TEATRO COLÓN PARTE 2

 

Los palcos

Los palcos son abiertos, a la usanza francesa, disposición que permite una mayor visibilidad aún desde un segundo plano.

La platea tiene una suave pendiente, y el piso puede levantarse mediante un sistema de ascensores mecánicos.

Si se quitan las butacas se puede transformar el recinto en un gran salón.

En el nivel de la platea se encuentran los palcos llamados "Baignoires".

Estos diez palcos tienen la particularidad de estar cerrados con rejas de bronce, y estaban destinados -de acuerdo con las costumbres de la época-

para los espectadores que guardaban luto o que por alguna otra razón no querían ser vistos por los demás concurrentes.

Ya no se usan, y algunos han sido asignados como cabina de sonido para las transmisiones de Radio Municipal.

Son motivo de curiosidad para quienes visitan el Teatro por primera vez.

Espesos cortinados de terciopelo colorado cubren las entradas a la sala y armonizan con los de los palcos, trabajados en seda natural francesa,

de un tono rosado, bordados en la parte exterior y forrados en amarillo oro.

Todos los pisos de la sala están iluminados con artísticos brazos de bronce bruñido y tulipas que forman ramos.

Esta cálida luz dorada destaca el resto de la decoración y crea un clima de agradable intimidad.

 

 

 

El escenario

En el primer piso está ubicado el palco escénico, con una inclinación de tres centímetros por metro.

 Tiene 35,25 metros de ancho por 34,50 de profundidad y 48 metros de altura. Posee un disco de 20,30 metros de diámetro

que puede accionarse eléctricamente para girar en cualquier sentido y cambiar rápidamente las escenas.

En 1988 se realizaron trabajos de modernización de la maquinaria escénica en el sector de las parrillas.

De esta forma se incorporó nueva tecnología que permitió facilitar el manejo de los decorados y agilizar los cambios de escena.

Un circuito cerrado de televisión y un moderno equipo de transmisores portátiles ayuda a coordinar todas las maniobras escénicas.

El piso del escenario es de pino de Canadá, desmontable en todas sus partes.

 Dispuesto en "calles", está sostenido por 29 tirantes transversales empotrados en los muros laterales,

que a su vez están sostenidos -cada uno- por 9 columnas de hierro. De esta forma se soporta el enorme peso que a veces gravita sobre el palco escénico.

Especialmente en las obras de gran espectáculo en las que intervienen 500 o 600 personas.

La boca del escenario está cerrada con un magnífico telón de felpa roja con su borde inferior bordado hasta una altura de dos metros.

Se abre hacia los ángulos superiores mediante un mecanismo que puede regular la velocidad de maniobra y permite cierres rápidos o lentos según lo requiera la acción.

En 1992 se incorporó un sistema que permite seguir la acción, con textos traducidos al español, proyectados en la parte superior de la boca del escenario,

de esta forma se facilita la comprensión de las óperas cantadas en otros idiomas.

Delante del telón y en un nivel más bajo, está el foso de la orquesta con capacidad para 120 músicos.

Está tratado con cámara de resonancia y curvas especiales de reflexión del sonido. Estas condiciones, las proporciones arquitectónicas de la sala

y la calidad de los materiales contribuyen a que el Teatro Colón tenga una acústica excepcional, reconocida mundialmente como una de las más perfectas.

 

 

 

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LA ARAÑA

Se divisa en el centro una magnífica araña francesa de 7 metros de diámetro,

con 720 lamparitas satinadas y pesa 1.300 kilos.

Construida en bronce bruñido, que puede ser descendida -para su reparación o su limpieza-

 hasta el piso de la platea, mediante un sistema mecánico.

 

Cúpula dorada

 

pilastra

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Detalle de máscara leonina de mármol en escalinata de acceso a la sala de conciertos del Teatro Colón.