MUSEO
PUEYRREDÓN SAN ISIDRO
Construida
a fines del siglo XVIII y restaurada en parte en el año 1840
en el corazón de un parque arbolado, al borde de la barranca del Río de la
Plata, la casa principal es un exponente de la arquitectura rural de fines del
siglo XVIII: paredes de ladrillos encalados, techos de azotea y ventanas con
rejas de hierro forjado.
Conserva el esquema original de habitaciones, todas ellas con ventanas abiertas
al parque, y dispuestas en una sola planta cuadrada, alrededor de un patio con
aljibe al que se ingresa por un zaguán doble. En planta alta, además de algunas
dependencias de servicio, hay una sola habitación, a modo de mirador, en la que
instaló su atelier el pintor Prilidiano Pueyrredón, hijo del patriota. La
característica sobresaliente de la arquitectura de esta casa es la gran galería
abierta hacia el río, soportada por ocho sólidas columnas de orden toscano. Fue
obra de Prilidiano y testimonia el gusto neoclasicista de su época.
En el parque hay dos
edificaciones complementarias que fueron reconstruidas: la caballeriza y la casa
de los chacareros. Sede del Museo Brigadier Juan Martín de Pueyrredón, la Quinta
conserva intacto el ambiente natural de su época histórica.
Tiene
gruesas paredes sin adornos, pisos de baldosas y puertas estrechas. Las
habitaciones convergen a un patio central con su característico aljibe. En la
fachada que mira al río se destaca un amplio pórtico con columnas.
Aunque el estilo colonial recibió el impacto negativo de nuevas corrientes
artísticas y fue entrando en una gradual decadencia a medida que avanzaba el
siglo XIX, sus auténticos valores permanecieron casi invariables a través de los
años, en las casas grandes, mandadas construir por los ricos hacendados
en las proximidades de sus centros agropecuarios. Generalmente estos edificios
eran de una sola planta, muy amplios y constaban de varios patios rodeados por
galerías con columnas de material o vigas de madera dura, o bien con arcos de
medio punto. En las zonas donde periódicamente atacaban los indígenas, esas
casas tenían una pequeña torre o mirador.
Aquí habitó
hasta su muerte, en 1850, el Brigadier Juan Martín de Pueyrredón, quien, siendo
Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Por razones de
salud gobernó algún tiempo desde la llamada "Chacra del Bosque Alegre". La
Quinta fue testigo de circunstancias trascendentales para la historia de nuestro
país: durante la Reconquista de Buenos Aires contra la Invasión Inglesa de 1806.
Se estableció en esta zona el campamento de San Isidro en donde Liniers nombró a
Pueyrredón Comandante de los Voluntarios de Caballería. Años más tarde, Cornelio
Saavedra partió desde aquí para asumir el primer Gobierno Patrio. En sus
jardines se conserva todavía, entre varios árboles históricos, el algarrobo bajo
el cual San Martín y Pueyrredón idearon la Expedición Libertadora de América.

1941

Entre los años 1920 y 1914 vivió en esta quinta el presidente Roque Sáenz Peña-
El general dejo
tres hijos, dos naturales y uno legitimo Prilidiano.
Cuando su hijo
Prilidiano quiso trasladar su cuerpo al cementerio de la recoleta en
su coche particular, los funcionarios de Rosas le negaron el
permiso.
Victoria
Aguirre
El
Museo Pueyrredón presenta una muestra sobre la benefactora y personaje
emblemático de San Isidro por haber sido dueña de la Quinta Pueyrredón y donante
de los terrenos que ocupa el CASI. Para reconstruir
la vida de Victoria Aguirre
y su
obra se han pedido en préstamo a instituciones y coleccionistas (entre ellos los
museos Etnográfico, Udaondo y Fernández Blanco) objetos de sus colecciones que
originalmente pertenecían a Victoria y, en muchos casos, fueran donados por ella
misma para enriquecer el patrimonio de dichas instituciones.
Un video sobre su vida completa el perfil de esta mujer generosa y
valiente, que desafió las convenciones de la época, pero prefirió contribuir al
bien común discretamente, como en voz baja.
UN POCO DE HISTORIA
Victoria Aguirre nació en Buenos Aires en 1858. Dos años antes, sus padres,
Manuel Alejandro Aguirre y Mercedes Anchorena, habían comprado la chacra de San
Isidro a su tío Prilidiano Pueyrredón, único heredero de los bienes de la
familia Pueyrredón Tellechea.
En 1911 la chacra se dividió entre los descendientes de Manuel Alejandro.
Victoria y Manuel José, su hermano escultor, pidieron expresamente que se les
adjudicaran el casco y los terrenos adyacentes con el único propósito de
preservarlos.
El pedido no era caprichoso: ambos poseen un gusto por lo estético y son
conscientes del valor patrimonial que la quinta representa. En 1920 Victoria
cedió su parte a la viuda de Manuel José, Enriqueta Lynch. Dos décadas después,
los Aguirre Lynch vendieron el casco principal y edificios aledaños a la
Municipalidad de San Isidro.
Para entonces el solar ya había sido declarado Monumento Histórico Nacional.
Como integrante de la Sociedad de Beneficencia o desde la acción individual,
Victoria Aguirre desarrolló una tarea social de enorme trascendencia. Al momento
de su muerte en 1927, el diario "La Nación" se refirió a su obra como "un vasto
plan de asistencia y de previsión".
Escuelas, asilos, hospitales, instituciones religiosas, culturales, científicas
y deportivas, siempre contaron con su apoyo desinteresado.
Producto de sus viajes y de su amor al arte, Victoria se dedicó a formar una
valiosa colección, transformando su casa en un verdadero museo.
Donó además parte de su patrimonio y adquirió especialmente para instituciones
públicas, ocupando así un lugar destacado en la historia del coleccionismo
argentino.
LA PRECURSORA
Hasta aquí podría haber cumplido con las expectativas de una mujer de su clase.
Sin embargo, Victoria se distinguió por ser una precursora en la identificación
del patrimonio cultural y por emprender acciones para su conservación y su
difusión. Hizo de la acción un compromiso, participando de cuanto emprendimiento
humanitario, cultural, científico o turístico estuvo a su alcance, de una manera
apasionada y directa. Si lo desconocemos, es porque nunca
persiguió la figuración o la aprobación de su entorno; privilegió el bien común
y lo efectivizó casi en silencio, como en voz baja.

Victoria
Aguirre


Los
Pueyrredón
General Juan Martín de Pueyrredón fue uno de los padres fundadores
de la patria. En primeras nupcias se casó con su prima Dolores quien
fue declarada Loca y asi Juan Martín enviuda. Es que la historia de
los Pueyrredón es una novela, una película. Una escena: Pueyrredón
hace fusilar a un tal
Francisco Telechea frente a su hija de 15 años y el
resto de su familia. Al año, Pueyrredón enviuda y se casa con esa
niña llamada María Calixta y de ese matrimonio nace Prilidiano Pueyrredón, el pintor.
La niña había heredado las tierras a la muerte del padre.

Miembro
de una de las familias patricias de
San Isidro
e hijo de
Juan Martín de
Pueyrredón.
Alberga el Museo General Juan Martín de Pueyrredón y su origen está en el
reparto de tierras que hizo Garay en 1580; fue la merced (o suerte) número 55.
Iba desde el río hasta el Camino del Fondo de la Legua llamado justamente así
por correr al fondo de las suertes repartidas por Garay y de ancho, entre las
hoy calles Roque Sáenz Peña y Acassuso.
En
1770 la compró el abogado José Luis Cabral, quien construyó una casa con sala y
dos aposentos. En 1806 la usaron como refugio Liniers y parte de sus tropas,
camino a la Reconquista de Buenos Aires. En 1810, compró la propiedad el
comerciante español Francisco de Telechea, alcalde de 2° voto del Cabildo de
Buenos Aires, quien por conspirar junto a Martín de Alzaga es ajusticiado en
1812. En 1816, el ya maduro brigadier Juan Martín de Pueyrredón contrae
matrimonio con la quinceañera hija de Telechea, pasando a ser el propietario de
la chacra, llamada entonces Bosque Alegre. Es
entonces cuando se transforma en lo que es hoy. La heredó el hijo de este
matrimonio, Prilidiano Pueyrredón, pintor y arquitecto, quien instaló su atelier
en el mirador de la planta alta y construyó la hermosa galería que protege el
frente sobre la barranca. Este, en 1856 la vendió a su primo don Manuel Aguirre,
quedando la chacra en manos de esta familia. Recibió numerosos huéspedes
ilustres, como José de San Martín, Sarmiento, Tomás Guido, Dalmacio Vélez
Sarsfield y Roque Sáenz Peña. Habitó
también la chacra el escritor Nicolás Granada, quien escribió aquí su pieza
teatral La Gaviota , inspirándose en una de las empleadas de la casa. En 1941,
gracias a un movimiento de opinión liderado por el pintor Luis Cordiviola, se
salvó al solar de ir a remate, adquiriéndolo la Municipalidad de San Isidro.
La casa, blanca y
rodeada de parque, recuerda el estilo pompeyano. A la derecha de la entrada hay
un aguaribay plantado por Sarmiento. El árbol más famoso de la quinta es un
algarrobo, plantado por su antiguo dueño, José Luis Cabral hace más de 2 siglos.
Se dice que a su sombra se reunieron muchas veces José de San Martín y
Pueyrredón, cuando aquél planeaba sus campañas. Lo encontrará frente a la casa,
sobre la barranca. En
el interior y galerías, los techos son de lapacho y tronco de palmeras. Los
pisos (de diferentes épocas) son baldosas inglesas y francesas. En las
habitaciones verá numerosas pertenencias del brigadier Pueyrredón, además del
mobiliario y objetos que Prilidiano trajera de Europa.
En la Sala Grande hay
numerosos óleos de Prilidiano, destacándose la pintura de Magdalena Costa
Iriarte, a quien pretendió el pintor y, según se dice, la mano derecha quedó
incompleta cuando la familia de ella rechazó el pedido.
Las otras
construcciones son la casa de los chacareros y la caballeriza. En la primera,
mantenida como fue originalmente, se conserva aún el horno de pan que diseñó
Prilidiano. La caballeriza se restauró a su imagen original, trabajándose sobre
un plano de Hipólito César Bacle que data de 1836. Se reconstruyeron los dos
cuartos originales y se repuso el techo de la azotea.
  
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