Lleno de vitrales y de farolitos y esplendidos
jardines con mesitas.
El Armenonville, fue tal
vez el cabaret más lujoso que tuvo Buenos Aires desde aquellos años del primer
Centenario de la Revolución de Mayo. Según constaba en las tarjetas de la época,
el Armenonville estaba en “Avenida Alvear (actualmente Del Libertador) esquina
Tagle - Unión Telefónica 533 - Palermo” y sus dueños se llamaban Carlos
Bonifacio Lanzavecchia y Manuel Loreiro.
Lo habían inaugurado en
la temporada de verano de 1911-1912 y funcionó hasta finales de los años 20. Su
edificio principal era un gran chalet de estilo inglés rodeado de jardines con
mucho verde. En ese espacio había una gran terraza con mesas y sillas donde iban
a cenar muchas de las aristocráticas familias porteñas. Por ejemplo Marcelo T.
de Alvear y su esposa Regina Pacini.
El
edificio era un hermoso chalet con un amplio jardín.
En sus patios se cocinaban
apetitosos chivitos que la "gente bien" de Buenos Aires
iba a deleitarse
saboreándolos.
En la planta baja estaba
el salón de baile, donde se destacaban una gran araña con caireles de cristal y
los grandes espejos que se alternaban con el empapelado de las paredes. Hacia
los laterales, y separados por rojos cortinados de terciopelo, estaban los
“reservados”. La reina del lugar era la comida clásica de la cocina francesa,
que se solía acompañar con buenos vinos y champán llegados desde Europa.
Como no podía ser de otra manera, la música también tenía su espacio en aquel
lujoso recinto, perfumado por el aroma de las flores que inundaban el jardín y
el de las orquídeas que se producían en el invernadero del lugar. En un tiempo
José y Bienvenida Orzali (él con el violín; ella, en el piano) hacían su aporte.
Con el tiempo se sumarían los acordes melodiosos de las orquestas de Vicente
Greco y Roberto Firpo.
La categoría del lugar se mostraba también con las frases incluidas en afiches
publicitarios. “Confitería y cocina de primer orden”; “Entrada para autos y
carruajes”; “Hermosa terraza y jardín”; “Cada día dinner y súper concert” y “El
lugar preferido de los sportmans” eran algunas. Aquella preferencia se podía
certificar con la habitual presencia de mucha gente vinculada al turf y la de un
habitué: el “cajetilla” Jorge Newbery.
Claro que aquella vida de aire disipado que proponía el cabaret también generaba
polémicas y hasta algún duro debate en el Concejo Deliberante, donde se propuso
su cierre.
Pero la fama del Armenonville ya tenía mucha historia. Tanta que el lugar había
sido el trampolín para que saltara a la fama un dúo que venía con cierto
reconocimiento: eran Carlos Gardel y José Razzano. En diciembre de 1913,
llevados por Francisco Taurel (un estanciero fanático de la música criolla)
hicieron una actuación. Después de esa noche, el dúo fue contratado. La paga era
muy jugosa: 70 pesos por noche. Dicen que cuando Gardel supo eso, le dijo a sus
amigos: “por esa plata hasta soy capaz de atender el guardarropas y lavar los
platos”.
Otro hecho también iba a vincular a Gardel con el Armenonville. El 10 de
diciembre de 1915, el cantor y unos amigos iban hacia el local después de haber
estado en el cercano Palais de Glacé. Festejaban el cumpleaños 25 del “Morocho”.
Y en una discusión con un grupo de “chicos bien” Gardel recibió un balazo
disparado por un tal Roberto Guevara, un joven arquitecto de Mendoza. Lo
atendieron en el Hospital Ramos Mejía, aunque aquella bala quedó para siempre en
el cuerpo del cantor. Hay una versión que atribuye el balazo a cuestiones de
amoríos que Gardel tenía con una tal “Madame Jeanne”, pareja del dueño del
Chantecler, un famoso cabaret del Centro.
Sus
propietarios fueron Carlos Bonifacio Lanzavechia y Manuel Loureiro.
Únicamente
funcionaba en verano.
En el
ARMENONVILLE (Armenón para los habitués)
se presentó en 1913 a Roberto Firpo. Este hecho, aparentemente sin importancia,
señaló el reconocimiento del piano como instrumento conductor en las orquestas.
Abrió además, la etapa del cabaret y marcó el punto de partida de la orquesta
típica. En el
ARMENONVILLE,
Firpo estrenó "Alma de
bohemio", su tango más famoso. Se dice también que, en una misma noche, estrenó
tres tangos: "Sentimiento criollo", "La marejada" y "De pura cepa", todos temas
en los que puede advertirse la naturaleza sentimental de éste músico notable.
La pista de baile se ha convertido en un lujoso salón, los antiguos "regentes"
se han puesto el smoking y se bebe champagne en lugar de pernod o vino tinto. La
trastienda para el sexo se trasladó a la "garconniére" y la antesala para los
escarceos amorosos, se ha ubicado en los reservados ubicados estratégicamente en
los altos. En este nuevo ámbito, la gente decente encontró la manera de disfrutar del tango
sin recurrir a la clandestinidad ni tener que codearse con la plebe. Además, los
tiempos por venir presagiaban mezclas sociales y era imprescindible establecer
límites en los que la gente adinerada pudiera actuar en exclusividad.
El
Armenonville fue, por muchos años, el cabaret moderno, elegante, chic de un
Buenos Aires que seguía progresando pese a las crisis, los desniveles sociales,
los fraudes electorales, los negociados de los aprendices de brujos de la época,
de un Buenos Aires que vivía asombrándose de lo que hoy resultarían juegos de
niños, picardías de políticos y autoridades. Era un lugar mas bien de verano,
luego la gente se trasladaba a otros cabarets mas céntricos.
La
gente que frecuentaba ese cabaret
recibía regalos de la casa Escasany como
piezas de plata, abanicos, etc. También
champagne francés.
En 1914 se presenta el duo Gardel- Razzano que aun no cantaban tangos.
Años antes de su demolición, en 1927,
al vencer el contrato de alquiler,
los propietarios habían comprado la manzana comprendida entre Canning, hoy
Salguero, Av Centenario (hoy Figueroa Alcorta),
predio en el que actualmente están los estudios del Canal 9 de Televisión,
cercano a la cancha de River
y habilitaron el segundo
Armenonville
y pasa a llamarse *Les Ambassadeurs*.
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