El diario La Prensa
es un
diario matutino de la
Argentina. Fundado por
José Clemente Paz en
1869. La Prensa fue
vocero de los sectores conservadores y difusor del
liberalismo económico.
El primer ejemplar fue
publicado el
18 de octubre de
1869. En ese momento
José Clemente Paz se
ocupaba personalmente de vigilar la redacción y la impresión. En poco
tiempo se transformó en uno de los medios más importantes, y sus ganancias le
permitieron construir un nuevo edificio que se convirtió en uno de los símbolos
de la ciudad donde actualmente funciona la
Casa de la Cultura de Buenos Aires,
fue diseñado en
Francia y construido
principalmente por empresas extranjeras.
Al morir Paz en
1912 el matutino quedó
bajo la dirección de su hijo,
Ezequiel, en ese momento
era el medio gráfico más importante del país y contaba con corresponsales en
todo el territorio argentino, además de los demás países de
Sudamérica,
Estados Unidos y
Europa. Durante el
gobierno
peronista, el diario fue
confiscado debido a su carácter opositor. El edificio donde se encontraba fue
comprado por la
Confederación General del Trabajo Argentina
(CGT) y el Sindicato de Vendedores de Diarios. Con el golpe de estado
conocido como
Revolución Libertadora,
el diario fue devuelto a sus antiguos dueños, pero la mayoría de sus lectores
habían escogido otras publicaciones. En
1988 se instaló
definitivamente en el actual edificio de Azopardo 715. Actualmente el
diario forma parte del
Multimedios La Capital
del empresario marplatense
Florencio Aldrey Iglesias.
Nacido en
Buenos Aires
en 1842,
José Clemente Paz
es hijo de Ezequiel Paz y Jacoba
Cueto Cernadas.
En
1869 funda el matutino "La
Prensa".
La escultura fue traída de
Francia en 1898 e izada por medio de un elevador a 50 metros de altura, el 8 de
noviembre de 1898. Unas 20.000 personas presenciaron ese día la titánica empresa
de subir el conjunto.
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(FOTOS PANORÁMICAS)
En su construcción intervinieron
principalmente empresas francesas, al igual que en el diseño interior. La
estructura fue construida por Moisant, Laurenti, Savey et Cie., los solados de
mosaicos por J. Boulanger, la herrería por Val d'Osne, Spargne instaló los
ascensores y Paul Garnier se encargó del reloj de la fachada.
El diseño fue encargado en París por el dueño y
fundador del diario, el Dr. José Clemente Paz, y fue modificado y terminado en
Buenos Aires por los ingenieros Carlos Agote y Alberto Gainza,
egresados
de L´Ecole des Arts et Manufactures de París.
La ubicación del diario era privilegiada, lindera
con el Palacio Municipal y a escasos metros de la Plaza de Mayo. En ese entonces
otros diarios también tenían sus oficinas en la zona. En el primer piso, además
de la dirección y la redacción, se ubicaba un amplio salón de conferencias y
fiestas.
En julio de 1993, los dueños del palacio Paz, vendieron el inmueble al
Banco Ciudad, en $10.500.000 y este, a su
vez, decidió alquilarlo con opción a compra a la Municipalidad, hoy Gobierno de
la Ciudad de Buenos Aires. El valor arquitectónico de esta obra y la historia
que guarda, hizo que el edificio fuera declarado Monumento Histórico Nacional.
Si bien el diario "La Prensa" fue fundado en
1869, la sede de Avenida de Mayo 575 fue inaugurada en 1898. Intervinieron en la obra las más prestigiosas firmas francesas (ingeniería,
fundición, relojería, mosaicos y pizarras), norteamericanas (ascensores) y
suizas (calefacción). En 1898 se coloca el primer ascensor en este palacete.
El águila ubicada sobre el reloj representaba al
periodismo que "todo lo ve".
Actualmente, el
edificio está destinado a la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad.
Por sus características el edificio de ‘La
Prensa’ es sin duda el ejemplo más emblemático de la Avenida de Mayo en su
esplendor, constituyéndose en una clara muestra técnica y artística propia de la
época, por muchos años, el más importante que diario alguno del mundo pudiera
tener. Ni la sede del "New York Herald", ni la del parisino "Le
Fígaro", ni la
del londinense "Morning Post" –todas construidas por esa época- podían
comparársele en tamaño, complejidad o calidades técnicas y artísticas.
Paul Garnier se encargó del
reloj de la fachada.
Detalle: No hay otro Reloj Garnier en toda América.
y posee la Firma clásica Garnier y la indiscutible Nº Cuatro IIII
En el interior se destacan
el hall de estilo y el salón de actos, copia exacta de un salón del
Palacio de
Versailles, estilo Luis XV. La fachada es una reelaboración de un diseño
ejecutado en Francia.
El sistema de calefacción fue confiado a la Empresa Suiza "P:M: Poullié".
Tanto los mosaicos, como la herrería artística y la zinguería fueron de
procedencia francesa, mientras que los ascensores fueron provistos por "Spargne",
de Nueva York. Estaba dotado de adelantos tecnológicos únicos para su época como
ascensor, telégrafo y cañerías doradas a través de las cuales se distribuía la
correspondencia. En el primer piso, el diario tenía su propia oficina de
correos.
El
edificio posee como alegoría una estatua de bronce
macizo de cinco metros. Es una figura de mujer que simboliza La Libertad y se
encuentra de pie sobre el globo terráqueo, llevando en la mano derecha un farol
y en la izquierda una hoja de papel con el título La Prensa. Fundida en Francia,
la estatua, de tres toneladas de peso, fue izada en 1898 y
colocada en su pedestal, ante la mirada de unas 30.000 personas.
Fue instalada en 1900 y trasladada desde Francia.
La obra pertenece al escultor Maurice Bouval. Representa a la diosa de los
“pensamientos numerosos”: Palas Atenea. La Diosa muestra, en su mano izquierda,
un periódico en forma de proclama, que lleva la revelación de la Palabra a
través del globo terráqueo. En su mano derecha lleva una antorcha eléctrica que
representa el fuego sagrado de los dioses.
La escultura es una representación de Minerva (en Roma) o Palas Atenea (en
Grecia), diosa de la Sabiduría y símbolo de la Victoria, la misma que aparece
coronando, en otra versión, la Pirámide de Mayo.
La farola era utilizada para
difundir las noticias más importantes. Por su ubicación servía, además, de faro
a los barcos que navegaban por el Río de la Plata. La farola se convirtió en un
símbolo inconfundible del diario.
La sirena
A comienzos del siglo XX, las noticias importantes
se anunciaban con bombas de estruendo.
El diario contaba con una sirena que anunciaba
los grandes acontecimientos mundiales y se usó por primera vez el 27 de julio de
1900 para publicar el asesinato del Rey Humberto I de Italia. El diario cumplía
también una función social por fuera del periodismo, proveyendo atención médica
gratuita y tenía una biblioteca pública de más de 6.000 ejemplares. Hoy el
edificio alberga a la Casa de la Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires.
Sonó además cuando
terminaron la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Tras el asesinato de John
F.Kenedy y, por última vez , para celebrar la reinstauración de gobiernos
democráticos en 1983. Cada vez que sonaba la sirena, la Municipalidad, vecina de
La Prensa, multaba al diario por ruidos molestos. No obstante, la práctica
continuaba porque se vendían muchísimos ejemplares y el monto de las sanciones
era insignificante.
La casa tendrá doble sótano que va a una profundidad de 8,30 metros
debajo del nivel de la vereda. El primer sótano estará a 1,70 m sobre el nivel
de la calle y se destinará al depósito de máquinas. La gran puerta de la derecha
dará circulación a carruajes y carros en salida a ambas calles. La parte central
del piso bajo es para la administración, en un espacioso salón provisto de
grandes ventanas vidriera. El primer piso alto será ocupado por la dirección y
redacción, ocupando también parte del segundo. El tercer piso se destina en
considerable porción a apartamentos para empleados con sus familias, que por
razones de servicio deben estar todo el día en la casa.
Su historia
Se lo consideraba
uno de los más importantes del mundo. Consta de cinco pisos y dos subsuelos. La Prensa fue vocero de los sectores
conservadores y difusor del liberalismo económico. Durante el primer gobierno de
Juan Domingo Perón (1946-1952) el diario se confiscó y se liquidó la empresa. El
edificio fue comprado a medias por la Confederación General del Trabajo y el
Sindicato de Vendedores de Diarios. En 1956 —tras el golpe que en septiembre de
1955 terminó con el gobierno de Perón— el edificio fue reintegrado a la familia Paz
y retornó a su actividad hasta 1992. En 1993, fue adquirido por uno de los
grupos económicos más poderosos de la Argentina. Ese mismo año, el Gobierno de
la Ciudad alquiló el edificio. Desde entonces la Casa de la Cultura del Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires funciona en la antigua sede del diario.
Las pinturas decorativas
Además de un ejército de artesanos, dos grandes maestros del arte de los
argentinos trabajaron en las pinturas decorativas del edificio: Nazareno Orlandi
(1861-1952) y Reinaldo Giudice (1853-1921). Nacido en Ascoli Picceno, Orlandi
llegó a nuestro país en 1889 invitado por su compatriota el arquitecto Francisco
Tamburini, para incorporarse al equipo de trabajo de la Casa de Gobierno. Se
había formado en Florencia, especializándose en las grandes decoraciones. Entre
sus obras recordamos las pinturas de las iglesias El Salvador, San Pedro y santo
Domingo, la antigua Biblioteca Nacional, el Consejo Deliberante y el Cine Gran
Splendid, hoy librería El Ateneo de la Avenida Santa Fe. En el edificio de La
Prensa realizó las magníficas pinturas de los techos del salón Dorado.
Reinaldo Giudice llegó a América cuando tenía ocho. En Buenos Aires, obtuvo una
beca para estudiar en Italia, eligiendo el taller de Cesare Maccari en Roma. De
vuelta a nuestro país realizó una importante labor docente, fue fundador del
Ateneo y uno de los creadores de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes.
Giúdice fue autor de paisajes, retratos y grandes composiciones de carácter
histórico como "La presentación de San Martín en el Congreso de 1818". Sus
magníficas grisallas (pinturas monocromas) decoran el techo de las dependencias
del primer piso, originalmente áreas privadas del Dr. Paz y actualmente despacho
del Secretario del Medio Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires.
Salón dorado
En el suntuoso salón de actos del
primer piso del edificio, conocido como Salón Dorado, el Instituto Popular de
Conferencias, que funcionaba en el diario, organizaba reuniones semanales. Las
grandes figuras de las letras y las artes, tanto argentinas como extranjeras,
pasaron por el salón, donde también se ofrecían conciertos. Es de claras
influencias versallescas. Allí dictó su primera conferencia Jorge Luis Borges y
disertaron Estanislao Zeballos, Arturo Capdevila, Alfredo Palacios, Ortega y
Gasset, entre muchos otros.
En el cielorraso del Salón Dorado
está pintada nuevamente Atenea, acompañada por siete musas, y en una pared se
encuentra un bajorrelieve de ángeles apocalípticos que revelan la letra P.
Pintura al óleo sobre tela realizada con la técnica de maruoflage ,
en 1898, por el italiano Nazareno Orlandi. Hay una importante araña de bronce
macizo de tres metros de diámetro fabricada en París. El piso es de roble de
Eslavonia, ébano y guindo. Las paredes son estucadas con aplicaciones también de
madera. El cielo raso que fue pintado por Nazareno Orlandi, representa los
frescos de la Iglesia de El Salvador. La obra del Salón Dorado representa a la
Diosa Palas Atenea y siete de las musas.
Además de un ejército de artesanos, dos grandes maestros del arte de los
argentinos trabajaron en las pinturas decorativas del edificio: Nazareno Orlandi
(1861-1952) y Reinaldo Giudice (1853-1921). Nacido en Ascoli Picceno, Orlandi
llegó a nuestro país en 1889 invitado por su compatriota el arquitecto Francisco
Tamburini, para incorporarse al equipo de trabajo de la Casa de Gobierno. Se
había formado en Florencia, especializándose en las grandes decoraciones. Entre
sus obras recordamos las pinturas de las iglesias El Salvador, San Pedro y santo
Domingo, la antigua Biblioteca Nacional, el Consejo Deliberante y el Cine Gran
Splendid, hoy librería El Ateneo de la Avenida Santa Fe. En el edificio de La
Prensa realizó las magníficas pinturas de los techos del salón Dorado. Existen
además en el salón tres grandes paneles con telas pintadas, que relatan la vida
de Ester, quien según el Antiguo Testamento, refiere una liberación de la nación
por medio de una mujer.
MAS
DATOS
- El edificio construido por su encargo estuvo a cargo de los arquitectos Gainza
y Agote, argentinos, constituye un verdadero edificio multifuncional.
- Su Departamento de Huéspedes alojó visitantes famosos, entre ellos Giacomo
Puccini y Georges Clemenceau, quien mas tarde, escribiendo sobre Buenos Aires,
recordaría que el edificio mas suntuoso es, sin contradicción, el palacio
profesional de ‘La Prensa’.
- (actualmente Moreno al 500), para mudarse luego de casi 30 años tres
cuadras más allá. Su fundador, José C. Paz, ante el crecimiento de la empresa,
decidió comprar en 1894 un terreno mayor, donde luego de 24 meses de obra se
levantó el edificio en cuestión.
- El 5 de diciembre de 1898, el diario "La Prensa" da comienzo a sus actividades
en su nuevo edificio de la Avenida de
Mayo.
- Cuando el diario "La Prensa" fue vendido, en 1992, se temió por el futuro del
antiguo y valioso edificio de la Avenida de Mayo.
- En este contexto las fachadas que dan a Avda. de Mayo y a la calle Rivadavia
son las únicas que en la Argentina corresponden al "estilo Garnier", impuesto
por el famoso arquitecto de la Opera de París y el Casino de Montecarlo.
El Salón dorado cuenta con ricas
tallas doradas, tapices traídos de Francia y un balcón para orquesta decorado
con la figura de la diosa Atenea y la letra P. Se destaca en la decoración un
complejo juego de espejos, una de las características más importantes del
auditorio. Desde su creación hasta el día de hoy, el Salón Dorado ha sido
utilizado para la presentación de conciertos y conferencias. Es un ámbito de
privilegio para disfrutar de la cultura.
En él se presentaron Enrico Caruso, Maurice Chevallier, Lily Pons, Lois Amstrong,
Albert Einstein, Ortega y Gasset y Jorge Luis Borges, entre otras
personalidades. Es decir, un verdadero tesorero del patrimonio arquitectónico e
histórico de la ciudad que debe ser preservado y resguardado por todos nosotros.
Artefactos de Iluminación y
Arañas encargados personalmente a la casa
Chanzzen Co. Londres. Por encima de las columnas se hallan varios ángeles
sosteniendo instrumentos musicales. Decoran el salón tres gobelinos que relatan
tres escenas de la vida de Ester, salvadora del pueblo judío de Persia.
En el primer piso también se
encuentra el Pasaje Ana Díaz, vía de comunicación con el Palacio de Gobierno de
la Ciudad. Este espacio se utiliza como sala de exposiciones de artes, como la
pintura y la fotografía. Los subsuelos del edificio, donde antes estaban los talleres para imprimir el
diario, se han convertido también en salas de exposiciones.
La
firma Spargne (Estados Unidos) instaló los cinco ascensores eléctricos
y seis montacargas.
La herrería realizada por la
Casa Val d'Osne de París
Ascensor
Tenía una biblioteca con más
de 80.000 volúmenes, consultorios médicos, estudio jurídico, escuela de música y
departamentos para visitantes ilustres, en los que se alojaron, por ejemplo, Giácomo Puccini y Georges Clemenceau.
Aún hoy, algunos ascensores del edificio lucen el antiguo cartel de bronce con
la inscripción “Consultorios”, evidencia de los servicios que alguna vez se
prestaron al público.
Los subsuelos del edificio,
donde antes estaban los talleres para imprimir el diario, se han convertido
también en salas de exposiciones.
Puerta
de entrada
Inaugurado en 1898, es un ejemplo de la arquitectura de fines del siglo XIX. Su
diseño está basado en los cánones estilísticos de la Escuela de Bellas Artes de
París. Las fachadas, tanto sobre la Avenida de Mayo (de 30,70 m) como sobre
Rivadavia (30,50 m), son las únicas del país que corresponden al llamado estilo
Garnier. Habían sido encargadas en París por Paz, y el proyecto fue completado
en la Argentina por los ingenieros Carlos Agote y Alberto Gainza, egresados de
L´Ecole des Arts et Manufactures de París.
Llamador de la puerta de
entrada
Su interior se inspira en el
mismo estilo, y en la construcción intervinieron principalmente empresas
francesas: la estructura metálica fue construida por Moisant, Laurenti, Savey et
Cie.', los solados de mosaicos por H. Boulanger, la herrería por Val d'Osne, la
firma Spargne (Estados Unidos) instaló los cinco ascensores eléctricos y seis
montacargas, la zinguería y la pizarra T.Michelet y Paul Garnier se encargó del
reloj de la fachada.
Un detalle del interior del edificio son la cañerías que comunican las oficinas.
Esas cañerías eran utilizadas para enviar correspondencia a la central de correo
que se encontraba en el primer piso. Contaba además con servicios
gratuitos como consultorios médicos, jurídicos, biblioteca y un observatorio
meteorológico. Llamador de la puerta de entrada
En 1955 fue declarado Museo Histórico Nacional por su valor histórico y
arquitectónico.
Un detalle del interior del
edificio son la cañerías que comunican las oficinas. Esas cañerías eran
utilizadas para enviar correspondencia a la central de correo que se encontraba
en el primer piso. Contaba además con servicios gratuitos como consultorios
médicos, jurídicos, biblioteca y un observatorio meteorológico.
El hijo de José Clemente Paz, Ezequiel, se encargó de crear una biblioteca
pública que se inauguró en 1899 y llegó a contar con 80.000 volúmenes.
Una de las más preciadas joyas de la Casa de la Cultura es su principal
auditorio, el Salón Dorado, inspirado en los salones del Palacio de
Versalles.
Un sistema de correo lo conectaba con sus talleres, distante a
varias cuadras, permitiendo que rápidamente lleguen cartas, impresos
o manuscritos de un sitio a otro. En la vereda del Colegio Nacional
queda una tapa de inspección de la correspondiente cañería.
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