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La crónica rescata una larga lista de boticas que se sumaron con el
tiempo a la de Amoedo y La Estrella. Así las de Cranwell, Catelin,
Demarchi, Imperiale, Puiggari, Torres, Martiniano Passo, Antigua Rincón, El
Mortero Dorado, Murray, Kelly, Nelson (integrante de la cadena de Droguería
del Sud), El Fénix, Gibson, Rolón y Cía., Farmacia Inglesa Méndez -hoy
Antigua Avenida de Mayo-, Lucioni y muchas más. Pocas son las que
sobrevivieron. Solo La Estrella siguió desafiando al
tiempo, con su inconfundible estilo ítalo-francés.
El edificio de la Farmacia y Museo
De
La Estrella pertenece al
patrimonio artístico de Buenos Aires gracias a la intervención del mismo
arquitecto Peña, que intercedió ante la Municipalidad para que ésta lo
adquiriese.
Los primeros boticarios de Buenos Aires fueron, sin duda, los
jesuitas, que instalaron una pequeña botica frente al paredón de San
Ignacio. Las crónicas coinciden en afirmar que "no existía entonces comercio
de esa especialidad en la ciudad", si bien se menciona vagamente a unos
padres betlemitas, encargados del entonces único hospital de la ciudad. Se
recuerda que los religiosos actuaban simplemente a título de obreros médicos. Especialistas paramédicos eran los sangradores, barberos, colocadores
de emplastos, sacamuelas, hernistas y ventoseros y formaban parte del
pintoresco mundo de aquella medicina comúnmente llamada sabia.
Invitado por Rivadavia, llega al país un grupo de hombres de ciencia
europeos, entre los cuales se contaba un farmacéutico piamontés, químico y
botánico por añadidura, Carlos Ferrari (1793 - 1859). Don Bernardino le
encargó la organización del primer Museo de Historia Natural del país.
Las circunstancias se confabularon para que Ferrari -alma de boticario al
fin- se decidiera un día a abrir una botica frente a dicha basílica y
convento, esto es en la calle Defensa. Las transferencias del negocio se
sucedieron con el transcurso del tiempo, hasta que en 1838 toma posesión de
la botica don Silvestre Demarchi, un suizo pujante y visionario que da un
gran impulso a la firma, incorporándole, además, una sección droguería al
por mayor y un laboratorio.
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(Fotos panorámicas)
Son, por último, sus herederos quienes, hacia fines de siglo, resolverán
mudar De La Estrella -farmacia y droguería- a la esquina de Alsina y Defensa.
De aquí salieron productos tan difundidos como la limonada "Roger",
las píldoras para la tos "Parodi", creados por uno de los socios, y el
jarabe "Manetti" para curar la indigestión. También se elaboraba aquí la
célebre "Hesperidina", un aperitivo y tónico estomacal con vitamina C que
trajo el norteamericano Bagley, afincado más tarde entre nosotros, y cuyo
lanzamiento contó con el apoyo financiero de los hermanos Demarchi, hijos
del que fuera socio cofundador de La Estrella y cónsul de Italia".
Hace muchísimos años se
hacían tertulias los sábados por la tarde
y concurrían varios
importantes personajes de la epoca como Pellegrini, Roca, Mitre etc.
Su artístico cielorraso fue
iluminado por el muralista italiano Carlos Barberis, con expresivas alegorías
femeninas representando a la botánica y a la química. Se murmuraba por entonces
que una de aquellas diosas de Barberis era el vivo retrato de la hija de Facundo
Quiroga, casada con un hijo de Demarchi, el fundador de
la botica, que había posado como modelo para el pintor.
Aquellas boticas eran también famosas por las tertulias que se
desarrollaban en la llamada rebotica o trastienda. Una de las más
concurridas era la que tenía como escenario lo de Amoedo.
La obra representa "
El triunfo de la farmacopea frente a la enfermedad".
Observen la decoración con
estanterías y armarios de nogal traídos de Italia,
cristales de Murano,
mármol de Carrara, pisos venecianos etc.
Química
Estrella tiene una historia de más de 150 años. Efectivamente, sus orígenes se
remontan a 1836, año en que Pablo Ferrari establece la farmacia de Santo
Domingo, en la calle Defensa frente al Convento. Dos años más tarde es adquirida
por Silvestre De Marchi, el que al cabo de dos décadas, y ya funcionando como
farmacia De Marchi, incorpora la droguería al por mayor. En 1854 se hacen cargo
de la empresa los hijos de Silvestre: Antonio, Marcos y Demetrio.
En 1991 se vende
el capital accionario de Química Estrella San Luis S.A. a CMPC Argentina S.A.
empresa vinculada al grupo CMPC de Chile, productora de materias primas básicas
para la fabricación de pañales y toallas (pulpa de celulosa y papel tissue). Se
adquiere el capital accionario de Corporación General de Alimentos S.A. ("CGA").
En 1992 se firma un convenio con Hero España para la comercialización y
distribución de la línea Hero Baby. Se adquiere la mayoría del capital
accionario de las empresas Heller S.A.I.C. y Heller Norteña S.A., con
establecimientos industriales en las localidades de Valentín Alsina, provincia
de Buenos Aires y Quitilipi, provincia del Chaco, respectivamente.
En el año 1993 se firma un convenio con Lucchetti Argentina S.A.
empresa vinculada al grupo Luksic de Chile, para la comercialización y
distribución de las pastas Lucchetti en la Argentina. CGA, firma un convenio
con Llaneza/Besimar para la elaboración, comercialización y distribución de pan
dulce a nivel nacional, marcas Musel y Pamela.
En 1995, Química
Estrella continúa desarrollando sus actividades comerciales e industriales en su
mercado tradicional donde mantiene un liderazgo indiscutido, que es el del
algodón hidrófilo. Durante los últimos años ha realizado importantes inversiones
incorporando moderna tecnología incrementando la productividad de sus procesos
industriales permitiéndole el desarrollo de nuevas líneas de productos con usos
específicos y mayor valor agregado. Paralelamente a través de sus empresas
vinculadas realiza una intensa actividad en el mercado de productos alimenticios
con avances muy significativos en polvos chocolatados y maltas. También continuó
con la explotación comercial e industrial de las marcas Musel y Pamela y con la
distribución de pastas en virtud del convenio firmado con Lucchetti Argentina
S.A.
Se adquiere el paquete accionario de Empresa Mate Larangeira
Mendes S.A.C.I., empresa que tiene una importante participación en el mercado de
yerba mate (con y sin palo y en saquitos). La incorporación de la misma
significa un importante incremento en el nivel de facturación en el mercado
local con el de exportación; produciendo simultáneamente efectos de escala
beneficiosos al absorber su estructura comercial, de distribución y
administrativa.
En 1968 se crea,
produce y distribuye el primer pañal desechable del país: el Pañalín. En 1976 se
adquiere en la localidad de Campana, provincia de Buenos Aires, un terreno de 16
hectáreas donde se levanta una modernísima planta química, especialmente
diseñada para la síntesis de productos orgánicos, destinada fundamentalmente a
la elaboración de agroquímicos. En 1984 se lanzan
al mercado los pañales elastizados marca "Estrella". Es el primer y único pañal
de la Argentina y del mundo que incorpora como parte del material absorbente
fibras de algodón, logro obtenido con tecnología desarrollada por la misma
empresa y en 1985 se lanza al mercado el algodón precortado y el refuerza pañal.
En 1986 se mejora la fórmula y se re‑lanza a escala nacional el derribante
"Estrella Súper", primer insecticida para aire libre.
Durante 1987 se toma decididamente la vanguardia y el liderazgo
en el mercado de pañales descartables. En el mes de enero de ese año, se lanzan
los pañales con "cintas repegables" y en abril los pañales con "barrera azul".
En mayo se lanza la línea de algodón familiar, primer y único algodón hidrófilo
del país elaborado según normas del IRAM. En el mes de agosto se lanza el
derribante hormiguicida y en septiembre los discos desmaquilladores. Durante el
mismo mes de agosto también comienza en Villa Mercedes, provincia de San Luis,
la producción de pañales descartables elastizados y protectores Delsa, a través
de las empresas vinculadas Pañales S.A. y Productos Descartables S.A.,
respectivamente.
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