GALERÍA

 

 GUEMES

 

Arcón de Buenos Aires

 

 

 

GALERÍA GUEMES

 

PRIMER GALERÍA DE BUENOS AIRES y PRIMER RASCACIELOS

 

Situada en la calle Florida 159* San Nicolás*

 

 Año de inauguración: 1915

 

Fue la primera construcción monumental que tuvo la ciudad de Buenos Aires. Obtuvo el primer pasaje publico de 100 mts de largo. Su construcción debió afrontar no pocos problemas, pues sus propietarios los señores David Ovejero y Emilio San Miguel quedaron en bancarrota por el costo de la obra que subió de 10 a 15 millones de pesos fuertes, fatalidad agravada por el hundimiento del barco ocasionado por un submarino alemán, que traía los mármoles italianos para la fachada sobre Florida. La construcción empezó en 1912. Alrededor de 600 obreros trabajaron durante 33 meses y en la estructura de la obra se utilizó sólo cemento armado. Tenia un estilo neo-gótico. Esos remates desaparecieron.

 

 

Los promotores de la obra fueron los salteños Emilio San Miguel y David Ovejero, dueños de gran fortuna y propietarios de la casona de 1830 que había en el terreno. Su arquitectura fue inspirada en las grandes galerías mundiales de la época, este estilo de pasaje cautivaba a quienes visitaban Europa y tiene sus semejantes en la Galería Vittorio Emanuele II, en Milán, Italia realizada en el año 1865 y el Pasaje Mädler en Leipzig, Alemania. Al principio se pensó en levantar el palacio tan sólo sobre la calle Florida, pero luego se sumó al proyecto el Banco Supervielle, propiedad de los Pacheco Anchorena y  del lote que miraba a San Martín. Se optó entonces por un edificio-pasaje que conectara ambas calles mediante una galería de 116 metros. El emprendimiento fue encomendado al arquitecto italiano Francisco Gianotti, quien construye la confiteria Del molino. Francisco Gianotti fue un gran admirador de las galerías de Milán y Turín. Cuentan que él mismo gestionó un convenio con el Banco Supervielle, propietario de un terreno en la calle San Martín, para poder hacer un pasaje que llegara hasta Florida.

 

 

 

El edificio fue inaugurado el 16 de diciembre de 1915, siendo padrino de la
ceremonia el Ministro del Interior, Miguel S. Ortiz. La bendición fue dada por
Monseñor Mariano Espinoza, Arzobispo de Buenos Aires, en tanto que estuvieron
presentes ese día, el Presidente de la República, Victorino de la Plaza; el Dr.
Indalecio Gómez; el Gral. José Félix Uriburu y los nietos de Martín Miguel de
Güemes, Adolfo y Domingo Güemes. El Dr. Ricardo Rojas pronunció una conferencia
en la sala teatral del subsuelo acerca de la vida del caudillo salteño. La
ceremonia toda fue organizada por el Círculo de la Prensa, en tanto que la Dirección
General de Paseos adornó con plantas y ramos de flores el pasaje, el teatro
y los salones restaurant. La inauguración de la Galería fue un impacto para toda
la sociedad porteña de la época y el edificio quedó abierto el día después de
aquella jornada, fijándose el precio de la entrada en un peso.66 Tal sensación
causó la Galería que la Revista Técnica de Arquitectura le dedicó un número
especial, en enero de 1916. En él se celebraba que la Galería era “una obra de
gran aliento, la primera en su género que se construye en la América del
Sud y constituye un galardón más para la metrópoli argentina, que con
justo orgullo figura entre las primeras urbes del mundo.”

 

 

año 1916
El remate de los 14 pisos está conformado por dos cúpulas Art Noveau de hierro y vidrio que están siendo recuperadas. Hasta 1921 estuvieron en el podio. Pero llegó otro coloso y se quedó con el mérito de edificio más alto.

 

 

  La Galería Güemes fue considerada el primer rascacielos construido en Buenos Aires, con sus 14 pisos y 87 metros de altura. Sus 87 metros fueron un hito de la arquitectura urbana y todo un alarde de tecnología, ya que los 14 ascensores recorrían 140 metros en apenas un minuto.  Los ascensores fueron, para la tecnología de entonces, un alarde de velocidad. Tenia sistemas contra incendios que bombeaban hasta 24 mil litros por hora y que eran activados a través de alarmas eléctricas ubicadas en la planta baja y los subsuelos. Fue considerada una de las obras cumbres de Art Noveau.
 

 

El nombre de la Galería que costó quince millones de pesos fuertes, rinde homenaje al máximo héroe de la provincia de Salta, General Martín Miguel de Güemes. El 15 de diciembre de 1915, la inauguración fue organizada por el Círculo de la Prensa y a ella asistieron el Presidente de la Nación, Victorino de la Plaza y descendientes del prócer salteño. Tres mil metros cuadrados ahora destinados al tango y a las artes de la ciudad. El edificio que lo contiene marcó una etapa en el crecimiento de Buenos Aires.

 

El faro

 

Encendido en su cúpula a 87 metros de altura servía de referencia a las embarcaciones del Río de la Plata. Los curiosos esperaban su turno y pagaban veinte centavos para subir hasta el mirador con telescopio y contemplar desde allí el crecimiento de la capital. Actualmente el binocular no se encuentra.

 

 El teatro

 

 Fue el mas elegante de la zona dorado a la hoja y terciopelo azul de Francia, un cabaret y un restaurante; pisos de vivienda que daban a Florida y pisos de oficina sobre San Martín; en la terraza del piso 14  otro restaurante, con mirador. El teatro contaba con butacas montadas sobre una losa de hormigón armado que, a su vez, tenía apoyo pivotante capaz de cambiar la pendiente de la sala. El conjunto daba una impresión que rozaba lo futurista, alli se estrenaron obras de distinguidos autores argentinos. En este teatro que funcionaba en el subsuelo cantó Carlos Gardel, el 27 de febrero de 1917, y también actuó Pepe Biondi. El teatro que aun esta en vigencia se denomina Astor Piazola. También actúo Pepitito Marrone. El director Alan Parker en el 90 con Antonio Banderas y Madona en Evita estuvieron alojados alli y filmaron escenas. También se filma alli Gatica, el mono. El teatro contaba con butacas montadas sobre una losa de hormigón armado que, a su vez, tenía apoyo pivotante capaz de cambiar la pendiente de la sala.

 

La Galería Güemes en sus comienzos. Se puede apreciar una de las cúpulas originales, que fueron tapadas en la década del 40 y recuperadas recientemente. Los distintos sectores contaban con refrigeración, calefacción y ventilación forzada, y hasta fue comidilla por indiscreto el tablero luminoso que informaba acerca de la ocupación de las oficinas. Un sistema de tubos neumáticos servía de correo interno del edificio. El edificio conecta las calles San martín y Florida, por medio de un pasaje comercial.

 



 No menos impacto causó la combinación de iluminación natural y artificial de la bóveda y la broncería del pasaje.

 

 

 

 

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Galerías Güemes a la izquierda y vista a la tienda Gath y Chaves. La Galería Güemes también situada en esta calle es uno de los ejemplos más representativos, ubicados en Buenos Aires, de este movimiento arquitectónico internacional que surge en Europa a fines del Siglo XIX y se extiende a la Argentina en forma contemporánea. Buenos Aires posee obras muy significativas de la tendencia italiana.

 

 

En el primer subsuelo se ubicaron los depósitos de los locales comerciales.
Éstos, que preveían una excelente iluminación y ventilación, eran además,
servidos por un carril destinado al transporte de mercaderías desde la entrada al
pasaje. El segundo subsuelo fue destinado para la construcción de un restaurante
y un teatro. Ambos espacios tuvieron que ajustarse a las disposiciones vigentes
con respecto a teatros en casos de siniestros. En el tercer subsuelo se instalaron
las salas de máquinas, las bombas, los tableros y los locales auxiliares.

 

 

La historia de los rascacielos porteños arranca con la construcción de las Galerías Güemes, en Florida 165. Inauguradas en diciembre de 1915. La Galería Güemes fue considerada el primer rascacielos construido en Buenos Aires, con sus 14 pisos y 87 metros de altura.

 

 

En el último piso la casa Grimaldi Sabirana y Cía, había instalado un poderoso telescopio para que el público por solo 25 centavos gozara de observar una gran panorámica de la ciudad desde esa altura. El mirador permaneció cerrado durante 30 años.

 

El pasaje, techado con una bóveda de cañón corrido, fue diseñado con 116
metros de largo, 8,5 de ancho y 14 de alto en su parte central. La perspectiva,
sería ininterrumpida desde Florida hasta San Martín de no ser por la presencia de
los dos halls de 12 m. por 12 m, coronados por sendas cúpulas circulares de 20
m. de alto apoyadas a su vez en 8 columnas.

 

Sobre Florida uno de los locales sería ocupado desde 1917 por la
sastrería Tow, propiedad del comerciante norteamericano Martin Tow, quién en
1928, fascinado con el edificio, adquiriría la mayor parte de las acciones del
mismo. Casa Tow era una camisería muy importante.

 

 

Galería Güemes entrada por San Martín. Hacia la década de 1910 Florida era una de las calles con más movimiento comercial de Buenos Aires, y peatonal 10 horas al día. Sobre ella se habían edificado casas de clase alta en las últimas décadas del siglo XIX.

 

Galería Güemes sobre Florida antes del incendio

y se observa la entrada del teatro La Florida.

 

Se observa en su fachada un arco de triunfo y mascarones de facciones facetadas.

 

 

Entrada a oficinas

 

El sistema de calefacción original estuvo a cargo de las casas Grouvelle
& Arquembourg, Liebner y la Compañía Nacional de Calefacción. Como era
por vapor a baja presión, la sequedad del aire que esto generaba, fue compensada
con una inyección de agua enfriada y vaporizada. La renovación de aire de
los subsuelos se producía 8 veces por hora, en tanto que para el servicio contra
incendio fueron previstas tres motobombas capaces de elevar 24.000 litros por
hora cada una hasta los 80 metros. En el primer piso, planta baja y subsuelo
fueron distribuidos 72 avisadores automáticos de incendio marca Siemens-
Schuckert. Las instalaciones eléctricas estuvieron a cargo de la casa Gino
Cavallari y la casa Laborde.

 

Entrada a oficinas. La
instalación de los ascensores, así como también la de los montacargas y montaplatos,
correspondió a la casa Otto Franke & Cía.

 

 

 

Observen los detalles de broncería de los escaparates y de las puertas de los ascensores.

 

 

 

En la década del ’20 la galería empezó a cobrar mala fama, ya que las
dos salas del subsuelo se convirtieron en “antros” de la mala vida: el cabaret
“Abdulla Club” y el “Teatro Florida”, que en los ’70 llegó a dedicarse a los
espectáculos de streap-tease. Era común escuchar también que los departamentos
de la torre superior fueran utilizados para hacer el famoso “cuento del
tío” a los desprevenidos que llegaban del interior del país. En aquellos pisos
superiores existió durante mucho tiempo un hotel, en el que solían alojarse artistas
extranjeros y nacionales. Durante algunos años, la Galería también supo albergar
a las redacciones de las revistas Nativa, Tía Vicenta y El Correo de la
Tarde. El piso 14° fue completamente reformado hacia 1930, realizándose
compartimentaciones que deformaron el espacio original del restaurante. Por
esa época también desapareció la farola que coronaba la torre.

 

 

 

 

 

 


 

Una típica muestra notoria de ese Art Nouveau tardío y manierista que usaba Gianotti, mezclado con estilos bizantinos, esculturas en bronce y mármol, y luminarias modernistas, todo inscripto y controlado por proporciones impecablemente clásicas. La altura de semejante edificación no estaba permitida en Buenos Aires.

 

 

Algunas cariátides desaparecieron. Afortunadamente no fueron retiradas, sino que permanecen ocultas bajo una cubierta removible ubicada sobre la marquesina del banco. En cambio, permanecen a la vista las de la otra entrada lateral.

 

 

Todos los locales comerciales fueron
conectados con los depósitos del subsuelo por medio de cómodas escaleras
de mármol.

 

Entrada a oficinas

 

Este edificio "entrada Mitre" llega hasta el mirador.- La confitería estaba en el piso 14 antiguamente-

 

 

Sus curiosos capiteles estan formados por leones.

 

Entrada sobre San Martín.

 

Entrada sobre Florida. El Teatro Florida,
con capacidad para 300 personas fue reinaugurado hace pocos años y es un
ambiente ideal para celebrar congresos, convenciones, conferencias, etc.
A fines de los años ‘10 las máximas alturas de la ciudad de Buenos Aires
estaban dadas por la cúpula del Congreso Nacional (la más alta de todas), el
Railway Building, la Galería Güemes, las torres de La Inmobiliaria y la torre de
65 m. que coronaba la ampliación del Palacio Municipal, ocurrida a
comienzos de la década. Tampoco podemos dejar de mencionar al Edificio Otto
Wulf, obra del arquitecto danés Morten F. Rönnow. Situado en la esquina NO de
Belgrano y Perú, otra “mole” de casi 60 metros, compuesta por 11 niveles altos,
doble mirador y doble cúpula que habían sido construidos entre los años 1912 y
1914 para sede de la legación del Imperio Austro-Húngaro. Sin embargo, no
faltaba mucho para que un nuevo coloso superara en altura a todas las construcciones
de la ciudad. A comienzos de la década del ’20, la Avenida de Mayo
volvería a sorprender a la opinión pública porteña con la edificación del Palacio
Barolo, símbolo máximo de la arteria.

 

 

El primer cuerpo del edificio fue compuesto en base a un esquema de
planta baja con locales comerciales y cinco pisos altos. Los pisos 3°, 4° y 5°
fueron destinados a oficinas y a escritorios, en tanto que los pisos 4° y 5° con
frente a San Martín, fueron diseñados para establecimiento de baños (turcoromanos,
aromáticos, hidroterápicos, helioterápicos, etc.); incluyendo una gran
terraza con piscinas para quien quisiera bañarse al aire libre.

Los pisos 6° a 12° fueron destinados a departamentos
con las máximas comodidades; en total, 58 viviendas compuestas
por una sala de estar, un dormitorio y un baño. El piso 14° (como en la mayoría
de los rascacielos norteamericanos, en la Galería Güemes no existe el piso 13°)
fue acondicionado para albergar al gran salón restaurant de 21 por 30 metros,
cuyos ventanales corridos (bow-windows) eran utilizados como mirador.

 

 

En 1947 el edificio fue adquirido por los hermanos Diaberkirian, quienes
pusieron en marcha una reestructuración del mismo, tanto en cuanto a su uso, a
raíz de la presión inmobiliaria, como en lo que refería al lenguaje, realizando
modificaciones en su fachada principal. Así fue como en 1960 el estudio Miglia
y asociados incorporó 600 metros cuadrados más para oficinas debajo de la
bóveda del lado de la calle Florida. También en 1968, con la nueva Ley de Alqui-
leres los pisos 6° a 14° pasaron a transformarse en oficinas. Sin embargo, el 10
de septiembre de 1971 un devastador incendio causó la destrucción total de la
fachada y de la parte nueva de Florida, quebrando para siempre la integridad de
la arquitectura del edificio. Finalmente, en 1997 los hermanos Diaberkirian
venderían el paquete accionario a un grupo bancario. Como curiosidad podemos
decir que el local de la sastrería Tow sería ocupado por la primera sucursal
porteña de los alfajores marplatenses Havanna.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 En 1967 se produjo un incendio que destruyó todo desde la entrada hasta la primera cúpula del hall central. Las reparaciones se hicieron sin conservar el estilo ni la decoración originales otorgándole a la construcción unas líneas rígidas que desentonan con el conjunto. El gran problema que se planteó con la fachada sobre Florida, fue que en esa época la arquitectura del pasado no se tenía en cuenta, la filosofía entonces era la del bulldozer (topadora). El de Florida es un mal frente de la década de los 60.

 

El 10 de septiembre de 1971 otro incendio azotó el frente de la Galería Güemes, donde existía una camisería llamada El Cisne, causando serios daños a su estructura e interiores. El frente de la calle Florida quedó destruido, y fue diseñada una nueva fachada de estilo moderno, con un muro cortina de vidrio, rompiendo el aspecto y la integridad del edificio original. También se aprovechó para construir un entrepiso. Luego de años de decadencia y pérdida de valor, la administración de la Galería Güemes decidió encarar trabajos de restauración del edificio, encargados al estudio del arquitecto Reinaldo Lemos en 2004. Se descubrieron las claraboyas, que estaban tapiadas con hormigón, se recuperaron pinturas murales y se llevaron adelante trabajos de enlucido de los bronces. En 2008, las obras generales fueron concluidas. La restauración finalizó con la instalación del complejo Astor Piazzolla.

 

 En 1987 la Galería fue reconocida por el Museo de la Ciudad como "Testimonio vivo de la memoria ciudadana". En abril de 2010, fue abierto al público el mirador de la Galería Güemes, permitiendo a los visitantes una vista en 360 grados de las alturas de Buenos Aires.

 

Desde el piso 6 al 12 originalmente la galería tuvo un petit hotel. Uno de los personajes destacados que se alojó quince meses en un departamento de la calle San Martín, fue el escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, que escribió allí su libro "Vuelo nocturno" que trataba de los pilotos que como el volaban en la oscuridad. Llegó en 1929. Los departamentos de soltero se comenzaban a convertir en oficinas en el año 1968, antes de esto Antoine autor de “ El Principito” se alojó aquí en el sexto piso en el año 1931 cuando trajo como mascota de su viaje al Sur a un cachorro de  foca que tenía en la bañera durante su estadía. Cuando el viajaba la encargada del hotel la alimentaba con un plato de pescado fresco diariamente. Al principio en su correspondencia el aviador calificaba Buenos Aires como una ciudad con gente triste y una enorme ciudad de cemento. A su madre le escribió: En esta ciudad soy un prisionero. Saint se dedica a volar de noche y abrió nuevas perspectivas para el trafico aéreo. En esa época los aviones no contaban con radar, ni equipos de radio. Se guiaban prácticamente por las estrellas. De a poco el afamado aviador fue adaptándose a la ciudad. Conoció el tango y escuchó  a Carlos Gardel. Visitó los cabarets de Armenonville y un Buenos Aires nocturno. Comenzó un romance que termina en casamiento en Francia con Consuelo. El abril de 1943 publica en medio de un clima bélico por la segunda guerra mundial "El Principito". Demás esta decir que el escritor se lo pasaba dibujando principitos y afirmando que ese era el niño que el llevaba dentro. En 1944 falleció cayendo su avión en medio del mediterráneo en medio de una operación bélica.

 

En la terraza tuvo su estudio el pintor Juan Carlos Lamela.

 

Cuando se inauguró, los locales de planta baja eran ocupados por firmas importantes de la época, Cía. Argentina de Tabacos, Kalisay J. Greciet y Cía. (muebles), Luis Tirasso (vino de Mendoza), Biblioteca Argentina, Grimaldi Subirana y Cía. (óptica y precisión), A. F. Belahunde y Cía. (pianos), Martín Marcó y Cía. (cigarros habanos elaborados con materias primas del país), Van Riel (exposición de fotografía artística), Agua Mineral Salta y La Vascongada.

 

Durante mucho tiempo fue el punto más alto del país hecho por el hombre.

 

  La fachada de Florida esta totalmente modificada pero la de San Martín aun se mantiene y conserva rastros de su antiguo esplendor. 

 

En la terraza existió un mirador y una confitería.

 

La galería no tiene piso 13 salta del 12 al 14, donde estaba la confitería.

 

Alejandro Romay comenzó en Radio Libertad su actividad en el subsuelo de la galería.

 

  El barco que traía los mármoles italianos para la fachada sobre Florida fue hundido por un submarino alemán.

La galería tiene sus fantasmas, como el de la joven artista del teatro de varieté que se arrojó sobre la cúpula atravesando los vitraux de colores.

 

En la galería se instaló en el año 1917 el primer local de la cadena Bonafide destinado a la venta de café e instalando la primera tostadora de granos de café un hecho inédito para esa época.

 

El Museo de la Ciudad - Secretaría de Cultura, Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires reconoce a la Galería Guemes como “testimonio de la memoria ciudadana” por haberse mantenido hasta el presente conservando su carácter y decoración original. 29/04/87.

 

Varios teatros de revista se habían instalado en el subsuelo. En el "burlesque" llegó a actuar Carlos Gardel. El Zorzal Criollo se presentó la noche del 27 de febrero de 1917. La decadencia del cabaret empezó después de los 60. Se dejaron de hacer espectáculos en vivo y terminó siendo una sala de proyección de películas condicionadas. Hace dos años el Complejo Astor Piazzolla restauró cada centímetro del antiguo teatro. Hace medio siglo está identificada con la venta de perfumes. Los negocios de esencias en su nave principal van por la tercera generación de la misma familia de perfumistas.

 

La Galería Guemes tenía el teatro subterráneo llamado teatro Florida y el lujoso cabaret llamado Abdulla Club y tenía un restaurante en el ultimo piso.


Julio Cortazar y un grupo de amigos solían frecuentar la galería en busca de aventuras eróticas.

 

SABIAS?

 

EL PRINCIPITO SE ESCRIBE EN EL AÑO 1943. SU AUTOR VIVIÓ UN TIEMPO EN BUENOS AIRES EN LA GALERÍA Güemes Y TENIA UNA FOCA EN LA BAÑADERA.

Desde el piso 6 al 12 originalmente la galería Guemes tuvo un petit hotel. Uno de los personajes destacados que se alojó quince meses en un departamento fue el escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, que escribió allí su libro "Vuelo nocturno" que trataba de los pilotos que como el volaban en la oscuridad. Llegó en 1929. Antoine autor de “ El Principito” se alojó aquí en el sexto piso en el año 1931 cuando trajo como mascota de su viaje al Sur a un cachorro de foca que tubo en la bañera durante su estadía. Cuando el viajaba la encargada del hotel la alimentaba con un plato de pescado fresco diariamente. Al principio en su correspondencia el aviador calificaba Buenos Aires como una ciudad con gente triste y una enorme ciudad de cemento. A su madre le escribió: En esta ciudad soy un prisionero. Saint se dedica a volar de noche y abrió nuevas perspectivas para el trafico aéreo. En esa época los aviones no contaban con radar, ni equipos de radio. Se guiaban prácticamente por las estrellas. De a poco el afamado aviador fue adaptándose a la ciudad. Conoció el tango y escuchó a Carlos Gardel. Visitó los cabarets de Armenonville y un Buenos Aires nocturno. Comenzó un romance que termina en casamiento en Francia con Consuelo. El abril de 1943 publica en medio de un clima bélico por la segunda guerra mundial "El Principito". Demás esta decir que el escritor se lo pasaba dibujando principitos y afirmando que ese era el niño que el llevaba dentro. En 1944 falleció cayendo su avión en medio del mediterráneo en medio de una operación bélica.

 

 

 

 

                                                Frases del principito de Antoine de Saint-Exupéry

 


 

 

“Sólo se conocen bien las cosas que se domestican”

“No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”.

 

“Todas las personas mayores fueron al principio niños. (Aunque pocas de ellas lo recuerdan.)”

 

"Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo".

 

“Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.”

 

“No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.”

           

 


 


 

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