MERCADO DE ABASTO
MODULO 2
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Carlos Gardel
Ubicado en la esquina del pasaje Carlos Gardel y la calle Tomás Manuel de Anchorena, en su Buenos Aires querido,
inaugurado el 23 de marzo de 2000, es el monumento que la ciudad porteña le debía al máximo cantor.
La estatua tiene dos metros cuarenta de alto y está montada sobre un pedestal de granito rojo de un metro sesenta,
sumando entonces el conjunto cuatro metros de alto.Bajo una fuerte lluvia, en la noche del 24 de marzo de 2000,
el acto de inauguración convocó cerca de un centenar de personas, siendo encabezado por el entonces presidente Fernando de la Rúa,
curiosamente
autor del proyecto cuando era senador en 1995.
También estuvieron presentes el entonces jefe de Gobierno, Enrique Olivera, y
Eduardo Elsztain, titular de IRSA,
empresa propietaria del shopping del Abasto, quienes junto a José Gobello fueron los oradores que destacaron la figura del cantor.
Olivera puso un toque distinto al recitar el poema “Gardel” de Humberto Constantini.
Como suele suceder en los actos programados al aire libre, el cronograma
original no pudo respetarse por la copiosa lluvia,
que obligó a montar un nuevo escenario dentro del shopping. Allí se instaló la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto
dirigida por el maestro Osvaldo Piro y cantó Alberto Bianco, mientras que debió suspenderse el espectáculo coreográfico de Milena Plebs
y la fiesta callejera con milongas, cortes y quebradas.
Pasadas las 20, las autoridades se dirigieron al sector donde se levanta la
escultura, cubierta por una carpa blanca, que luego de ser retirada,
permitió
conocer la obra, siguiendo inmediatamente un colorido espectáculo de fuegos
artificiales.
Al mismo tiempo podía apreciarse la renovada fisonomía del pasaje Carlos Gardel,
con nuevos faroles y bancos de metal,
el suelo cubierto de baldosones rojos y nuevos árboles plantados en grandes maceteros de granito.
Una inmensa tela reproduce la fachada del tradicional restaurante “Chanta Cuatro”, que planea reabrir sus puertas antes de fin de año,
bajo el nombre de “Esquina Carlos
Gardel”.
Los estudiantes del Instituto Superior de Cerámica pintaron los murales alusivos
al máximo cantor,
bajo la supervisión del profesor Eduardo Longazo, el autor de la enigmática lápida de Jorge Luis Borges en un cementerio de Ginebra, Suiza.
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