Gabrielle Bonheur mejor conocida como
Coco Chanel, influencio en la moda de
Buenos Aires.
Coco marcó la pauta de la moda
durante los locos años 20, pero ni siquiera su pasado como enfermera
durante la Primera Guerra Mundial, pudieron impedir que su reputación
cayera por los suelos durante la Segunda Guerra, conflicto que la golpeó en
todos sus frentes. La caída de París en manos alemanas, la obligaron a
cerrar sus tiendas en 1939, pero se relacionó obligadamente o
voluntariamente a pesar de su supuesto antisemitismo con la dirigencia
nazi, en especial, miembros SS.
De la mano de uno de sus primeros adinerados amantes partió a París,
Chanel trabaja con Lucienne
Rabaté, uno de los modistos más
célebres de la época, y en 1909 abre, con el nombre de Chanel, una
sombrerería en el bulevar Malesherbes donde rápidamente abrió su
primera tienda de sombreros, Modas Chanel. Siempre apoyada
económicamente por sus clientes de cama, En 1912, con ayuda de su
compañero, el británico Alfred Capel, quien le ayuda a desarrollar su
actividad, inaugura un salón en el número 21 de la calle Cambon. Un
año más tarde se instaló en las localidades que frecuentaban los ricos
de Deauville y en 1915 otra en Biarritz. La clientela de estas
boutiques estará formada por la sociedad elegante que se había
refugiado durante la I Guerra Mundial en estas dos estaciones
termales. En esta época Coco Chanel empieza a descubrir algunos de los
elementos que constituirán la originalidad de su estilo. Así, por
ejemplo, comienza a utilizar el punto (tejido inarrugable limitado
hasta el momento a la confección de prendas interiores) para crear
vestidos sencillos y prácticos cuya estética está inspirada en los
trajes marineros. En 1920, trasladó a París, en la Rue Cambon, su
primera Casa Chanel. Guiada por su espíritu libertario no tuvo
complicaciones para vincularse con adinerados hombres de la sociedad
europea ni con estrellas del cine. Ocultó además celosamente su
humilde pasado mintiendo sobre sus orígenes.
Fue el playboy Etienne Balsan
quien la colocó con su tienda de sombreros, pero su vínculo con el
amigo de éste, el socialité y jugador de polo inglés Arthur "Boy"
Capel, fue el que posibilitó su despegue. Chanel, se enamoró
perdidamente de Capel y se escapó con él. Chanel nunca se caso con
Capel y este se casó por conveniencia y debido a su origen judío con
otra mujer de alta alcurnia, pero mantuvo a Chanel como amante. Este
murió tempranamente en un accidente automovilístico; Coco llegó al
lugar y lloró amargamente la pérdida de su benefactor, quizás el más
importante. Ningún otro ocupó su lugar por un tiempo prolongado.
Estuvo mucho tiempo recluida en su departamento antes de superar un
tanto su frustración por no haberse hecho con su fortuna. El legado de
Balsan y Capel la convirtieron en la gran dama de la moda, y además
pretendida por muchos aristócratas, uno de ellos fue el Duque de
Westminster del que rechazó una propuesta de matrimonio, pero no las
sábanas. "Ha habido muchas duquesas de Westminster, Chanel hay una
sola", fue su explicación.
Sus amoríos con miembros de la Gestapo tales como Walter
Schellenberg y (Hans Gunther von Dincklage), este último es quien la
llevó a vivir al hotel Ritz
y de ahí, un exilio, en Suiza, durante 15 años. Fue tachada de
colaboracionista y se libró de ser rapada y humillada. Pasada la
segunda guerra, Coco tuvo que cargar con la consecuencia de sus
relaciones con los nazis. Ella tenía una mentalidad bastante cerrada,
en especial odiaba a los gays: "El invertido es enemigo de las
mujeres, sin embargo, esta poseído por ella. Cuando la mujer es tonta,
ve en él a un ser débil, divertido y poco peligroso; cuando es
inteligente, tiene la sensación de que él la comprende y le presta
atención. Dado que las mujeres aman la baba de los cumplidos y solo
los pederastas son capaces de adular en exceso, son para ellos agua
para su molino… Los invertidos siempre se postran a los pies de las
mujeres: Mi belleza, mi dulzura, mi ángel, mi hechicera". El 10 de
enero de 1971, sola en su departamento ubicado en el hotel Ritz, con
vista a la Place Vendome, y a los 87 años la vida de esa gran mujer se
desvaneció entre la morfina. Pero la senda que señaló Coco Chanel
permanece como un referente en muchos diseñadores actuales.
"Las mujeres
necesitamos la belleza para que los hombres nos amen, y la estupidez
para que nosotras amemos a los hombres"
- Coco Chanel -
Broncearse
la piel estaba mal visto porque era cosa
de campesinos. Hasta que Coco Chanel
impuso la moda en 1920.
Gracias
al buen gusto que tenía Coco para la mezcla de tonalidades, llegó a vestir
literalmente a la mujer de los pies a la cabeza, dejándonos una gran herencia
clásica en los zapatos de dos tonos con traba y el talón casi desnudo. La Casa
Chanel dio un paso impresionante cuando llegó a Norteamérica en 1981 con su
colección de accesorios. Hoy en día Chanel cuenta con boutiques en más de 40
ciudades del mundo que, en cierto sentido, se han convertido en capitales de
moda, como Nueva York, Chicago, Toronto, Milán, Roma, Londres, París, Zurich,
Sydney, Tokio y Sao Paulo.
Sus perfumes son otra parte
importante de la historia. En los años 20 Coco lanzó su primer acierto: Chanel
No. 5. Hoy, casi a finales de siglo, esta fragancia sigue siendo una de las
favoritas en el mundo. Su colección se creó con el lanzamiento de Chanel No.19,
Chanel No. 22, Cristalle, Coco y recientemente Allure. Para los caballeros creó
Pour Mousier, aumentando su colección con las fragancias Anteus, Egoiste y
Platinum Egoiste. Durante los 30, Chanel introdujo una pequeña línea de
cosméticos que incluía labial, rubor y polvo traslúcido. Con estos productos se
solidificó su presencia en el mundo del maquillaje y su reputación creció como
la creadora de un "look" total. Coco Chanel no interrumpió en toda su vida su
trabajo creativo. Siguió innovando hasta dejar una extraordinaria influencia en
el mundo de la moda.
Hoy en día la
Casa de Chanel continúa trayendo lo mejor de la moda francesa en
cuanto a ropa, fragancias, tratamientos para la piel y maquillaje.
Constantemente sigue definiendo y redefiniendo su estilo, pero
conserva el lujo y elegancia que ya son sinónimos de su legendario
nombre.
Una joven le
preguntó a Coco Chanel: ¿Dónde debo usar perfume?
Coco respondió: "Donde quieras ser besada".
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