TIGRE HOTEL
Alrededor
del año 1830, los porteños de clase alta descubrieron las bondades de ese
submundo que fluye llamado Tigre, donde comenzaron a construir casas de veraneo
al estilo europeo. El crecimiento fue lento, hasta que el 1º de enero de 1865
llegó el primer tren desde Retiro a este tranquilo paraje llamado en su momento
“Pago de las Conchas”.
La idea de la construcción del Tigre Hotel nació
de un grupo de entusiastas remeros en febrero de 1870 en la “Pulpería del
Portugués” de Buenos Aires, según cuenta uno de ellos.
El suntuoso Tigre Hotel estaba en la desembocadura del río Reconquista en el
Luján, donde termina el Paseo Victorica.
El
edificio se levantó con los mejores materiales de la época traídos desde Europa:
El Tigre Hotel contaba con tres
pisos, en su exterior tenía un imponente trabajo de madera y relleno en el que
sobresalía su coronamiento compuesto de un mirador y una torre. Tenía paneles
tallados, grandes espejos embutidos y grandes salones con suntuosa decoración.
Había un ascensor, que era único en la zona, y calefacción en todos los
ambientes. Las habitaciones del hotel estaban bien orientadas y poseía una
terraza al frente a la que se accedía mediante una escalinata de mármol
de Carrara.
En la planta baja, había un gran salón comedor con capacidad para doscientas
personas, un salón para damas y confitería y contaba con salones de billar
“smoking rooms”. Asimismo, había canchas de tenis, cricket, y pista de patinaje.
Con el tiempo se construyó un espacioso garaje para los automóviles de los
huéspedes.
Posteriormente se construyó
un patio andaluz y luego un hermoso jardín de invierno como motivo de atracción
para los turistas.
A fines del siglo XIX, el Hotel pasa a tener nuevos dueños: Ludovico Schafer y
E.E. Fischer, quienes realizaron obras para lograr un mayor confort y una nueva
decoración. En la temporada de 1895, los propietarios brindan un gran almuerzo
inaugural y el Hotel reabre sus puertas con un aspecto renovado.
Entre las novedades, se había
eliminado el salón de la ruleta, juego que se habilitaría años más tarde en el
Tigre Club.
El auge de la zona cobró un ritmo inusitado para la época, potenciado incluso
por las epidemias de cólera y fiebre amarilla que azotaron a Buenos Aires,
espantando a sus habitantes. Por un lado, los habitantes más antiguos –los tigrenses– edificaron casas tipo “chorizo”; por el otro, los porteños de
alcurnia levantaban villas italianas que más tarde dieron paso al pintoresquismo
anglo-francés. -Algunas en pie hasta el día de hoy– son
verdaderos palacios que se construyeron en
gran parte con materiales importados de Europa, salvo los ladrillos. Incluso en
muchos casos, la realización de los planos fue encargada a arquitectos
extranjeros que jamás llegaron a ver su obra.
foto del
1910- El
Tigre Hotel, que se levantó en 1890, se poblaba durante los veranos por quienes
optaban por los bellos paisajes del Delta para su esparcimiento. Pero el arribo
de visitantes se multiplicó con la inauguración del Tigre Club y,
fundamentalmente, con la apertura dentro de sus instalaciones de un casino, en
enero de 1912.
Constaba de 3 pisos, 120
habitaciones, un gran comedor para 150 comensales, salones de billar, críquet,
canchas de tenis y pista de patinaje. Las fiestas de carnaval de ese hotel eran
famosas por sus bailes y trajes.
Se observa
un molino en el lado derecho de la foto. El traslado a este hotel se hacia al
principio en un servicio de tranvías a caballo. Otro medio de llegar eran balsas
que llegaban hasta las escalinatas del hotel. Luego cuando se pavimentaron las
calles se utilizó un ómnibus tirado por caballos hasta que el automóvil
reemplazó todas las alternativas.
Sus huéspedes
Por
el Tigre Club desfilaron las más encumbradas personalidades de aquella época,
desde el presidente Julio A. Roca hasta el poeta Rubén Darío, vale mencionar que
el poeta, allí escribió su poema "Divagaciones". Las fiestas de fin de año y los
carnavales eran citas obligadas para la sociedad de la época.
Era el lugar ideal para
asistir a conciertos y bazares. Allí se leían y se comentaban las novedades
económicas y políticas del país y del mundo. Arquitectónicamente se
caracterizaban por sus salones de estar, salas de lectura y biblioteca,
comedores exclusivos y lujosos, salones para fiestas donde se realizaban los
tradicionales bailes de la sociedad, la gran atracción de la season
porteña, en la que hombres y mujeres lucían sus mejores galas. Su
caracterización variaba en función de su programa o de los gustos del grupo
social que le daba vida.
Quien fue Ludovico Schaefer???
De origen alemán, Schaefer fue uno de los más reconocidos expertos en hotelería,
destacándose en su propio país y en Estados Unidos. En Argentina, se desempeñó
en cargos en el restaurant “The Brunswicks” de Bartolomé Mitre 387; durante los
festejos del centenario de la patria, trabajó en “El Centenario” en la
Exposición Rural de Palermo; fue gerente del restaurant “Aw Keller” de Capital
Federal y del “Hotel La Delicia” de Adrogué, muy reconocido en aquella época.
Fue propietario del “Hotel Royal” de Lavalle y Florida, edificio construido por
el arquitecto Pable Pater (el que construirá el Tigre Club), del “Royal Keller”
de la calle Corrientes 780 y del “Palais Glace” en la Recoleta, y en Tigre
adquirió el Tigre Hotel. Admirado y alabado por sus huéspedes, Schaefer falleció
el 20 de noviembre de 1931, a los 64 años. Contó con la colaboración de su
sobrino, Armin Schaefer, quien lo secundó en el Tigre Hotel y también en otros
establecimientos.
EL TIGRE CLUB
El casino funcionó
bastantes años después en esa terraza que cruza la calle hacia el río que aun se
conserva.
En esta fotografía se había
construido en la parte del frente. La pasarela que llega al río, fue construida
entre 1912 y 1913. En su planta baja se ubicó el casino y la planta alta,
con su enorme sala, se usó como salón de baile.
haga
click en la imagen para ampliar - (fotos panorámicas)
Este edificio tiene un estilo renacentista, se construyó con los mejores
materiales de la época traídos desde Europa, las
escaleras
son de mármol de Carrara, los espejos venecianos, el bronce y el hierro forjado
predominan en sus pasarelas. Las columnas de base de bronce y la parte superior
estucadas (masa de yeso y cola) y un arco de equilibrio y belleza que nace en su
entrada principal, atraviesan el Paseo Victoria y termina en glorieta a orillas
del Río Luján.
Tanto en las Salas como en el Salón Principal sobresalen
arañas francesas,
caireles de bronce, cristal de roca y bacarat. Los pisos fueron construidos con
roble de Eslavonia y los vitrales importados.
Como toda obra francesa y europea en general, el
edificio cuenta con obras de arte dentro de su construcción; son ejemplos de
ello el marouflage del pintor español
Julio Vila-Prades en la bóveda oval del primer
piso, en el que un grupo de ninfas interpretan melodías con sus diferentes
instrumentos, o la escultura de bronce burilado de la Fundición Fonderies Du Val
Dósne de París.
SU DECADENCIA
Pero esa
vida brillante comenzó a apagarse cuando en 1933 el casino del Tigre Hotel fue
clausurado por una ley que no permitía su existencia tan cerca de la Capital.
La crisis económica de 1930 y la ley que en 1933 prohibió los juegos de azar
llevaron a su decadencia y eventual abandono. Por esa razón, la ruleta fue trasladada a Mar del Plata, y detrás de ella se
fueron los ávidos miembros de las clases acomodadas, quienes reemplazaron así el
cercano río por las playas y el mar. La edificación comenzó a perder su brillo.
Las obras de restauración comenzaron en 1998.
La araña de cristal que pende del
salón principal pesa 1500 kilos
entre bronces y caireles de cristal de roca.
Con sus tejados de pizarra afrancesada, sus cúpulas rematadas en aguja, su
portón de hierro forjado y su galería que conduce al río Luján, la majestuosa
decadencia del edificio refleja todavía algunos esplendores de esos tiempos.
MUSEO DE ARTE DE TIGRE
Reseña histórica:
Museo de Arte Tigre se destaca no sólo por sus exposiciones y la calidad de sus
obras; tiene el privilegio de funcionar en el edificio del que fuera el Tigre
Club, hoy recuperado y remodelado para que luzca todo su esplendor. Inaugurado
en 1912 como centro social y recreativo, el edificio fue declarado Monumento
Histórico Nacional en 1979.
El casino funcionaba de diciembre a marzo, y
disponía de veinticinco mesas de ruleta y punto y banca (las primeras del país).
Fue cerrado en 1933 por decisión judicial y pronto se abrió el Casino de Mar del
Plata.
El edificio del Tigre Club es de estilo renacentista, con escaleras de mármol de
Carrara, espejos venecianos y columnas de base de bronce y la parte superior
estucadas (masa de yeso y cola). El techo de su salón principal está decorado
con un fresco del artista español Julio Vila y Prades. Cuenta además con un arco
que nace en su entrada principal, cruza el Paseo Victorica y finaliza en una
glorieta sobre la orilla del río Luján.
El edificio consta de 2 plantas, en el edificio abundan columnas dóricas
simples, semi columnas, pilastras, arquerías, y motivos ornamentales de
palmetas, guirnaldas de flores, hojas de laurel (emblema de la gloria) y de
encina (emblema de la fuerza).
Las esquinas del edificio se completan por 2 torres salientes desde el primer
piso, semirredondas, que rematan en una cúpula con un coronamiento de
hierro y una aguja final, que se repite en el mirador hexagonal.
En el año 1978 la Municipalidad de Tigre se hace cargo del edificio, declarado
Monumento Histórico Nacional en 1979.
En el año 1990 comienzan las obras de recuperación del edificio con el fin de
albergar un museo de arte, siendo el MAT el resultado final.