PALACIO LOS

PATOS

Arcón de Buenos Aires

 

 

Palacio Los Patos en Ugarteche 3050 Es de 1929 y ocupa media manzana. La entrada se encuentra en Ugarteche 3050 y está articulado en varios cuerpos en torno a amplios patios internos. Su nombre viene del lunfardo (pobres), ya que hace referencia a las familias "venidas a menos" que lo habitaron cuando la Argentina sufrió los efectos de la crisis del 29.

 
 

Muy poca es la documentación que queda para reconstruir la historia del edificio. Según el testimonio de Manuel Chopitea, hijo de Alfredo, cuando en los años 70 cerró la inmobiliaria que tenían para administrar sus propiedades, los documentos de todos los edificios que ahí estaban archivados (planos originales, lista de inquilinos, escrituras y muchos más) se los llevó un botellero, precursor de los actuales cartoneros.

Tampoco existen los expedientes de la obra que estaban en la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.

A pesar de esto, con los testimonios de las personas entrevistadas y la documentación hallada, la historia del edificio puede ser contada como sigue.

Igual que los bebés, el Palacio de los Patos vino de París. Cuenta Manuel Chopitea que su familia viajaba frecuentemente a Europa. En uno de los paseos que hacía su padre por las calles de París, vio un edificio que lo fascinó y ahí mismo nació la idea de construir uno igual en Buenos Aires. Buscó al arquitecto que había construido ese edificio y le contrató el diseño del futuro Palacio de los Patos. Ese arquitecto era Henri Azière. Basado en las dimensiones del terreno dadas por Alfredo Chopitea, Azière confeccionó los planos del edificio.

Manuel Chopitea recuerda que estos planos los trajo su madre en un enorme tubo de hojalata, cuando ella y sus cuatro hijos volvían a Buenos Aires, en el buque Andes, después de haber vivido cuatro años en Suiza a causa de una enfermedad de la Sra. Chopitea. Ese viaje fue en el verano de 1926. Al recibir los planos, Alfredo Chopitea no quedó conforme con el diseño del futuro edificio. En el proyecto original había una cantidad menor de departamentos porque que todos eran de mayor tamaño. El patio central era más ancho, más que patio era una calle. Los otros patios interiores tenían dimensiones menores, eran espacios para aire y luz solamente. Con el acuerdo del propietario, el arquitecto Julio Senillosa modificó los planos para aumentar el número de unidades.

También, fue cambiada totalmente la distribución interior aumentando la superficie dedicada a los patios para dar más aire y luz a los departamentos. En otras palabras, de los planos de Azière solamente fue conservado el estilo de las fachadas. Por dentro, el edificio es un reflejo de las convicciones que tenía Senillosa de cómo la arquitectura de viviendas debía satisfacer las necesidades de sus habitantes. El resultado final de estos cambios fue un proyecto que logró equilibrar los intereses económicos de Chopitea, el dogma académico de Azière y la sensibilidad social de Senillosa.

Entretanto, el terreno donde iba a ser construido el edificio fue escriturado el día 28 de octubre de 1926. Su anterior propietaria era María Insúa de Coulín, descendiente de la familia dueña de estas tierras desde 1839. Toda la manzana estaba ocupada por una quinta que producía frutas y verduras y era explotada por un italiano de apellido Damico o D´Amico. Sobre el edificio y el terreno, algunas publicaciones mencionan: "...ocupa (el edificio) media manzana que se pensaba completar con otra construcción que la cerrara simétricamente". Manuel Chopitea no recuerda si su padre proyectaba construir un edificio similar pero sí recuerda que intentó comprar la otra mitad de la manzana. Su dueño no se la quiso vender, años después cambió de idea pero ya eran otros tiempos y la arquitectura urbana había evolucionado a otros estilos. Hoy únicamente queda la imaginación para "ver" qué construcción monumental sería dos Palacios de los Patos juntos. Siguiendo con la historia, el permiso para edificar, dado por la Municipalidad, está publicado en la revista El Arquitecto Constructor, Nro. 374 del 1 de diciembre de 1927, pero el mes en que realmente comenzó la obra no se conoce.

En el archivo de AySA, ex Aguas Argentinas, ex Obras Sanitarias de la Nación, existen planos de las plantas del edificio correspondientes a las instalaciones de agua y cloacas. Estos planos tienen un sello de aprobación con la fecha 8 de mayo de 1929 . Esta fecha es la única referencia escrita sobre la posible fecha de finalización de la construcción del Palacio de los Patos.  El estilo aristocrático y la calidad del edificio atrajeron rápidamente a familias deseosas de habitarlo. Nunca fue necesario publicar avisos para buscar posibles inquilinos, por el contrario, siempre hubo listas de espera para alquilar los departamentos. Estas listas también existieron desde que los departamentos comenzaron a ser vendidos y continúan en la actualidad.

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Los primeros inquilinos

Los primeros inquilinos pudieron haberse instalado en febrero o marzo de 1929. En el mes de abril ya había 53 familias, como es demostrado en el capítulo dedicado a los habitantes de la casa. Hay propietarios, descendientes de esos primeros inquilinos, que afirman que sus abuelos o padres llegaron a vivir al edificio cuando aún no estaba terminado. Se supone que la obra finalizó durante el primer semestre de 1929. La tradición dice que entre los primeros inquilinos hubo algunas familias de buena cuna pero de delgada billetera. En otras palabras, eran venidos a menos que no podían mantener sus residencias o hijos de familias de clase alta pero sin suficiente fortuna para tener su casa propia. Además, la crisis comenzada en 1929 contribuyó a aumentar las personas obligadas a restringir su modo de vida.

En este edificio, ellas encontraron un castillo ideal en donde esconder sus penurias, amortiguar la "cuesta abajo de su rodada" y, al mismo tiempo, aparentar que todo seguía igual. Una visión más crítica de este tema, pero que no coincide con la verdadera historia, es la del escritor Juan José Sebreli: "El fetichismo domiciliario llega a extremos que hasta hace poco tiempo existían determinadas casas de departamentos -la más famosa es el enorme edificio de la calle Ugarteche al 3000, conocido en el folklore local con el significativo nombre del Palacio de los Patos- con alquileres baratos, pero convencionalmente aptos para gente elegante, por lo cual constituían verdaderos refugios para las familias-bien-venidas-a-menos. Entre sus habitantes se contó la viuda de Sáenz Peña." (Buenos Aires. Vida cotidiana y alienación.)

Quizás el primer propietario soñaba con que su edificio pasara a la historia como el Palacio Chopitea pero el cruel humor porteño le frustró la ilusión. Tan rápida fue la fama que ganó el edificio que lo bautizaron como el Palacio de los Patos antes de nacer o, mejor dicho, sin esperar a que estuviera terminado. Para aquellos no iniciados en el lunfardo porteño, "pato" es la persona que carece de dinero, palabra que viene de la imagen del plumaje siempre seco del pato. A su vez, "seco" en España, Argentina y en otros países hispanohablantes es sinónimo de falto de dinero.

 

Pero la leyenda de los "patos" es parcialmente cierta porque no todos los inquilinos eran venidos a menos. En el capítulo dedicado a los habitantes se vuelve a tratar este tema.

Desde 1949, con la sanción de las leyes de Propiedad Horizontal y de Congelamiento de Alquileres, las casas de renta dejaron de ser un buen negocio. En 1956, el propietario decide ofrecer a los entonces inquilinos la venta de los departamentos que ocupaban. En su gran mayoría, los inquilinos aceptaron la oferta de venta porque el precio y las condiciones eran muy convenientes, inclusive se ofrecía la financiación de la compra. Las primeras escrituras de compra se formalizaron en septiembre de 1956. En junio de 1957 sólo quedaban 16 departamentos sin vender o escriturar.

El 29 de agosto de 1956 se formalizó ante un escribano la constitución del Consorcio de Copropietarios de Ugarteche 3050 y de su reglamento de copropiedad, el que aún sigue vigente. La administración quedó a cargo de la firma Suffern Moine y Cademartoni, la que también participó en el proceso de venta de los departamentos.

La primera asamblea general ordinaria de copropietarios se celebró el día 28 de julio de 1957, en las oficinas de Suffern Moine y Cademartoni, en Florida 946. En esa asamblea fue aprobado el poco conocido Reglamento Interno. En el acta de la asamblea está escrito: "El cumplimiento de las cláusulas del presente Reglamento logrará restituir a la propiedad su calidad y prestigio anterior, del que eran celosos guardianes tanto el propietario como los inquilinos, hoy copropietarios."

También se aprobó el cambio de numeración de los departamentos, tema que se comenta más adelante, y se nombra el primer Consejo de Administración. En la asamblea del 14 de septiembre de 1959, los copropietarios, con un único voto en contra, deciden destituir a la empresa administradora y "declarar la independencia" con la adopción de la auto-administración del consorcio. Desde esa fecha, el Palacio de los Patos ha sido siempre administrado por un propietario.

Hasta aquí, el relato de los primero años de la casa, la historia continúa pero ya se relaciona con hechos más actuales y sus actores están presentes. Contar esos hechos queda para más adelante. Es posible anticipar que no ocurrió nada espectacular, sólo los sucesos normales que pueden ocurrir en un grupo humano con 144 voces y opiniones.
Como resumen de la historia del edificio, esta es una breve cronología de su vida.

1924 - 1925: Contratación del proyecto del edificio al Arq. H. Azière, por su futuro primer propietario.
Verano de 1926: Llegan a Buenos Aires los planos del edificio.
29/10/1926: Escritura de la compra del terreno.
Noviembre de 1927: La Municipalidad da la autorización para iniciar la construcción y posible comienzo de la obra.
Febrero/marzo de 1929: Primeros inquilinos.
Abril 1929: Ya habitaban 53 inquilinos.
Primer semestre de 1929: Fin de la obra.
Septiembre 1956: Primeras escrituras de venta de las unidades por el régimen de la Ley de Propiedad Horizontal.
29/08/1956: Formalización del Consorcio de Copropietarios.
28/07/1957: Primera Asamblea Ordinaria. Primer Consejo de Administración. Cambio de la numeración de los departamentos,
14/09/1959: Comienzo de la administración a cargo de los mismos propietarios.