COLEGIO NACIONAL

BUENOS

AIRES

 

Arcón de Buenos Aires

 

 

 

 

 

El Colegio Nacional de Buenos Aires (CNBA)

Colegio de San Ignacio

 Colegio San Carlos

 Colegio Convictorio Carolino

 

Es un colegio secundario de la Ciudad de Buenos Aires perteneciente, al igual que la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, a la Universidad de Buenos Aires que tiene su sede en la calle Bolívar 263. Es uno de los edificios de la tradicional Manzana de las Luces, ubicada en el barrio porteño de Monserrat, en pleno Centro de la ciudad. A sólo 200 metros de la Plaza de Mayo, forma parte del casco histórico urbano. En el lugar donde hoy funciona este establecimiento educativo funcionaron diversas instituciones escolares, siglos antes de su fundación. Suelen ser consideradas, incluso por el mismo colegio, como si se tratara de una única institución. En 1654 el Cabildo de Buenos Aires encomendó a la orden de los jesuitas atender la educación juvenil. En 1661 se instalaron en el solar que luego sería denominado la Manzana de las Luces, delimitada por las actuales calles Bolívar, Moreno, Perú y Alsina.

 

   

 

 

 

 

 

 

 Desde 1662 hasta 1767, fue el Colegio de San Ignacio un gran centro intelectual y cultural. Durante este período inicial, el Colegio conoció momentos de auge y decadencia. Se inauguró con unos 70 alumnos, que vistieron una especie de banda o faja (la "veca") que llevaban suspendida de los hombros, en el solemne acto preliminar presidido por Vértiz. Se destacó desde su origen, además de la música, en el canto, drama y hasta en los bailes o danzas artísticas. En la imagen vislumbra la Iglesia San Ignacio.

 

 

En 1863 Mitre declara Colegio Nacional Buenos Aires al de San Ignacio. Desde entonces pasó, además, a ser propiedad del Estado. A principios de siglo se demuele el viejo colegio y se erige el actual declarado Monumento Nacional en 1943. En 1944 se le restituye por breve tiempo su histórico nombre de Colegio san Carlos y en 1945 se lo vuelve a llamar Colegio Nacional de Buenos Aires. Cumpliendo lo ordenado por la Real Cedula de Expulsión, dada por Carlos III de España, la Compañía de Jesús debió alejarse de Buenos Aires el 3 de julio de 1767. Expulsados los jesuitas en 1767, el virrey Vértiz fundó el Real Colegio de San Carlos, donde bajo la guía de Maziel estudiaron relevantes personalidades de la historia argentina, como Manuel Belgrano, Cornelio Saavedra, Mariano Moreno, Bernardino Rivadavia, Manuel Dorrego, Bernardo de Monteagudo, Juan Jose Castelli y Juan Martín de Pueyrredón. El mismo Pueyrredón creó más tarde el Colegio Unión del Sud, donde cursó Justo José de Urquiza; y Rivadavia el Colegio de Ciencias Morales, que educó a Esteban Echeverría y Juan Bautista Alberdi. El establecimiento fue luego arancelado por Juan Manuel de Rosas.

 

 

 Es el de Agüero, Amadeo Jacques y Miguel Cané, quien relata sus aventuras en el Colegio en el libro "Juvenilia". Incorporado a la Universidad de Buenos Aires en 1911, estudiaron en él los dos primeros Premios Nobel argentinos y cuatro presidentes. Buenos Aires carecía de universidad y de institutos públicos que impartieran enseñanza media o superior; los más próximos quedaban en Córdoba y Charcas.

 

 

El actual edificio del CNBA fue proyectado en el año 1906 por Norbert Maillart, también autor del Correo Central y del Palacio de Justicia. El presidente José Figueroa Alcorta y el ministro de justicia e instrucción pública Rómulo S. Naón encabezaron el acto de colocación de la piedra fundamental en septiembre de 1910, y la construcción comenzó, a cargo de "Zacarías Marioni, Hno. y Compañía". Al año siguiente se revocó el contrato para iniciar uno nuevo con Vinent, Maupas y Jáuregui, hasta que finalmente en 1915 la GEOPÉ se hizo cargo de la construcción. El edificio sería inaugurado completo recién el 25 de mayo de 1938 por el presidente Roberto M. Ortiz.

 

El Real Colegio de San Carlos, -llamado así en homenaje al monarca, Carlos III-, que Vértiz inauguró el 10 de febrero de 1772, en condiciones un tanto precarias, porque las cátedras no estaban aún provistas. El 28 de febrero se cubrieron las de latín y primeras letras, en las personas de Villota y García. Meses después las de filosofía, a cargo del presbítero Juan Montero. A comienzos del año siguiente, 1773, la Junta designó carcelario y regente de los reales estudios a Juan Baltazar Maziel, que redactó el reglamento de estudios y dirigió con acierto los destinos del Colegio durante catorce años.


 

Vertiz, elevado a la jerarquía de Virrey, estableció, el 3 de noviembre de 1783, el Real Convictorio Carolino; su primer rector fue Vicente de Jaunzaras, cuya autoridad, referida al Convictorio, coexistió con la de Maziel, que atendía los reales estudios. A este ultimo; desterrado en Montevideo por el virrey Loreto (1787), sucedió Montero; y a Jaunzaras, tras el interinato de José Antonio Acosta (1786-91), Luis José Chorroarin, ahijado de Vértiz y brillante egresado del propio Colegio, quien desde 1804, por renuncia de Montero, unifico ambos cargos. El Convictorio existió hasta 1806 cuando con motivo de la invasión inglesa las aulas del internado fueron transformadas en cuartel, y sólo subsistieron lánguidamente, los reales estudios.

 


El cuartel de Patricios funciona en el año 1807 en el edificio del colegio para defender la ciudad,

 entonces los estudiantes fueron trasladados a una finca perteneciente a José Martínez de Hoz, que fue alquilada para tal misión. El Regimiento de Patricios tuvo su origen en el cuerpo miliciano formado el 15 de septiembre de 1806 en Buenos Aires, con motivo de las Invasiones Inglesas, respondiendo a la proclama del virrey Santiago de Liniers y Bremond del 6 de septiembre, que invitaba a todos los ciudadanos a armarse contra el enemigo. Allí nació la "Legión de Patricios Voluntarios Urbanos de Buenos Aires", frente a la inminencia del peligro. En octubre de 1806 Liniers pudo informar a Sobremonte que el ejercito de Buenos Aires contaba con un total de 7.883 hombres de los cuales 5.921 eran de infantería y entre ellos estaba la legión de Patricios con 1.448 efectivos. En ese mismo cuartel estalló el 7 de diciembre de 1810 "el motín de las trenzas" contra el comandante del cuerpo, Manuel Belgrano, que obligó a cortar las trenzas, usadas por los soldados al estilo español.

 

 


Las instalaciones del CNBA también cuentan con un Salón de usos Múltiples, un Microcine con capacidad para más de doscientos espectadores, una pileta de natación, un comedor, dos patios, archivo de discos, una vieja sala de tiro, gabinetes de Ciencias, Artes Plásticas y geografía, aulas en las que se dictan clases, una biblioteca con mas de 130.000 libros, revistas y folletos y un salón de informática.

 

 

El estilo predominante es el academicismo francés, destacándose el techo a mansarda, la imponente fachada con galería y los amplios claustros de techos altos en el interior.
El establecimiento cuenta con tres pisos (más un subsuelo y la mansarda). Dentro se encuentra el Aula Magna, inspirada en la Sala Principal de la Ópera de París, y equipada con un órgano de 3600 tubos (el más grande de la Ciudad). También sobresale la biblioteca de más de 100 mil volúmenes, cuya hemeroteca es la más completa de Argentina en publicaciones del siglo XIX. En la terraza hay un observatorio equipado con un telescopio. Allí varios alumnos asisten a charlas, cursos y observaciones astronómicas.


 

puerta de acceso

 

 

 

 Para ingresar como pupilo o pensionado era preciso tener autorización del virrey; saber leer y escribir; contar por lo menos diez años de edad; ser hijo legítimo, y "cristiano viejo y limpio de toda mácula y raza de moros y judíos". Existían varias becas, para hijos de "pobres honrados" y de militares. La disciplina interna era rígida, y según las constituciones, estaban prohibidos una serie de actos, como fumar, jugar a los naipes, dardos, ni juegos de pies o manos, andarse tirando de la ropa, comer en los cuartos, leer libros contrarios a la religión, el estado y las buenas costumbres, etc. Las salidas, visitas y feriados eran muy reducidos, y generalmente cumplían en días fijos, con gran protocolo y solemnidad; el día del cumpleaños del soberano, por ejemplo, correspondía acudir a saludar al virrey. Las prácticas religiosas ocupaban un lugar preponderante: se oía misa antes de entrar a clase, los alumnos confesaban y comulgaban una vez por mes, más los días de precepto, y el domingo hacían ejercicios espirituales. El reglamento preveía severos castigos, incluyendo el cepo, grillos y azotes. Su primer rector fue el padre Juan Romero desde 1608 hasta 1612.

 

La Manzana de las Luces es una manzana histórica de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que se encuentra rodeada por las calles Bolívar, Moreno, Alsina, Avenida Julio A. Roca (Diagonal Sur) y Perú (esta última continuación de la peatonal calle Florida). En ella están ubicados el Colegio Nacional de Buenos Aires, la Iglesia de San Ignacio, el antiguo edificio de la Universidad de Buenos Aires y otros edificios históricos.

 

 

Los estudios más importantes eran de teología, filosofía y gramática, realizándose semanalmente torneos dialécticos. En 1772 se había abierto el primer curso de filosofía del colegio de San Carlos. Los profesores, por lo común, fueron designados en concursos de oposición. El Colegio, pese a los esfuerzos de Maziel, nunca tuvo atribución para otorgar grados académicos, privilegio que sólo el rey podía conferirle. Pero las universidades americanas reconocieron validez oficial a los exámenes aprobados en el mismo, con lo cual el problema de los títulos quedó parcialmente resuelto. En 1778, y por pedido de Montero, se reformó el plan de estudios. Los de filosofía se extendieron a tres años, y a cuatro los de teología; fue habilitada la biblioteca que había pertenecido a los jesuitas, y aumentó el rigor disciplinario. En 1911, el Colegio fue integrado a la Universidad de Buenos Aires.

 

 

 Cabe señalar que los jóvenes resistían las medidas compulsivas, escapando con frecuencia de clase y de las ceremonias religiosas. El alumno Pedro José de Agrelo, más tarde congresista, ministro, juez y orador ilustre, fugó del Colegio cinco veces consecutivas. Los actos de indisciplina fueron reprimidos a veces "con auxilio de la tropa", llegando el caso de querer conducir a un alumno maniatado "a la casa de sus padres, donde fuese más bien educado". Hacia 1773 debió prohibirse a los conventos que impartían enseñanza particular, que admitieran estudiantes pasados del Colegio, para evitar un éxodo creciente.

 

 

En 1958, ingresaron las primeras alumnas mujeres a la institución.
El sistema de admisión es muy severo. Luego de realizar un curso de ingreso, que incluye doce pruebas anónimas, son seleccionados 400 integrantes sobre 1.500 aspirantes.


Desde 1938, su edificio está ubicado en la Bolívar 263.

 


Su superficie es de 30.000 metros cuadrados y posee: natatorio, observatorio astronómico, gabinetes extraordinarios, la cuarta biblioteca más importante de la ciudad, un campo de Deportes de tres hectáreas y un salón de actos.
En este salón hablaron diversas eminencias tales como: Einstein, Orlando, Borges, Ortega y Gasset, Eco, Lugones y Toffler, entre otros. Además, allí cantó el mismísimo Carlos Gardel
.

 

 


La Biblioteca se inició con la fundación del Colegio Nacional de Buenos Aires el 14 de marzo de 1863. En 1868 la Biblioteca estaba en el cuerpo del edificio que daba sobre el Nº 555 de la calle Moreno. Tenía 1644 volúmenes. En 1885, a raíz de la disolución de la Biblioteca Central de la Universidad de Buenos Aires, la Biblioteca del Colegio recibió una gran cantidad de obras pertenecientes a aquélla. En 1911 se comenzó a construir un nuevo edificio para el Colegio. La Biblioteca se trasladó a él en 1918.  Durante la gestión como Rector del Dr. Juan Nielsen (1924-1941) se mejoró notablemente la Sala de lectura. En aquel período la colección alcanzó a los 25.000 volúmenes. En 1931 recibió la donación de Juan Canter;
En 1934 albergó la del historiador y ex profesor del Colegio José Juan Biedma.

 

 

 

 

 

 

  Mucho se ha discutido sobre la utilidad y méritos del Colegio en esta época, citando sus detractores el juicio del doctor Manuel Moreno, quien en el examen sobre la vida y escritos de su hermano Mariano Moreno manifiesta que los alumnos llevaban una vida "monástica, según el gusto del que la preside: son educados para frailes y clérigos y no para ciudadanos", criterio que compartieron Korn, Salvadores, Ravignani y otros estudiosos, afirmando que se perdía mucho tiempo útil y que no existía autonomía académica, pese al variable liberalismo de algunas autoridades y profesores: Maziel, Paso, Chorroarin, etc. Los males del Colegio fueron, en todo caso, los de su época y condición histórica. El absolutismo monárquico no toleraba mayor libertad. En cambio, es notorio que allí se educó la generación de mayo, y casi todos los hombres que contribuyeron a nuestra independencia.

 

_ Seis de los nueve miembros de la Primera Junta: el presidente Saavedra, los secretarios Moreno y Paso, y los vocales Belgrano, Castelli y Alberti; y otras prominentes personalidades como los escritores José Antonio Miralla, Juan Cruz Varela, Esteban de Luca; los hombres públicos, Feliciano Chiclana, Domingo French, Manuel J. García‚ Valentín Gómez, Manuel Moreno, Bernardo Monteagudo, Martín Miguel de Güemes, Nicolás Rodríguez Peña, Manuel Dorrego, Antonio Balcarce, Julián S. de Agüero, Saturnino Somellera, Hipólito Vieytes, Diego Zavaleta, Mariano Necochea, Tomás Guido; nueve de los veintiún diputados Asamblea del año XIII; el presidente del Congreso de Tucumán Francisco N. Laprida; el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón, el primer presidente de la República, Bernardino Rivadavia, y su interino Vicente López y Planes, autor del himno nacional.

 

_ El primer local utilizado para las clases de la escuela de Medicina fue en dos piezas de este colegio.

 

_ Frente al colegio vivió Juan Manuel de Rosas, en la casa de sus suegros los Ezcurra, en Bolívar y Moreno, una de las mansiones mas suntuosas de la época. Siendo gobernador tendría que haber morado en el fuerte pero no era un hombre de personalidad dócil.

 

_ Tras la expulsión de los jesuitas en 1767, la finca siguió perteneciendo al colegio. Según inventarios del año 1767 residía alli el grupo mas numeroso de los esclavos del colegio, 73 personas. En 1871 gran parte de los terrenos quedaron para el estado y fueron destinados al cementerio, y al colegio solo pertenecieron dos parcelas con caserones.

 

_ Miguel Cané había nacido en 1851 en Uruguay. Entre 1863 y 1868 cursó su bachillerato en el Colegio Nacional de Buenos Aires (ubicado en lo que actualmente es el paseo histórico de la "Manzana de las Luces"), en la época en que era un internado de varones, durante la dirección del canónigo Eusebio Agüero. Las experiencias vividas en este colegio fueron narradas en Juvenilia (1884), el más recordado de sus libros. Relata en "Juvenilia" anécdotas de su vida de pupilo y entre ellas, los episodios de las vacaciones en la Chacra entre los años 1863 y 1868.El Colegio acababa de fundarse bajo la presidencia de Mitre, sobre el antiguo seminario, y a pesar de que se perfiló como un colegio de avanzada, el primero de América Latina, fue más tarde en que logra su mejor momento, bajo la dirección de Amadeo Jacques. Anteriormente lo dirigió el Dr. Agüero, con el cual Cané no estaba de acuerdo en cuanto a la ideología (recordar que Cané pertenece a una generación que amaba el liberalismo francés, y a esta escuela de pensamiento pertenecía Jacques, que había nacido en Francia, había llegado a la Argentina, y luego de estar exiliado en Montevideo, había sido llamado para dirigir el Colegio Nacional).

 

 Este libro ha sido parte de la educación de

todos los argentinos que hicimos el bachillerato

 

_ Miguel Cané tuvo que entrar en el Colegio Nacional tres meses después de la muerte del padre, más precisamente cuando terminaron los funerales. Pidió entrar antes porque no soportaba la tristeza y el llanto permanente de su madre, y el duelo. Los primeros tiempos fueron duros para Cané, porque le pesaba el encierro, tanto que llama al Colegio como “prisión” y añoraba sus días de libertad, de despertarse más tarde, la comida de su casa. Cuenta que estaba muy triste y le rogaba a la madre que lo sacara, pero ella solo lo miraba llorando.

_Relata que hubo dos cosas que no pudo superar: el despertar y la comida.
El despertar era mediante la campana que tocaba el portero a las cinco de la mañana en verano y a las seis en invierno, y aunque muchas veces se subieron a la parra y a la reja y le cortaron la cuerda, eso no impidió que los despertaran a esa hora, por dos razones: estaban muy cerca del Cabildo y además porque el portero tenía un reloj que funcionaba bien, entonces entraba con una campana de mano que hacía sonar en el oído de sus enemigos, entre los que estaba Cané.-
Luego de despertarse, se formaban en fila y rezaban un padrenuestro y después iban a lavarse. El portero los despertaba y el celador los hacía formar.
También cuenta otro recurso que inventó para no levantarse: lo había visto en la plaza, debajo de los ejes de una carreta colgaba un pedazo de cuero con un niño dormido adentro, entre la carreta y el suelo. Hizo lo mismo en su cama con una manta: la ató por debajo del colchón a las cuatro puntas de la cama y cuando fue la hora de despertar, se deslizó hasta allí y tapó el invento con la colcha. Pero cinco días después todos hicieron lo mismo y cuando llegó el celador no había nadie en las camas ni formado. El celador fue a la cama de Cané y lo descubrió.

 

_ En una de sus aventuras estudiantiles cuenta que durante todo un año se escapaba con sus amigos a la noche, para ir a los bailes de los suburbios o a los cafés, y que para eso usaban alguna de las tres posibles vías de escapatoria: la portería, que se comunicaba con el atrio de San Ignacio, donde había una puerta abierta hasta tarde, pero tenían que sobornar al portero o recurrir a la fuerza para que los dejara salir; la despensa, que tenía una puerta a la calle Moreno, y el portón de la calle Bolívar, que no llegaba hasta el suelo, y aunque tenían una reja de puntas filosas pasaban por debajo sacándose previamente el jacquet que era e único que tenían.
Benito Neto era un alumno que, no saben cómo, tenía una llave del portón, y entonces recurrían a él para poder salir. Nunca la prestaba, ni la alquilaba ni la vendía, pero el único requisito para abrir el portón era que lo dejaran sumarse a la escapada, aunque fuera el velatorio de una tía de alguno al que no le habían dado permiso para salir.

 

_ El vicerrector se llamaba Torres, y ni Cané ni sus compañeros le tenían simpatía.
Dice que dos cosas lo irritaban de Torres: su tiranía y la mala comida.
Un día armaron una pequeña revolución, quejándose de él. Como Torres lo mandó llamar, Cané se negó a presentarse, y en lugar de ello, se lanzó un discurso que siguieron otros, llamando a los demás a levantarse contra la tiranía y hablando de la revolución francesa y el libre pensamiento.
Torres le contó a Jacques, y éste se presentó con gran estruendo en el claustro, insultando y haciendo mucho ruido, lo tomó del brazo a Cané, lo llevó a la fuerza a la sala del vicerrector y después lo expulsó. Quince minutos después, con su baúl , se encontró solo y sin dinero, a las ocho y media de la noche en la puerta del Colegio. Dispuesto a pasar la noche en la Plaza Victoria (hoy Plaza de Mayo), se encontró con el entonces Presidente, Marcos Paz, que lo conocía y lo llevó a pasar la noche a su casa. La madre de Cané habló con Jacques, y éste accedió a que diera un examen, y si salía regular podía volver. Como sacó las mejores calificaciones (fue premio de honor) pudo volver al internado.

 

_ El padre de Miguel Cané (1812-1863) había nacido en una estancia que sus padres poseían en San Pedro; se educó también en el Colegio Nacional en compañía de Alberdi, a quien lo unió una estrecha y prolongada amistad. Abogado también.

 

_ Miguel Cané hijo comienza su carrera de abogado a los 17 años y pasa a ser redactor de La Tribuna lo que le posibilita en febrero de 1870, acompañar a su admirado presidente Sarmiento a Entre Ríos para entrevistarse con Urquiza. Poco después va a conocer Europa. En 1873 dirige El Nacional que apoya a la candidatura de Avellaneda. Con el triunfo de éste inicia su segundo viaje a Europa, a su regreso se casa con Sara Beláustegui Cueto y es diputado provincial. Con Sara tuvo a sus hijos Miguel Ramón y Sara Cané Belaústegui. En 1876 ocupa una banca en el Congreso Nacional. En 1876 edita sus Ensayos; en ese mismo año vio nacer su primer hijo y obtiene por fin su título de abogado. Asumió luego la representación diplomática ante los gobiernos de Colombia y Venezuela cargo en el que permaneció por dos años. Como resultado de esa salida del país surgió su libro "En Viaje". Después de varios años Cané regresa al Colegio ahora como docente. Ocupó luego otros cargos públicos como la Intendencia de Buenos Aires, el Ministerio de Relaciones Exteriores y ministro argentino en París. Falleció en Buenos Aires en 1905. La bóveda donde están los restos de Miguel Cane en el cementerio de Recoleta está abandonada.

 

 Miguel Cané fue considerado por algunos historiadores de la literatura

 como el escritor más representativo de la generación del 80.

 

_ Los primeros alumnos del Nacional se acostumbraron a pasar sus vacaciones en una estancia en la zona que antes albergó las principales construcciones de los jesuitas (una parte del terreno actual del Cementerio). El viaje lo realizaban en carretas. El predio gozaba de 2700 hectáreas. A cada estudiante se le daba 15 días proporcionándole diversiones. Estas andanzas de los estudiantes, pronto convertirían al lugar en la "Chacarita de los Colegiales", era como decir: Chacra de los estudiantes. La Chacra abastecía de hortalizas y frutas al Colegio, también criaban animales. Cuando se crea la estancia los limites de la ciudad llegaban hasta la Recoleta y Retiro. Se entraba por un camino de 550 mts. Todavía predominaban las quintas pero en 1926 ya estaba todo loteado.

 

 

_ En el año 1871 la muerte llegó a la Chacarita. La locomotora "La Porteña" depositó en el  pequeño Cementerio del Oeste su fúnebre carga de víctimas de la epidemia de fiebre amarilla, que hizo estragos en la población de Buenos Aires. sarmiento era presidente en ese momento.

 

_ Hacia el 1880 la zona estaba totalmente despoblada sollo existían algunas quintas y sembradíos. El mapa de Buenos Aires de 1889 muestra una desolada zona solo recorrida por el Tranway de Chacarita y el Rural. El terreno del parque Los Andes formaba parte de terrenos pertenecientes a La Chacarita de los Colegiales, que pertenecía al colegio jesuita. En el segundo Gobierno de Juan Manuel de Rosas se vendieron a particulares muchos de los terrenos, quedando en manos del Colegio Nacional de Buenos Aires sólo 350 hectáreas. En 1890 el Poder Ejecutivo Nacional comisionó al agrimensor José María Bustos para practicar una mensura de estos terrenos. En 1891 el Presidente Dr. Carlos Pellegrini aprobó la misma y estableció que los terrenos que no tenían títulos se declararan de propiedad de la Nación.
 

_ Los caminos usados por los sacerdotes para desplazarse dentro de la chacra, eran los que con el tiempo se transformaron en las principales calles o avenidas de la zona: Álvarez Thomas, Federico Lacroze, Dorrego. Luego de la expulsión de la orden en 1767, las instalaciones comenzaron a derruirse y fueron utilizadas durante el Gobierno de Rosas para alojar a caciques derrotados de la Campaña al Desierto.

 

PARQUE LOS ANDES

 

 

_Miguel Cané escritor, abogado, periodista y político fue impulsor de la Ley de Residencia. Se conoce como Ley de Residencia o Ley Cané a la ley 4.144 de Residencia sancionada por el Congreso de la Nación Argentina en 1902 que permitió y habilitó al gobierno a expulsar a inmigrantes sin juicio previo. La ley fue utilizada por sucesivos gobiernos argentinos para reprimir la organización sindical de los trabajadores, expulsando principalmente anarquistas y socialistas. Surgió a partir de un pedido formulado por la Unión Industrial Argentina al Poder Ejecutivo Nacional en 1899, a raíz del cual el senador Miguel Cané presentó ante el Congreso de la Nación el proyecto de expulsión de extranjeros.


_Durante sus 56 años de vigencia se utilizaron diversos "criterios de expulsión", pero fundamentalmente dirigidos contra los movimientos de resistencia obrera —sobre todo en sus primeros tiempos de aplicación—, en ocasiones también contra la deportación de tratantes de blancas u otros delincuentes y de espías alemanes concluida la Segunda Guerra Mundial, y alcanzó incluso a los pequeños comerciantes (almaceneros españoles) durante la campaña peronista "contra el agio y la especulación", en 1946. Fue derogada en 1958, bajo el mandato presidencial de Arturo Frondizi.


 

DE DONDE NACE EL TERMINO "HACERSE LA RATA" ???

DEL COLEGIO NACIONAL BUENOS AIRES- El colegio nacional es uno de los edificios de la tradicional Manzana de las Luces.

CUENTA LA LEYENDA QUE CUANDO LOS ALUMNOS NO ASISTÍAN A CLASES ...solían esconderse en los antiguos túneles que corren bajo la escuela. Como en esos pasadizos abundaban los roedores, se decía que los chicos se hacían la rata al circular por esos lugares.

Para ingresar como pensionado era preciso tener autorización del virrey; saber leer y escribir; contar por lo menos diez años de edad; ser hijo legítimo, y "cristiano viejo y limpio de toda mácula y raza de moros y judíos". Existían varias becas, para hijos de "pobres honrados" y de militares.

 



La disciplina interna era rígida, y según las constituciones, estaban prohibidos una serie de actos, como fumar, jugar a los naipes, dardos, ni de pies o manos, andarse tirando de la ropa, comer en los cuartos, leer libros contrarios a la religión, el estado y las buenas costumbres, etc. Las salidas, visitas y feriados eran muy reducidos, y generalmente cumplían en días fijos, con gran protocolo y solemnidad; el día del cumpleaños del soberano, por ejemplo, correspondía acudir a saludar al virrey.

Las prácticas religiosas ocupaban un lugar preponderante: se oía misa antes de entrar a clase, los alumnos confesaban y comulgaban una vez por mes, más los días de precepto, y el domingo hacían ejercicios espirituales. El reglamento preveía severos castigos, incluyendo el cepo, grillos y azotes. Su primer rector fue el padre Juan Romero desde 1608 hasta 1612. En 1911, el Colegio fue integrado a la Universidad de Buenos Aires. Al respecto cabe señalar que los jóvenes resistían las medidas compulsivas, escapando con frecuencia de clase y de las ceremonias religiosas.

 

 

 

 

 

En el MUSEO DE ARTE SACRO AMALIA DE CAROL, de Capilla del Señor (Bs.As.), está el reclinatorio que perteneció al famoso rector de este colegio, AMADEO JACQUES, tan nombrado en el libro JUVENILIA, y que el francés era tío de Amalia, la educadora que da nombre al museo-
www.museodeartesacro.com.ar
 ---Tel.02323-492981----

 

En abril de 1955 durante la presidencia de Perón se suspendió la enseñanza de la religión católica en las escuelas.

 

 

En 1925 Buenos Aires era una ciudad de intensa vida nocturna en pleno esplendor. Después de la Primera Guerra Mundial habían llegado las famosas "francesitas", la ciudad se había poblado de cabarets y pistas de baile donde imperaba el tango, aparecían las primeras líneas de colectivos. LA NACIÓN acababa de inaugurar una sección permanente sobre radiotelefonía y radiofonía.

 

Antiguos alumnos del Nacional Buenos Aires recuerdan que para llegar al campo de deportes del Colegio en Puerto Madero, que continua alli ubicado a la altura del Dique 4, entre éste y el Río- debían sortear los avatares del puente giratorio entre los diques (el cual cerraba el paso a peatones y automotores para cedérselo a las embarcaciones).  Todo en un marco de vías férreas y edificios abandonados, y malezas invasoras.

 

 

Fue intendente de la ciudad de buenos aires el escritor Miguel Cané.

 

 

 

UN POCO DE LA VIDA DE ALBERT EISTEIN.

 

 A fines de marzo de 1925 Albert Einstein llegó a la Argentina, y dió una conferencia en el Colegio Nacional Buenos Aires. También se traslado a La Plata y Córdoba. Llegó invitado por la UBA y la Sociedad Hebraica. Dictó conferencias y permaneció un mes. Se aloja en el palacio de la familia Wasserman, del empresario Bruno Wasserman, el barrio de Belgrano, donde al poco tiempo de llegar lo entrevista el semanario Caras y Caretas, la revista de más prestigio en los años veinte. El palacete estaba ubicado en Zabala y Villanueva, en el barrio de Belgrano, actual sede de la Embajada de Australia.


 

 


 El físico Albert Einstein (1925) aparece de pie durante una conferencia en el colegio Nacional de Buenos Aires.

 


NUNCA le gustó la escuela, se sentía muy presionado. Eran épocas en que no se permitía hacer preguntas al maestro ni hablar con los compañeros. Se negaba a estudiar de memoria y molestaba con su incesante curiosidad. Hablaba solo para preguntar. Uno de los profesores le dijo que estaba cansado de su curiosidad sin límites y prefería que no volviese a clase. El contestó: "Yo no tengo la culpa de que me manden aquí, señor. Créame que si por mí fuera no vendría a perder el tiempo con usted".

Quien era el ?

Albert había nacido en Ulm, Alemania, en marzo de 1879 en el seno de una familia judía. Su padre tenía una pequeña fábrica de electromecánica; su madre exhibía aficiones artísticas y su hermana era dos años menor. Cuando el cumplía quince años su familia, acosada por dificultades económicas, se mudó a Italia y Albert tuvo que quedarse en Alemania hasta terminar los estudios secundarios aunque su padre pensaba que era inútil.

Vivió en una modesta pensión, donde se la pasaba leyendo, y dejó de concurrir al instituto. Por fin decidió abandonar el secundario y se marchó con su familia a Milán. Su vocación se había volcado totalmente hacia la física.

En 1909 quedó vacante la cátedra de Física Teórica de la Universidad de Zurich y para cubrirla se presentaron tres candidatos. La ganó Einstein, con treinta años de edad. Poco después le ofreció un sitio de honor la Universidad de Praga, influida por una carta del famoso Max Planck: "Si la teoría de la relatividad de Einstein se comprueba, será considerado el Copérnico del siglo XX" y no se equivocó.

En 1919 estalló un terremoto que dio vuelta al mundo: desde la Royal Astronomical Society de Londres se hizo público, en forma solemne y sobre la base de recientes experimentos, que la teoría de la relatividad de Einstein era exacta. El nombre de Einstein desbordó los círculos universitarios y académicos. El mundo empezó a interesarse no sólo en sus aportes científicos, sino también en su compromiso con los ideales humanistas de la paz, la fraternidad y la justicia.

SU VIDA PERSONAL

Einstein disfrutaba de la música que él mismo la interpretaba con el violín. Le encantaba navegar en velero y fumar pipa. Con las mujeres era galante, pero tuvo una relación compleja con ellas. Mantuvo una relación edípica con su madre
En 1902, con su ex-compañera de estudios Mileva Maric tuvieron una hija que fue entregada en adopción. Tiempo después Mileva y el se casan y tienen otro hijo llamado Hans Albert. Con Mileva Maric estuvieron juntos 16 años y a pesar de ello no resultó ser un matrimonio feliz. Nace otro hijo de esta unión: Eduardo quien sufría esquizofrenia y fue internado en 1932 en una institución para tratamiento de enfermedades mentales en Zúrich quien vivió 10 años más que su padre, muriendo en el centro psiquiátrico en 1965.
Después de su divorcio, Einstein se casa con su prima Elsa Lowenthal (después de que la hija de esta lo rechazase). Se le atribuyen al menos 6 romances extramatrimoniales durante este matrimonio.
Aunque ella no entendía el trabajo de Albert, resultó un enorme apoyo en su carrera e investigación. Tuvo la ardua tarea de restringir el número de visitantes que aspiraban hablar con Einstein, un número muy elevado, debido a la gran fama que él mismo, había adquirido. Elsa había muerto en los años cuarenta.


SU MUERTE

En abril de 1955, Albert Einstein experimentó una hemorragia interna causada por la ruptura de un aneurisma de la aorta abdominal, que anteriormente había sido reforzada quirúrgicamente por el Dr. Rudolph Nissen en 1948. Einstein finalmente falleció en 1955 a los 76 años. Los científicos seguían sin contar apenas con evidencias de la relatividad en acción. El día de hoy comprendemos tan bien la relatividad general que la usamos para pesar galaxias y para localizar planetas distantes por la forma en que doblan la luz.

QUE SUCEDIÓ CON SU CEREBRO Y SUS OJOS?

Al parecer en contra de los deseos de Einstein de ser incinerado, el cerebro del genio se extirpó durante la autopsia, siete horas después de su muerte en Princeton, y después lo hizo desaparecer el patólogo Thomas Harvey en un frasco de conserva. Lo extirpo sin el permiso de su familia, con la esperanza de que la neurociencia del futuro fuera capaz de descubrir lo que hizo a Einstein ser tan inteligente. Harvey también se llevó los ojos y se los entregó a un amigo, oculista de Einstein. Harvey fue pronto despedido de la Universidad de Princeton por negarse a entregar los restos de Einstein. Se llevó el cerebro a Wichita, Kansas, y en 1997 cruzó el país desde Princeton hasta California para entregar el cerebro a la nieta de Einstein. El cerebro fue devuelto al Centro Médico Universitario de Princeton, donde se encuentra ahora. Los ojos estuvieron guardados en un cajón del optometrista durante cuarenta años; ahora están en una caja de depósito de seguridad en Nueva York.

 



CURIOSIDADES:

Einstein fue un niño gordo y cabezón. Cuando nació, al ver la forma de la parte trasera de su cabeza, su madre y su familia creyeron que se trataba de una malformación. El pequeño Einstein tenía dificultades para hablar. Hablaba muy lentamente y muy bajito. Le costaba construir frases enteras. Sus padres temieron que sufriese algún tipo de retraso mental hasta que, con 9 años, comenzó a hablar normalmente.

Una brújula despertó su interés por la ciencia. Ocurrió cuando Einstein tenía 5 años de edad y se encontraba enfermo en la cama. Su padre le regaló una brújula y el pequeño se quedó fascinado porque la aguja siempre apuntase al mismo lugar, lo que le hizo entender que había fuerzas que impulsaban a las cosas donde aparentemente no había nada.

Recibió un premio Nobel en 1921, pero irónicamente no fue por su mayor descubrimiento (la teoría de la Relatividad), sino por sus explicaciones sobre el efecto fotoeléctrico, ya que el científico al que se le encomendó la tarea de evaluar la teoría de la Relatividad no la entendió, y temieron correr el riesgo de que posteriormente se demostrase errónea.

Cuando estuvo en Buenos Aires se alojo en Zabala y Villanueva, en el barrio de Belgrano, actual sede de la Embajada de Australia que había pertenecido al empresario Bruno Wasserman.

 

 

Familia Wasserman

 

 Zabala y Villanueva, en el barrio de Belgrano, actual sede de la Embajada de Australia.

 Había pertenecido al empresario Bruno Wasserman, importador de papel. En 1932 murió su esposa Cristina Berta. Cuando su esposa murió, muy deprimido se envenenó, hizo falta una dispensa eclesiástica especial a los efectos de autorizar la sepultura de sus restos en ese lugar sagrado. El matrimonio había tenido tres hijos, Erwin, Kurt y Mario.

 

 

 

 

 

 

 

       
           


 

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