Historia: Las
Hermanas Clarisas Capuchinas llegaron al Río de la Plata, procedentes de Chile,
en 1747, luego de un largo y penoso viaje de dos años.
En 1754 la Congregación de las HermanasClarisas
Capuchinastoma posesión de la Iglesia de San Juan Bautista,
sobre la actual calle Alsina al 800. El Capitán Don Juan de San Martín les ofrece en donación el terreno continuo a la Iglesia para la construcción de
un Convento. Construido este, las Clarisas se instalan definitivamente a
mediados del año 1756.
Allí permanecieron hasta hace pocos años, trasladándose
ellas y su importante archivo al Partido de Moreno, en la Provincia de Buenos
Aires.
Cuando se produjeron las Invasiones Inglesas, el patio central del Convento fue
utilizado para atender a los heridos. Allí, desde ese momento, descansan los
restos de los soldados británicos y patriotas fallecidos. Este lugar es
escenario, todos los años, de la conmemoración del "Día de la Reconquista", como
se puede apreciar en la foto que acompaña esta página.
Las clarisas
capuchinas traen su origen de S. Francisco de Asís aunque tienen también por
madre y fundadora a Sta.Clara.
En la
actualidad el Convento y la Iglesia forman parte de un mismo conjunto edilicio.
Esta última está considerada como el primer templo que se construyó en el Buenos
Aires Virreynal y fue declarado Monumento Histórico Nacional por Decreto 120.412
del 21 de Mayo de 1942.
El patio mencionado, y lo que resta del Monasterio original, dado que gran parte
del mismo fue demolido por ser ese predio vendido por los curas para dar paso a
la construcción de un moderno hotel(Hotel
Intercontinental).
Sitio: Convento
de Ntra. Sra. del Pilar de Zaragoza de la Regla de Santa Clara y Constitución de
Santa Coleta-Dirección: Alsina 826-
foto
(c.1880) la iglesia San Juan Bautista no tiene torres.
La iglesia
San Juan Bautista
En
pleno Monserrat se alza la iglesia San Juan Bautista- cuyo nacimiento se
conmemoró el 24 de junio último-, conocida durante años como ¨la iglesia de los
vascos¨ por su condición de Casa Provincial de la Congregación de los Padres del
Sagrado Corazón (Bayoneses) desde 1862.
También fue hospital durante las Invasiones Inglesas y en su Patio de la
Reconquista yacen los restos de criollos y británicos caídos en 1806 y 1807.
La
primera capilla de Alsina y Piedras fue construida aproximadamente en 1620 como
¨parroquia de naturales¨. Después fue viceparroquia de la Catedral. El 29 de
septiembre de 1777 se colocó la piedra fundamental del templo que fue inaugurado
el 15 de agosto de 1795, ¨con fuegos artificiales que accidentalmente rozaron el
vecino Teatro de La Ranchería, que acabó incendiándose ¨, relata hoy el hermano
Roberto, de la Congregación de los Padres Bayoneses.
En 1749 habían llegado a Buenos Aires, procedentes de Chile y España, veinte
religiosas Clarisas Capuchinas que se alojaron primero en la pensión de Salvador
del Castillo y luego en la primitiva iglesia de San Nicolás donde hoy esta
ubicado "el obelisco".
En
1754 se mudaron al nuevo Convento de Nuestra Señora del Pilar, en San Juan
Bautista, donde las hermanas de la congregación vivieron en clausura hasta 1982.
Hoy se pueden ver el torno, el locutorio, las salas del coro y el antecoro, los
confesionarios y el comulgatorio-datan del siglo XVIII-, que se abría a través
de la reja que comunica con el templo. Poco a poco adquirieron terrenos de la
manzana delimitada por Alsina, Piedras, Moreno y Tacuarí, donde levantaron
patios y una huerta. Después fueron casas, comercios y hoteles cuyo alquiler les
proveía el sustento. Un amplio sector sobre Alsina es hoy una hermosa plaza
arbolada, enlazada con antiguos patios, rodeada por los muros originales de la
iglesia- de más de dos metros de espesor- y las modernas torres del "Hotel
Intercontinental", este conjunto que comunica, mediante canteros y diferentes
niveles, el predio de la iglesia con el del hotel establece un espacio abierto a
los vecinos en el que se valorizan armónicamente presente y pasado.
Es importante destacar que fue costeado, como obras de restauración, iluminación
y mantenimiento del templo por el hotel y y la empresa que lo construyó, un
hecho alentador en tiempos en los que muchas de las iglesias del Centro y el
casco histórico se encuentran en situación de emergencia edilicia o económica.
San
Juan Bautista-Monumento Histórico Nacional- no es parroquia. Depende de la
iglesia Nuestra Señora de Montserrat. Su imponente interior y fachada con dos
torres( en una de las cuales se observa un reloj que funciona) y un
vitral-rosetón, datan de 1901, cuando el templo fue restaurado por el arquitecto
Rómulo Ayerza.
Presiden el altar mayor la Virgen del Pilar y Nuestra Señora de Lourdes; entre
ambas, San Juan Bautista; a los costados, varias imágenes de santos que
pertenecieron a la Orden de San Francisco. Entre el altar y la reja está
enterrado, a su pedido, don Pedro Melo de Portugal y Villena, quinto virrey del
Río de la Plata, fallecido en 1797.
El piso conserva su estructura original de troncos canteados a mano con hacha,
sobre los que se colocaron ladrillos y baldosas. La imagen del Nazareno vestido
que se observa junto a una puerta lateral( del siglo XVIII, como la Virgen con
el Niño y Nuestra Señora de Belén) es una réplica del original, prácticamente
destruido por el fuego del 16 de junio de 1955, como la puerta del tabernáculo.
La corona y el corazón de plata de la Virgen Dolorosa, ubicada ante el altar de
las reliquias, y el Niño Jesús que sostiene la Virgen del Carmen, entre otras
piezas, además de manteles , candelabros y hasta floreros, han sido
sistemáticamente sustraídos , por lo que la iglesia permanece cerrada por las
tardes.
Los tres órganos con los que cuenta la iglesia son bien conocidos por sus
feligreses y por el público asistente a los conciertos que interpretan
prestigiosos organistas.
Iglesia
de San Juan Bautista, torre este, 3 relojes se ven desde la calle (posiblemente
haya uno más en la otra cara de la torre), en Alsina y Piedras.
En
1778, la vieja iglesia de San Juan fue completamente demolida para
levantar sobre el mismo lugar un nuevo edificio, que se terminó de
construir en 1797. Con el agregado de las torres y reformas en el frente
e interior del edificio, es el templo actual.
En el patio de la casa
parroquial, llamado "Patio de la Reconquista", están enterrados los
combatientes de las Invasiones de 1806 y 1807, tanto patriotas como
ingleses invasores.
Inicialmente funcionó como
Iglesia para Curato de Indios. El retablo del altar mayor, del siglo XVIII, fue
dañado en los incendios de 1955. Al restaurarlo, treinta años más tarde, se
separó la mesa para oficiar la misa de cara al pueblo.
Arriba de la reja que separa el
coro de monjas pende un magnifico gobelino de 7 mts x 5 mts. tomado de un cartón de Rubens firmado
por Giles Gobelin y la fecha que fue tejido 1657 certifica la autenticidad de la obra.
Había estado colgado en El Escorial. En
la aduana fue rematada como alfombra, la adquirió Pedro Pablo Vidal y la donó al
convento de las Capuchinas, San Juan el Bautista. El valioso tapiz durante muchos años tapó la ventana
que da a la calle Alsina y protegió el órgano del sol y la lluvia hasta que el
capellán Francisco Lapnitz descubrió su valor ante los ofrecimientos de compra
que le hacían. La historia de este tapiz comienza en Flandes, durante el reinado
de Felipe VI. El monarca había encargado 120 cuadros para adornar el palacio a
Rubens y el tapiz es modelo de uno de los cuadros.
En pleno siglo XX, el cardenal
Juan Carlos Aramburu supo que las Clarisas proyectaban vender el tapiz,
necesitadas como estaban de dejar el Convento para pasar a otro que acababan de
construir en la localidad de Moreno. Y fue entonces que lo hizo retirar para
colocarlo en el majestuoso palacio de la Conferencia Episcopal Argentina,
Suipacha 1034, previa tarea de restauración en 1988 por expertos maestros
artesanos.
Vista del patio central, con la estatua de
Santa Clara de Asís en un momento que fue restaurado el convento.
Refiere la tradición que la imagen del Nazareno se encontraba - hace más
de siglo y medio- en una casa de la calle Alsina. Sus propietarios, que
ignoraban su valor artístico, la tenían abandonada en un altillo. Una
anciana esclava morena, antes de entregarse al sueño, solía rezar todas
las noches ante la imagen y se lamentaba del abandono en que los dueños
de casa dejaban a su Dios. "¡Ah, Señor!", le decía una noche, "si yo
tuviera posibles, no estarías tan abandonado". En el acto oye una voz
que, dirigiéndose hacia ella, parecía salir de los labios entreabiertos
del Nazareno.
La mujer se turba, tiembla, le parece soñar.
Serenándose, al mirar a su Dios, escucha en silencio y percibe
distintamente estas palabras: "Diles a tus amos que me lleven a la
iglesia de San Juan para que allí me den el debido culto". Atemorizada
la pobre morena nada contesta al Señor, ni habla del acontecimiento a
sus amos. Como en otra ocasión se repite la misma orden, la pobre
esclava dice a la voz celestial: "No me creerán a mí, Señor, que soy la
sirvienta de la casa". Y otra vez habló el Nazareno: "La garantía de tu
testimonio será la siguiente: morirás en el término de ocho días". La
morena cumplió con el divino mensaje y murió a los ocho días.
La familia obedeció
la orden del cielo. La imagen del Nazareno, llevada en procesión a la
iglesia de San Juan, fue colocada en el nicho central del altar mayor.
En 1877, se la puso en el lugar que tiene actualmente, para estar más
cerca de la devoción de los fieles.
MISAS :
Diariamente, la misa es a las 7.30 y a las 12.15; los domingos a las 11, aunque
ya no se celebra en vascuence- sí se entonan en ese idioma los cánticos
religiosos- la misa del segundo domingo del mes. En la sala biblioteca del
antiguo coro se efectúan reuniones, como la reciente de la Mesa de Diálogo
Argentino. Algunas se organizan en colaboración con el hotel, con beneficio
exclusivo para el templo. La estatua de Santa Clara, patrona de la ciudad y
protectora de los patriotas que la defendieron, en el centro del Patio de la
Reconquista, invita a compartir el homenaje, el recogimiento y el remanso que
ofrecen estos muros más de dos veces centenarios.
La primitiva iglesia fue
construida en 1719, gracias a la donación del Maestro de Campo de
Milicias Don Juan de San Martín. Fue totalmente reedificada a partir de
1769, y terminada en 1797. Inicialmente funcionó como Iglesia para
Curato de Indios, pero luego pasó a ser parte del Convento de las Monjas
Capuchinas, llegadas a Buenos Aires en 1747. La iglesia alberga el
sepulcro de Don Pedro Melo de Portugal y Villena, quinto Virrey del Río
de la Plata. En el patio de la casa parroquial, llamado de la
Reconquista, están enterrados los combatientes de las Invasiones de 1806
y 1807, tanto patriotas como ingleses. La iglesia es de nave única,
cubierta por una bóveda de cañón corrido; sobre el transepto se alza una
gran cúpula ciega. Se conserva aún la capilla privada desde donde las
Capuchinas escuchaban misa. El retablo del altar mayor, del siglo XVIII,
fue dañado en los incendios de 1955. Al restaurarlo, treinta años más
tarde, se separó la mesa para oficiar la misa de cara al pueblo. En la
composición de la fachada, realizada en 1895 por J. M. Belgrano en
líneas neorrománicas y posteriormente rehecha por Rómulo Ayerza, se
destaca el gran arco central con rosetón y vitrales, coronado por un
frontis con pequeños arcos pensiles. La flanquean torres asimétricas,
distintas en tamaño, forma y altura.
Vista de
Buenos Aires desde la ribera norte, c. 1832, óleo s/tela, de Ricardo
Adams 70 x 96 cm
Museo Histórico Nacional. Vista de la iglesia anglicana de
San Juan Butista. Se ven los carros aguateros.
Frente a la iglesia San Juan Bautista, en Alsina y Piedras, se encuentra
el edificio que perteneció a la tienda San Juan, fundada en 1875. El
balcón volado cerrado con vidrios es un buen ejemplo de la influencia
italiana de la época. La tienda cerró en 1908, devorada por un incendio.
Hoy ocupa las instalaciones un supermercado.
De los once virreyes del Río de la Plata solo dos están enterrados en
Buenos Aires: Joaquín Del Pino, en la Catedral Metropolitana; y Pedro de
Melo de Portugal y Villena, en la iglesia San Juan Bautista. El capellán
del templo, Pedro Sardoy, descubrió en 1910 un camino de hormigas
contiguo al patio del convento, que partía del sepulcro virreinal.
Exhumado el virrey, se descubrió que provenían de su calavera! Los
religiosos limpiaron los huesos y retiraron además una espada de oro y
plata que llevaba Melo entre las manos, arma que fundieron para realizar
una patena de celebración sacramental.