IGLESIA SANTA FELICITAS

BARRACAS

 

Arcón de Buenos Aires

 

 

 

 

IGLESIA SANTA FELICITAS

BARRACAS

 

La iglesia está en la calle Isabel la Católica al 700 justo enfrente de la Plaza Colombia que está entre la Av. Montes de Oca, la calle Brandsen, y la calle Pinzón.

 

Fue diseñado por el arquitecto Ernesto Bunge a pedido de la familia Guerrero, que lo inauguró discretamente en 1876, cuatro años después de que su hija Felicitas Guerrero fue asesinada por un festejante despechado. La joven había contraído matrimonio a los 16 años con don Martín Álzaga, un hombre que la doblaba en edad y que la dejó viuda cuando ella tenía 22. Es la única iglesia en Buenos Aires que no esta dedicada a un santo o personaje religioso. De estilo neorrománico alemán, es única en el mundo luego de que en la 2da guerra fueran destruidas otras similares en Alemania.

 

   

 

 

 

 

Esta en la zona de Barracas que era en aquél entonces un barrio de depósitos de frutos, cueros y lanas cerca del puerto de la Boca, con un sector residencial de quintas y mansiones sobre la “calle Larga” hoy avenida Montes de Oca, donde muchas familias adineradas tenían sus residencias de verano.

 

La iglesia Santa Felicitas es de una sola nave, con crucero y cúpula, responde al estilo ecléctico alemán, combina elementos clásicos, neo-góticos y neo-románicos, formando un conjunto de gran valor artístico. Es un testimonio único, de la arquitectura religiosa del último periodo del siglo XIX en el país, por sus cualidades compositivas y de diseño, por su unidad estilística y por la incorporación de inéditos componentes decorativos.

 

Tiene hermosos vitrales de origen francés, con un espesor de vidrio de 2 milímetros en su mayoría de tipo plaqué. Decoración en los muros, estucos policromados  y detalles pictóricos, arañas con caireles de cristal con iluminación a gas en los tres altares, esculturas de los apóstoles, un  púlpito de madera de estilo bizantino. Un reloj Inglés con carillón de 1 metro de diámetro “John Moore and Sons de 1873” que fue restaurado recientemente en Derby Inglaterra.

 

 Un magnífico órgano fabricado en 1873 por la firma Walcker de Alemania, con 14 registros, que dan lugar a 783 tubos sonoros, con consola mecánica, consta de dos teclados manuales de 54 notas cada uno y un teclado de pedal o pedalera de 27 notas. Este órgano posee todavía las dos bombas de aire accionadas a mano originales si bien actualmente se usa un motor con ventilador eléctrico.

 

Finalmente en el vestíbulo de la entrada dos hermosas figuras de mármol de carrara que representan a Felicitas Guerrero con su hijo Félix y enfrentada la de su esposo, Don Martín de Álzaga (es la única iglesia con estatuas de seglares).

 

 

 

 

En la antesacristía se pueden ver los bustos de los donantes: Doña Felicitas Cueto de Guerrero y Don Carlos J. Guerrero. La Iglesia de Santa Felicitas fue abierta al culto el 30 de enero de 1876, en ocasión de cumplirse el cuarto aniversario de la trágica muerte de la señora de Álzaga. En los jardines aledaños existe una reproducción de la Gruta de Lourdes, obra dirigida por el ingeniero G. Kreutzer. Fue inaugurada el 8 de diciembre de 1898 y las esculturas se deben al artista italiano Juan Bellotti.

 

En los jardines aledaños existe una reproducción de la Gruta de Lourdes, obra dirigida por el ingeniero G. Kreutzer, inaugurada el 8 de diciembre de 1898 con esculturas del artista italiano Juan Bellotti.

 

 

 

 

 

 

 

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Foto desde el palacio Díaz Vélez hacia la iglesia Santa Felicitas.

 

 

jardín de la iglesia

 

 

 

El templo fue cedido en donación a la ex Municipalidad de Buenos Aires en agosto de 1993; y luego por ésta al Arzobispado de Buenos Aires el 25 de diciembre de 1996.

 

Los vitrales son de origen francés y el piso de mosaicos españoles. Las lámparas del templo, con numerosos caireles de cristal aún conservan sus tubos de gas de carburo. En la planta alta del edificio se levantó una réplica en menor escala de la iglesia homónima francesa, que no tiene salida al exterior (con vitrales de Gustave-Pierre Dagrand, autor de los de la basílica de Luján).

 

La capilla posee tres altares: en el Altar Mayor esta la imagen de Nuestra Señora del Rosario, en el lateral izquierda la imagen de Santa Felicitas mártir que fue sacrificada junto a sus hijos. En el altar lateral derecho se halla la imagen de San Martín de Tours, patrono de la ciudad de Buenos Aires.

 

 

Ernesto Bunge, el arquitecto que construyó el templo. Combinó el neorrománico y el neogótico, con elementos germánicos. Por idea de los Guerrero, muchos de los vitrales de la nave y del crucero representan a santos cuyos nombres llevaban los miembros de la familia. Habían sido demasiadas muertes en poco tiempo: los dos hijos de Felicitas, luego su esposo, finalmente ella. Sus padres los evocaron con estatuas de mármol, a la entrada del templo.

 

 En el vestíbulo se encuentran dos blancas estatuas de mármol de carrara representando a Martín de Álzaga, por un lado, y a Felicitas con su hijo Felix, por el otro; y es por ello la única iglesia de la ciudad de Buenos Aires que contiene en su interior estatuas seglares.

En los jardines aledaños existe una reproducción de la Gruta de Lourdes, obra dirigida por el ingeniero G. Kreutzer, inaugurada el 8 de diciembre de 1898 con esculturas del artista italiano Juan Bellotti.

El templo fue cedido en donación a la ex Municipalidad de Buenos Aires en agosto de 1993; y luego por ésta al Arzobispado de Buenos Aires el 25 de diciembre de 1996.

 

El terreno era entonces un huerto de naranjos, parte de una estancia de 70.000 hectáreas que Felicitas había heredado al morir su esposo, Martín de Álzaga. Ubicaron el templo delante de la capilla familiar, de 1830, ahora convertida en sacristía y con impiadosas grietas. El palacio quedó a unos cien metros, en la actual plaza Colombia (Montes de Oca y Pinzón).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mosaicos españoles. Vitrales franceses. Altares de mampostería policromada. Arañas con caireles de cristal. Un órgano alemán de 783 tubos, similar al de la Catedral Metropolitana. Un reloj inglés con carillón. Carlos Guerrero y su esposa, Felicitas Cueto, escogieron materiales de lujo para la iglesia en memoria de la mayor de sus once hijos. Y contrataron a uno de los mejores arquitectos de la época.
 

Los libros de la época la recuerdan como a una mujer hermosa y dueña de una envidiable lista de pretendientes, a cual más aristocrático y acaudalado. Entre los candidatos que disputaban su mano estaba Enrique Ocampo, hijo de una tradicional familia porteña. Pero apenas el hombre se enteró de que la viuda había aceptado la oferta de matrimonio del estanciero Samuel Sáenz Valiente, cayó preso de un desequilibrio mental.

Según la historia, la tarde del 29 de enero de 1872, Felicitas había ido de compras a la ciudad y a presenciar los festejos de la inauguración de un puente sobre el río Salado, que entonces bañaba las orillas de su estancia. Cuando regresó a su domicilio, Ocampo la aguardaba sentado en el living y, tras una acalorada discusión, el enamorado sacó un revolver y la mató.

El arquitecto Bunge se había formado en Berlín, y por ello levantó un templo que da cuenta de las influencias en su formación.


De estilo neo-gótico románico, la iglesia consta de una sola nave, con crucero y cúpula, la decoración interior combina mármoles, estucos y detalles pictóricos, con tres altares de mampostería policromada y vitrales de origen francés que, casualmente, están también siendo reparados y por nadie mejor que Félix Bunge, bisnieto del arquitecto que ayudó a construir el templo que recuerda la vida de Felicitas Guerrero.

 

 

En 1981, la familia Guerrero donó Santa Felicitas a la ciudad de Buenos Aires. En los ''90, los arreglos en las torres hicieron colapsar al órgano. "Por los vidrios rotos entraron agua, viento y bichos". Los tubos tenían una capa de polvo de dos centímetros. El marfil se había despegado de la mayoría de las teclas. Amadini supone que alguno de los casi veinte gatos que ahora se asolean en el atrio debe de haber roto las delicadas varetas de abeto.

 

 

 

 

 

 


 


El Órgano

Este órgano y su "hermano mayor" ubicado en la Catedral Metropolitana son los únicos instrumentos de la casa Walcker instalados en Buenos Aires que mantienen hoy en día su sistema mecánico de transmisión. Dado que solamente tiene 14 registros, el sistema de válvulas cónicas en las secretas le otorga al órgano una tracción sumamente liviana.

Unos años atras el órgano fue dañado a causa de algunos trabajos de restauración realizados dentro del templo y a la falta de control del acceso al lugar. Afortunadamente estos daños fueron reparados y el instrumento actualmente funciona en excelente estado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El 26 de Febrero de 1846, nacía Felicitas en pleno gobierno de Rosas. Era la hija del comerciante vasco Carlos José Guerrero (fue el que introdujo las vacas Aberdeen Angus al país) y de Felicia Antonia Guadalupe Guerrero Cueto y Montes de Oca (mujer de la alta sociedad porteña). Dicen que fue una mujer muy bella, tanto es así que Guido Spano la calificó como la más hermosa de la República. Felicitas Guerrero comenzaba a ser el centro de atención de las familias aristocráticas de la ciudad de Buenos Aires. A poco de ser presentada en sociedad por sus padres, José Guerrero y Felicitas Cueto, se convirtió en la joven más cortejada de la Reina del Plata.

 

Felicitas  Guerrero

 

 

 

 

 

 

En esta casa quinta donde en el predio se construyo la iglesia, en 1862 se había radicado en esa mansión Martín de Álzaga, hoy Plaza Colombia junto con su esposa Felicitas Guerrero. La "quinta", ubicada en Montes de Oca, Suárez, Pinzón y Brandsen, "frente a los jardines del palacio adquirido por la Municipalidad de la capital para su subintendencia de

 Barracas, al lado de Santa Felicitas", fue subdividida en 50 lotes. Poco menos de cuatro décadas atrás, cuando en 1872 Felicitas Guerrero de Álzaga fue asesinada -drama pasional que conmovió a la ciudad - la zona era un aristocrático suburbio, más rural que urbano.  


 

 

 

       
           


 

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