackinlay.
El Parque,
casi ocho hectáreas ubicadas en el perímetro de Brasil, Defensa, Martín García y
Paseo Colón, es uno de los espacios verdes degradados de la ciudad. esta
considerado como un emblema de San Telmo y monumento histórico nacional,
promete tener una
nueva imagen, similar a la que vieron algunos porteños hace más de siete décadas.
Respecto de la parquización fue realizada por Carlos Vereckee - de estilo mixto,
donde se combinan geometrismo francés y pintoresquismo inglés, predominando los
caminos curvos en los que se alinean distintas especies, abundan avenidas
arboladas y conjuntos de matorrales y macizos.
LA QUINTA
DE LEZAMA. Foto de Benito Panunzzi de 1867
Vista desde la quinta de Lezama en Buenos Aires (hoy Museo Histórico Nacional)
hacia el sur. A la derecha, la actual calle Defensa y su continuación Avenida
Patricios. Atravesando la imagen en diagonal, la actual Avenida Martín García. Hacia el fondo, surge desde la izquierda la vía del Ferrocarril a Ensenada, y a
lo lejos se ve el actual barrio de La Boca.
Palmeras
del parque- Litografía de Alfredo Guido
Entrada
al parque- esquina Brasil y Defensa- foto 1920- La inauguración oficial
del Parque se realiza en el año 1917-foto de fines del siglo XIX.
La compra
de la quinta de Lezama se hizo en 1893 durante la
intendencia del Dr. Federico Pinedo y no obstante las
condiciones impuestas por la vendedora el concejal
Montes de Oca propuso el nombre de Almirante Brown para
el parque, lo que no prosperó. Una digresión sobre un
episodio acaecido cuando el bien estaba en el dominio de
don Daniel Mackinlay, que a su vez la vendió a Mr. Horne.
El 21 de noviembre de 1814 tuvo lugar el duelo del
emigrado chileno Luis Carrera –hermano de José Miguel-
con su compatriota Juan Mackenna, de origen irlandés, en
que éste falleció. William Yates refiere que los
“emigrados chilenos metieron mucho ruido en Buenos Aires
con sus querellas y altercados” y el cadáver de Mackenna
apareció en la recova del Cabildo abandonado, llevando
el hecho al Director Gervasio Posadas a dictar un
decreto condenando el duelo y estableciendo pena de
muerte para los que incurrieran en el delito. Al
fallecer Mackinlay en 1846 su viuda vendió la quinta a
Mr. Horne y de ahí parte la historia en la que se
introduce Lezama de la manera que hemos descripto y que
nos da un pantallazo más que sobre su persona, acerca de
las circunstancias y medio social en que le cupo
desenvolverse.
Pérgola destinada a las rosas, enredaderas. Estaba
dispuesta paralela a la calle Martín García. Era parte del Rosedal diseñado por Benito
Carrasco en 1917. Se usaba también como pista de patinaje. En frente había una
gran fuente donde los jóvenes y niños llevaban veleros y los hacían navegar. El Rosedal del parque
responde al estilo clásico moderno y ocupando una extensión de 6500 mts2. El rosedal de
Martín García fue demolido hacia finales de la década de 1950 habiéndose
desvanecido en la memoria de los porteños.
haga click en la
imagen para ampliar
(varias
fotos panorámicas).
- 1918-En el centro del
paseo ha sido construida una pileta de 25 mts de ancho.
En algún
tiempo, al pie de su barranca corría una desembocadura del Riachuelo en la que
estuvo el primitivo Puerto. A principios del siglo pasado sus terrenos fueron
vendidos, transformándose en una lujosa residencia embellecida con árboles y
plantas procedentes de todo el mundo. Se construyeron senderos, caminos y se
edificó el suntuoso edificio de estilo italiano, con una galería exterior, una
alta torre mirador, hornacinas, estatuas, macetones de mármol y hasta se hizo un
pasadizo secreto en donde ahora se encuentra el Museo Histórico Nacional.
José Mármol ambientó gran
parte de su novela Amalia en él.
El parque
Lezama se
encuentra a tan solo quince cuadras de la Plaza de Mayo.
Este actual Parque, fue asiento del primer horno de ladrillos, y almacén de cueros, convirtiéndose más tarde en "La quinta de los
Ingleses".
Sólo queda
en la actualidad una sola de las estatuas originales de la casa Lezama: la
Primavera. La mayoría de las estatuas originales y maceteros sufrieron mucho
deterioro cuando el Parque se transformó en un paseo público. Gradualmente,
fueron dadas de baja o llevadas a restaurar, luego de lo cual fueron instaladas
en otros lugares. La actual escultura llamada Cosechadora reemplaza, por
ejemplo, a otra del mismo nombre que había en la quinta y que fue retirada en
1957 para su restauración. Algo similar ocurre con las esculturas El Invierno y
La Vid.
Se observa
enfrente la iglesia Rusa - La catedral de la Santísima Trinidad.
Ubicación:
Defensa 1600. Año proyecto: 1858. Año Inauguración: 1895. Esta parcela fue
adjudicada en sus orígenes al Capitán Álvaro de Vera.
El parque esconde entre su follaje artísticas esculturas y monumentos como "Pedro de
Mendoza" de Carlos Oliva Navarro (Brasil y Defensa) y el monumento "A
La
Cordialidad Internacional " de Julio Villamajó y Antonio Pena
(Martín García casi esquina Defensa), entre otros.
El tren
llamado “Liliput”
que recorría el parque a fines del siglo XIX y a principios del XX. Existió un
medio de transporte muy peculiar y que hizo las delicias de grandes y pequeños,
fue el llamado Tren Liliput o Ferrocarril en miniatura, de esta atracción se
desconoce el destino aunque posiblemente haya tenido el mismo destino que otras
locomotoras, es decir, serían hoy chatarra. También en
la barranca sur se contaba con un restaurante, un ring de boxeo, un
cinematógrafo y un picadero.
El
Parque llegó a contar con un restaurante ubicado en la barranca sur –el Ponisio–
que era además circo, picadero, ring de boxeo y cinematógrafo, y a fines del
siglo XIX y principios del XX se podía recorrer en un pequeño tren. El
restaurante era un refinado y lujoso lugar de encuentro y cenas publicas.
José
Gregorio Lezama, hizo construir en 1857 una mansión de estilo italiano, con una
inmejorable vista al río desde la empinada barranca, y un amplio y bonito parque
donde abundaban olmos, acacias, magnolias, tilos y otras especies exóticas que
el dueño de casa, apasionado de la botánica, plantaba con frenesí. El lugar se
convirtió entonces en la residencia más elegante de Buenos Aires.
La mansión
se penetraba por la calle Defensa, teniendo la
apariencia de un palacio estilo italiano, con amplios
salones techados de artesonados de madera y puertas
laqueadas y doradas. En la galería de entrada, adornaban
sus hornacinas estatuas y sus muros fueron decorados por
el artista uruguayo León Pallejá. En la amplia casona se
instaló desde 1897 el Museo Histórico Nacional, fundado
un año antes por los desvelos del Dr. Adolfo P.
Carranza. En dirección a la avenida Montes de Oca, la
“calle larga”, en la que es conocida hoy como Martín
García y antes Brown, se levantaba la casa del almirante
Guillermo Brown, de típico estilo inglés, pintándosela
de amarillo, por lo que tomó el nombre de Casa Amarilla
del Ferrocarril a la Ensenada. En área adquirida por
Lezama se enfrentaba con la estación Casa Amarilla, que
quedó clausurada en 1907.
foto de
AYER-
Calle de los Copones y las Palmeras.
A la izquierda de ese camino esta el museo Histórico.
foto de
HOY
Parque
Lezama. Teatro.
En el mismo estuvo el Teatro diurno, cuyo aforo aparece representado en
primer término en la postal.
En
la década del 50, en verano, la orquesta estable del teatro Colon ofrecía dos o
tres conciertos en el parque Lezama, generalmente se ubicaba en el anfiteatro
que da sobre la calle Brasil.
Vista panorámica de la
fuente del Parque Lezama a principios de siglo. Debajo de este apacible lugar,
se buscaron infructuosamente los restos de la primera fundación de Buenos Aires.
Los frondosos árboles actuales entremezclan sus raíces con precarios vestigios
de sociedades pasadas.
En 1904
Carlos Thays, en ese entonces director de Paseos de Buenos Aires desarrolla un
proyecto para transformar el sector bajo de dicho paseo. Los senderos trazados
por el paisajista tenían escala de parque publico.
Parque
Lezama - Patio de Esculturas y El Anfiteatro
Defensa, Brasil, Paseo Colón y Martín García.
Hacia 1900
el parque contaba con las atracciones, el tren liliputiense,
la
calesita, el lago artificial, el tambo, el teatro al aire libre, el circo y el
restaurante.
Ernesto Sábato- escritor-
junto a la estatua de Cere en el Parque Lezama. A los 99 años falleció en su
casa de Santos Lugares el escritor Ernesto Sábato. Faltaban 55 días para que
cumpliera un siglo de vida. En 1961 publica el libro: Sobre héroes y tumbas,
considerada una de las mejores novelas argentinas del siglo XX. Se trata de la
historia de una familia aristocrática argentina en decadencia, que comienza
justo en el Parque Lezama y contiene algunas escenas en el barrio de La Boca. Un
personaje llamado Martín, sentado en un banco del Parque Lezama al lado de la
estatua de Ceres, conoce a una chica extraordinaria y misteriosa llamada
Alejandra Vidal.
Frente de la casa del Almirante Brown, en la calle Martín García 584 , ant 1863
en que fue rematada por Mariano Billinghurst Sola. Al fallecer este la quinta
queda al cuidado de su esposa hasta el año 1863, en que fue rematada por Billinghurst. La adquirió Guillermo Nowell, quien la lego a su esposa Doña Juana
de Nowell, hasta que en 1910 fue demolida. El terreno finalmente fue adquirido por La
sociedad Anónima metalúrgica La Cantábrica.
En dirección a la avenida Montes de Oca, la “calle larga”, en la que es
conocida hoy como Martín García y antes Brown, se levantaba la casa del
almirante Guillermo Brown, de típico estilo inglés, pintándosela de
amarillo, por lo que tomó el nombre de Casa Amarilla del Ferrocarril a
la Ensenada. En área adquirida por Lezama se enfrentaba con la estación
Casa Amarilla, que quedó clausurada en 1907.
El
Ferrocarril inauguró sus servicios el 1 de septiembre de 1865, con una
extensión de 5 Km. Con el tiempo llegó a contar con las siguientes
paradas: Estación Venezuela (provisoria cabecera del servicio): en Paseo
Colón y Venezuela; Estación Casa Amarilla: en la Av. Martín García y
Almirante Brown; Estación La Boca (luego llamada Alte. Brown): en
Garibaldi entre Olavarría y Brandsen (donde además estaba el depósito de
locomotoras, coches y vagones); Estación Barraca Peña: en Pedro de
Mendoza e Irala (parada eventual); Estación Tres Esquinas: en Montes de
Oca y Osvaldo Cruz; Estación Muelle de La Boca: que se unía con la
Estación Alte. Brown mediante un empalme que siguiendo la actual calle
Caminito, llegaba a la Vuelta de Rocha. En 1910 fueron clausuradas las
estaciones Casa Amarilla, Almirante Brown, Barraca Peña, y Tres
Esquinas, ya que se estableció como cabecera de servicio la Estación
Plaza Constitución, que llegaba a la Provincia de Buenos Aires
directamente a través de Barracas.
La
propiedad se amplió y se reconvirtió hasta alcanzar las cimas del buen gusto
europeo. Para satisfacer las aficiones de su esposa, Don
José Gregorio de Lezama
construyó los más hermosos jardines de que Buenos Aires tenga memoria,
adornándolos con cenadores, pérgolas y finas estatuas de mármol. Le dio un
estilo Italiano con galería exterior y también una torre-mirador.
Estos jardines albergaron
enfermos de cólera y duelos mortales mas albergo enfermos en la epidemia de
fiebre amarilla. Bajo sus árboles caminaron personajes de Ernesto Sábato y de
Julio Cortázar, además de los millares de paseantes contemporáneos. Los salones
del palacio, hoy convertidos en sede del Museo Histórico Nacional, fueron
testigos discretos de negocios, tertulias, pavanas y conjuras políticas.
Fue a fines del siglo XVIII,
que la Real Compañía de Filipinas instaló en el parque el
depósito de negros esclavos. En el año 1806, durante la Primera Invasión
Inglesa, el General Beresford entró por la calle San Martín (hoy Defensa)
derribando las últimas fuerzas locales en la Barranca de Marcó (hoy Parque
Lezama).
Foto año 1956
Adolfo
P. Carranza tuvo la esperanza que le fue cumplida de fundar un museo Histórico
contando con solo 32 años. El
intendente Seeber lo apoyó. El museo se instala en 1897. Adolfo
P. Carranza era hijo de Adolfo Esteban Carranza que contrajo matrimonio con
Maria Eugenia Del Mármol De Maria quien se casa con solo 15 años en la iglesia
Nicolás de Bari. Era nieta de Maria Eugenia Escalada De María hermana de
Remedios de Escalada. La pareja tuvo 15 hijos. Vivieron en una casa en la calle
Florida entre Viamonte y Tucumán. Adolfo
P. era uno de los hijos mayores se interesaba en temas históricos y patrióticos.
Los Carranza eran una de las familias que contaban con un Palco en el Primitivo
Colón, hoy Banco Nación. Adolfo
P. se casa con Carmen García Lara. Solo tuvieron una hija que fallece temprano. Adolfo
P. dirige el museo un cuarto de siglo hasta que lo sorprende la muerte a los 57
años en 1914.
En el Museo Histórico
Nacional se exhiben más de 50.000 piezas relacionadas con la historia de la
Argentina hasta 1950. Es importante saber que en el museo había objetos
virreinales, y muchas reliquias provenía de descendientes de líderes importantes de la
revolución y guerra de la independencia; y otra parte de la colección provino
del Museo Público, como una donación que surgió de una disposición pública. En
otro aspecto, en el año 1997, la sede del museo fue declarada monumento
histórico nacional. Entre algunos artículos importantes, podemos encontrar el
catalejo de Beresford, el sable de San Martín, el reloj de Belgrano, la bandera
de Ayohuma, el óleo de Prilidiano Pueyrredón, la cama de Sobremonte, el uniforme
de Güemes, entre otros objetos de gran valor histórico.
El barrio de San Telmo donde se
encuentra el Parque Lezama había sido el mas importante de la ciudad porque
estaba cerca del Riachuelo de los Navíos. En 1931 se quitó la reja que rodeaba
toda la extensión de la quinta.
La loba de bronce
“La loba
Capitolia” de bronce, se trasladó desde el Parque
Patricios al cierre del zoológico del Sur en 1939. Fue un regalo de Italia al
país del año 1910-figura de los hermanos a los que la leyenda atribuye la
fundación de Roma, Rómulo y Remo. El
original de la estatua "La Loba Romana" fue realizado cinco siglos antes de
Cristo por artistas etruscos, antecesores de los romanos clásicos, según
consideran investigadores culturales. En la escultura se muestra a la afamada
"Loba Capitolina", con una expresión feroz, mientras amamanta a dos niños
pequeños, Rómulo y Remo. La réplica fue obsequiada por la ciudad de Roma
al municipio de Buenos Aires y entregada al embajador argentino Roque Sáenz Peña
por el Rey de Italia Humberto I el 25 de mayo de 1910, al cumplirse el primer
centenario de la Revolución de Mayo. En un primer momento, "La Loba" fue
colocada en la intersección de la calle Florida con la avenida Diagonal Norte, y
posteriormente pasó al Jardín Botánico. De esa escultura se tomó un calco,
copia que quedó en el mencionado Jardín, y la que fue obsequiada por el gobierno
italiano llegó al Parque Lezama.
La
estatua, que fue inaugurada el 21 de abril de 1921, tenía como base una fuente
con bajorrelieves de bronce ahuecado con dos figuras masculinas que
representaban a los ríos Tíber y De La Plata, realizadas por el escultor
argentino Gonzalo Leguizamón.
Asi había
quedado La ¨Loba Capitolina¨ o Romana que está emplazada dentro del Parque
Lezama de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, siendo una de las dos que existen
en los parques de la ciudad. Una de las reproducciones en bronce emplazada
dentro del Jardín Botánico ¨C. Thays¨, fue dejada sin sus dos personajes de
¨Rómulo y Remo¨ durante 2007 en un confuso episodio policial, siendo recuperados
posteriormente. Sin embargo su par, de Parque Lezama, sufrió un año después en
2008 el mismo atentado, el robo de sus dos figuras en bronce, de las cuales
nunca se han recuperado. La obra hacia 2011
permanece dentro de una antiestética reja negra y, como el resto del parque en
estado de abandono. En junio de 2011 personal de MOA (Monumentos y obras de
arte) colocaron las los dos figuras robadas de ¨Rómulo y Remo¨, reproducidas en
cemento y ahora volvieron a faltar. Vaya a saber su destino.
El
Templete Neoclásico es una de las obras arquitectónicas y artísticas más
emblemáticas del parque Lezama de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La obra esta rodeada de una antiestética reja negra de gran altura, lo que no
impide que sea utilizada de albergue nocturno, las figuras que están erigidas
dentro de la misma están prácticamente en estado de abandono, sobre la
superficie del mármol de carrara de la figura femenina central pueden verse
infinidad de grafitados, fisuras de material, porosidad, etc.
El resto de las figuras alegóricas que se sitúan a los laterales de la entrada
principal están con faltantes, resquebrajamientos en las bases como así también
con faltantes de detalles como narices, dedos, etc. La obra no esta iluminada,
no tiene señalamiento, ni vigilancia.
Templete de influencia
grecorromana, que está ocupado por una estatua de la "Diana Fugitiva o Siringa",
y cuyo acceso está custodiado por figuras evocativas de "El Invierno", "La Vid",
"La Primavera" y "Palas Atenea".
Los leones que están en el
jardín responden al estilo itálico
conque se diseñó
la casa de Lezama.
Fue
construido en el año 1914, aprovechando el desnivel natural del terreno que
presenta la barranca en esta parte del parque. Tiene reminiscencias de los
antiguos anfiteatros griegos. Durante el verano se ofrece una variada
programación de espectáculos al aire libre.
En 1914 el arquitecto
Benito Carrasco incorpora el anfiteatro y una gradería elíptica, con capacidad
para 6000 espectadores; en 1931 se retiran las rejas y se demuelen los
muros, permitiendo el acceso por todos sus bordes, se instalan allí
restaurantes, confiterías con salón de baile, pistas de patinaje y se condiciona
la casa para ser la sede del Museo Histórico Nacional.
IGLESIA ORTODOXA RUSA DE LA
SANTÍSIMA TRINIDAD.
La iglesia de la Santísima Trinidad es un templo de iglesia ortodoxa rusa en la
Ciudad de Buenos Aires. Se halla ubicada en el barrio de San Telmo, frente al
Parque Lezama, sobre la calle Brasil, al 315, entre las calles Defensa y
Balcarce, entre casas de techos bajos, lo que hace que sus cúpulas sobresalgan
en el barrio. Frente al Museo Histórico Nacional Argentino, se encuentra esta
estructura, diseñada en San Petersburgo por el arquitecto del Santo Sínodo de
Rusia, Mihail Preobrazensky, iniciada en 1898, y finalmente construida y
adaptada, en 1901, y en forma honorífica, por el arquitecto noruego, afincado en
Argentina, Alejandro Christophersen. Los fondos para su edificación fueron
donados por Rusia. El templo está en el Primer Piso de la estructura, y se
accede al mismo por una puerta ricamente decorada a la izquierda de la fachada.
Su altar está intencionalmente direccionado hacia el oriente, también posee
varios íconos, destacando entre todos el dedicado a la Santísima Trinidad, que
le da el nombre a la Iglesia. A la izquierda del altar, se encuentra el espacio
para el coro. El terreno adonde se erige fue donado por el Zar de Rusia, Nicolás
II. Costó 16.000 pesos de entonces. A la ceremonia de inauguración, concurrió el
Presidente Julio A. Roca, como invitado especial.
Su apariencia es la de las típicas iglesias de Moscú del Siglo XVIII.
Iglesia
Ortodoxa Rusa- proyectada y diseñada por el ruso Mihail Timoteivich
Preobrazeisky, fue inaugurada en 1904, encargándose de la dirección de las obras
el arquitecto Alejandro Cristophersen junto al ingeniero Pedro Coni. Posee cinco
cúpulas decoradas con artísticos mosaicos y pinturas. La iglesia consta de una
parcela de 716.6 m² y 16 m de frente por 44 m de fondo. La misma es de un
notable estilo moscovita del siglo XVII, con cinco cúpulas acebolladas de color
azul, y estrellas doradas, coronadas por cruces ortodoxas sujetas con cadenas
que apuntan hacia el oriente. En sus laterales se pueden apreciar dos murales,
uno llamado "Bautismo de Rusia" y otro con motivos sobre la Virgen, Jesús y San
Juan.
Fuente Du Val D'Osne ( Del
Valle de Osne) y vista desde Paseo Colón.
Esta fuente debe su nombre a los talleres de fundición franceses donde fue
realizada. En la parte superior presenta una importante balaustrada, antiguo
mirador de la finca que perteneció a la familia Lezama. En el frente de esta
fuente circular hay una hornacina, donde se emplazan las figuras de Náyade y
Neptuno.
Monumento a Pedro de Mendoza, quien fundó en 1536 Buenos Aires realizado por Juan Carlos Oliva Navarro año 1936-Mendoza
era un hidalgo nacido en Guadix, Granada, que contaba con unos 35 años. Mendoza
ingresó desde muy joven al servicio regio en la corte del rey Carlos I de
España. Como paje, acompañó al soberano en su viaje a Inglaterra en 1522.
Llegado al río de la Plata en enero de 1536, el 2 de febrero Mendoza levantó a
orillas del arroyo llamado Riachuelo un campamento o asiento al que llamó
Nuestra Señora de Buen Aire o Buenos Aires, en las proximidades del sitio en que
44 años más tarde sería fundada la ciudad de la Santísima Trinidad, cuyo puerto
fue nombrado Buenos Aires, sin duda en homenaje a aquel asiento
En 1536 Buenos Aires conoció
al primer enfermo de sífilis. Se trataba del mismísimo Pedro de Mendoza, quien
había viajado a América con un cuadro avanzado de la enfermedad. Cuando su salud
ya no le permitió tomar decisiones, nombró en su lugar a Juan de Ayolas. El 22
de abril del año siguiente intentó regresar a España, pero falleció en alta mar
durante su viaje de regreso a España, cerca de las Islas Canarias, junio de
1537. (Las-mil-y-una-curiosidades-de-Buenos-Aires)- Su cuerpo fue arrojado
al mar. Desde la gran epidemia de 1494, la mortal enfermedad venérea se trataba
con mercurio o argento vivo. En la Edad Media, la sífilis causó estragos
semejantes a los de la peste, y desvastó pueblos y ciudades enteras. Después de
la introducción de la penicilina en la terapia de la sífilis, no parecía estar
lejano el día en que se llegara a una total erradicación de la epidemia.
El Monumento a la
confraternidad argentino-uruguaya es una muy
notable obra erigida en 1936 en la ciudad de Buenos Aires (y hoy ubicada
en el parque Lezama). Para
obtener el bronce de esta escultura (1942), obra de
Antonio Pena (escultor) y Julio Villamajo (arquitecto), los niños de
las escuelas de Montevideo donaron monedas de 10 centavos que se
fundieron a tal fin. Un acto a través del cual, inteligentemente, el Uruguay
buscaba imprimir en sus niños un sentimiento de afecto por el país hermano,
todavía debe de haber muchos montevideanos que recuerdan ese acto.
Las 45
toneladas de acero, bronce y mampostería que conforman su estructura, se han ido
deteriorando producto de la desidia y el abandono al que han sido sometidos por
parte de las autoridades de este y anteriores gobiernos, como por parte de otros
organismos que deben custodiar nuestros bienes patrimoniales. El monumento ha
perdido parte de su estructura de bronce, que protege los laterales de
mampostería que garantizan sus sustentabilidad.
En otoño
de 1858 estalló en el barrio de San Telmo una epidemia
de fiebre amarilla, estableciéndose el lazareto en la
quinta de José Gregorio Lezama, muriendo 49 de los
enfermos internados, sin que Lezama abandone su quinta.
En junio de 1858 le es devuelta la casa, dándosele las
gracias y una suma de dinero para reparaciones. Lezama
confirió una nueva estructura a los jardines, sin
desatender las especies cultivadas, escribiendo “El
Nacional” que la quinta de Lezama era “la desesperación
de cuantos se dedican al cultivo de las flores entre
nosotros, por ser punto menos que imposible llegar a
tener un vergel parecido”. Escribía Alejo González
Garaño: “Fueron famosas sus magnolias cuyas diversas
variedades cubrían los canteros, bordeados de arrayanes.
Senderos angostos y sombreados cruzaban el parque,
adornados de trecho en trecho, con estatuas, vasos de
mármol, de factura italiana”, siendo un modelo de quinta
porteña en el declinar el siglo XIX. A mal traer lo
tuvieron a Gregorio Lezama las autoridades municipales
en varias ocasiones y al tratarse la prolongación de
calles, sosteniéndose que se impedía el libre acceso a
la Boca del Riachuelo.
También
contra él se dictó una orden de embargo por cobro de
impuestos por el intendente Torcuato de Alvear en 1866,
aunque después se produjo una reconciliación, ofreciendo
el señor Lezama una donación para “cooperar en algo a
los fines que usted se propone de embellecer aquella
localidad”.La viuda de José Gregorio Lezama, Ángela de
Álzaga firmó un convenio con la municipalidad en 1894
estableciendo la venta al municipio de 102.000 varas
cuadradas, o sea 76.500 metros cuadrados más o menos de
terreno con sus plantaciones, jardines etc., comprende
la quinta limitada por las calles Defensa, Brasil, Paseo
Colón y Almirante Brown (Martín García” en la suma de
1.500.000 pesos, renunciando la señora de Lezama al
valor real de la quinta y que pasará a nombrarse “paseo
Lezama”, en recuerdo de su esposo y de su hijo.
Una del Archivo general de
la Nación. Caseros y Defensa. La Calle Defensa, parte de Parque Lezama en donde
se encuentra el Museo Histórico Nacional hacia el año 1850, en el límite de los
barrios de San Telmo y Barracas. Corre en sentido este - oeste. En aquellos
tiempos la zona era aún preferida por la clase alta, y de ello sientan
testimonio tanto casonas imponentes como edificios de departamentos de lujo, en
muchos casos desvalorizados.
La Avenida Caseros, -llamada
también en un tiempo Ituzaingó- actúa como límite entre los
barrios de Nueva Pompeya y Boedo. Esta primera sección de poco más de 500 metros
se caracteriza por algunas residencias aristocráticas de comienzos del siglo XX
que permanecen en pie. En aquellos tiempos la zona era aún preferida por la
clase alta, y de ello sientan testimonio tanto casonas imponentes como edificios
de departamentos de lujo, en muchos casos desvalorizados. A lo largo de sus
cinco cuadras, se colocaron 27 farolas dobles que recuerdan la iluminación
clásica del siglo pasado y buscan equilibrar estéticamente la postal que ofrecen
los edificios que custodian la avenida. También se reemplazaron las baldosas de
los 4.800 metros cuadrados de veredas y se colocaron 42 rampas para
discapacitados. El plan de forestación implicó la colocación de 16 árboles:
fresnos y tipas. A partir de 1844 se instalaron hospitales en la avenida: el
Hospital Británico, el Italiano en 1863 y el Asilo de los Inválidos. Los
inmigrantes empezaron a habitar esa zona. Se instalaron los mataderos, los
saladeros, las pulperías, los corrales, las fábricas y los depósitos de
ferrocarriles.
Al rededor
del Parque
La famosa fábrica Canale funcionó desde 1875 hasta 1962, esta fábrica comenzó siendo
una panadería, la de don José Canale, posteriormente sociedad anónima e
industrial Viuda de Canale e hijos, funcionó como panadería y confitería,
fábrica de galletitas y creó los famosos bizcochos Canale que por ejemplo los
rotos que no se podían vender a los comercios la gente los conseguía en la
fábrica una gran bolsa por sólo 25 centavos. Canale, toda una empresa
alimentaria que hoy abarca rubros como pastas, pan dulce, mermeladas y frutas y
verduras en lata. Ubicación: Av.
Martín García 320.
Fueron el
orgullo nacional desde que salieron al mercado por
primera vez en los años 20, por ser el primer producto
argentino comercializado en todo el país. Pero en 1985,
un incendio consumió gran parte de la fábrica y dejó
semi escrito su final. Sin poder recuperarse, Canale fue
vendida en 1994 al grupo Macri y en 1999 a Nabisco, que
discontinuó el producto. Su simpática caja de lata
naranja, hoy un codiciado tesoro.
El Bar Británico
Se encuentra ubicado en la
intersección de las calles Defensa y Brasil, en Parque Lezama.
Antes se encontraba un cine de barrio. El café ocupa la planta baja de un
edificio de 5 pisos con 30 departamentos, obra de los ingenieros Bacigalupo y
Uhalde. Fue construido sobre un viejo almacén de Ramos Generales
llamado
la Cosechera,
abrió sus puertas en 1928 pasando a llamarse en años: "Bar Británico".
Se le puso el nombre porque en la zona vivían muchos ingleses y concurrían
numerosos ex combatientes ingleses
de la 1º Guerra Mundial que albergados en una residencia próxima lo adoptaron
como lugar de reunión.
Sus tres dueños son los mozos que lo atienden, todos
españoles. en 1982 durante la guerra de las Malvinas modificaron el nombre
llamándosele "Bar Tánico". Al renovarse las relaciones diplomaticas con
Inglaterra recupera el nombre.
El Británico es un espacio
artístico por antonomasia. Rodeados de múltiples atelieres hacen del lugar un
encuentro para pintores, músicos y escritores. Así las cosas, se dice que
Ernesto Sabato
escribió las partes esenciales de
su obra "Sobre héroes y
tumbas", sentado en sus
clásicos y típico reservado que no hace distinción de clientes.
El bar conserva su propio estilo y
permanece presente resistiendo el paso del tiempo. Parada obligada en las
madrugadas de la zona sur, mezclando jóvenes bohemios con taxistas, filosofando
sobre la vida y jugando algún que otro partido de ajedrez o dominó; sirviendo
inclusive de escenario para diversas películas de nuestro cine nacional como
"Dónde estás amor de mi vida que no te puedo encontrar" y "Tacos altos".
Las cerámicas gastadas del piso,
ahora reemplazadas por baldosas de granito. En cambio, la boisserie está
intacta. Los ventiladores también son los mismos de hace años, aunque conviven
con un poderoso aire acondicionado. Detrás de la flamante barra, hay un enorme
mueble de madera, hecho al estilo de los bares antiguos. Y la cocina también fue
renovada por completo. Ha sido declarado "Bar Notable de la Ciudad", en los
términos de la ley 35 transformándose en un icono distinguido del Circuito
turístico de la zona sur.
El Bar Hipopótamo
Frente
al antiguo bar Británico y haciendo cruz con el Parque
Lezama esta el bar Hipopótamo que data de 1911. Ubicado
frente al Parque Lezama, este bar es un auténtico
sobreviviente a la modernidad, ya que según informa un
cartel fileteado en un vidrio de una ventana, data del
año 1904. Adentro, viejos anuncios de grapa, aperitivos
y cervezas que combinan de forma especial con los
jamones y salames que cuelgan del techo. El espacio está
dividido en pequeños boxes.
IMPORTANTE
* José Gregorio de Lezama
llega a ser propietario de 300.000 hectáreas en la provincia de Buenos Aires. Cabe destacar que Gregorio dona tierras en la calle Cochabamba
para que el paseo Colón fuera deslumbrante también se ofreció a pagar el
adoquinado a pesar que había estado en contra de ese proyecto creado por
Torcuato de Alvear. El 12 de marzo de 1847 compra a la familia Martínez Castro
las tierras de la gran estancia de la Laguna de Los Padres, la estancia San Rita, y a
los límites del actual partido de Balcarce, llamada de La Harmonía (era con H en
un principio),cuya extensión llegaban hasta el límite con Balcarce, y los campos
“de los bandengues”, cercanos a Chascomús, (dónde hoy se encuentra el flamante
partido de Lezama).
* En la traza de la
ciudad efectuada por Don Juan de Garay, estas tierras estaban reservadas para el
Rey de España.
* En la esquina de las
Av. Paseo Colón y Martín Rodríguez, aún puede observarse el desnivel que existía
en la barranca original. *
* Mr. Horne,
a pesar de su condición de "gringo", era un buen "federal" y como tal, siempre
lucía su corbata "rojo-punzó". Cuentan que su casa resultaba casi tan lujosa
como "El Palermo de San Benito", la propiedad de su amigo, Don Juan Manuel de
Rosas.
*
El aljibe más lujoso era,
por supuesto, el que se encontraba en la casa
más suntuosa de la ciudad, la
de Mariquita Sánchez de Thompson en la calle del
Empedrado, (Florida 87 de la antigua
denominación). Sin embargo, de acuerdo con el
inventario levantado en 1809, en la
testamentaria de Manuel Gallego, famoso
funcionario contrabandista, el aljibe más
importante de la ciudad, de paredes dobles, era
el de la mansión que este poseía en el actual
parque Lezama. Era de dimensiones enormes: 169
varas cuadradas (cada vara equivalía a 0,87 cms.)
Las bañeras aparecieron en la tercera década del
siglo, pero "en Boston en 1845 todavía estaba
prohibido su uso a las señoras por razones
morales, salvo prescripción médica". Hemos visto
además, al transcribir la carta de la amiga de
Mariquita, que en su casa de la calle del
Empedrado se había instalado un sistema que
permitía llenar la tina por medio de tubos
aunque no precisa cómo. La mención de llaves, da
la idea de que las tinas no eran llenadas a
balde.
*
En los primeros años posteriores a la Revolución
de Mayo, el Directorio prohibió (1814) los duelos bajo pena de muerte. Esto
porque dos oficiales chilenos, Juan Mackenna de origen irlandés y Luis Carrera,
se batieron a sable en el actual parque Lezama, y Carrera quedó muerto en el
campo y a
Mackenna llevaron su cuerpo hecho
cadáver en la Recova de la Plaza de Mayo.
* Como Intimo amigo de
Rosas, Lezama le vendió armas y pertrechos para la batalla de los Libres del
Sud. Pero también fue banquero de Urquiza, y proveedor de armas de Mitre. Sus
actividades fueron tan disímiles como rentables: participó de las negociaciones
de la triple Alianza en la guerra contra el Paraguay, formó parte del directorio
de los Ferrocarriles del Sud. Pero así como realizaba millonarios negocios
ganaderos con Henry Tomkinson, también donaba grandes sumas de dinero para obras
de beneficencia o se convertía en mecenas del escritor José Hernández, a quién
protegió y ayudó durante toda su vida.
Entre 1800 y 1910, por influencia de España, en Buenos Aires eran bastante
comunes las corridas de toros. Hubo algunos puntos de reunión en los cuales
se celebraban estos encuentros: en ocasiones especiales la actual Plaza de
Mayo, y en otros lugares había predios a tal efecto como en el barrio de
Belgrano, o en la zona de Lima y Venezuela, y en la foto que aquí se muestra
en el actual Parque Lezama en el barrio de San Telmo. Foto de Febrero de
1902. A.G.N.
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