Mural realizado para el periodista Natalio Botana
Historia de
Natalio Botana y Salvadora Medina
En 1915, a los
25 años de edad, Natalio Botana (1888- 1941) había fundado en Buenos Aires el
periódico sensacionalista "Crítica", un emblema del periodismo. Con 700 mil
ejemplares diarios en la calle, fue el de mayor circulación. En 1927 llegó a
vender un millón de ejemplares. Botana era "un vibrante nuevo rico".
Natalio
Botana
Natalio conoció
a Salvadora Medina Onrubia (1894-1972); una dramaturga, escritora, poetisa y
militante anarquista. Era de origen humilde. Había conocido a un abogado Enrique
Pérez Colman y nació de esa relación furtiva su primer hijo Carlos Natalio. Se
convirtió en madre soltera con solo 16 años.
Salvadora
Medina Onrubia
En Rosario conoció a su amiga Alfonsina Storni. Las dos compartieron el juicio
de la sociedad de ser madres solteras. Trabajó también en Caras y Caretas.
Luego se trasladó a Buenos Aires y consiguió trabajo en el periódico anarquista
"La Protesta". Fue la Primera mujer encarcelada por motivos políticos.
Ella tuvo una actuación central en la causa por la liberación de Simón
Radowitzky, el matador del coronel Ramón Falcón. Cuando Natalio conoció a
Salvadora no le fue indiferente esa mujer culta e independiente y liberal. Los
dos formaron una familia, ella con su hijo. La pareja trabajo en el diario
critica incansablemente.
Pitón el hijo de soltera a
los 17 años era un hombre muy bien conceptuado socialmente. Le gustaban los
autos y las mujeres. Un tiempo antes ella le había confesado a Pitón, de 17
años, que Botana no era su padre y el joven se suicidó de un balazo.
La relación de Natalio y
Salvadora se deterioró luego de la muerte del hijo. La mujer buscó consuelo en
el éter; y el marido se hizo adicto al opio. Sin embargo los esposos a
posteriori de la muerte de Pitón estuvieron encarcelados un año después del
golpe de estado encabezado por Uriburu. Primero fueron al exilio en Uruguay y
luego a España. Ella se volcó al esoterismo. Botana un año mas tarde recuperó su
diario. La relación de la pareja duró 26 años.
Una mansión en unas tierras
en Don Torcuato
Durante la época dorada, Natalio Botana decidió construir una mansión en unas
tierras en Don Torcuato, que fueron loteadas por el ex presidente y amigo
personal, Marcelo T. de Alvear Alvear (de quien deriva el nombre de la zona).
Allí se levantó una
majestuosa mansión en una extensión de 18 hectáreas que pasaría a ser parte de
la historia íntima y social de los Botana. Se la bautizó con el nombre “Los
Granados”. La casona era puro derroche. En la planta baja estaba el living,
infinito, con un piano de cola fantástico, que a ninguno de los habitantes le
interesaba tocar. Cada dormitorio tenía su propio baño revestido de mármoles de
varios colores. Amplios jardines, pileta de natación y diversas arboledas, que
rodeaban la casa.
Pablo Neruda fue uno
de los tantos concurrentes que pasaron por la mansión al igual que políticos,
artistas, periodistas y escritores. Construyó un parque zoológico, un estudio
cinematográfico y 30 habitaciones en la que organizaba fastuosas recepciones. A
esas fiestas asistieron, por ejemplo, un hijo de Benito Mussolini y el poeta
español Federico García Lorca.
Hace años, el famoso
muralista mexicano David Alfaro Siqueiros recorría furioso la Avenida de Mayo.
Mientras caminaba, con la miraba fija en la vereda, pensaba qué hacer en un país
donde aparentemente a nadie le interesaba bajar los cuadros de los caballetes.
Al llegar al 1300, donde estaba el diario “Crítica”, algo lo impulsó a subir
hasta el despacho de su director y propietario.
Botana enterado de que
el artista Siqueiros está en aprietos, le ofrece alojamiento y alimentación a
cambio de que le pinte un mural de 120 metros cuadrados en el
sótano de Los Granados. Un mural en un lugar que en la década del treinta era
algo parecido al fin del mundo.
Siqueiros
Siqueiros aceptó y de
inmediato formó su equipo: mandó a llamar a Antonio Berni, Lino Enea Spilimbergo,
Juan Carlos Castagnino, más el escenógrafo uruguayo Enrique Lázaro, a cargo de
proyectores y aerógrafos. Se dio comienzo a la obra en agosto de 1933 y culminó
en noviembre de ese mismo año. El mural bautizado con el nombre de "Ejercicio
plástico" se extendía por el techo, las paredes y el suelo del sótano; en todos
esos lugares Siqueiros dibujó el cuerpo desnudo de su amada, la uruguaya Blanca
Luz Brum.
Ese magnífico cuarto
subterráneo, luego de la gran inauguración, Botana lo utilizaba como bodega y
salón de póker, un juego que lo apasionaba.
Para rematar, Blanca Luz
Brun se convierte en amante de Botana.
Tres meses de terminada su
labor, el muralista participa en un acto de trabajadores comunistas y el
gobierno argentino lo expulsa del país. Siqueiros se va a Nueva York, solo. Su
esposa Blanca Luz,
se queda a vivir con Botana, pero
no perduró la relación.
Botana fallece en Jujuy en
1941 a los 53 años en un accidente automovilístico, mientras viaja
hacia un casino del norte argentino en uno de sus tres Rolls Royce.
Luego de su muerte
Salvadora, su mujer tuvo que lidiar al frente del diario con las deudas que
arrastraba el imperio. El diario cerró en 1963. En 1972 muere Salvadora pobre y
sola.
Los parientes de Botana
treinta años siguieron un juicio para adquirir la propiedad del diario pero no
les dio resultado.
En Avenida
de Mayo 1333, en 1926, se levantó uno de los edificios más extravagantes de
Buenos Aires: el diario Crítica. Natalio Botana, encomendó la obra a los
arquitectos húngaros Jorge y Andrés Kalnay, que ya habían cobrado fama con los
delirios arquitectónicos de la Costanera Sur, incluido el Munich.
Los Granados pertenecieron a
los Botana hasta 1948, cuando se remataron las dieciocho hectáreas.
Las hectáreas las adquirieron la familia Alsogaray. Se comenta que cuando la
señora de Álvaro Alsogaray bajó al sótano y observó el mural, mandó a rociarlo
con ácido argumentando que contenía imágenes demasiado fuertes para su pequeña
hija María Julia. Sin embargo, la técnica que había utilizado Siqueiros se
resistió al ataque; por lo tanto, la señora ordenó que se lo tape con cal y
cerró el sótano con llave.
En los años 50 la casona
pasó a manos de una familia que le encargó al pintor Juan Carlos Castagnino la
restauración del mural. Los años y distintos dueños pasaron, hasta que en 1988
una sociedad compró el lote de la casa con un objetivo: desmontar el mural y
convertirlo en una muestra itinerante.
Durante 16 años el mural
estuvo albergado en cuatro contenedores en la localidad bonaerense de San Justo,
por una disputa judicial, hasta que el gobierno lo expropió y en el 2001 fue
declarado monumento histórico y se pudo iniciar su restauración bajo la
supervisión de Magdalena Faillace.
Fue trasladado a un
lugar especialmente acondicionado en la Aduana Taylor - la antigua aduana
porteña del siglo XIX que está bajo la Plaza Colón - con el fin de revalorizar
este edificio y el Museo de la Casa Rosada.
La restauración de la
obra que habría demandado U$S 600.000 es realizada con el aporte de ocho
empresas privadas. Los Granados aún sigue siendo noticia.
En su momento, Karavan
y Villa Los Granados fueron dos quintas extremadamente lujosas. Y ambas contaban
con colecciones de animales exóticos, incluyendo un león cachorro, llamas,
alpacas, ciervos, un cóndor y 48 clases de faisanes.
Chiche Gelblung tiene
colgado en el living de su casa, y firmado por el autor, el único boceto que
existe (Gelblung dice haberlo heredado de su abuelo, un veterano del PC en los
tiempos de la visita de Siqueiros).
Esta es la historia del
mural que hoy se puede visitar en el Museo del Bicentenario en casa Rosada de
11:00 a 19:00 hs, de miércoles a domingo y feriados. Entrada libre y gratuita.
HECHOS CURIOSOS
Fue en una parte
de esa casa, hoy perteneciente al empresario Armando Gostanian, donde el ex
presidente Carlos Menem, procesado por contrabando de armas, cumplió arresto
domiciliario en el año 2001.
|