Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias)
Después de casi
doscientos años de ventas y sucesiones el 17 de mayo de 1775 Martín Joseph de
Altolaguirre adquiere la chacra en 3.229 pesos de plata.
Desde ese
entonces, y gracias a esta innovadora idea, se conoce al lugar como "Los
Tapiales de Altolaguirre".
Las 540 hectáreas del Mercado Central
guardan un secreto. Se trata de una enorme casona, rodeada de gomeros de más de
cien años, que fue testigo de una parte de la historia argentina: es la chacra
"Los Tapiales", propiedad que había pertenecido de la familia
Ramos Mejía desde 1808 hasta 1967.
Estaba a unos
quinientos metros al norte de la estación ferroviaria. Tal vez sea el edificio
en pie más antiguo de Ramos Mejía.
La chacra, declarada Monumento Histórico Nacional el 21 de mayo de 1942. Martín
José de Altolaguirre se las vendió, incluyendo la casona, a Francisco "Pancho"
Ramos Mejía en 1808.
Dicha Chacra constaba, aproximadamente, de 7.000 hectáreas,
teniendo por límites, al norte, los pagos de El Palomar, al Sur el otrora
Riachuelo de los navíos; Al naciente, diversas chacras que se extendían
hasta las proximidades de la Plaza Miserere y al poniente, la extensa pampa.
Treinta años más tarde, apremiado por necesidades económicas, Altolaguirre
vende “Los Tapiales” a Don Francisco Hermógenes Ramos Mejíía, quien acababa
de regresar junto a su cónyuge, María Antonia de Segurola, del Alto Perú,
luego de realizar varios años estudios.
El hacendado, un protector de los indios pampas, se mudó allí junto a su mujer y
sus siete hijos. Las paredes de la chacra, hoy en La Matanza, guardan mucha
historia. En sus salas acamparon las tropas de Lavalle después de la batalla de
"Puente de Márquez". Y hasta fueron el escenario de algunos fragmentos de la
película "Camila" de María Luisa Bemberg.
Francisco
Hermógenes Ramos Mejía Ross
fue un
destacado defensor de las poblaciones
aborígenes-
María
Antonia de Segurola
Chacra "Los
Tapiales"
La chacra contaba con
numerosas arboledas y potreros cercados con tapias de tierra revestidas por
ambos lados con
tunas de penca, lo que
probablemente dio lugar al nombre posterior de la
chacra, "Los
Tapiales". Altolaguirre, su anterior dueño,
había efectuado una intensa actividad de forestación. Allí también se efectuaron
las primeras plantaciones de
lino, así como cultivos
de
olivares y 100 hectáreas
de
nogales. El terreno
adquirido también incluía un amplio caserón situado frente a lo que hoy es la
autopista a
Ezeiza.
Cuando en 1808
los Ramos Mejía tomaron posesión de la chacra no se practicaba aún el
alambrado de los campos,
por lo que el perímetro estaba marcado con ciento cuarenta
mojones de piedra.
La parte de la
chacra que hoy es jurisdicción de la ciudad de Ramos Mejía estaba atravesada por
el
Camino Real, que llevaba
a la
Guardia de Luján. Las
carretas (y más tarde las
diligencias) en camino a
la
Provincia de San Luis o a
Córdoba (y de allí a
Chile o al
Perú), debían
necesariamente transitarlo por ser el único camino existente. Otro importante
camino que cruzaba la chacra a poca distancia del Camino Real era el que hoy se
denomina Avenida Gaona, y que desde la primera mitad del siglo XIX se conoció
como "Camino de Gauna".
año 1930
La casa tuvo varias reformas y por eso
es difícil establecer con certeza para qué se usaba cada habitación. La parte
más antigua es la torre almena. Allí las paredes son de adobe y las vigas están
hechas de troncos de palmeras cortados a mano. A simple vista se ven las
irregularidades de los hachazos. Otra curiosidad: las puertas de una de las
entradas a la casa son más bajas de lo normal. Miden un poco más de 1,80 metro
para evitar que los indios que visitaban a los Ramos Mejía entraran a caballo.
Finalmente, Don Francisco Ramos Mejía muere en 1.828,
apenado y entristecido por el fallecimiento de dos de sus hijos a causa de
la peste. Con tal motivo, sus familiares piden autorización a las
autoridades para enterrarlo en su chacra. Tal solicitud les es denegada.
Cuenta la tradición que, ante la situación planteada y encontrándose la
familia en los prolegómenos de su entierro, transcurridos dos días de largos
velorios de esos tiempos, a la hora de la siesta y en medio del descanso,
una partida de indios Pampas sigilosamente retiró el cuerpo y partieron en
silencio en busca de su morada definitiva. El destino final de sus restos, a
ciencia cierta, sus descendientes nunca lo conocieron.
Tras la
muerte del hacendado y la de su esposa María Antonia Segurola de Ramos
Mejía, el 13 de agosto de ese mismo año se divide la chacra de Los Tapiales
en cuatro partes iguales entre: Matías, Ezequiel, Magdalena y Marta - Ramos
Mejía.
La fracción
2da de tierra que le corresponde a Doña Marta Ramos Mejía casada con
Francisco B. Madero, consistió en 616 cuadras 03 centésimas.
El 2 de julio de 1885, Don Francisco Bernabé Madero, dice en los autos
testamentarios de doña Marta Ramos Mejía de Madero, que al realizarse la
cuenta de partición y división quedo en condominio con sus hijos menores en
diversas propiedades, por tal motivo solicita la cesación de dicho
condominio, mediante una nueva división. Hacia 1900 la familia Madero vendió
la quinta a la familia Narbondo, que la mantuvo en su poder hasta el año
1926, en que fue adquirida por el Colegio Ward en la suma de 280.000 pesos,
según escritura del 18 de noviembre de ese año, ante el escribano Martín
Britos. Abarcaba una superficie de 72.445 m2 ricamente arbolados e incluía
un amplio caserón con paredes de 60 cm. de espesor, que aún se conserva
rodeado por el parque del colegio.
colegio Ward
Los tapiales perteneció a los
descendientes de Ramos Mejía hasta 1967. Ese año, la ley 17.422 le dio al predio
la condición de "tierras de utilidad pública", para destinarlas al Mercado
Central. Sus autoridades decidieron contactar a expertos y descendientes de la
familia para rescatar parte de la historia de ese predio y conservarlo. Así
formaron la Asociación de Amigos de la Chacra "Los Tapiales".
La casona, a la que se accede por la autopista Riccheri, se ubica detrás de las
oficinas administrativas del Mercado: es imposible verla porque está en una zona
más alta y hace falta subir una pendiente.
Finalmente, en 1.963, por Ley 17.422 se le da al predio
condición de “tierras de utilidad pública” y se dispone la expropiación para
ser destinada a la Corporación Mercado Central de Buenos Aires, la que quedó
propietaria del caserón y encargada de velar por su conservación. En 1987
llega a la Argentina el Papa Juan Pablo II, en esta visita se acerca al
Mercado Central -una de las habitaciones de la torre fue preparada como
lugar de descanso para su estadía- realizando en él una misa de campaña.
En 1858 llegó el primer tren a esa zona en lo que se denomino apeadero San
Martín, arrastrado por "la Porteña", con dos vagones de pasajeros más
pequeños que un tranvía antiguo.
Las
540 hectáreas del Mercado Central guardan un secreto. Se trata de una enorme
casona, rodeada de gomeros de más de cien años, que fue testigo de una parte de
la historia argentina: es la chacra "Los Tapiales", propiedad de la familia
Ramos Mejía desde 1808 hasta 1967.
estación
de Ramos Mejía
En 1858 llegó a la zona de Ramos Mejía el
primer tren que era denominado estación San Martín, ubicada donde actualmente se
encuentra la estación Ramos Mejía de Trenes de Buenos Aires S.A., el primer tren
era arrastrado por “la Porteña”, con dos vagones de pasajeros más pequeños que
un tranvía antiguo. Los Ramos Mejía advirtieron la importancia estratégica de la
parada ferroviaria por esto es que dan como donación cuatro manzanas para que se
construyan los edificios públicos. Originalmente, el lugar fue construido en
1907 por John Doyer, un arquitecto holandés que la ideó como un albergue para el
jefe de la estación del tren. Cien años después, un grupo de vecinos transformó
el lugar para convertirlo en un centro cultural en el cual tienen lugar
distintas expresiones artísticas.
estación
de Ramos Mejía HOY- La construcción de sus dos plantas concluyó en 1906. En el
piso superior estaba la vivienda del jefe de la estación. Con los años, quedó
abandonada. Ahora es transformada en el Museo de la Ciudad de Ramos Mejía.
¿Cómo se
trasladaban las familias desde Buenos Aires hacia esa y otras quintas que se
asentaron en los alrededores?
El
ferrocarril no ofrecía aún un servicio que cubriera satisfactoriamente las
necesidades; hacia 1862, por ejemplo, circulaban en días feriados sólo siete
convoyes de ida desde la Estación del Parque hasta Moreno, cada dos horas, desde
las seis de la mañana hasta las seis de la tarde, y siete trenes de regreso,
siempre arrastrados por locomotoras a vapor. En los días laborables el servicio
se reducía a seis trenes de ida y otros seis de vuelta, parte de los cuales
hacían recorridos parciales hasta Floresta o Morón. Se deduce que, desde la
Estación del Parque (actual Plaza Lavalle) hasta la que hoy es la estación Ramos
Mejía, se tardaba en llegar de cuarenta y cinco a cincuenta minutos; desde Once,
de treinta y cinco a cuarenta minutos.
Sobre el río Matanza, se
encuentra el barrio “La Salada” que en otros tiempos era punto turístico y
recreativo, ya que la rectificación del río Matanza, hizo que se encontraran
napas de agua salada con propiedades curativas, por lo que se explotó
turísticamente construyendo piletas, confiterías e instalaciones para recibir
visitantes. HOY casi no es reconocido como parte de la localidad de Tapiales.
Este barrio por su parte, esta más ligado a Villa Recondo y al partido de Lomas
de Zamora (la feria que se ubica en el barrio de Ing. Budge en la otra rivera
del río lleva el nombre de “La Salada”) que al barrio mismo de Tapiales.
En el año 1916,
se instaló en Ramos Mejía el servicio eléctrico, para la iluminación se recurría
a las velas de estearina o de cera y a candiles y faroles a querosén, que se
conseguía en latas cerradas de 20 litros o era traído en carros por los
proveedores y distribuido en grandes alcuzas.
Antiguamente nuestro pais
pasa
momentos difíciles pasando por la la anarquía y por las
constantes luchas entre unitarios y federales. Por esa época la Provincia de
Buenos Aires era gobernaba por el coronel Manuel Dorrego, quien fue fusilado el
trece de diciembre de 1828 durante el drama de Navarro. Como consecuencia de los
enfrentamientos de Puente Márquez entre Federales y Unitarios, y después de
producirse el alzamiento de los “Libres del Sur” en Dolores, los hijos de Ramos
Mejía: Matías y Ezequiel Ramos Mejía decidieron incorporarse a las fuerzas del
General Lavalle y por el acto de firmarse el Pacto de Cañuelas, en el año 1829,
hospedaron al General Lavalle en la chacra “Los Tapiales”. como consecuencia de
este hospedaje Juan Manuel De Rosas determinó la confiscación de la chacra, esta
situación se extendió de 1840 a 1853. Cuando Doña María Antonia Segurola de
Ramos Mejía recupera la propiedad, se encontró con la realidad de que su chacra
estaba perturbada por el vandalismo y los cuatreros.
María Antonia Segurola se casa en segundas
nupcias con su cuñado Ildefonso Ramos Mejia. Después de la caída de Rosas madre e hijos
volvieron a la patria a tomar posesión de todas las tierras. Cuando
tenía más de 70 años de edad Doña María Antonia Segurola de Ramos Mejía, tomó la
decisión de dividir su patrimonio entre sus 4 hijos sobrevivientes que eran
Ezequiel, Matías , Marta y Magdalena. Entonces se dividió la zona entre
los cuatro herederos con las dos estancias Miraflores y Los Tapiales, luego la
familia ordenó que se realizara el trazado del pueblo. Por este efecto para
dibujar dicho trazado se tomó como ejes hacia el sur los tres caminos que
existían en ese momento que actualmente son las avenidas: de Mayo, Rivadavia y
San Martín, se delinearon las calles a semejanza del dibujo aplicado desde la
época de la Colonia a los nuevos puntos urbanos. Este dibujo se originó en las
Leyes de Indias, que fueron dictadas por el Rey español en el siglo XVI, el
mismo que estableció la división de módulos básicos llamados manzanas, de una
parte del territorio.
Doña María Antonia Segurola muere el 4 de febrero de 1860.
A medida
que fue transcurriendo el tiempo, las grandes extensiones de tierras de la zona
en poder de los hermanos Ramos Mejía fueron cambiando de dueño por herencia o
por venta de predios, además se produce la consiguiente parcelación de las
propiedades. En estas parcelas de propiedades se fueron asentando numerosas
casas quintas con hermosos parques, en los cuales numerosas familias de muy
buena posición económica y de apellidos reconocidos de la alta sociedad porteña
construyeron residencias muy importantes para disfrutar del verano o para paseos
de fin de semana. La zona se fue revalorizando y se logró un gran crecimientos
gracias a las casas quintas que se usaban para veranear. De esta forma, esta
zona para disfrutar del tiempo libre y el prestigio social fueron causas que
pusieron a Ramos Mejía en un lugar de privilegio.
Además hubo factores muy importantes que ayudaron
al crecimiento de la ciudad como ser: en 1904 el adoquinamiento de la Avenida
Rivadavia, en 1913 la mejora de la Avenida de Mayo, en 1930 se produjo el
pavimento, en 1921 llega a la ciudad el primer servicio público de transporte
automotor de pasajeros, esa compañía es la que después se transformaría en la
empresa Transporte Ideal San Justo, línea 96, en 1923 se realizó la
electrificación del Ferrocarril Oeste en el tramo Once-Moreno que permitía
combinar con el subte hacia la Plaza de Mayo. El slogan de esa época era: “del
subte al tren sin cambiar de andén”. En 1925 una empresa denominada Furst
Zapiola y Compañía remató un total de 25 manzanas en 502 lotes. El crecimiento,
la explosión inmobiliaria y la modernización no se detuvieron.
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