Nació
como una humilde choza de paja y adobe, con el correr de los siglos se
transformó en el hermoso templo actual. La
Catedral Metropolitana, que ocupa el solar que le destinara Juan de Garay, es
dueña de una larga y accidentada vida. Derrumbes, goteras, incendios, marcaron
un devenir tan complejo, que la
inventiva popular acuñó un buen día la frase interminable como" las obras de la
Catedral", para referirse a algo que nunca finalizaba.
Juan de
Garay asignó este solar para sede religiosa cuando se realizó la traza de la
ciudad en 1580. En 1606 el obispo Carranza la remodela y le coloca un tejado con
mayólica de Talavera, además de construirle una sacristia y un coro. En 1753
luego de cuantiosas reformas se derrumban dos torres a causa de una tormenta.
Tras ese episodio tuvo otro derrumbe que fue a las 9 de la noche y al día
siguiente continuó seis o siete de la mañana donde se derrumbaron las tres
bóvedas de la Catedral destrozando así mas de dos tercios del cuerpo de la
Iglesia. El obispo don
Cayetano Marzellano de Agramonte
cuando oyó tal situación corrió al altar mayor y logró salvar al "altísimo
sacramento". Por tal desgracia la iglesia fue definitivamente proyectada
en 1754 por el arquitecto Antonio Masella.
En principio, el terreno vecino de la Catedral
estaba destinado a cementerio,
se decía en épocas atrás que era un horror. Por el aspecto que presentaba y su
cercanía con la plaza, fue clausurado en 1822. El espacio, entonces, fue
utilizado como el edificio de la Curia y muchos restos humanos quedaron bajo los
cimientos.
Es
posible que los planos definitivos se deban al arquitecto
Antonio Masella
proyectados en 1754. Tras sus sagrados muros reposan las entrañables reliquias
sanmartinianas.
Desde su origen sufrió muchas
reconstrucciones, hasta tuvo dos torres por lo que se llamó a la calle Rivadavia
“Calle de las Torres”-
La Catedral era el punto referencial de la ciudad.- Al Norte se extendió el
barrio de San Nicolás.- Tuvo origen
en el lugar llamado “Barrio Recio” donde se instaló la capilla San Nicolás de
Bari y es el mismo predio donde hoy está el obelisco.-
Posee cinco anchas
naves neorrenacentistas. La nave central, denominada también de San Pedro, tiene
setenta y cinco metros de largo.
En 1877 el arquitecto Enrique
Aberg reformó la capilla lateral para poder alojar allí el Mausoleo del General
San Martín, obra del escultor Albert Carrier-Belleuse.
DERRUMBES
Las primeras cuatro
construcciones desaparecieron arrasadas por la precariedad de los materiales y
la impericia de los albañiles. La quinta (1622)
era algo más sólida, pero también sufrió derrumbes, remiendos y demoliciones.
En
1692 se comenzó la obra
final, que constaba de tres naves y
capillas
laterales.
Durante
1727 se le solicitó al
arquitecto
jesuita Blanqui la
realización de una nueva fachada con dos torres, pero el interior, sus tres
antiguas bóvedas se desplomaron en
1752 destruyéndose mas de
dos tercios del edificio. Allí se consigue salvar del altar el Santísimo
Sacramento. La ciudad quedo verdaderamente conmovida por la catástrofe. Por
suerte no hubo víctimas.
Ese mismo año se le encargó al
genovés
Antonio Masella
que lleve a cabo la disposición interior de la Catedral.
Al llegar
1770 se observaron
rajaduras en la
cúpula (justo cuando
estaba a punto de concluirse) y se decidido rehacerla, bajo la dirección de
Manuel Álvarez de Rocha.
En 1978 se decidió demoler
la antigua fachada y se le encarga un nuevo frente al ingeniero,
agrimensor y Cartógrafo Colonial portugués
José Custodio de Saá y
Faría.
En
1791 se dedicó al culto y
recién en
1822 el
francés
Próspero Catelin, junto a
Pierre Benoit, realizó el
actual pórtico neoclásico inspirado en el
Palais Bourbon de París.
La ornamentación de la fachada delantera (o frontispicio), que fue realizada
entre
1860 y
1863 por
Dubourdieu.
El altar mayor de la iglesia
Catedral hacia 1766 comienza a ser tallado y se hacen dorar las figuras y
columnas de los retablos, además fue construido y decorado por el vizcaíno
Isidro Lorea —arquitecto, empresario, constructor e importador de maderas
que había logrado abrir en
Buenos Aires una gran ebanistería en Santa María.
Las piezas fueron unidas con
clavos de hierro forjados por esclavos que luego se convirtieron en los primeros
artesanos retablistas de la ciudad. El retablo mayor tiene un peso de 20
toneladas.
El
taller de Isidro Lorea se encargó además, de tallar y dorar el retablo mayor y
retablos menores de la Iglesia de San Ignacio. Esta es la más antigua de Buenos
Aires y tuvo un papel preponderante en la defensa de la ciudad ante las
invasiones inglesas.
Para este templo Lorea también realizó un bastidor de cedro que contiene el
lienzo de Miguel Aucell que representa a San Ignacio o Iñigo Loiola (fundador
junto con San Francisco Xabier Jaso Azplikueta, ambos vascos, de la Compañía de
Jesús o los Jesuitas) adorando a la Santísima Trinidad. Se lo conoce como “el
cuadro corredizo de San Ignacio” y se utilizaba en Semana Santa para cubrir las
imágenes a los fieles. Su ebanistería se encargó a su vez de construir los
retablos mayores de las iglesias de los
Frailes Capuchinos, de
las Hermanas Catalinas, el púlpito rococó de la Basílica de San Francisco,
retablos y el púlpito de la Iglesia y Convento Santa Catalina de Siena.
Catedral
en 1830
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en la imagen para ampliar
( FOTOGRAFÍAS PANORÁMICAS )
El templo está bajo la advocación de la
Santísima Trinidad. El Altar Mayor es de estilo barroco de fines del siglo XVIII
y cuenta con un admirable Cristo tallado en una pieza de madera de algarrobo,
policromada, obra del portugués Manuel de Couto. Es la imagen mas antigua de la
ciudad del año 1671. Está ubicada sobre
la Avda. Rivadavia frente a Plaza de Mayo - Este Monumento Histórico Nacional
está ubicado en el solar que Juan de Garay en 1580 destinó para Iglesia
Parroquial. En la cuarta capilla se encuentra el mausoleo del gral San Martín
que data de 1880.
La
Catedral metropolitana nació como una humilde choza de paja y adobe, con el
correr de los siglos se transformó en el hermoso templo actual.- Desde su origen
sufrió muchas reconstrucciones, hasta tuvo dos torres por lo que se llamó “Calle
de las Torres” a la actual Rivadavia.- La Catedral era el punto referencial de
la ciudad.- Al Norte se extendió el barrio de San Nicolás.- Tuvo origen en el
lugar llamado “Barrio Recio” donde se instaló la capilla del santo y hoy está el
obelisco.-
En 1769 el obispo don Manuel
Antonio de la torre decidió gestionar la división de la ciudad en seis
parroquias, una de ellas era San Nicolás, Socorro, Concepción, Monserrat, La
piedad y La Catedral.
La
Catedral no es de tres naves, sino que tiene cinco. Si se observa bien será
posible encontrar que, atravesando las arcadas laterales que encuadran las
Capillas, hay arcadas comunicando de corrido, que convierten el tránsito de
Capilla a Capilla, en una nave de cada lado. El órgano de la Catedral fue
construido en Alemania en 1871 y se instalo 4 años mas tarde. Sus 2846 tubos
tienen una potencia acústica equivalente a una potencia de 100 músicos.
Palacio
arzobispal y la Curia Metropolitana construidos en 1852.
Esta situado al
lado de la Catedral,
frente a la
Plaza de Mayo
donde antiguamente existía un cementerio ya que según la costumbre imperante en
la época se enterraba en las iglesias y sus adyacentes hasta que Rivadavia lo
prohibió habilitando como cementerio publico "la huerta de los Recoletos". El
antiguo enterratorio quedo convertido en un baldío al no poderse realizar en el
inhumaciones. Después de la caída de Rosas, el primer arzobispo de Buenos Aires
Monseñor Mariano José de Escalada levantó sobre el un palacio arzobispal obra de
Pedro Fosatti y construido por Pedro Renom. La construcción consta de 11 pisos
destinados a la organización y funcionamiento de las tareas del arzobispado de
Buenos Aires.
Fossati proyectó la Curia Metropolitana.
Este edificio fue incendiado en 1955 por militantes
peronistas,
como una de las acciones trágicas ocurridas dentro del enfrentamiento del
Gobierno Nacional con la Iglesia Católica.
Los archivos demás de 80000 legajos, que contenían la historia de la religión
desde 1600, se convirtieron en cenizas. Antes la Curia se hallaba anexada a la
Catedral pero ahora entre el templo y la edificación existe un jardín donde se
ha dispuesto la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, el proyecto pertenece a la
arquitectura de Alfredo Casares y Julio Aranda y el Ingeniero Luis Argüí.
La obra de Pedro Fosatti de
mayor trascendencia fue
el
Palacio San José,
residencia de
Justo José de Urquiza en
Entre Ríos. También para
el gobernador entrerriano proyectó el saladero conocido como
Palacio Santa Cándida. En
la ciudad de
Concepción del Uruguay
realizó la
Basílica Inmaculada Concepción.
año 1896
Vista
de la pirámide de Mayo en el centro de la plaza.
La pirámide sufrió importantes reformas, pero no
fue destruida ya que fueron aprovechados los antiguos materiales quedando
integrados con la nueva.
En la esquina donde esta la Municipalidad nace la Diagonal Norte.
La Avenida Presidente
Roque Sáenz Peña.
Presenta
doce columnas que simbolizan los doce
apóstoles y un
bajorrelieve que representa al encuentro de
Jacob con su hijo
José en
Egipto.
Allí en el centro se vislumbran las famosas pirámides. La cúpula es barroca.
Tuvo torres ya que la calle Rivadavia se llamaba calle de las Torres por las que
tenia este templo
en 1779.
Los primeros tranvías a
caballo comenzaron a recorrer Buenos Aires al rededor de 1865.
año 1915-
La ornamentación del frente es un
dibujo del francés Dubordieu. La historia de este pueblo de pastores de ovejas que migran de Canaan
a Egipto impulsados por la sequía, asi como es descripta en el génesis.
AYER-HOY
1923
A la
izquierda se observa
El “Palacio
Municipal”, situado enfrente del Cabildo, es uno de los edificios que
bordean la histórica Plaza de Mayo. Es el actual edificio del Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires, ex sede de la Intendencia Municipal. Se
construyó entre 1891 y 1902 y la obra fue dirigida por el arquitecto
Juan Cagnoni.
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En
1849 este templo tuvo una araña de cristal de 36 luces colocada por el
Gobernador Rosas. En 1904 fue redecorada y sus increíbles arañas fueron donadas
a distintas Iglesias. Las arañas que estaban en Las capillas de la Virgen
Dolorosa y de San Pedro fueron trasladadas a la iglesia San Cristóbal. En esa
esquina nace la Diagonal Norte.
En 1862 el escultor francés Joseph
Dubourdieu representó el reencuentro del patriarca José con sus once hermanos
-que conformaban las doce tribus de Israel- y con su padre Jacob. Quería aludir
con esa escena a la reincorporación de la provincia de Buenos Aires al resto del
país después de la batalla de Pavón el año anterior. Como aquel encuentro
bíblico había ocurrido en Egipto, Dubourdieu usó las pirámides como fondo.
El piso de
La catedral es de mosaico veneciano hecho en Inglaterra y diseñado por el
arquitecto Morra
Mausoleo donde descansan
los restos del General Don José de San Martín en la Catedral de Buenos Aires,
y detalle de la urna con los restos del Soldado Desconocido de la Guerra de la
Independencia, que se encuentran en el mismo lugar.
Desde los tiempos coloniales funcionó, contiguo al templo, el
enterratorio de la Catedral. Tenía un cerco de ladrillos, erizado con
trozos de vidrio para evitar el ingreso de los que merodeaban por la
Plaza Mayor. En su mismo terreno había un modesto edificio donde tenía
asiento la Curia. En 1822 el cementerio de la Catedral fue clausurado
por haberse abierto el de la Recoleta.
A la izquierda se encuentra la Catedral Metropolitana del año 1755.
Desde la fundación de Buenos Aires en 1580, este sitio fue destinado
para iglesia, cuando Juan de Garay clavó una cruz en el terreno asignado
a la Catedral, el primer edificio construido de adobe y madera, era muy
precario y hacia 1605 corría riesgos de derrumbarse, así el gobernador
Hernandarias lo mandó a demoler ese mismo año. En su lugar se construyó
otra, que terminó derrumbada en 1618. Pero ese mismo año comenzó a
proyectarse otra nueva, pero que resultó más pequeña que la anterior.
Así en 1621 ya se proyectaba realizar otra iglesia para la Catedral.
Ya el 19 de enero de 1621 Buenos Aires fue elevada a diócesis, así que
requería urgentemente de un nuevo edificio acorde a las necesidades. Sin
embargo el edificio no cumpliría con las necesidades, así en 1662 se
solicitaron 5000 pesos del tesoro real para la construcción de un nuevo
edificio. Ya para 1671 el flamante edificio de techo de madera, tres
naves y una torre estaba listo. Sin embargo la baja calidad de los
materiales utilizados acusaban un pronto deterioro. En 1678 comenzaron
las obras de remodelación, pero durante las mismas el techo se desplomó
y además se mandó a demoler la torre. Por todos estos problemas y
sumados los económicos por falta de fondos retrasaron las obras.
Recién en 1690 las tres naves volverían a estar recubiertas, pero la
fachada exterior permaneció inconclusa. A pesar de las limosnas donadas
por los vecinos y los fondos recaudados la obra seguía inconclusa, y
para 1722 el enemigo eterno de esta iglesia, el techo, amenazaba
nuevamente con derrumbarse. Así se juntaron fondos nuevamente del
Cabildo y vecinos sumados a los 5000 pesos donados por Tomás Trupp, para
las campanas; de esta manera se terminó en 1725 la cuarta iglesia que se
había construido en este solar desde la fundación de la ciudad.
Durante las siguientes décadas se hicieron obras de ampliación y
remodelación, sin embargo a las 9 de la noche del 23 de mayo de 1752 se
derrumbó una parte de la catedral y entre las 6 y 7 de la mañana
siguiente se desplomaron las tres bóvedas de las naves. Así que se la
mandó a demoler completamente.
En 1754 Domingo Basavilbaso, hombre de confianza del obispo se hizo
cargo de la dirección de la obra. De esta manera en 1758 quedaba
inaugurada la actual Catedral. La única diferencia que se nota del siglo XVIII (18) a la actualidad, es que en 1804 comenzaron las obras de
agregado de columnas en el frontis, las cuales se detuvieron en 1807 y
fueron retomadas en enero de 1822 y concluyeron en 1823.
Toda una historia la de esta iglesia, que por suerte desde 1758 no
volvió a caerse.
De los once virreyes del Río de la Plata solo dos están enterrados en Buenos
Aires: Joaquín Del Pino, en la Catedral Metropolitana; y Pedro de Melo de
Portugal y Villena, en la iglesia San Juan Bautista. El capellán del templo,
Pedro Sardoy, descubrió en 1910 un camino de hormigas contiguo al patio del
convento, que partía del sepulcro virreinal. Exhumado el virrey, se descubrió
que provenían de su calavera! Los religiosos limpiaron los huesos y retiraron
además una espada de oro y plata que llevaba Melo entre las manos, arma que
fundieron para realizar una patena de celebración sacramental. |