Contigua
a la Basílica se halla la Capilla de San Roque, restaurada en 1965; su nave
presenta en el altar mayor y en los laterales imágenes del siglo XVIII.
En primer plano
La recova y al fondo la iglesia
Capilla de San Roque
Se
encuentra frente a la farmacia La Estrella
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imagen para ampliar
(FOTOS PANORÁMICAS)
La actual iglesia comienza a construirse hacia 1731 sobre un proyecto del
jesuita Andrés Blanqui (Cabildo de la Ciudad). En ese año Juan de Arregui es
designado primer obispo porteño.
En 1741 pasa a dirigir la obra Fray Francisco Muñoz, quien dirigió las
construcciones de la Catedral de Córdoba y San francisco de Salta. La Capilla de San
Roque mantiene casi sin reformas su fachada, desde su inauguración en 1754.
Se compone de una capilla con sacristía de 30 metros de largo, por 8 de ancho y
9 de alto. Un panteón, el cementerio subterráneo más grande de Buenos Aires, se
encuentra ocupando todo su subsuelo, aunque desde 1882 rige la prohibición
sepultar cadáveres en ese lugar.
El
gran órgano Cavaille Coll sinfónico de la basílica de San Francisco de Asís
(Defensa y Alsina) que fue quemado por grupos peronistas enardecidos en 1955
estos instrumentos son similares a los de las grandes catedrales francesas.
Asi
quedó el gran órgano Cavaille Coll después de la denominada quema de
iglesias en 1955,un echo lamentable, hoy en día en la basílica se puede ver
el vacío que quedo sin el Gran órgano.
En 1791, Fray Domingo
Pérez comenzó a instalar el órgano, el mismo fue construido por el maestro
organero Luis Oben. Se concluyó al año siguiente, intervinieron además de
Oben, el tallista Tomás Saravia y el escultor Manuel Díaz.
El frente de la iglesia se derrumbó en 1807, se derrumbaron la fachada y
las torres por lo cual fue reconstruido por el arquitecto Tomás Toribio en
estilo Neoclásico y el maestro Cañete en 1815, que tuvo que ver con la
Pirámide.
El frente actual, en estilo
Barroco bávaro, es obra del arq. Ernesto Sackmann, hacia 1910.
El
edificio fue el más afectado durante la quema de iglesias de 1955. En lugar
del retablo destruido se colocó un tapiz diseñado por Horacio Butler llamado
“La glorificación de San Francisco”, que es el segundo en tamaño del mundo,
luego del de la catedral de Coventry, con sus 8 por 12 metros. El Altar
Mayor original desapareció cuando se saqueó e incendió la iglesia en febrero
de 1955. Lo reemplaza este gigantesco tapiz, realizado según la técnica de Aubuson, de 8 m de ancho por 12 m de alto. Sobrevivió al incendio el altar derecho del crucero, único de los
originales, obra de un portugués. Tiene una sola nave y tras su altar mayor se colocó
el tapiz con
escenas de la vida de San Francisco de Asís.
Boceto original realizado por HORACIO BUTLER
en acuarela del tapíz
que se encuentra emplazado al fondo de la Basílica.
Los
tres edificios (Basílica de San Francisco, Capilla de San Roque y Tercera Orden
Franciscana Seglar) forman el Conjunto Monumental San Francisco, declarado
Monumento Histórico Nacional. El
Templo tiene una sola nave y su construcción es una muestra de habilidad
técnica, pues la bóveda, a pesar del ancho de la nave, se apoya en el claustro
del Convento por un lado y, por el otro en la pared lateral sobre Defensa.
El claustro tiene un alto pino, palmeras y el clásico reloj de sol.
En lo
alto de su fachada se observan cuatro estatuas: una representa al santo,
originario de Asís, Italia. Lo acompañan tres compatriotas: el pintor Giotto,
el navegante Cristóbal Colón y el poeta Dante Alighieri. En marzo de 2007,
mientras restauraban la cabeza del Dante, dos especialistas notaron que era
hueca. Encontraron dentro una carta que había dejado oculta el escultor,
Antonio Vöegele, además de recortes de diarios y dinero de 1908, cuando
realizó las estatuas.
La
totalidad de la manzana en la que está enclavada la basílica pertenece a la
orden de los franciscanos, quienes, en el corazón de la misma, aún cultivan
una pequeña quinta o huerta de verduras, siguiendo una tradición que viene
de la época de la colonización. Aunque el acceso es muy restringido, es
posible observar este curioso huerto emplazado en pleno centro de la ciudad
si se obtiene permiso para ingresar por la entrada de la calle Alsina,
atravesando un largo callejón interior que se encuentra flanqueado por
antiguas esculturas que representan imágenes religiosas.
El
único altar original es el derecho del crucero. Los de las capillas
laterales datan de 1911. La cúpula está sobre un tambor octogonal. Su
panteón fue el mas grande enterratorio hasta el año 1882 en Buenos Aires.
El
púlpito, en madera tallada y dorada, es un excelente ejemplo del barroco en
América. Lo realiza Isidro Lorea, excelente tallador.
El reloj de sol no es tan viejo,
data de 1815
En
2007, mientras se
llevaban adelante obras de restauración, se encontró que la cabeza de la estatua
del Dante tenía en su cabeza un espacio interior hueco que alojaba una carta
escrita por su escultor, el alemán Antonio Voegele, explicando quién había
realizado el conjunto escultórico, quién la remodelación del templo, quién había
financiado las obras, etc. La obra fue pagada por el Señor Don Santos Unzué y
Señora.
En 1882 pasa al poder
del gobierno a raíz de "La Reforma", el convento sirve para diferentes usos,
llegando a venderse parte de sus tierras a particulares, toda la manzana
entre Balcarce y el río jamás les es restituida.
Convento de San
Francisco
En
el convento de San Francisco, funcionó la primera escuela de Buenos Aires en el siglo XVII.
Hay libros antiquísimos.
Se
comenzó a construir hacia 1730; se inauguró en 1755. En 1757 se termina un ala
del convento con 60 celdas y el coro, el pulpito , el panteón y las escaleras y
en el 62 se coloca el reloj de la nueva torre y se hace un nuevo coro. En 1770
se desploman algunos muros y se ordena la clausura. La obra del noviciado
cuklmina en 1790.
El convento de San
Francisco es el más grande de la ciudad. Con más de 80 celdas, en su momento
llegaron a vivir 70 frailes en forma simultánea. También
en el mismo predio, funciona el convento de San Francisco.
Este lugar nunca estuvo abierto al público en sus 400 años de vida hasta ahora".
El convento lo edificaron los propios religiosos en 1604, con ladrillos de
adobe. El compromiso del colegio se mantiene hasta hoy: la vieja escuela de
"primeras letras" ahora es el jardín de infantes y primario San Francisco.
Resulta extraño que una manzana del centro porteño haya permanecido inexpugnable
durante tanto tiempo. Sin embargo, los portones de Alsina al 300 se abrieron al
público a través de visitas guiadas.
Adentro, el paisaje no está detenido, como en una postal de época. Es más, no
hay demasiadas cosas que hablen de un pasado remoto: apenas un reloj de sol de
1802, retazos de un viejo mobiliario arrumbado en habitaciones, un ciprés añoso
y las líneas barrocas de una arquitectura que fue mutando con los siglos. La
última remodelación del convento fue realizada por el arquitecto Ernesto
Sackmann en 1909.
Muros adentro, uno no debe imaginar que va a encontrarse con el monasterio que
Umberto Eco pensó para El nombre de la Rosa. Nada es tan atávico ni tan austero.
Y para toparse con un fraile vestido a la usanza franciscana, se deberá tener
paciencia. O suerte. En todo el convento actualmente viven menos de diez
religiosos.
Esta
congregación tiene unos 350 religiosos en todo el país."Esto recién es el
comienzo de un proceso que apunta a recuperar los valores históricos y
culturales del lugar. En un futuro, todo el predio (el convento, la basílica y
la parroquia) será conocido como La manzana de San Francisco.
Lo que sigue tendrá que ver con la recuperación del antiguo mobiliario, que los
franciscanos fueron reemplazando con los años. Por ejemplo, algunas habitaciones
(llamadas celdas) ahora se parecen a las de un hotel tres estrellas. En las
oficinas hay televisores, computadoras, teléfonos.
En uno de los dos patios centrales, una plaza seca es coronada por un reloj de
sol de 1802. Alrededor, las galerías tienen arcadas semicirculares y las celdas,
una tras otra, están numeradas. En las galerías se distribuyen las estaciones
del Vía Crucis. También hay pinturas que relatan la vida de San Francisco de
Asís.
¿Por qué ahora aceptan visitas?
Entre 1820 y 1825, parte del convento fue una cárcel, depósito aduanero, y que
destinó algunas instalaciones a la Universidad de Buenos Aires. Mariano
Moreno y Bartolomé Mitre tuvieron acceso a la bibliografía del convento y que
sufrió distintas restauraciones.
En el primer piso hay una polea que activa un sistema interno de campanas.
"Cada uno de los hermanos se identifica con una cantidad de campanazos",
explican los guías. Más allá está la capilla doméstica de los franciscanos,
donde se organizan retiros y oraciones y un comedor que incluye un púlpito desde
donde se hacían lecturas religiosas.
La
mayoría de las piezas son de imaginería del siglo XVIII, más o menos conservadas
unas que otras, pero todas claramente exhibibles. Aquí un pequeño ejemplo: San
Juan Bautista con sus padres. Es de las mejor conservadas. Se encuentran el el
museo de San Francisco.
No
conserva documentación a causa de los incendios producidos en 1955.
El edificio actual se inició en 1726 según diseño del hermano jesuita Andrés
Blanqui; fray Vicente Muñoz continuó la obra a la muerte de aquél. Fue
consagrado en 1783. En 1754 se iniciaron las obras de la Capilla de San Roque,
con frente también al atrio, y en 1755 las del Convento, según un proyecto de
José Echevarría. La
basílica adquiere su imagen
actual en 1911 por obra del arquitecto alemán Ernesto Sackman.
Su fachada actual data
de 1907. Restaurada en estilo barroco alemán por el arquitecto Sackmann. Está
conformada por dos torres decoradas con querubines que se resuelven en pequeñas
cúpulas con forma de cebolla alrededor de las cuales encontramos las estatuas de
Fray Marchena, Bacon, y los Papas Sixto V, Gregorio IX y León XIII.
Esculturas de
mármol de
Carrara (La
Geografía, La Astronomía, La Navegación y La Industria) que se hallaban en el
primer piso del Banco Provincia en la calle San Martín. Estas permanecieron
hasta 1912 alrededor de la
Pirámide de Mayo, pero al trasladarse la pirámide, fueron retiradas y pasaron a
depósito municipal. El 6 de octubre de 1972 fueron ubicadas en la antigua
plazoleta de San Francisco, en la intersección de las calles
Defensa y Alsina, a unos
150 m de la actual ubicación de la pirámide, donde aún permanecen-
El
órgano, obra de Luis Oben, data de 1772, con una extraordinaria acústica.
El órgano es usado actualmente
en cada servicio religioso.
Francisco
Romano, el primer fraile que tuvo nuestra ciudad era
pendenciero, pícaro, díscolo. Se supo que había escapado huyendo por
las selvas de Tucumán, lejos de la justicia y el obispado. Fue
condenado a destierro del ria de la Plata de por vida.
Juan de Arregui es designado obispo, primer obispo porteño y muere
en 1736 y sus restos junto a los de su hermano Gabriel, yacen bajo
un monumento en la entrada del templo actual.
Expulsados los Jesuitas en 1767, fueron reemplazados por
los Padres Bethlemitas, a quienes por la larga barba que
usaban se los llamaba “barbones” y que instalaron el
Hospital de Hombres en la Chacra de Belén. Al lado de la
mencionada chacra, y en la de ellos propia, que tenían
desde 1748, hicieron algunas construcciones
destinándolas a los convalecientes del Hospital. De allí
entonces, viene el nombre de la “Convalecencia”. Años
más tarde, este edificio fue destinado a cuartel, y en
calidad de tal subsistió hasta la época de Rosas.
En 1851 se instaló allí un Manicomio de Mujeres, llamado
de “las Mercedes” desde 1873 y que actualmente es el
Hospital Neuropsiquiátrico Braulio A. Moyano en la calle
Brandsen.
Descansan en su interior los restos de Mariano Acosta,
Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, y su esposa,
los firmantes de la independencia Mariano Boedo y Juan
de Darregueyra, la Virreina Rafaela de Vera y Mújica,
esposa del Virrey del Pino, Fray Pedro Errecart, amigo y
confidente del General Juan Domingo Perón y su esposa
Evita, Fray Francisco Schiamarella, sacerdote que los
casara en la Parroquia San Francisco de Asis de La
Plata.
También se encuentran sobre el final de la nave
sepulcros donde reposan los restos de Franciscanos que
fueron importantes en la vida de este convento: Fray
Luís de Bolaños: apóstol del Paraguay quien fue
trasladado desde la cripta hasta allí durante la reforma
de 1900; Fray Gabriel Arregui: obispo de Buenos Aires y
del Cuzco; Fray Juan Arregui: obispo de Buenos Aires,
durante la quema de 1955 ambas tumbas fueron profanadas.
Sus restos fueron dispersos por el templo y Fray Abraham
Argañaráz: guardián del convento, provincial.
Durante la revolución cívico militar de 1880 donde se enfrentaron el
Presidente de la Nación, Nicolás Avellaneda, con el Gobernador de Buenos
Aires, Carlos Tejedor, el templo fue convertido en hospital de sangre, y los
religiosos presentaron ayuda a las víctimas de aquellos enfrentamientos.
El 8
de enero de 1919, el papa Benedicto XV concedió a esta iglesia el título de
Basílica Menor.
Por
decreto del poder Ejecutivo Nacional Nº 120.412 del 21 de mayo de 1942 la
iglesia de San Francisco y el convento fueron declarados Monumento Histórico
Nacional.
Otra
curiosidad es el reloj de sol vertical que se encuentra sobre una de las
alas de la construcción. Este es bien visible desde el patio interior del
convento. Esta perfectamente orientado, el gnomon marca la hora solar que
debemos ajustar de acuerdo a la ecuación del tiempo y latitud (34° 36′ 37,
34´´ S 58° 22′ 17, 31´´ O) para obtener la hora oficial. No hay datos
ciertos de su construcción.
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