El terreno de la “Villa Ombúes” con su
imponente castillo Tornquist fue vendido en dos ocasiones y quedó abandonado por
muchos años, una vez que la familia Blaquier Unzué se mudó de allí.
La República Federal de Alemania adquirió el amplio terreno (de una superficie
de 17.759 m²) sobre la calle Villanueva, ubicado entre los barrios de Palermo y
Belgrano, y llamó a un concurso de arquitectos en el año 1975. La obra fue
adjudicada al arquitecto alemán Dieter Oesterlen y en marzo de 1980 se inició la
construcción del edificio. En abril de 1983 la Embajada se pudo trasladar a su
nuevo edificio, que mantiene la línea arquitectónica de los años 80 y alberga
las instalaciones de la Embajada, del Consulado y de la Residencia, todo ello
rodeado de un amplio parque.
Ninguna otra Embajada extranjera en Buenos Aires se encuentra rodeada de tanto
espacio verde. A la inauguración en 1984 asistieron el entonces Ministro Federal
de Relaciones Exteriores Hans-Dietrich Genscher y el Presidente argentino Raul
Alfonsín.
Buenos Aires es una ciudad llena de mitos, leyendas y cuentos de fantasmas.
También existe la leyenda que en el predio de la Embajada habita un fantasma y
que hace allí de las suyas desde que se fue la familia Blaquier Unzué.
En Belgrano se hallaba este castillo de
Ernesto Tornquist, ubicada sobre el Camino de
Las Cañitas (Av. Luis M. Campos) y Ombúes (Olleros). Se la conocía como "Villa
Ombúes", siendo una versión de un castillo medieval. El
parque creado por Carlos Thays.
Fue demolido
en 1972 siendo el predio ocupado actualmente por la Embajada de la República Federal
de Alemania. Su perímetro aun conserva los muros originales construidos por
Nordmann.
Iba desarrollándose la ciudad de Buenos Aires, diversas formas arquitectónicas,
francesas, alemanas, inglesas, e italianas, que se incorporaban a sus
construcciones habían caracterizado nuestra urbe por su marcado eclectisismo.
Y esa era precisamente su esencia. Todo se combinaba como consecuencia de los
estilos incorporados por los arquitectos que llegaban al país, como por los
argentinos que estudiaban en las principales capitales del Viejo Mundo.
Diversos estilos incluso en un mismo frente, eran la nota característica. Gran parte de la
ciudad fue adquiriendo una arquitectura significativa. Pero también en las
afueras se iba creando una arquitectura acorde con el lugar.
El 7 de
diciembre de 1872 Ernesto Tornquist compró la fracción limitada por la av. Luis M. Campos, las calles Olleros Villanueva y Gorostiaga. Allí encargo al
arquitecto Carlos Nordmann la construcción de un edificio estilo
Tudor, semejante, a un castillo o fortaleza medieval, con torres almenadas, vitreaux y con mampostería, ciertas gárgolas y florones, arboleda fina, en
medio de un parque de variadas plantas, caminos en declive y oscuras
malezas.
Posteriormente un sector
de las tierras fueron
donadas para proceder a la construcción de la Abadía de San Benito, comenzada
en 1928. Alli don Ernesto junto a su esposa y numerosos hijos, asi como
amigos, festejaba su cumpleaños y el fin de año y el comienzo de otro.
Don
Ernesto
tenía
preferencia
por las construcciones medievales. Así tanto como el de Belgrano, o el que levantó en su estancia "La Ventana". La torre Belvedere (El Torreón) en Mar del Plata
también gozaba de esas características.
Esta residencia
fue realmente la base de lanzamiento de globos aerostáticos, traídos de
Francia por Aaron Anchorena, y organizados y conducidos por los hermanos Newbery, fue el primer aéreo club de sud América, desde acá partió Eduardo
Newbery, con el Pampero con destino a Montevideo, cuando se perdió en el Río
de la Plata, se usó esta residencia, por ser la única que poseía
instalaciones de gas en la época.
Haga click en la imagen para ampliar
-(panorámicas)
En la entrada de la residencia había
un portón de manufactura inglesa, réplica de uno de los siete que rodean la
residencia campestre de la familia Real de Gran Bretaña.
El propietario y constructor fue el
Señor Don Ernesto Torquinst, quien actuó como mecenas de diversas actividades y
extendió desde el gasómetro hasta su residencia, una cañería para surtir de gas
a los globos aerostáticos.
El globo Pampero (1908)- De allí partieron hombres como Billinghurst, Correa,
Owen, Rojas, Zuloaga, Palacios, Badley y los célebres hermanos Newbery. Se
muestra el inflado del globo que necesitaba 1200 metros cúbicos de gas. En 1907
había sido utilizado para cruzar el Río de la Plata por Jorge Newbery.
La barquilla del Pampero (1908) -Foto
tomada en Belgrano,
ese mismo año el globo se perdió en el mar.
Por detras se divisa el castillo.
Ernesto Tornquist,
empresario, diputado y banquero.
HOY
solo puede verse el cartel original de Villa
Ombúes
También es original la puerta y portón de acceso sobre
la esquina de Olleros y Luis M. Campos.
Ernesto
Tornquist (*
Buenos Aires,
1842 –1908)
Tornquist fue un prestigioso
empresario
argentino. Entre sus muchos legados, fundó el Banco Tornquist, y el
Partido y ciudad de
Tornquist, ubicado en la
provincia de Buenos Aires,
Argentina. Fundó las
colonias Bicha y Ramona en la
provincia de Santa Fe.
Estas tres fundaciones y Químili, se las llama "ciudades hermanas" por tener un
origen común. Ernesto
Tornquist nació el 31 de diciembre de 1842 en Buenos Aires.
Su padre, Jorge Tornquist
Elkins, provenía de una familia
alemana de la ciudad de
Hamburgo y originaria a
su vez de Karslkrona, Suecia. Fue uno de los fundadores del "Club de residentes
extranjeros". En
1833 contribuyó en la
compra del cementerio alemán. Su madre, Rosa Camusso Alsina, nacida el
27 de enero de
1805 en Buenos Aires y
fallecida el
4 de abril de
1871 en el mismo lugar,
había muerto de
fiebre amarilla.
Por ser uno de los hombres de negocios más importantes de la Argentina, la
historia de las empresas de Ernesto Tornquist ilustra el derrotero de la
economía Argentina a lo largo de buena parte del siglo XX.
Cuando la empresa “Ernesto Tornquist y Compañía”
fue vendida, en 1974, a un grupo que integraban las firmas
“Árbol Solo S.A.” y “Tourne S.A.”, representado por Francisco Capozzollo. A
partir de entonces, la sociedad vendedora mantuvo la propiedad de la razón
social, mientras la compradora habría de identificarse como “Inversiones Unidas
Sociedad Anónima”. La operación comprendió la transferencia de todos los activos
y pasivos de “Tornquist”, y las sociedades del antiguo holding, dedicadas
principalmente a las finanzas, la industria y la construcción. Algunas de estas
firmas continúan con sus actividades aún en nuestros días, como la Compañía
Introductora de Buenos Aires (CIBA), conocida popularmente a través de uno de
sus productos de consumo doméstico -la sal “Dos Anclas”-, o la fábrica de
enlozados FERRUM. Al momento de venderse, la propiedad de la “Compañía
Tornquist”, estaba mayoritariamente en manos de herederos del fundador de la
empresa, en tercera o cuarta generación.
La bonanza de los tiempos pretéritos
sólo se expresaba en algunos bienes, como el emblemático inmueble de la firma
madre, de la calle Bartolomé Mitre 559, ubicado en el centro financiero, que
fuera inaugurado en 1925, durante la presidencia de Marcelo de Alvear, y
declarado luego edificio histórico.
Mientras otras propiedades que hacían
visible el poder de antaño, como el “Plaza Hotel” de Buenos Aires, y el casco
principal del establecimiento “La Ventana”, en el actual partido de Tornquist,
habían sido transferidos desde tiempo atrás, por sucesivas particiones
sucesorias, y en consecuencia no eran ya propiedad de la “Compañía”.
Diferente
había sido la suerte de otros bienes, como la residencia familiar ubicada en la
esquina de Florida y Charcas, frente al “Plaza”, o la quinta “Villa Ombúes”,
donde se emplaza actualmente la Embajada de Alemania, en el barrio de Belgrano,
de esta capital, así como otra quinta ubicada en la localidad de Tigre y el
chalet de veraneo en Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, que habían sido
distribuidos entre los herederos después de la muerte de Rosa Altgelt, viuda de
Ernesto.
Estos espacios constituyeron ámbitos en los que la familia Tornquist
había desarrollado su sociabilidad y cohesionado vínculos fraternos, componentes
culturales que favorecieron la identificación con la empresa y que permitieron
soportar con mayor facilidad las etapas de crisis. Esos registros materiales
constituyeron símbolos del status y poder alcanzado por el empresario y
continuado por sus sucesores, mediante el control de la empresa heredada, cuyos
negocios se expandieron durante varias décadas. En tal sentido, es preciso
remarcar que el crecimiento económico de Tornquist se inició en la década de
1880 y se consolidó con posterioridad a la crisis de 1890. Resultan para ello
ilustrativos los conceptos de Estanislao Zeballos, contemporáneo y crítico de
Ernesto, quien había escrito en 1903, “Desde 1880 van transcurridos veintitrés
años de estabilidad política excesiva. Dos influencias han predominado casi
absolutamente en la dirección suprema del país.
La del general Roca en política;
la del señor Tornquist en finanzas”. Esta visión corresponde a una etapa en que
efectivamente Ernesto había logrado consolidar su empresa, fundando numerosas
sociedades, y participando en otras mediante el control accionario. Cabe
entonces preguntarnos quién era Ernesto Tornquist, organizador del que fuera uno
de los principales grupos económicos de la Argentina en la primera mitad del
siglo XX, cuyo apellido, de origen sueco y familia alemana, no figuraba entre
aquellos extranjeros que habían realizado importantes patrimonios a partir de
tempranas inversiones en tierras y actividades rurales.
La quinta de Belgrano esta asociada al nacimiento
de la Aeronáutica Argentina.
Para llevar adelante las aventuras en los aeróstatos, el primero fue traído al
país en 1907 desde Francia, por el joven Aarón Anchorena y bautizado con el
nombre de Pampero el mas criollo de nuestros vientos. Se realizaron un total de 26 ascensiones desde mayo de 1908 con "El Pampero".
El ing. Horacio Anasagasti, trae de Francia un globo de seda, bautizado "El
Patriota", en 1909. Todos recordaran que desde esa quinta, el 17 de octubre de
1908, a 17.30 las horas ascendió "El Pampero", con Eduardo Newbery, hermano de
Jorge, acompañado por el Sargento Eduardo Romero. Se lo avistó por última vez a
las 19.30 horas, en Moreno, cuando se perdió definitivamente.
La compañía de Ernesto Tornquist fue
dueño del Plaza Hotel y del Hotel "La Ventana" y fue vendida por sus herederos en
1974 a un grupo que integraban las firmas de Árbol Solo S.A. Representado
por Capozzollo. Tornquist tenía una propiedad en la
calle Bartolomé Mitre al 559 que fue declarado edificio Histórico. Había también
otra residencia ubicada en la esquina de Florida y Charcas frente al Plaza
Hotel. También estaba como propiedad en Belgrano la conocida quinta "Villa
Ombues" situada en Belgrano donde hoy se encuentra la embajada de Alemania. Hubo
mas propiedades en la zona de Mar del Plata y en el Tigre. Tuvo a ver con otras
grandes empresas. Se Inaugura el Bristol Hotel en Mar del Plata dos años después de
la llegada del ferrocarril Sur.
El Club Hotel Sierra de la Ventana fue
un complejo turístico situado en la actual localidad argentina de Villa Ventana,
partido de Tornquist, Provincia de Buenos Aires.
Fue ideado en el año 1900, inaugurado en 1911 y clausurado en 1920. En 1983 el
edificio fue reducido a ruinas por un incendio. Fue el primer complejo hotelero
de Sudamérica y uno de los primeros casinos en la Argentina. Hoy en día sus
restos constituyen un atractivo turístico.
El Club Hotel Sierra de la Ventana
En 1900 el
Dr. Félix T. Muñoz médico especialista en vías respiratorias visitó Villa
Ventana y consideró que el lugar era propicio para un centro de salud y
recuperación.
Manuel
Lainez rescatando esa idea y dueño de 3000 hectáreas de campo decide proponer a
la "Compañía Británica del Ferrocarril del Sud" levantar en la zona un centro de
salud. Los Dirigentes de la compañía Británica deciden tomar la idea pero no
para construir un centro de salud sino un fastuoso complejo hotelero.
La construcción comenzó en el año 1904 y a obra fue concebida por los
Arquitectos Gastón Luis Mallet y Jacques Dunant, el constructor fue el italiano
Antonio Gherardi con el estilo europeo Belle Époque.
Durante
la construcción el Doctor Ernesto Tornquist compró en Checoslovaquia una máquina
que fabricaba ladrillos que se instaló en las cercanías de la ciudad de La Plata
y que aun hoy existe, y otra sección de esa fábrica se trasladó a los terrenos
donde se construiría el hotel.
El 11 de noviembre de 1911 se inauguró el nuevo Hotel con una fastuosa fiesta.
En la ceremonia participaron 1300 invitados y el 30 de noviembre de 1914 se
inauguró el ramal del tren de trocha angosta desde la estación de Sierra de la
Ventana hasta el Club Hotel.
La Primera Guerra Mundial tiene consecuencias letales para el emprendimiento.
En el año 1917 y durante la presidencia de Hipólito Yrigoyen se sanciona la ley
de prohibición de los juegos de azar. Los propietarios del Club Hotel
dispusieron su liquidación, cerrándose el complejo el 14 de marzo de 1920 y el
ramal de trocha angosta el 21 del mismo mes.
El Club Hotel siguió contando sin embargo con personal a cargo de su
mantenimiento. Luego fue vendido al gobierno de la Provincia de Buenos Aires
para crear una colonia de vacaciones de la Dirección General de Escuelas. El
proyecto quedó trunco y a partir de entonces lentamente se fueron vaciando la
bodega y elementos del hotel.
En el año 1943 un grupo de 350 marinos integrantes de la tripulación del
acorazado nazi Admiral Graf Spee fueron enviados por la Armada Argentina al ex
Club Hotel para su internación bajo la vigilancia del Regimiento V de Infantería
del ejército. Los tripulantes del Graf Spee dieron vida nuevamente al clausurado
Club Hotel de Sierra de la Ventana, que fue reabierto como centro de detención
durante los 2 años que duró su estadía en él.
Con
una superficie cubierta de 6.400 metros cuadrados, se habían asegurado todas las
comodidades: galería solarium, restaurante decorado al estilo Luis XVI, jardín
de invierno, salón de fiestas con 150 butacas, 3 salas de casino, un entrepiso
usado como night club, 2 peluquerías, una torre mirador con vista panorámica de
toda la zona serrana, sala de música para conciertos, una nutrida biblioteca y
canchas de golf y tenis, entre otras muchas instalaciones.
En 1978, el hotel comenzó a ser
demolido. El 8 de julio de 1983 el Gran Club Hotel Sierra de la Ventana fue
devorado por un incendio que algunos sostienen fue intencional, aunque los
peritos determinaron que se trató de un accidente. Aunque hoy yace en ruinas, a
casi un siglo de su inauguración, su huella sigue siendo motivo de visitas
permanentes.
el hotel en ruinas
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