EDIFICIO

 

LA PRENSA

 

CASA DE LA CULTURA

 

 

Arcón de Buenos Aires

 

 

 

 

EDIFICIO LA PRENSA - HOY CASA DE LA CULTURA

 

 

EDIFICIO LA PRENSA -HOY CASA DE LA CULTURA

 

***Avenida de Mayo 575***  Monumento Histórico Nacional

"La Prensa" se fundó en 1869, y arrancó en un taller de la calle Moreno.

 

La Primera Sede del Diario "La Prensa", estaba ubicada en la calle Moreno al 500. Se había adquirido el terreno en 1894. Esta considerado el primer edificio inteligente porteño. La casa de La Prensa se construye en un terreno de Clemente Paz ubicado en la Avenida de Mayo entre las calles Bolívar y Perú, al lado de la Intendencia Municipal. La construcción del edificio realizada en tiempo "récord" entre 1894 y 1897.

 

 

Ha sido declarado Patrimonio Histórico de la Ciudad y Monumento Histórico Nacional.

   

 

 

 

El diario La Prensa es un diario matutino de la Argentina. Fundado por José Clemente Paz en 1869. La Prensa fue vocero de los sectores conservadores y difusor del liberalismo económico.

El primer ejemplar fue publicado el 18 de octubre de 1869. En ese momento José Clemente Paz se ocupaba personalmente de vigilar la redacción y la impresión. En poco tiempo se transformó en uno de los medios más importantes, y sus ganancias le permitieron construir un nuevo edificio que se convirtió en uno de los símbolos de la ciudad donde actualmente funciona la Casa de la Cultura de Buenos Aires, fue diseñado en Francia y construido principalmente por empresas extranjeras. 

 

Al morir Paz en 1912 el matutino quedó bajo la dirección de su hijo, Ezequiel, en ese momento era el medio gráfico más importante del país y contaba con corresponsales en todo el territorio argentino, además de los demás países de Sudamérica, Estados Unidos y Europa.  Durante el gobierno peronista, el diario fue confiscado debido a su carácter opositor. El edificio donde se encontraba fue comprado por la Confederación General del Trabajo Argentina (CGT) y el Sindicato de Vendedores de Diarios. Con el golpe de estado conocido como Revolución Libertadora, el diario fue devuelto a sus antiguos dueños, pero la mayoría de sus lectores habían escogido otras publicaciones. En 1988 se instaló definitivamente en el actual edificio de Azopardo 715. Actualmente el diario forma parte del Multimedios La Capital del empresario marplatense Florencio Aldrey Iglesias.

 

 

Nacido en Buenos Aires en 1842, José Clemente Paz

es hijo de Ezequiel Paz y Jacoba Cueto Cernadas.

En 1869 funda el matutino "La Prensa".

 

 

 La escultura fue traída de Francia en 1898 e izada por medio de un elevador a 50 metros de altura, el 8 de noviembre de 1898. Unas 20.000 personas presenciaron ese día la titánica empresa de subir el conjunto.

 

haga click en la imagen para ampliar (FOTOS PANORÁMICAS)

 

 

En su construcción intervinieron principalmente empresas francesas, al igual que en el diseño interior. La estructura fue construida por Moisant, Laurenti, Savey et Cie., los solados de mosaicos por J. Boulanger, la herrería por Val d'Osne, Spargne instaló los ascensores y Paul Garnier se encargó del reloj de la fachada.

 

 

 

El diseño fue encargado en París por el dueño y fundador del diario, el Dr. José Clemente Paz, y fue modificado y terminado en Buenos Aires por los ingenieros Carlos Agote y Alberto Gainza, egresados de L´Ecole des Arts et Manufactures de París.

 

La ubicación del diario era privilegiada, lindera con el Palacio Municipal y a escasos metros de la Plaza de Mayo. En ese entonces otros diarios también tenían sus oficinas en la zona. En el primer piso, además de la dirección y la redacción, se ubicaba un amplio salón de conferencias y fiestas.

 

 

En julio de 1993, los dueños del palacio Paz, vendieron el inmueble al Banco Ciudad, en $10.500.000 y este, a su vez, decidió alquilarlo con opción a compra a la Municipalidad, hoy Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El valor arquitectónico de esta obra y la historia que guarda, hizo que el edificio fuera declarado Monumento Histórico Nacional.

 

 

Si bien el diario "La Prensa" fue fundado en 1869, la sede de Avenida de Mayo 575 fue inaugurada en 1898. Intervinieron en la obra las más prestigiosas firmas francesas (ingeniería, fundición, relojería, mosaicos y pizarras), norteamericanas (ascensores) y suizas (calefacción). En 1898 se coloca el primer ascensor en este palacete.

 

 

 

 

 

 

El águila ubicada sobre el reloj representaba al periodismo que "todo lo ve".

 

 

Actualmente, el edificio está destinado a la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad.

 Por sus características el edificio de ‘La Prensa’ es sin duda el ejemplo más emblemático de la Avenida de Mayo en su esplendor, constituyéndose en una clara muestra técnica y artística propia de la época, por muchos años, el más importante que diario alguno del mundo pudiera tener. Ni la sede del "New York Herald", ni la del parisino "Le Fígaro", ni la del londinense "Morning Post" –todas construidas por esa época- podían comparársele en tamaño, complejidad o calidades técnicas y artísticas.

 

 

Paul Garnier se encargó del reloj de la fachada.
Detalle: No hay otro Reloj Garnier en toda América.
y posee la Firma clásica Garnier y la indiscutible Nº Cuatro IIII

 

 

En el interior se destacan el hall de estilo y el salón de actos, copia exacta de un salón del Palacio de Versailles, estilo Luis XV. La fachada es una reelaboración de un diseño ejecutado en Francia.

 

 

El sistema de calefacción fue confiado a la Empresa Suiza "P:M: Poullié". Tanto los mosaicos, como la herrería artística y la zinguería fueron de procedencia francesa, mientras que los ascensores fueron provistos por "Spargne", de Nueva York. Estaba dotado de adelantos tecnológicos únicos para su época como ascensor, telégrafo y cañerías doradas a través de las cuales se distribuía la correspondencia. En el primer piso, el diario tenía su propia oficina de correos.

 

 

El edificio posee como alegoría una estatua de bronce macizo de cinco metros. Es una figura de mujer que simboliza La Libertad y se encuentra de pie sobre el globo terráqueo, llevando en la mano derecha un farol y en la izquierda una hoja de papel con el título La Prensa. Fundida en Francia, la estatua, de tres toneladas de peso, fue izada en 1898 y colocada en su pedestal, ante la mirada de unas 30.000 personas. Fue instalada en 1900 y trasladada desde Francia. La obra pertenece al escultor Maurice Bouval. Representa a la diosa de los “pensamientos numerosos”: Palas Atenea. La Diosa muestra, en su mano izquierda, un periódico en forma de proclama, que lleva la revelación de la Palabra a través del globo terráqueo. En su mano derecha lleva una antorcha eléctrica que representa el fuego sagrado de los dioses.

 

 

 

 

La escultura es una representación de Minerva (en Roma) o Palas Atenea (en Grecia), diosa de la Sabiduría y símbolo de la Victoria, la misma que aparece coronando, en otra versión, la Pirámide de Mayo.

 

 La farola era utilizada para difundir las noticias más importantes. Por su ubicación servía, además, de faro a los barcos que navegaban por el Río de la Plata. La farola se convirtió en un símbolo inconfundible del diario. 

 

 

 

La sirena

 

A comienzos del siglo XX, las noticias importantes se anunciaban con bombas de estruendo. El diario contaba con una sirena que anunciaba los grandes acontecimientos mundiales y se usó por primera vez el 27 de julio de 1900 para publicar el asesinato del Rey Humberto I de Italia. El diario cumplía también una función social por fuera del periodismo, proveyendo atención médica gratuita y tenía una biblioteca pública de más de 6.000 ejemplares. Hoy el edificio alberga a la Casa de la Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

 

 

Sonó además cuando terminaron la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Tras el asesinato de John F.Kenedy y, por última vez , para celebrar la reinstauración de gobiernos democráticos en 1983. Cada vez que sonaba la sirena, la Municipalidad, vecina de La Prensa, multaba al diario por ruidos molestos. No obstante, la práctica continuaba porque se vendían muchísimos ejemplares y el monto de las sanciones era insignificante.

 

La casa tendrá doble sótano que va a una profundidad de 8,30 metros debajo del nivel de la vereda. El primer sótano estará a 1,70 m sobre el nivel de la calle y se destinará al depósito de máquinas. La gran puerta de la derecha dará circulación a carruajes y carros en salida a ambas calles. La parte central del piso bajo es para la administración, en un espacioso salón provisto de grandes ventanas vidriera. El primer piso alto será ocupado por la dirección y redacción, ocupando también parte del segundo. El tercer piso se destina en considerable porción a apartamentos para empleados con sus familias, que por razones de servicio deben estar todo el día en la casa.

 

Su historia

 

Se lo consideraba uno de los más importantes del mundo. Consta de cinco pisos y dos subsuelos. La Prensa fue vocero de los sectores conservadores y difusor del liberalismo económico. Durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón (1946-1952) el diario se confiscó y se liquidó la empresa. El edificio fue comprado a medias por la Confederación General del Trabajo y el Sindicato de Vendedores de Diarios. En 1956 —tras el golpe que en septiembre de 1955 terminó con el gobierno de Perón— el edificio fue reintegrado a la familia Paz y retornó a su actividad hasta 1992. En 1993, fue adquirido por uno de los grupos económicos más poderosos de la Argentina. Ese mismo año, el Gobierno de la Ciudad alquiló el edificio. Desde entonces la Casa de la Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires funciona en la antigua sede del diario.
 

Las pinturas decorativas

 

Además de un ejército de artesanos, dos grandes maestros del arte de los argentinos trabajaron en las pinturas decorativas del edificio: Nazareno Orlandi (1861-1952) y Reinaldo Giudice (1853-1921). Nacido en Ascoli Picceno, Orlandi llegó a nuestro país en 1889 invitado por su compatriota el arquitecto Francisco Tamburini, para incorporarse al equipo de trabajo de la Casa de Gobierno. Se había formado en Florencia, especializándose en las grandes decoraciones. Entre sus obras recordamos las pinturas de las iglesias El Salvador, San Pedro y santo Domingo, la antigua Biblioteca Nacional, el Consejo Deliberante y el Cine Gran Splendid, hoy librería El Ateneo de la Avenida Santa Fe. En el edificio de La Prensa realizó las magníficas pinturas de los techos del salón Dorado.

Reinaldo Giudice llegó a América cuando tenía ocho. En Buenos Aires, obtuvo una beca para estudiar en Italia, eligiendo el taller de Cesare Maccari en Roma. De vuelta a nuestro país realizó una importante labor docente, fue fundador del Ateneo y uno de los creadores de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes.

Giúdice fue autor de paisajes, retratos y grandes composiciones de carácter histórico como "La presentación de San Martín en el Congreso de 1818". Sus magníficas grisallas (pinturas monocromas) decoran el techo de las dependencias del primer piso, originalmente áreas privadas del Dr. Paz y actualmente despacho del Secretario del Medio Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires.

 

 

Salón dorado

En el suntuoso salón de actos del primer piso del edificio, conocido como Salón Dorado, el Instituto Popular de Conferencias, que funcionaba en el diario, organizaba reuniones semanales. Las grandes figuras de las letras y las artes, tanto argentinas como extranjeras, pasaron por el salón, donde también se ofrecían conciertos. Es de claras influencias versallescas. Allí dictó su primera conferencia Jorge Luis Borges y disertaron Estanislao Zeballos, Arturo Capdevila, Alfredo Palacios, Ortega y Gasset, entre muchos otros.

 

 

En el cielorraso del Salón Dorado está pintada nuevamente Atenea, acompañada por siete musas, y en una pared se encuentra un bajorrelieve de ángeles apocalípticos que revelan la letra P. Pintura al óleo sobre tela realizada con la técnica de maruoflage ,
en 1898, por el italiano Nazareno Orlandi. Hay una importante araña de bronce macizo de tres metros de diámetro fabricada en París. El piso es de roble de Eslavonia, ébano y guindo. Las paredes son estucadas con aplicaciones también de madera. El cielo raso que fue pintado por Nazareno Orlandi, representa los frescos de la Iglesia de El Salvador. La obra del Salón Dorado representa a la Diosa Palas Atenea y siete de las musas.

 

 



Además de un ejército de artesanos, dos grandes maestros del arte de los argentinos trabajaron en las pinturas decorativas del edificio: Nazareno Orlandi (1861-1952) y Reinaldo Giudice (1853-1921). Nacido en Ascoli Picceno, Orlandi llegó a nuestro país en 1889 invitado por su compatriota el arquitecto Francisco Tamburini, para incorporarse al equipo de trabajo de la Casa de Gobierno. Se había formado en Florencia, especializándose en las grandes decoraciones. Entre sus obras recordamos las pinturas de las iglesias El Salvador, San Pedro y santo Domingo, la antigua Biblioteca Nacional, el Consejo Deliberante y el Cine Gran Splendid, hoy librería El Ateneo de la Avenida Santa Fe. En el edificio de La Prensa realizó las magníficas pinturas de los techos del salón Dorado.
Existen además en el salón tres grandes paneles con telas pintadas, que relatan la vida de Ester, quien según el Antiguo Testamento, refiere una liberación de la nación por medio de una mujer.

 

 

MAS DATOS

- El edificio construido por su encargo estuvo a cargo de los arquitectos Gainza y Agote, argentinos, constituye un verdadero edificio multifuncional.


- Su Departamento de Huéspedes alojó visitantes famosos, entre ellos Giacomo Puccini y Georges Clemenceau, quien mas tarde, escribiendo sobre Buenos Aires, recordaría que el edificio mas suntuoso es, sin contradicción, el palacio profesional de ‘La Prensa’.
-  (actualmente Moreno al 500), para mudarse luego de casi 30 años tres cuadras más allá. Su fundador, José C. Paz, ante el crecimiento de la empresa, decidió comprar en 1894 un terreno mayor, donde luego de 24 meses de obra se levantó el edificio en cuestión.


- El 5 de diciembre de 1898, el diario "La Prensa" da comienzo a sus actividades en su
nuevo edificio de la Avenida de Mayo.
- Cuando el diario "La Prensa" fue vendido, en 1992, se temió por el futuro del antiguo y valioso edificio de la Avenida de Mayo. - En este contexto las fachadas que dan a Avda. de Mayo y a la calle Rivadavia son las únicas que en la Argentina corresponden al "estilo Garnier", impuesto por el famoso arquitecto de la Opera de París y el Casino de Montecarlo.

 

 

El Salón dorado cuenta con ricas tallas doradas, tapices traídos de Francia y un balcón para orquesta decorado con la figura de la diosa Atenea y la letra P. Se destaca en la decoración un complejo juego de espejos, una de las características más importantes del auditorio. Desde su creación hasta el día de hoy, el Salón Dorado ha sido utilizado para la presentación de conciertos y conferencias. Es un ámbito de privilegio para disfrutar de la cultura.
En él se presentaron Enrico Caruso, Maurice Chevallier, Lily Pons, Lois Amstrong, Albert Einstein, Ortega y Gasset y Jorge Luis Borges, entre otras personalidades. Es decir, un verdadero tesorero del patrimonio arquitectónico e histórico de la ciudad que debe ser preservado y resguardado por todos nosotros.

 

 

Artefactos de Iluminación y Arañas encargados personalmente a la casa
Chanzzen Co. Londres. Por encima de las columnas se hallan varios ángeles sosteniendo instrumentos musicales. Decoran el salón tres gobelinos que relatan tres escenas de la vida de Ester, salvadora del pueblo judío de Persia.

 


En el primer piso también se encuentra el Pasaje Ana Díaz, vía de comunicación con el Palacio de Gobierno de la Ciudad. Este espacio se utiliza como sala de exposiciones de artes, como la pintura y la fotografía. Los subsuelos del edificio, donde antes estaban los talleres para imprimir el diario, se han convertido también en salas de exposiciones.


 

La firma Spargne (Estados Unidos) instaló los cinco ascensores eléctricos

y seis montacargas.
 

La herrería realizada por la Casa Val d'Osne de París

 

 

Ascensor


Tenía una biblioteca con más de 80.000 volúmenes, consultorios médicos, estudio jurídico, escuela de música y departamentos para visitantes ilustres, en los que se alojaron, por ejemplo, Giácomo Puccini y Georges Clemenceau. Aún hoy, algunos ascensores del edificio lucen el antiguo cartel de bronce con la inscripción “Consultorios”, evidencia de los servicios que alguna vez se prestaron al público.

 

Los subsuelos del edificio, donde antes estaban los talleres para imprimir el diario, se han convertido también en salas de exposiciones.

 

 

Puerta de entrada

Inaugurado en 1898, es un ejemplo de la arquitectura de fines del siglo XIX. Su diseño está basado en los cánones estilísticos de la Escuela de Bellas Artes de París. Las fachadas, tanto sobre la Avenida de Mayo (de 30,70 m) como sobre Rivadavia (30,50 m), son las únicas del país que corresponden al llamado estilo Garnier. Habían sido encargadas en París por Paz, y el proyecto fue completado en la Argentina por los ingenieros Carlos Agote y Alberto Gainza, egresados de L´Ecole des Arts et Manufactures de París.

 

 

 

 

  Llamador de la puerta de entrada

 

 

 

 

 

Su interior se inspira en el mismo estilo, y en la construcción intervinieron principalmente empresas francesas: la estructura metálica fue construida por Moisant, Laurenti, Savey et Cie.', los solados de mosaicos por H. Boulanger, la herrería por Val d'Osne, la firma Spargne (Estados Unidos) instaló los cinco ascensores eléctricos y seis montacargas, la zinguería y la pizarra T.Michelet y Paul Garnier se encargó del reloj de la fachada.
Un detalle del interior del edificio son la cañerías que comunican las oficinas. Esas cañerías eran utilizadas para enviar correspondencia a la central de correo que se encontraba en el primer piso. Contaba además con servicios gratuitos como consultorios médicos, jurídicos, biblioteca y un observatorio meteorológico. Llamador de la puerta de entrada
En 1955 fue declarado Museo Histórico Nacional por su valor histórico y arquitectónico.

 

 

 

Un detalle del interior del edificio son la cañerías que comunican las oficinas. Esas cañerías eran utilizadas para enviar correspondencia a la central de correo que se encontraba en el primer piso. Contaba además con servicios gratuitos como consultorios médicos, jurídicos, biblioteca y un observatorio meteorológico.

 

 

 

 

 


 

 

 

El hijo de José Clemente Paz, Ezequiel, se encargó de crear una biblioteca pública que se inauguró en 1899 y llegó a contar con 80.000 volúmenes.

 

Una de las más preciadas joyas de la Casa de la Cultura es su principal auditorio, el Salón Dorado, inspirado en los salones del Palacio de Versalles.

 

Un sistema de correo lo conectaba con sus talleres, distante a varias cuadras, permitiendo que rápidamente lleguen cartas, impresos o manuscritos de un sitio a otro. En la vereda del Colegio Nacional queda una tapa de inspección de la correspondiente cañería.


 

 

 

       
           


 

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